Ayer en Fátima rezaban personas de los lugares más extraños: japoneses, italianos, checoslovacos, alemanes, portugueses, españoles, africanos, asiáticos. Las manifestaciones de su fe conmueven. Algunas llegan muy dentro y resulta muy difícil contener las lágrimas.
Llega muy profundo esa buena gente que hace la vía de rodillas- le llaman "el sendero de granito". Madres jóvenes, acompañadas en su particular penitencia por sus hijos, alguna lleva al pequeño en brazos, y su marido al lado. Viene de todos los lugares imaginables, y desde primera hora hasta la noche. Cada uno con su historia.
El que ha hecho ese Vía Crucis de rodillas sabe que eso algo muy serio.
No pedí nada a la Señora. Dejé todo en sus manos y pensé " me parece que nos vamos a ver pronto".
Ayer, mientras veía toda esa gente- una pequeña multitud de personas sencillas, de extracciones sociales muy humildes, de rostros currantes y olvidados de un mundo que los desprecia, que no son protagonistas de nada, ni les importa. Pero que, ¡ joder, qué fe!
Esos que Jesús calificó de "mansos de corazón", y que producían admiración todos y cada uno de sus gestos pequeños. Por ejemplo, un motero que estuvo postrado con los brazos en cruz en el suelo de la Capelina hasta ir a comulgar. Y muchas hemorroísas mirando a la Señora.
Me acordé de tod@s que seguís el blog. Los que conozco sus nombres, por sus nombres. Y escribo "tod@s".
Estoy convencido que para valorar una ideología, una religión, o una asociación cualquiera, no hay más que hacerse dos preguntas básicas: cuántos Síes y cuántos Noes comprende.
Porque si la propuesta consta de muchos Noes significa que es por esencia algo hecho por hombres que quieren joderte la vida. Y eso no va a funcionar.
Hay religiones que sus normas se basan en dar el coñazo: no hagas eso, no vayas a allí, no vivas así...¡pesaos!
En política sucede lo mismo: lo vemos a diario.
Mi Dios dice "¿ alguien te ha condenado?...pues yo tampoco".
¡Muchísimas gracias por acordarte de los del blog en Fátima!
ResponderEliminar¡¡¡ De tod@s!!!
EliminarGracias Suso, no publiques esto. No me conoces.... estuve en el colegio Romano cuando aquellas inolvidables tertulias en el Cortile de San Dámaso, con Juan Pablo II, no me conoces, pero yo si. Ya tengo 72, no se si tratarte de tu o usted, tu me tratas de usted y yo no se bien que hacer porque claro, pienso que probablemente sea una falta de respeto. Nunca me ordené. Vivo solo y hace unos años empecé a quedarme casi paralitico por un problema neurologico degenerativo, muy doloroso e invalidante. A veces, cada vez con mas frecuencia, un poco de morfina es lo unico que me ayuda a sobrellevar el dia. Digo un poco, porque no quiero perder el sentido, quiero, mientras pueda, darme cuenta. No puedo ir a la Iglesia porque no puedo andar y no tengo quien me lleve. Envidio de algún modo tus conversaciones con el cura del pueblo. No puedo confesarme y lo deseo tanto y lo necesito tanto. No logro conseguir un cura que venga a casa. La Virgen me acompaña y el Señor en la Cruz. Te escribo solo para que sepas que cuentas con mis dolores y con mi invalidez. Los pongo a tu disposición. Gracias por tus oraciones en Fátima, mil gracias. Cuenta conmigo.
EliminarYa sé que me escribiste que no publicara tu comentario. Ya perdonarás. Lo hago porque, como tú, creo en la Comunión de los santos, y tú si mereces que abramos a cañonazos de oraciones el techo de la habitación y bajarte y ponerte a los pies de Jesús.
EliminarNo sé qué decirte. Voy a rezar por ti. Y si pudiera ayudarte, si en privado me dieras tu dirección, lo que quieras, podríamos hacer algo.
No estamos lejos. Un abrazo. Un abrazo inmenso y oceánico
Suso, la primera de las tres fotos de la entrada ha captado poderosamente mi atención. Algo me dice que detrás puede haber una historia de muchos quilates, no? Estaría bien que la comentaras.
ResponderEliminarDesconozco historia.
EliminarGracias, querido Suso, por acordarte de todos tus lectores en la Capelinha. Yo también rezo por ti. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarUn abrazo inmenso. Muchas gracias.
EliminarGracias por tus oraciones!!!
ResponderEliminarGracias a ti por las tuyas!
EliminarHasta ahora solo leía, no se me había ocurrido que podía dar un paso más. Gracias por acordarte del personal de plantilla y satélites del blog. Rezaré por ti, no soy muy dado a rezar en concreto, sino perezosamente en general. Hoy el fraile viejo de la misa mañanaera a la que voy me ha espabilado en esa homilía que lee y tantas veces no he escuchado. Jolines, cuánta gente c*****da alrededor.
ResponderEliminarSí, son millones.
EliminarGracias , amigo.
Los que no creemos -y menos en ese tipo manifestaciones, pero que respetamos- se nos hace difícil comprender cómo se puede vivir con esa carga emocional.
ResponderEliminarNo dudo que debe ser una ayuda para quién lo necesita -o cree que lo necesita- pero pienso que si realmente todo eso fuera verdad no haría falta tanta externalización.
La creencia la veo más como algo personal e íntimo, esa significación popular me desmotivaría. Una exageración como sustitución de una Fe verdadera.
Es mi modo de ver y sentir, sin ánimo de criticar. A la postre, cada uno se sabe lo suyo.
¡Buf!...ha sacado usted un tema muy complejo. Yo - hablo por mi- sé lo mío , y lo puedo explicar muy bien. Pero es mi manera de vivir esta experiencia. No conozco la de los demás. Tampoco la suya. También la respeto.
EliminarHe tenido una cercanía con la muerte muy intensa , y a través de personas que considero admirables. Y no por su fe en Dios. Alguna, como Manuela, no era mujer de práctica religiosa, sin embargo no he conocido persona con más caridad y amor.
En mi caso no es casi ni fe. Sé que hay un después transcendente. Sé que esto no acaba aquí. Sé que me esperan. Sé que Dios es Padre.
Y lo sé porque lo he vivido en esas personas que acompañé a morir, y que siento que me han acompañado a vivir.
No espero que me entienda. Ni usted ni nadie.
Para mi escribir es un reflejo de los días, sus afanes y sucesos, lo coyuntural que huye, flor de un día salvada en un blog. Pero ese mismo carácter fugaz tiene voluntad de regreso: primero se escribe para leer o que otros lean, después.
Y disfruto escribiendo lo que me pasa. Enseñar el dolor, sentirse mirado mientras te dueles, aunque tú seas el único lector, es un consuelo que acaba muchas veces en victoria total: te olvidas de tu sufrimiento.
Pero es mi manera. Otros, como usted, prefiere la discreción y el silencio.
A mi me cuesta mucho.
A veces la creencia, o la experiencia, es tan desbordante, tan intensa, incluso en ocasiones tan alegre, que necesitamos expresarla. Necesitamos muchas veces compartir lo que llevamos dentro, aun sabiendo que quizá poca gente, o nadie, nos entenderá.
EliminarPRISCILIANO
Aún a riesgo de hacer teatro, del bueno, claro.
EliminarEntre poco y mucho, como todo en la vida hay para todos los gustos.
Totalmente de acuerdo, Prisci. Hay cosas muy difíciles de entender y de explicar, pero es una necesidad.
ResponderEliminarEl símil del teatro lo usaba Frankl para hablar de Dios. Es Gran Espectador que nos ve desde la oscuridad.
Recupero hoy las entradas de la semana, ultimamente no alcanzo el curro.
ResponderEliminarGracias por acordarte de tod@s en Fátima, Suso. Por mi parte espero poder pasar por Lourdes en breve, así que si lo consigo, todos bien encomendados a la Señora.
Abrazo fuerte.
Sevillista
Un abrazo muyyyy grande y gracias.
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