Ayer fui al hospital a hacerme la broncoscopia- Mientras esperaba, charlé con un hombre nacido en Guatemala. Iba acompañado de su mujer. Resulta que venían de Alta Verapaz. En ese departamento estuve cuando fui a Guate.
Recordé mis días en Guate, en Tamahú.
Ellos tenían un restaurante. Y les conté que allí tenía costumbre de comer en los Comedores de las aldeas: Tamahú, Tatic, Cobán. Lo hacía por dos razones: no tengo ni idea de cocinar, y tenía pánico a la invasión de las hormigas en mi casa- que allí son de una voracidad apocalíptica.
Como soy muy Adán, presentía que pudiera dejar restos de comida, o un algo abandonado a su suerte en la cocina. Y es seguro que al llegar por la tarde a casa encontrase todo infestado y ennegrecido de seres en el engrudo. Os aseguro que es algo pavoroso.
Así que lo mejor era no usar la cocina.
En los comedores el menú siempre es el mismo : ensalada, pollo, arroz, chomín (fideos), res , y cerdo. Y café con manguera. Te podrías lavar en una tazón desde la punta de los pies , hasta la punta de la cabeza. Todo esto acompañado de las tortitas de aplaudir. En la puerta de cada cantina es fácil ver mujeres amasando tortitas.
Los fideos te los sirven con las manos, así, como a puñados. Y al echarlos como mortero en el plato suena, ¡zaca!
Los comensales varían, lo mismo que los horarios del "establecimiento". Están abiertos desde las seis de la mañana- con la indita en la puerta dale que te pego a la tortita-, hasta las nueve de la noche. Y se come a cualquier hora.
Cuando escribo "comensales" incluyo los perros, que deambulan a sus anchas por entre las mesas, salivando el colmillo y con mirada de "dame argo".
Hace diez años un menú tipo está en 20 qetzales, dos euros. Sin incluir el perro. Y comías bien.
Un desayuno , 10 qetzales, un leuro, con café, huevos con salchichas, tortita.
A veces te encontrabas vecinos que te acompañaban. La conversación siempre giraba sobre dos temas, dependiendo el sexo de los clientes.
Si es hombre, Barça, Madrid, si conocía a Messi o a Ronaldo, en qué trabajaba, y si tenía "pisto" (dinero).
Si es mujer, mi condición de viudo (todo Tamahu conocía mi biografía), en qué trabajaba, si se ganaba dinero en España, si había trabajo, y por qué no me iba con alguna de ellas a España.
Se me ocurrió decirle a una, guasón: " para que vinieras tendrías que casarte conmigo y, mujer, no damos el tipo" ( la señora era una Qetzí de aspecto maya "Oreja Rota").
- Tu hija ya sería otra cosa- disparé al aire. Por decir una gansada. No conocía a la hija.
Por la tarde llaman a la casa donde vivo.
Abro la puerta y me encuentro a "Oreja Rota" y su hija "Pocahontas Apocalypto " con la mejor de su sonrisa.
- ¡ España!- me dice festiva. Quiere ser maestra, y le gustan los niños.
Lo de que le gustaban los niños me lo creí, porque tenía la chavala una pinta de antropófaga , que Hanibal Lecter a su lado parecía santa Teresita de Lisieaux.
En fin, me costó demostrar que tenía novia comprometida en España - saqué la foto de mi hermana la organista.
Siempre me han aconsejado " ten cuidado con tus bromitas, que no todo el mundo las entiende".
Ayerr, mientras esperaba, la dimos a la hebra con este asunto. Por cierto, ahora hay que esperar resultados.
Me estoy imaginando la conversación entre la madre y la hija y me dan escalofríos.
ResponderEliminarEn cuanto sepas algo, no dejes de contarnos.
McC
Pocahontas Apocalypto, era muy guapa?
ResponderEliminarTal vez en su cultura sí. En la mía no.
EliminarMucho ánimo y que todo salga muy bien, sea lo que sea. un abrazote enorme
ResponderEliminarLeyendo recordaba la historia que explicaste en una entrada del Bis en Lérida y la cacatua que conociste y como meses mas tarde te la encontraste en la fiesta de fin de curso en Terraferma y le dijiste que no eras tu, que era tu hermano gemelo que trabajaba en una funeraria.
ResponderEliminarNo cambies nunca, Suso. Abrazo fuerte.
Sevillista
Buena memoria. Fue alucinante.
EliminarCruzando el lago Atitlan en un barquichuelo, una lugareña también me propuso unir nuestros destinos en santo matrimonio volviendo a la madre patria. Una duda se cernió sobre mi pero la ausencia casi total de dientes me ayudó en el discernimiento. Por otra parte dudo de que conociese la diferencia entre libertad y libertinaje. Lo que pudo haber sido y no fue. Lástima.
ResponderEliminarMuy buena anécdota.
EliminarYo nunca comería de los fideos servidos con las manos, simplemente sería incapaz.
ResponderEliminarPrefiero que me los sirvan en la cocina con las manos, no delante de mí, y luego ojos que no ven corazón que no siente.
Aunque supongo que te acostumbras a todo.
.Donde vayas...llegué a acostumbrarme a que me afeitaran y cortaran el pelo peluqueros ambulantes que lo hacían en el mercado, al viento imperio. Y muchas veces usaban la misma hoja.
EliminarLa primera vez me asusté y tuve pesadillas, luego ya le coges el gustillo a esa especie de ruleta rusa
Fuiste misionero en Guatemala?
ResponderEliminar¡Noooo!...fui de voluntario a una ONG.
EliminarHola Suso te saluda Allan Barrios soy de Guatemala hace pocos dias te conocí haciendo Camino de Santiago, me gustaría me des el Link del blog qué me comentaste, Ultreya, bendiciones espero tu respuesta, saludos
ResponderEliminarQuerido Allan, ¡ Qué alegría!
EliminarGran sorpresa haberos encontrado. Nada es casual
En el link que hay en éste blog verás que lo dirige a ULTREYA que es el otro del que os hablé.
Hoy va dedicado a vosotros
. Ya perdonareis porque al grabar vuestros nombres el de tu hermana no lo oí
https://zabaldicasuso.blogspot.com/2025/06/dos-hermanos-descubriendose.html?m=1
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