Gordon
Allport escribió que tener un prejuicio es estar «absolutamente
seguro de una cosa que no se sabe».
No sólo sucede con los prejuicios, los celos también tienen algo de eso.
No sólo sucede con los prejuicios, los celos también tienen algo de eso.
Seleccionamos
la información de tal manera que sólo percibimos aquellos datos
que corroboran nuestro prejuicio, por lo que se vuelven crónicos. La
obstinación en el error es su marca de fábrica.
Un ejemplo: dos ratones contemplan desde la encimera de una cocina un objeto que hay encima de la mesa. «Es jabón», dice Tomás , ratón de biblioteca, especialista en Tratamiento y Gestión de Basuras Documentales, emprendedor, práctico, realista y, sobre todo normal. «Es queso», responde el otro. «¡Es jabón!». «¡Es queso!». Hartos de la disputa deciden bajar a comprobar de qué se trata. Tomás le da un bocado a la materia de la discordia y sentencia: «Sabe a queso, pero es jabón».
Un ejemplo: dos ratones contemplan desde la encimera de una cocina un objeto que hay encima de la mesa. «Es jabón», dice Tomás , ratón de biblioteca, especialista en Tratamiento y Gestión de Basuras Documentales, emprendedor, práctico, realista y, sobre todo normal. «Es queso», responde el otro. «¡Es jabón!». «¡Es queso!». Hartos de la disputa deciden bajar a comprobar de qué se trata. Tomás le da un bocado a la materia de la discordia y sentencia: «Sabe a queso, pero es jabón».
Pues
eso, que no hay nada que hacer.