Hace unos meses tomamos la decisión en casa de no ver las Noticias. De ninguna cadena. Sólo series, alguna. Y en la medida de lo posible - cosa que parece imposible- no seguir nada.
Pero es propósito difícil. El móvil no hace más que lanzar cebos y resulta imposible sustraerse a tanta información.
Vivimos en un mundo rodeado de malas noticias. Y de propaganda. Vivimos en un mundo donde todo es un desastre. Ya poca gente ríe, o sonríe. Dicen que los niños ríen doscientas-trescientas veces al día. Y nosotros no llegamos a veinte al mes. Mucha mala leche.
El otro día fui a Urgencias por un esguince y el médico me echó una bronca. Le dije " ¿ qué, hemos pasado una mala noche en una mala posada?" . El tío se puso hecho un obelisco.
- ¡Síéntese allí!...¿ por qué ha dicho eso?
- Le veo enfadadillo.
- Porque la gente viene aquí y estoy harto del buenismo. Usted es un irresponsable y alguien se lo tendría que decir.
En fin, no le mandé a tomar pol culo porque a lo mejor le gustaba.
Al final de la vida, lo único que importa son los seres que has querido, las personas que han estado a tu lado. Y hoy - lo veo en la Cruz Roja cuando llamo a personas mayores- la causa principal de tristeza es la soledad.
Cuando estábamos tristes, ¿qué hacíamos? Nos abrazábamos, nos tocábamos, nos acariciábamos. Mi madre, que es una guasona, se cachondeaba. Y era balsámica. Ahora le pregunta la peña a la IA qué tenemos que hacer, o buscamos en Google.
El otro día vi un vídeo maravilloso de Albert Espinosa, y decía que el objetivo de la vida es irse a dormir sin miedo y despertarse sin angustias.
En Monterols- un Colegio Mayor que era una Escuela de muchas cosas- veía mucho tío angustiado, y cabreado y buscando quedar bien. Mucha angustia. Gente joven que en aquellos años corríamos, corríamos, corríamos, pero no se sabía por qué corríamos.
Pero eso también me pasó con los Urelles, y con Serunión. La peña iba muy jodida y todo era cuentas de resultados, dinero, contactos. Una mierda. Y cundo murió Manuela me dije "¡alto!, por qué corro, para qué vivo, para quién , me paso la vida corriendo sin sentido".
Y dije, "¡ a la mierda, me voy a Guatemala y que sea lo que Dios quiera!".
En aquel momento me di cuenta de que la vida cambiaba en un instante. Se muere tu amor, la razón de todo por lo que trabajas, eres feliz, ganas dinero. Y pensé que no valía la pena vivir así. Y encima te mueres. Entendí que lo único que importaba en la vida es ser el mejor Suso que pueda ser.
¿ Me equivoqué? Yo creo que no. Pero me da igual. Hice lo que creí que debía de hacer. Después me he cruzado con el típico tío que te habla de "las cinco leyes leyes del éxito», con tres divorcios y una cara de gilipollas que no puede con ella, y te dice cómo ser feliz. Y pienso "No me toques, coño. Apártate". Porque la mala suerte se pega.