Ayer subimos al valle de Pochom.
Aquí se habla Poqomchi', uno de los dos idiomas que hablan los indígenas, el otro es el Q'qeqchi'.
Subimos con el padre a una de las aldeas. La senda serpeaba por la ladera. La mañana lívida y fría, grisácea, de nubes bajas y vaporosas.
A una mujer, Cristina, le habían robado, a su marido apaleado, y el pequeño mundo de la aldea estaba muy alterado por el asunto.
Nos recibió en la entrada de la chabola el catequista, que es una figura muy principal entre ellos.
Le contó al padre lo sucedido la noche anterior. Al parecer alguien de la aldea supo que la señora vendió varias cosas en Tactic, y por la noche la robaron, dándole cera al marido, internado en el hospital de Cobán.
La casa se fue llenando de vecinos que presentaban silentes sus condolencias.
Cristina estaba postrada en la cama, la pared repleta de estampas, en una semipenumbra provocada por el humo de una hoguera y la propia mugre de la casa, se dejaba acompañar. Parecía sentirse la reina de la fiesta , rodeada de tanta gente, del padre, del hombre blanco..."sal fuera y trae una flor", me dice el cura.
Llevo un algo. El padre la moja, y comienza a bendecir la habitación,la cama, a Cristina, a mi, a Cristina, a la peña, a mi, a Cristina, a él, a la peña, a mi, a Cristina, la cama, mientras recita una especie de oración apache,o lo que sea que se llame eso....
"¿Cuándo cojones termina esto?", me pregunto.
Minutos después de dale que te pego con la flor, se hace un silencio destilado, denso.
Y, derrepenete, depronoto, el catequista se arranca , pega un alarido, y se ponen todos a rezar a grito pelao, cada uno a lo que le sale de la bola, con las palmas en alza, los ojos cerrados, en trance, la cabeza cara al cielo....¡todos!: Cristina, el padre, el catequista, los vecinos....un guirigay , una Babel de oraciones en voz alta, sin sentido alguno, pidiendo cada cual lo que le rota...
Observaba a mi alrededor, y nadie hacía caso de mi presencia.
¿Cuándo se acaba esto?
Quince minutos después, poco a poco, el sonoro va descendiendo, y la cosa se calma.
Cristina se ha quedado tan pancha. Desde luego, se le ha hecho una ceremonia de nivel.
El padre me comentó que esos "sacramentales" son sincretismos que mezclan sus costumbres con liturgias católicas, con objeto de ahuyentar malos espíritus, rolllos así.
A la vuelta pensé que dentro de unos días Xavier se va de Tamahu y me quedo solo.
¡SOLO!.
¿Y si me atracan a mi, y me tienen que hacer un sacramental?
¡Dios mío!....¡en la cama rodeado de chamanes gritando barbaridades!
Tres dias sin fumarrrrrrrr