jueves, 18 de abril de 2024

A COMER CEREZAS.

Conocí una mujer maravillosa en un centro de discapacitados en Tarragona. Se llamaba Ana. 


Padecía una parálisis cerebral y no podía controlar ninguna parte de su cuerpo. 


Para que lograra escribir una carta tenían que atarla a una silla y amordazarla con el fin de que no se cayera ni babeara sobre el ordenador. 


Entonces puede mecanografiar con la nariz sobre el teclado. 


Los días que la conocí  era septiembre. Era entonces cuando comenzaba  a escribir tarjetas  de Navidad 


En  la que leí  escribió: «Pasemos la Navidad con Jesús, ayudando a seres menos afortunados que nosotros».


Joder , pensé,  "¡ayudando a seres menos afortunados que nosotros!". Una señora que más de una@ pensaría que entre ella y una planta había muy  poca diferencia.


Me sentí pequeñito , pequeñito, pequeñito. 


Las personas como ella no nos inspiran porque sus desdichas hagan que las nuestras nos parezcan menos graves, sino porque nos dan una lección de quilates.


La cuestión no es quién tiene el peor problema. Todos tenemos problemas, y al afrontarlos podemos inspirarnos los unos a los otros.


La cuestión es qué cojones hacemos tú y yo con todo ese maravilloso caudal interior que lo tenemos oculto en la niebla densa y fría de nuestra triste y pequeña vida.


Algunos nos ha  sucedido como  aquel caracol que trepaba por un cerezo en enero, y la cigarra le pregunta: "¿Adónde vas?" ..


- "¡A comer cerezas!", responde el caracol. 


- "Pero... ¡si todavía no es tiempo de  cerezas!". 


- Bueno, sí, pero cuándo yo llegue, ¡las habrá!, afirma el caracol


¡Eso nos pasa a algunos,  sí señor! : vamos  lento ascendiendo el camino de la vida , pero Dios tiene sus tiempos!...exactamente como Ana. 



miércoles, 17 de abril de 2024

NO ESTÁ SIRVIENDO PARA NADA.

Las mujeres lo  tienen  mal . Y los hombres, peor. Todo está patas arriba.

Está locura generalizada de insultar a las mujeres por querer ser madres, cuando en realidad tienen el maravilloso don de la libertad: ellas pueden decidir si ser madres o no , cosa que el hombre no puede. Una libertad que tiene un coste, y allí se cruza la conciliación y las dificultades que existen. Pero eso es un privilegio de la mujer.

Aquí se ha llegado a decir por una ministra " que en España rige la cultura de la violación". Y nadie ha denunciado a esta monstruo. O cuando se ha dicho en el Congreso que "los hombres en España son bastante violadores". Es la demonización de la mitad de la población y que, curiosamente , se ha ido asentando en la sociedad.

El victimismo- que es una lacra que padece el nacionalismo, las izquierdas  feministas  progresistas de cuota, las del sobaco con matojo y pelo rojo, con las ingles como el seto de un adosado de Fadesa , y satysfayer desgastado por el roce -  ha hecho una hegemonía de intocables ideológicos.

Cuando la verdad es que la mayoría inmensa de los hombres   somos amantes de esas mujeres, esposos, parejas, novios, hijos, padres...gente normal , como tus padres  y abuelos, que somos aliados y cómplices, amigos , o como quieras llamarles, y compartimos la impresionante tarea de levantar una familia, una sociedad, un país...

No somos violadores. No admitamos que nos enfrenten unas guarras ideologizadas que viven, y muy bien del chiringuito de la sexualidad y del rollo del género, de los cambios de ponerse hucha o calabacín.

Es acojonante. Para mi el día que las mujeres se nieguen a competir con  atletas trans  con calabacín, que cuenten conmigo. Si no es así, que se defiendan solas y se dejen humillar.

Ahora ser mujer es un hecho administrativo. Y os calláis como muertas. Pues a joderse.

Y , es lo más triste, tanta publicidad, tanto marketing, tanta ideología  metida a martillo en las series  y en los medios, en Oenegés, chiringuitos,  etcétera, no está sirviendo para nada. 

Las estadísticas de la violencia doméstica, de los asesinatos , no disminuyen. No se va a la raíz , que es cultural. Se silencia que su número tiene que ver con la emigración, con una manera de educar que todos sabemos cuál es y nadie quiere poner el cascabel a ese gatazo.





martes, 16 de abril de 2024

UN ALFABETO PARA LEER EL MUNDO

Con esto de Israel , Irán,  Palestina ( ningún respeto, por cierto,  para esos que confunden Plastilina con Palestina) me dio subidón politólogo con gafas.


A Bertold Brecht  le preguntaron qué libro le había producido una impresión más fuerte, y él respondió: «Se reirá usted: la Biblia». 


Brecht encontraba en la Biblia un alfabeto para leer el mundo. Allí se  percibe la grandeza de un texto que dice, brutalmente y sin dorar la píldora, la desnuda verdad sobre la vida y la muerte, el eros y la violencia, lo maravilloso del misterio de la vida  y el sabor a ceniza, la altura a la que pueden llegar los hombres elevándose por encima de sí mismos hasta concebir un amor que los trasciende, los sostiene o los anula...


Y también  la infame bajeza en la que podemos  caer. Basta echar un vistazo a David, los Jueces, y compañía.


Para mi la Biblia, y dentro de ella los Evangelios,  es el reglamento de la civilización . Allí está todo. Estamos. No sólo por todas las historias,  símbolos, figuras, imágenes y parábolas que ha ofrecido y sigue ofreciendo a lo largo de los siglos. Eso ya es mucho. También  porque cuenta, en la urdimbre de lo ordinario ,  las vicisitudes concretas de unos hombres y de un pueblo, los motivos fundamentales de la vida, individual y colectiva.  


Allí se trata del nacer, desear, errar, fundar, destruir y perder patrias, amar y odiar al hermano, vivir intensa y sensualmente la existencia, su gloria y su vanidad.  


En la Biblia uno intuye la revelación de lo que trasciende el tiempo, la vida, las cosas creadas y el corazón de Dios: que es el de un padre.


Viendo cómo estamos ahora  con todo este asunto de Israel y Palestina, Irán y los del callo de la fe , la chilaba, y el talón como cortezas de alcornoque , el basurero islamista    , el horror del odio y el fanatismo de machete , uno se asombra de la locura que tuvo Jesús predicando a esos cabrones - que somos nosotros- el perdón y el amor. 


Para mi es la prueba de que ser cristiano es otra cosa. Y que no todos alcanzamos a entender.






lunes, 15 de abril de 2024

Y , AÚN ASÍ, VALE LA PENA.

Hay relaciones que se llaman saprofitas (RAE: «Se dice de las plantas y los microorganismos que se alimentan de materias orgánicas en descomposición»).


Televisiones que se alimentan de espectadores con una conciencia porcina, y que les ofrecen paladas de mierda.


Partidos políticos que almacenan entre sus militantes carroña para poder sobrevivir.


Grupos religiosos con abundancia de tibios y gente rara, en estado de descomposición, vagos, inermes, alelados, que están porque no sobrevivirían al aire libre ni un segundo. Les explotaría la cabeza. Pero hacen número, y ocupan lugar.


Tertulianos loros, pesebristas adoctrinados por una ideología a la que sirven, memoria de argumentarios del poder, catequistas devotos que repiten sectarios las respuestas dictadas por ideólogos anónimos.


Empresas familiares , nido de enchufes de casta, de apellidos que se parecen mucho, de niños pijos, a sueldo de papá, de cautividades afectivas históricas sin ningún sentido. Rémoras adheridas a la boca del tiburón papá.


Y  gente  que educa apelando  a  lo  peor de nuestra naturaleza: la vanidad,  el  miedo, la  pena, el victimismo...Son gente que pulsan a su debido tiempo los resortes adecuados de la  envidia, de piedad, de dar lástima, o de broncas inmotivadas por naderías, y obtienen de las personas unos rendimientos tan seguros y precisos como el de un buen taxi.


¡Sólo que ese viaje no tiene ningún encanto!


También se puede tratar a las personas apelando a la sinceridad y a la confianza, a su inteligencia y su amor.


Entonces se viven momentos de ilusión maravillosos, el viaje se convierte en una aventura  llena de misterio y atractivo.


Es la libertad.


De todas formas, excepto casos excepcionales de éxito, en general en esos trayectos predominan los accidentes, las averías, las salidas de la vía, y las multas por excesos  de velocidad, o por estacionar mal...porque la  mecánica de las pasiones humanas es pobre, no resiste mucho tiempo, tenemos una garantía muy chunga cuando se nos trata como un foco de libertad creadora.


Y aún así, vale la  pena.








domingo, 14 de abril de 2024

TOCA POSICIONARSE.

Cada vez es más evidente que hoy vivimos en un mundo entre dos posiciones muy claras: o la barbarie, o la libertad.


Cuando este oportunista político que tenemos de presidente  al que, sorprendentemente, siguen millones de socialistas - lo que les deja en una posición lanar -  habla de Palestina y  hace un brindis al sol para quedar bien con sus socios , lo mejor de cada casa, sabemos que no es eso lo que piensa. En realidad este estafermo no cree en nada. 


Pero los demás sí. Y hay que posicionarse.


Yo defiendo al pueblo palestino pero lo quiero libre de terroristas, corruptos, fabricantes de odio, libres de maldad. No quiero gente acojonada. Quiero personas que puedan decidir y no tengan que morir por no llevar velo.


Detrás de Hamás está Irán, Hizbulá, Turquía, Isis, Rusia, y toda una constelación de  países satélites que desprecian la libertad: Venezuela, Colombia....


No hay más, o se está con la libertad o con la barbarie.


Cuando alguien como Rufián escribe "  intentar entender el ataque de Hamás no es justificar el ataque de Hamás" lo único que cabe responder es " ¡ apestas!


Cuando un   gay como Collboni, alcalde de Barcelona, se posiciona  contra Israel uno sólo  puede pensar   que a gentuza equidistante como él un tío de Hamás lo colgaría de una grúa por marica, o en Irán. Y el muy tarado anda haciendo el rendez vous  a los del callo.


Se nos ha olvidado las pobres iraníes que murieron por su derecho a no llevar velo. Cuando los de la chilaba  y el callo de la fe hayan islamizado Europa hasta el tuétano, nos vamos de verdad a acordar de Israel.


No importa si rezas o no- ése  no es el tema -  si Israel acaba con Hamás el mundo será mucho más seguro, más libre. Son el único muro de contención contra la barbarie  y el islamismo del machete. 


Y, encima, en las televisiones soportando gilipollas que no han pisado en su puta vida Israel, ni Rusia, ni Irán. Que es que no han salido  de  España y tenemos que aguantar su mierda hablando de geopolítica de la polla como si fuesen del Alto Mando de la OTAN .


La Guerra, la Tercera, ya está aquí. Y las razones de la misma no son las que nos están contando, ¿ qué  intereses, o qué razones, habrán detrás? 


En fin, es lo que tenemos. 


Un papa demagogo, ideologizado, peronista, y de Agenda. Una Comunidad Europea de funcionarios.  Un país de burócratas y paguita. Un Biden  senil y con suspensorio. Un socialismo lanar. Una derecha inane. Un país que no se cabrea por llevar a juicio y condenar a un anciano que deberían de condecorar. Estoy con José Lomas....poco nos pasa. 




sábado, 13 de abril de 2024

UNA NUEVA CANA

Hace muchos años que me salieron la primeras canas, pero no me molestaban. Al contrario que otros, que no citaré, que se tiñen el pelo con Grecian 2000, o se frotan con fruición   Abrotano Macho, para  evitar la caída del cabello. Uno  jamás ha sentido complejo alguno por coronillas, o encanecimientos prematuros.


"Te hace más interesante", me decían las mujeres. "Incluso, si estás callado, pareces más inteligente con barba de varios días".


Y yo, pues calladico.


Hace un tiempo, estaba sentado en el WC - posición de cúbito pronoto -  apoyada la barbilla sobre las manos,  los codos en las piernas, mirando el suelo, mientras hacía eso que sólo puede hacer uno, y veo una cosa...¿y eso?...¡coño!: ¿qué es eso?.


Descubro un pelo blanco en el pubis. 


Hoy es el pubis, me dije, mañana será un testículo ceniza. Y después me veo cantando "¡Navidad, Navidad, dulce Navidad!", mientras me subo los pantalones.


Esa cana no me hace ni interesante, ni parecer inteligente. Vamos , hombre, ¡no me jodas!: es el puto principio del puto fin.


Recuerdo perfectamente la  primera vez que vi mi primer pelico en el pubis: ¡qué alegría!, ¡qué orgullo!, ¡qué ganas de pasearme por el vestuario del cole en bolas!: ¡mirad, chicos, la selva negra!


Hasta ese día, ¡qué desazón!.


- Mira, ese es Suso, es calvo- comentaban  los compañeros de clase.


Y lo pasaba mal pensando que fuese algo perpetuo, como las nieves de los glaciares del pirineo.


En aquellos trece años me pasaba las tardes sentado observando fijamente mi pubis: ¿qué, sales o no sales?- le decía.


Y salió "Susete": ¡el primer pelo!: ¡¡¡¡y luego vinieron más, otro, y otro, y otro!!!...¡¡¡qué satisfacción!!!


Tuve suerte que aquella epidemia pilosa terminó pronto, y en fronteras bien modestas. Quiero decir que he visto chavales, luego hombres, con pelos en el culo, auténticos tapices, y en los hombros, y en el pecho, y en el vientre,   tampoco es eso.


Ni tanto, ni tan calvo.


Pero esto de ahora...empieza la cuesta abajo, amigos. Pronto saludaré la Blanca Peluda.


Y el  chaval del bigote pelusa, los granos en la cara, y los pelos en las piernas, ése que saltaba de alegría andando por la calle, porque no podía con las gónadas...ése...ya casi no lo veo en la otra orilla de mi mar oceana. Y, a veces, desde esa lejana orilla, parece decirme adiós con los brazos, haciendo el ganso, y me acuerdo de él, y me doy pena.


Pero esa es otra historia.






viernes, 12 de abril de 2024

LAS ESPIGADORAS DE LOS RESTOS DEL MUNDO.

Las espigadoras eran esas mujeres humildes que en otro tiempo recolectaban las espigas que segadores y cosechadoras dejaban olvidadas en el campo. 


Pienso que hay personas que entregan su vida  y que siguen recolectando lo que los demás tiran o no se preocupan de recoger por juzgar insignificante: los pobres, los desdentados, los discapacitados, los que llamamos imbéciles, idiotas, lelos, estúpidos.

Cuando era chaval imaginaba ese tipo de vida dedicada a los demás. Me veía a mí mismo como uno de esos recolectores de lo insignificante.  Tenía el alma sembrada de generosidad, de locura. Mi sueños eran misiones de martirios, o muertes en aventuras imposibles.

Todo eso estaba sembrado. Mi madre decía que de no haber conocido a mi padre hubiese sido monja misionera. Y uno, qué menos. 

Después, bueno, no he sido una persona ejemplar, pero sí he tenido una atracción imantada por personas y vocaciones así.  Y he procurado acercarme a su sombra.  

En Tamahú, en Guatemala, Xabier, un hombre bueno, me dijo " elige siempre los pobres, los débiles, los tristes, los bienaventurados de la Tierra. No te equivocarás nunca". 

Se acercan días muy duros. Mucho. Tiempos en los que vamos a poder decidir qué tipo de vida queremos llevar. 

Y uno intuye que toca  ir detrás de la cosechadora, recogiendo los restos que esta crisis va ir dejando  y rescatar eso que que nadie quiere y que conservan misteriosamente el poder de iluminar un instante nuestro paso por este mundo.

Borges tiene un poema titulado Los justos en que va nombrando las acciones humildes de algunos hombres anónimos: el tipógrafo que compone una buena página, el que acaricia a un animal dormido,  el taxista que no cobra la carrera de alguien necesitado, quien perdona el mal que le han hecho. Y nos dice que son esas acciones las que sostienen el mundo. 

Es verdad. Pero podríamos sumar las acciones de los protagonistas de esas historias tristes, duras, incomprensibles. Las que recogen el eco del grito de Jesús en la cruz.  La madre que esperando encontrar en su cuna a un niño normal encuentra un ser desfigurado y torpe , y se ocupa de él como si recibiera en su regazo el cuerpo de un dios diminuto.

Las pobres criaturas para los que el más elemental de los gestos, tomar una cuchara, por ejemplo, es comparable al primer paso del hombre sobre  la Luna. O esas enfermeras que limpian culos y babas de seres que nunca sabrán sus nombres.

Esta señora de a foto se llama Marina. Es la mujer que me corta el pelo. Es venezolana. Tiene un corazón de lana. Una luchadora. Cuando la ciudad despierta  ya está levantada  la persiana. Lleva años dejándose la vida  a pulso, sin perder la sonrisa y aguantando de pie con las piernas con varices como macarrones. 

Somos como tratamos a los que nos sirven.

Siempre con buenos días, por favor, y gracias…. La Santísima Trinidad del trato a los demás. 
Trabajar y dejarse el alma. Yo, para hablar de esta señora  me pongo de pie. Respetazo gordo.

Cada uno de ellos nos entrega una nueva leyenda. Son los nuevos justos, los que, sin darse cuenta, sin pretenderlo, hacen este mundo un lugar ma ra vi llo so.

No soy un santo, pero siempre he ha gustado ejercer de mercedario de gente que está jodida.


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Me envió Sanyi una foto de un espigador moderno.