LOS RAYOS X.

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martes, 1 de julio de 2025

Hace unos días me escribió una lectora agradeciendo la sintonía que tenía con el blog. Lo definía como unas " memorias compartidas". 


Todos somos parte de todos. Es muy difícil que no haya puntos en común.   


Aunque es cierto que muchas entradas en estos años han sido algo parecido a unas memorias , he procurado no mirar atrás. Escribir Diarios- que muchas veces es lo que hago-  también puede ser mirar "a través de" , porque el paso del tiempo da al  alma propiedades de rayos X. Para mi, el tiempo pasado no es tiempo ido, sino tiempo acumulado, y uno se parece a esas historias del Quijote al que por el camino van uniéndose otros personajes, ninguno de los cuales puede ser separado de los demás ni de uno mismo, y algunos llegan a adherirse con tanta fuerza que su presencia duele. 


Añádase todos los hechos, pensamientos y emociones y se obtiene una masa de tiempo que unas veces es un amasijo viscoso y otras, una piedra preciosa más grande que los planetas y las estrellas.


En el colegio, en los jesuitas de Zaragoza, aprendí una sexualidad rara, y también  a jugar a fútbol contra un cura con sotana lanzar , y a colarme sin pagar en el tranvía, yendo en la trabuca . A enamorarme de una manera desaforada, a rezar con miedo. Me enseñaron a escupir por el colmillo,  a a andar como John Wayne, , a fruncir el ceño, a aguantar como un hombre. Me enseñaron a fumar, y alguien me dijo que la pose de un hombre es su filosofía. Me enseñaron a decir tacos, me hicieron entrega de aquellas palabras como si fueran una navaja de bolsillo o un buen traje, algo que todo  chaval debía tener. Me enseñaron a cascármela.


Me enseñaron que cabrearse tenía muchas utilidades, porque ser mal hablado servía para liberar la ira, para ahuyentar a los enemigos, para convocar a los aliados, para lograr que la gente se riera aunque no quisiera. Me enseñaron a pronunciarlas con violencia, guturalmente, incluso con elegancia, para sacarle todo el jugo. ¿Por qué preguntar mansamente qué pasa, decían, cuando podías preguntar qué cojones pasa?


Y en la opus aprendí más cosas. Otras personas y otros caminos. Ese club Cuellar , ese  Monterols , era un sistema intrincado de gestos y rituales, donde cada uno  tenía una manera única y exclusiva de ser, pero con un común denominador muy sospechoso. Un De Dou que tenía su capillita de fieles. Un Boza que hacía lo que le petaba. Un cura que padecía Asperger. Un estudiante que venía del rural y tenía un ángel en su interior que luchaba por salvarle. Un  gay que hacía lo imposible para que no se notase su naturaleza. 


En fin, todos los hechos, pensamientos y emociones de la vida de uno que unas veces es un amasijo viscoso y otras, una piedra preciosa más grande que los planetas y las estrellas.  Somos la destilación de muchas vidas anteriores.

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LO HABÍA OLVIDADO.

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lunes, 30 de junio de 2025

Hace unos días fui a misa. Llegué con  unos cuántos minutos de  antelación. Estaban terminando la catequesis. La pobre monja que dirigía  a aquellas crías y críos- encima es india, de Benarés- se la veía desesperada, como un alguien llevando una manada de  gatos por una carretera. 


Uno, que algo  sabe, estuvo a punto de sacar  la parte de mi que aún añora esos años de profesor de primaria. Pero no. Ya no es mi tiempo. Y, con toda seguridad, creo que no serviría para nada. 


Mientras esperaba recordé mi  infancia. Cuando las catequesis se impartían con unos lienzos de vivos colores  y un puntero donde el cura te mostraba un  Ojo  enorme , y un triángulo, y te decía  : Dios  lo ve todo.


Me acuerdo y no olvido. Hasta de mi primera confesión. El cura, un capuchino de barbas blancas, que me pidió que le enseñara las manos. Las debía de  tener sucias. Y me dijo:


- Vete a lavarlas. Aquí se viene limpio para salir limpio.


A mi me chiflaba la Historia Sagrada, que en aquellos años se daba en clase.  Yo llegué a conocer y a estudiar  la Enciclopedia Álvarez. Los que entonces éramos chavales nos sabíamos muchos nombres e historias que ahora los jóvenes de ahora no tienen ni pajolera idea. Ya conté de una universitaria que cuando le dije que España era un país cainita me preguntó " ¿ qué es eso?


-  De Caín y Abel.


- Ya...¿y?


- Pues que Caín mató a su hermano y los que se matan entre hermanos se llaman cainitas.


Puso cara de besuga y dijo " a vale".


Los días que más me gustaban en el colegio era cuando el hermano Babil  nos daba Historia Sagrada. Y yo me emocionaba , y me soñaba esas narraciones tan bonitas, cuando Booz y  Ruth- allí el tío ligándose a la moabita. O la burra de Balaam, cabreada como una mona. O cuando Jacob va a buscar novia para casarse y se encontró con su prima Raquel que estaba dando de beber a las ovejas, que me parecía una historia fascinante. 


Si alguien quiere saber y quiere conocerse , que lea la Biblia. 


Durante ocho, diez, doce años, viví escuchando esas maravillosas historias - algunas de una crueldad aterradora, otras de una poesía que no acababas de entender. Pero andabas, vivías, y  mirabas todo aquello de un modo natural y rutinario. No te hacías preguntas. Daba igual si Esaú tenía el brazo lleno de pelo como una oveja. O Sansón se va a tomar pol saco por culpa de una  mujer.


Pero un día , no sabes cómo, todas las piezas de ese puzle se juntan, y entiendes.


Yo recuerdo bien aquel vértigo, aquel primer gran miedo del pecado sobre mi cabeza, aquel inmenso dolor de ver que tú también  eres ese David del primer abismo con Betsabé. Y eres Moisés salvado de las aguas. Y eres el hijo pródigo. Y escuchas al gallo de la Pasión. Y eres Judas. Y conoces a uno que se parece mucho al  profeta Oseas, ése que Dios le dijo que se casara con Gomer, la prostituta, la cual dio a luz a dos hijos, cuyos nombres representan las consecuencias del pecado del pueblo de Israel: No-amada y No-mi-pueblo.


Y todas las piezas se juntan.


Comenzó la misa. Volví a aquellos días de ayer, aquellas nubes distintas, aquella luz como un estallido de silencio. Lo había olvidado, es cierto.


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TIEMPO DE CEREZAS.

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domingo, 29 de junio de 2025

La última vez que fui a Zaragoza compré cerezas en el Mercado de la plaza del Pilar. Ese color rojo  barnizado me encanta.


Hay una novela de Gabriel  Miró que se titula " Las cerezas del cementerio". Narra los amores entre Félix, joven de gran encanto y sensibilidad, y Beatriz, mujer mayor casada y de una extraordinaria belleza, que van a encontrarse con el rechazo y la incomprensión de todos.


La historia tiene un final inesperado, triste pero bello a la vez. Félix muere y es enterrado en el cementerio de Posuna, conocido por sus cerezos de cuya fruta, por respeto o por asco, nadie come. Beatriz e Isabel, joven que también amó a Félix, visitan su tumba y comen la fruta de los árboles sagrados, sorbiendo y comulgando de esta manera la esencia del amado con la fruta de los cerezos.


En sus páginas late el deseo, la esperanza del encuentro amoroso; pero no es únicamente algo físico: está lleno de piedad, de necesidad de consuelo, de ternura.


Entiendo muy bien ese tipo de amores, ¡maravillosos!: dar todo  a cambio de nada.


Me recuerda esta novela  la  historia que se cuenta de algunos pueblos de Castilla. En las  cunetas de bastantes pueblos de  los  Montes Torozos   asesinaron a muchos  republicanos  durante la guerra civil. Se cuenta  que  durante años , creo que aún perdura la costumbre, no se cazaban conejos por ser éste un animal carroñero. Por respeto a sus difuntos.


Recé en el Pilar y después disfruté comiendo y  andando  por la calle saboreando la pulpa, un poco ácida. ¿Qué va a pasar  conmigo?  La naturaleza tiene unos ciclos para las semillas; y nosotros también tenemos  nuestros ciclos. 


Me encuentro  como el protagonista de una película de Berlanga,  Plácido.  Trata  de  un pobre diablo de los años sesenta  que le vence la letra del motocarro precisamente el día de Navidad. Entre la ternura y el sarcasmo más cruel, el protagonista  busca   una ayuda de forma desesperada mientras sonaban alrededor canciones de paz. 

Ratoneo por las calles como ese  hombre  , entre gente anónima, lejana. Pero estas cerezas le redimen a uno  y le limpian. Sabes que tú también tienes tus ciclos, y llegarás a madurar  y ser cereza que alguien saboreará. 

THE LEFTLOVERS.

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sábado, 28 de junio de 2025

He visto esta serie que recomiendo con entusiasmo. Desconcertante, maravillosa, una obra maestra.  Me ha dejado descolocado.  Una historia con muchas lecturas: el amor, la ausencia, la locura, la tristeza,  el fanatismo, la fe, Dios, las creencias. Un estudio sociológico y psicológico del comportamiento humano que sirve para adentrarnos en los miedos y las absurdas reacciones de un cúmulo de personajes ante un hecho tan inquietante como inexplicable.


Todo está magníficamente contado, rodado, con una absorbente banda sonora y una sublime fotografía. Las actuaciones, todas, magistrales.


Ningún capítulo de las tres temporadas tiene desperdicio , hasta una moraleja final sencilla, y directa a las entrañas del espectador, donde las escasas respuestas son innecesarias, ya que lo que realmente importa es el camino recorrido, y como lo han pisado de manera firme y convincente.


Desaparece el 2% de la población y nadie sabe por qué. Pero lo fundamental de la trama se centra en el 98% restante que se queda. En cómo reaccionan, cómo se sienten, cómo se ubican y recuperan en un mundo en el que nada tiene sentido. Es una serie llena de mensajes profundos, que te hacen reflexionar, que te hacen pensar, y que te hacen sentir. Y, en ocasiones, te dejan fuera de combate.


Unas escenas emocionalmente demoledoras; y unas interpretaciones que te llegan al alma, The Leftovers para mí es una serie que si le das 3 o 4 capítulos, te impactará seguro. ¿Qué sentido tiene todo? ¿Realmente merece la pena? ¿Qué hacemos aquí, a dónde vamos?


Para algunos la conclusión de la serie es tremendamente profunda y pesimista. Yo pienso que sí, pero hay un poso de felicidad, de alegría, si la buscas.  Es verdad que  nada tiene sentido en el mundo actual. No somos felices, estamos perdidos, pero si buscas el amor, lo encuentras.


The Leftovers no es que deje más interrogantes que respuestas, es que tanto unas como otras en realidad no importan. Importan los caminos, el proceso, la evolución, los andamios que has necesitado para hacer esto, lo otro o lo de más allá. 


Y claro, importa el amor, siempre el amor, o el pragmatismo, ¿o era la fe?


No os arrepentiréis. Para mi una obra maestra.


Está en HBO.



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LOS HELADOS: TIEMPO DE INFANCIA.

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viernes, 27 de junio de 2025

Estos días acostumbro a tomar un helado al salir del Gimnasio. Hay una heladería de Caldas que  los hace maravillosos


Para mi invitar a un helado, ya sea  en forma de polo, de tarrina, de sorbete, de cucurucho , es regresar a la infancia. No conozco a nadie que no disfrute tomando un helado y no se le vea feliz.


En el congelador de casa siempre hay helados. Desde los más chungos de hielo y palote - que me chiflan- hasta los más sofisticados. Hay un cucurucho del Mercadona, pequeñito , de chocolate, que lo como y parezco un niño en domingo.


En mi familia hemos vivido muchos días de Camy. Cuando los Magnums aún no existían. Y mucho polo . Cuando pagaba  mi padre en pesetas. A veces después de misa, otras chorreando sudor al terminar  una tarde en las bicis. Y a veces con los ojos irritados del cloro de la piscina.


Para  mi el helado siempre será un refugio , un algo para pasear a ninguna parte mientras chupo fresa, o chocolate. También me sucede con las pipas, pero allí nos empiezan a perseguir los de siempre: los que sólo piensan en joderte la vida.  


Cuando me acerco a  las vitrinas de la heladería, y veo los distintos sabores y los letreritos, pongo los ojos de un niño. Con esa mirada golosa y única que ha sobrevivido a los años.


En fin, parece que he ido   creciendo  y pasé por Camy, pasé Miko, pasé Avidesa… pasaron los veranos. Ahora, aquel niño tiene 68 años.  La vida es un parpadeo. In ictu oculi.  La vida es un crío jugando al pañuelo, ¿ lo cojo primero, o  dejo que lo coja? Y, de repente, notas  que alguien te toca la espalda antes de llegar a refugio.


Ojalá te toque con  un helado en la mano. Dando un lengüetazo al cucurucho  de tus días. ¿ qué más se puede pedir?:  intensidad y dulzura.


Haz la prueba hoy . Cuando salgas de trabajar, siéntate en la terraza de una heladería y  ya verás qué bien.


El helado es una máquina del tiempo maravillosa. Te sientas, y mientras sorbes  y lames las gotas que se deslizan por el vasito, recordarás , tan feliz y tan campante,  los años que ya se fueron.


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SI CREES ESTO, PUEDES HACER CUALQUIER COSA.

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jueves, 26 de junio de 2025

Había un hombre que no creía en nada más que en lo que veía y lo que tocaba. Y  casi ni eso.


Aquel hombre echaba de menos algo en su casa,  pero no sabía bien el  qué. Un día salió a andar y vio una pequeña iglesia vacía. Entró y vio un Nacimiento. 


Se sentó . Observó la  mula,  un animal híbrido y estéril. El buey , un toro castrado. Miró a san José, sobre el que recaía, al menos humanamente hablando, la peor de las sospechas . La madre del Niño que se afirmaba que era Virgen, y concibió de su vientre  al Hijo de Dios, por obra y gracia del Espíritu Santo. 


Echó un vistazo a unos ángeles colgados encima del Pesebre ,  cantaban en la noche "¡Hosana en el cielo y paz a  los  hombres  de buena voluntad!"·


Unos pastores , desde montañas de corcho,  bajaban con ovejas, a ofrecerles queso, y se  les veía  tan felices y tan campantes.


Reyes de Oriente llegaban siguiendo una estrella...y cuando llegan se arrodillan a adorarle.


Un rey busca matar al niño. 


Aquel hombre miraba aquello y pensaba que desde cualquier punto de vista que uno se enfrentase a ese Misterio era de maravillar. Y lo que más le sorprendía era que allí toda esa gente  decía "sí"  a algo  que no entendía: la Virgen, san José, los pastores, los Reyes...¡todo esa gente dice "¡sí!".


El hombre salió llorando de la pequeña capilla.


Bien, si crees esta historia eres un sentimental y , probablemente, puedas alcanzar la fe, si la pides. 


Y puedes hacer cualquier cosa.

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SALVADO DE LAS AGUAS.

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miércoles, 25 de junio de 2025

En el gimnasio al que voy hay de todo. Desde el metrosexual galaico portugués , hasta el rústico del Umia, río que da nombre a la comarca y sus moradores. 


Hace unos días, dándole a  la hebra con un paisano que se acaba de incorporar a la rutina de jadeos, sudores, mancuernas y pesas, me contó la razón de su asistencia. Tuvo un infarto conduciendo un Trailer.  Le pilló el fallo cardíaco en Munich y por miedo a ingresar en un país que desconocía  la lengua  y costumbres, decidió seguir infartado hasta Vigo.


Fueron los médicos los que le han aconsejado ir al gimnasio.


Este hombre me parece un hallazgo. Es un héroe sin capa ni disfraz. 


Observando los usuarios , ellas y ellos, creo que ha llegado el momento de que salgamos del armario los comunes, es decir, esa buena gente  que nos encontramos a la salida del Lidl, la señora que nos cruzamos en la calle cuando va a buscar a su nieto a colegio, o el jubilado del bar que está leyendo el periódico. O sea, el que no se da un pijo de importancia. Y eso es lo que descubrí en ese buen hombre que hablé a la salida del gimnasio. 


Nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas sencillas, comunes. muchas veces olvidadas. Que son los que escriben de verdad los acontecimientos decisivos de nuestra historia: enfermeras, médicos, reponedoras de supermercados, limpiadoras, camarer@s, transportistas...


Son es@s  que lleva un chándal,  de oferta  tres por uno,  marca TEX, que es el del Carrefur, o unas zapatillas de los chinos, y calcetines de lana blancos, de media caña.


Gente sin pretensiones, que no se miran al espejo haciendo posturitas. Son la muchedumbre que no tiene mitos fundacionales.


A veces tengo la impresión de ser como como ese niño que la  hija del faraón rescató de las aguas.


También estas personas flotan en cestitos así, van a la deriva, sol@s en sus casas, en su vida, y esperan a alguien que los salve. 


Llevan una llama con ellos - sí, una llama, lo he visto-  una llama que no se debe apagar. 


Leí que no existe militancia sin un mito fundacional. No hay chica pija que no tenga su influencer, ni guaperas que no lleve pendiente a lo Cristiano. Los del Orgullo Gay también tienen sus mitos ( como no soy gay ignoro cuales son). En la moda, en la religión, en las canciones...¡todo está poblado de mitos fundacionales a los que siguen miles y miles de fanáticos. 


En mis años  de joven profesor, había un estereotipo de profe que lleva zapatos sebagos, la americana porcima de los hombros , pantalón gris, la agenda Finocam, y una manera muy típica de andar, de mirar, de pasear, o de recibir la confidencia.


Algunos, estos ya eran de nota, se habían enterado de que san Josemaría usaba la colonia Atkinsons, y se atufaban de ella con manguera.


Lo que quiero decir es que hay que encontrar un tío que abra camino para que surja una legión de  peña que viva el Orgullo del Melasudismo. Un tío normal, da lo mismo sea  gordo o esmirriado,  un tío que no reivindica ninguna marca, que  lleva zapatos de rejilla, que habla sin tonterías, o sea, que no dice "icono de belleza", ni gilipolleces de esas. Que es cervecero,  que anda raro, que no es que se ría, se descojona. Es normal, y entiende lo justo cuando está  fuera del medio en que se desenvuelve.


Porque esa gente he descubierto que es la que de verdad vale.




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