Hoy es el día de la madre.
"Madre"...¿hay palabra más hermosa? Para mi el Misterio por excelencia de nuestra Fe es María, como Virgen, como Madre, como Sagrario Eucarístico de Cristo en sus purísimas entrañas.
Alcanza muy dentro ese Misterio. Muchas veces me acerco al Sagrario y admiro ese silencio. Cuando escribo " me acerco" quiero decir hasta la mismísima puerta. Como un zahorí buscando la oculta corriente de agua.
Cuando se fue la luz, en el famoso apagón, aquí en el rural llamó mucho la atención el silencio que nació de repente. No hubo aviones, no sonaba ese ruido de fondo de las máquinas, de los polígonos de alrededor al que estábamos acostumbrados, como una droga de la que éramos dependientes. Fue curioso ese despertar al silencio
La madres, esas mujeres que se inclinan sobre las cunas de sus recién nacidos y, locas de felicidad, hablan para ellos. Eso es un don de la mujer madre. Y esa voz puede con todo. Con todo.
Es así como los niños aprendimos a hablar, escuchando a nuestras madres. Lo hacíamos desde antes de poder entenderlas, cuando antes de nacer, siendo fetillos, escuchabamos sus canciones, incluso - estoy seguro- sus pensamientos. ¡ Quién pudiera oír esas canciones en sordina!
A veces pienso que no debe de ser muy distinto para un bebé lo que es para nosotros sorprender el canto de los pájaros. Paseamos junto a una arboleda y al escuchar el trino de un mirlo, la melodiosa cháchara de las cigarras y nos detenemos a escuchar.
Así imagino es como uno, recién nacido, escucharía y miraría a mi madre. La sentiría entrar en la habitación y antes de ver el milagro de su rostro flotando sobre la cuna saltaría mi corazón de alegría sólo de oírla llegar.
Así comienza toda vida, el lugar donde el rostro de su madre aparece.
Antes hablé de sorprenderse ante el canto de un pájaro en el bosque. Así es la madre para su niño, un pájaro que está loco de amor. "Canto porque tú eres mi alegría". Y eso es lo que siente el niño, que ese sonido mágico sólo se produce porque él está allí.
Esa es la razón por la que , por muy lejos que nos vayamos, por muy mala gente que seamos, basta que asome el recuerdo de esa voz para que regresemos a lo mejor de nosotros mismos.
Ese apodo, ese diminutivo cariñoso que sólo ella usaba para nombrarnos suena lleno de bondad. Y muchos no han vuelto a ser llamados así en su vida.
Nunca sabrás más del amor que cuando fuiste niñ@ . Después nos echamos a perder y olvidamos.
En la película Cinema Paraíso hay una escena que conmueve y llega hasta el trigémino. La madre de Toto se reencuentra con su hijo, un hombre consagrado y afamado director de cine que olvidó que se llamaba "Totó".
- ¿Sabes por qué sabía que estabas solo?...porque siempre que te llamaba se ponía una mujer distinta.
Eso sólo lo intuye una madre, aunque esté a años luz de uno.
Lo del nombre me parece sugestivo. Mi madre también me llama de una forma única y diferente a como me llaman los demás.
ResponderEliminarEsto pone de relieve que el amor materno no es un amor genérico; el amor materno ama a una vida en particular, en su singularidad, en su irrepetible existencia, en su nombre.
Por eso la sustitución del hijo por otro niño no funciona el la película "El intercambio".
Hay una novela de Valeria Parrella (L'Espai Blanc) en la que una madre soltera de 42 años da luz a un hijo prematuro e inesperado Es "secuestrado" en una incubadora y durante tres meses (el espacio blanco) el bebé lucha entre la vida y la muerte. La madre tiene la urgencia del nombre: "Se llama Irene: escríbanlo". Sin nombre no hay vida.
El amor por una vida "real" es lo contrario al amor por un "ideal". No importa que el hijo sea discapacitado o imperfecto.
Dice usted cosas muy sabias, don Sanyi
EliminarSí, muy bonitas las referencias maternas. Pero no quiero pasar por alto la cantidad de maternidades forzosas, inconscientes, accidentales u obligadas. En nuestro querido y amado Occidente lo tenemos más fácil, pero las he visto a montones en otros continentes donde la maternidad es solo una molestia más.
EliminarTambién he conocido esas maternidades. Pero, aún así. Normalmente una madre es una madre.
EliminarIncluso Mowgly.
Aquí a Mowgly se le respeta mucho.
EliminarBertrand Russell cuenta en uno de sus libros que hay una tribu en Oceanía donde el embarazo se considera, literalmente, una bendición de Dios. No tienen en su cabeza la relación causa efecto entre el acto sexual que puede dar lugar a la reproducción y el embarazo. Los hombres salían dos años a pescar y cuando volvían las mujeres tenían uno o dos hijos, o estaban embarazadas, y todos contentos.
EliminarUn ejemplo vale más que mil palabras, pero no me imagino la cantidad de maternidades inconscientes o forzosas en las que una madre, después de convivir nueve meses con el feto, no tenga una relación con su bebé.
Que se pongan ejemplos de qué se quiere decir exactamente con embarazos forzosos ¿una violación?, accidentales (supongo que solo una vez, luego te enteras de cómo funciona, digo yo), inconscientes (una vez, luego ya sabes), obligados (¿?), etc.
Como dice que en Occidente no pasa, pues no me lo puedo imaginar. Entiendo que pueden secuestrar a chicas para violarlas repetidamente pero no creo que sea la regla general.
En los Hermanos Karamazov , Iván defiende con ejemplos muy bestias la no existencia de Dios: el soldado borracho que encañona en la boca de un niño recién nacido su pistola, y se dispara casualmente, ante el dolor de la madre.
Eliminar- ¿ Dónde está Dios?- concluye.
" Si Dios no existe, todo está permitido"
Pero hay gente que es especialista en cabrearse y cabrear y que nos van intentando joder la vida para que tengamos la nuestra cada día un poquito más incómoda, un poquito más complicada porque ellos piensan por nosotros .
Pues sí. Además pensaba que una maternidad obligada o forzosa no es maternidad.
EliminarY nosotros hablamos de maternidad, no de la chica agobiada (dicho con mucho respeto) que pierde la cabeza y deposita a su recién nacido en un contáiner.
La maternidad, tal y como la entendemos, es otra cosa. Yo veo a mi madre con dos hijas discapacitadas y eso es maternidad, lo puedo entender y no doy detalles. Quizá haya gente que no ha visto ejemplos reales (la maternidad no es un ideal).
La maternidad es un proceso durante muchos años. Me gustó mucho el chiste del ABC de hoy: una niña pequeña mira la agenda de su madre y le dice, "pero son todo cosas mías". Es toda la vida que se impregna.
Y a mí me hubiese gustado ser padre, no te creas que tengo complejos cuando en la misa del día del padre empiezan a elogiar a los padres y tú no lo eres; como las mujeres que no tienen hijos hoy, cuando los curas alaban la maternidad y no tienes hijos.
C'est la vie.
Hace rato nos años hablando con una amiga comentábamos que los hijos se viven nuestra vida. Así es, no puede ser de otra manera. También se dice que una madres es tan feliz como el más infeliz de sus hijos. No lo podemos remediar. Cuando eres madre ya has llegado a la cima: del dolor y del éxtasis, de la sabiduría y de la ignorancia, del querer y le respetar. Los hijos lo son todo.
EliminarSeñora , me pongo de pie. Tiene toda mi consideración. Un beso muy grande.
EliminarCuando estábamos en su vientre, la escuchábamos cantar. No sabíamos qué era esa voz dulce que nos tranquilizaba y que parecía proceder de un más allá misterioso.
ResponderEliminarAsí lo percibíamos desde dentro de esa calidez dulce donde empezaron a aparecer las primeras luces, formas de colores; era la primera vez que entendíamos lo que significaba ver luces.
Pero su voz, cantándonos, o hablándonos, era un misterio apasionante dentro de ese vientre que representaba todo nuestro universo entonces (algunos no creíamos que hubiera nada más fuera de ese vientre). No podíamos imaginar nada más que fuera diferente, o que estuviera más allá, de ese vientre que era nuestro “todo”.
Hoy, en este mundo que habitamos (cincuenta o sesenta tantos años después de nacer, de haber abandonado ese vientre cálido y de haber comprendido unas realidades antes inimaginables) escuchamos, si nos fijamos bien, una voz cálida y dulce más allá de este mundo que parece ser nuestro todo (algunos creen que no hay nada más). Igual que entonces, muy pronto, abandonaremos este “todo” nuestro de ahora, que parece lo único, y descubriremos otro mundo, y a Dios Madre, cuya voz cálida y dulce ahora sólo nos llega misteriosa e incomprensible cuando nos detenemos a escuchar el silencio y a dejarnos poseer por el asombro y el misterio.
PRISCILIANO
Me gustaría (aparte de mi madre y la madre de mis hijas) hacer un MENCIÓN ESPECIAL a aquellas madres separadas, que tras el drama de la separación no han "tirado más leña" con el padre de los hijos comunes en beneficio de los niños...
ResponderEliminar(en general la mayoría de los casos que conozco) Unas auténticas heroínas sabedores que lo primero son los hijos.
Comparto todos esos comentarios acerca de las madres, pero insisto que el mío va referido claramente a los países del tercer mundo, no precisamente a esta calidez -que comparto sin duda- de nuestra confortable civilización occidental.
ResponderEliminarInsista insista. Usted no tiene ni idea de lo que sucede en los países del tercer mundo. Hay de todo, como aquí.
ResponderEliminarLo de la " calidez", no se enfade, le ha quedado muy tralarala mojón
Luces pocas.v