miércoles, 12 de junio de 2013

EL PADRINO


La escena es de lo mejor de la saga...

Nueva York, 1917. El tintineo de la puerta de la tienda de ultramarinos del señor Abbandando no anuncia a un cliente sino más bien a una persona principal. Una figura voluminosa e impositiva cruza el umbral. Lleva un gabán oscuro sobre los hombros, recubriendo un ostentoso traje blanco con chaleco. Va tocado con un sombrero de ala ancha, también blanco, bajo el que exhibe un rostro exuberante y sudoroso, cruzado por un bigote fiero como un latigazo. Es Don Fanucci, capo de la Mano Nera en el barrio, y lleva pegado a sus talones a un muchacho escuchimizado con una ridícula pajarita al cuello.

«Questo è il mio nipote», le dice al tendero, mientras se dirige hacia la oxidada caja registradora. «Come va il negozio?».

Antes de que el pobre Abbandando pueda contestar, Don Fanucci abre bruscamente el cachivache y lo comprueba por sí mismo: «Va bene, va bene». El tendero sale azarado de detrás del mostrador y se pone a disposición del visitante.

Desde el fondo de la tienda dos jóvenes dependientes observan preocupados cómo Don Fanucci cuchichea con el propietario, señalando al pasmarote que aguarda junto a la puerta. Los gestos de asentimiento del atribulado Abbandando indican que no puede negarse a conceder lo que se le pide. Enseguida el capo le da dos palmaditas en el rostro como muestra de satisfacción y abandona el local tras besar al de la pajarita en la mejilla.

Retorciendo con las manos su delantal, el tendero se acerca entonces al más fornido de los dependientes y entre balbuceos le expone la situación en su común lengua natal: «Le cose vanno molto malamente Fanucci ha un nipote». El mocetón entiende enseguida: acaba de perder su empleo porque hay que dárselo al protegido del amo del barrio. Le dice al tendero que no se preocupe, que ha sido como un padre para él y que ya encontrará otra cosa. Le abraza y se marcha dignamente, rehusando incluso un lote de comestibles para su familia.

Vito Corleone ha aprendido las reglas del juego y no quiere empezar su nueva vida debiéndole nada a nadie. Se dirige a su casa donde le espera, aparcado por si acaso, el primer alijo de armas que ha conseguido su amigo Clemenza.

Tanto en italiano como en español la primera acepción de nipote o nepote es sobrino. Desde que los papas del Renacimiento adoptaran la costumbre de enmascarar como sobrinos a sus propios retoños para elevarlos al solio cardenalicio, la palabra nepote ha tenido un sentido amplio y equívoco y las variantes del nepotismo han ido abarcando casi todas las formas del favoritismo.

Vito Corleone saldó sus cuentas con Don Fanucci acribillándole a tiros en un día de fiesta mayor después de que el mafioso hiciera alardes populistas, paseándose entre el vecindario con una naranja entre las manos.
Todos los asuntos de corrupción que contemplamos estos días se encuentran resumidos maravillosamente en esta película. No hay salida , estés en el bando que estés. Y la política es corrupción. No les creas cuando dicen en su defensa que “ la mayoría no somos así”. Y no sólo la política...la alta judicatura del Estado, la gran Banca...

No escaparás a pagar el peaje de la omertá, de la fidelidad a tu cacique local. Tendrás que mirar para otro lado cuando a tu amigo lo echen por un “nipote” que espera en la puerta si quieres seguir en la mamona.
Serás un mierda toda tu vida. Y lo sabes. Serás como ese que alzó la voz durante un mitin al granadino Natalio Rivas, a la sazón ministro de la Restauración: «¡Natalico, colócanos a todos!».

Ante Don Fanucci, como luego ante Don Vito, sólo caben dos opciones: darle boleto o  rendirle respeto, permitiéndole que coma y reparta su trozo de «pastel».

Nada como besar la mano del Padrino y colocar donde haga falta a su nipote.

3 comentarios:

  1. Bueno a ver, no nos pongamos tan idealistas... para caminar el la vida, no digo ya para subir en la vida, hay que hacer la vista gorda ante ciertas... realidades. Y acaso pagar ciertos... tributos. Te lo dice un fundador.

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  2. ¿Y el cipote? ¿Donde colocamos el cipote?
    Ay, Suso, antes de que te pasara lo de Pepote bien te advertimos de que algo se cocía en derecho.

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  3. A mí me gusta esa en la que Michel está en el bautizo del niño y el cura le pregunta eso de "¿Renuncias a Satanás?" -"Si, renuncio" ...y mientras tanto se ve cómo se van cargando a Barzini, a los Tataglia y a todos los de las otras cuatro familias. También hay gente que da ese tipo de órdenes desde un oratorio. Supongo que no será nada personal...sólo negocios.

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