De crío quería ser muchas cosas. Básicamente lo último que veía en el cine, o en la televisión, o en en algún tebeo. He sido muchos Chaplin, Cantinflas, De Funnes , Jerry Lewis . Hacer reír me chiflaba. He soñado con ser pirata, desenterrar un tesoro, perderme en paisajes extraños, visitar tugurios de pecado y mujeres fatales.
Hace poco , cerca del Río Gallo, vi un señor con una bandeja para cribar la arena y otros sedimentos que arrastraba el río. También llevaba un detector de metales, y unas botas katiuskas.
Me quedé maravillado. Era el primer buscador de metales preciosos que veía en mi vida. Iba barriendo la orilla.
Hablé con él. Me contó que también trabajaba playas, allí encontraba anillos, alguna moneda...
Le pregunté si alguna vez le había sonado un pitido extraño , confuso, como sideral, y había encontrado, yo qué sé, un cadáver putrefacto con joyas y tesoros , o un baúl abandonado y enterrado en la tierra después de un naufragio lleno de doblones de oro, esmeraldas y rubíes.
- ¡ Sí hombre, y con un loro disecado en el hombro!
A mi el cine y las novelas me han dejado averías muy importantes. Ese hombre no tenía alma de poeta. Era un fenicio.
Alguien dijo que en la niñez vivimos y después nos vamos muriendo. Y buena parte de aquella vida era la candidez. Creíamos en cosas imposibles. Incluso amar la vida y abrazarla, y querer darle la vuelta como a un calcetín Borrar las fronteras a nuestra realidad, atravesar los límites de la cordura , habitar mundos más fantásticos y maravillosos que los que uno habitaba.
Cuando un jesuita me hablaba de ir a convertir a Misiones yo decía " ¡ yo, yo", cuenta conmigo!". Y si hubiese aparecido el director de un Circo y buscase uno que cuidase los monos, también me hubiese ido con él. Y cuando apareció otro jesuita, y otro Circo, y otros monos me fui de punta cabeza, sin pensármelo.
Pero, ¡ joder!, soy igual de ingenuo que de chaval. No penséis que he escarmentado. En el fondo, sigo pensando que hay tesoros enterrados.
De ese río turbulento y embarrado que es mi vida también voy cribando la arenilla y la gravilla , para sacar una pepita de oro de mi vida , que no es otra cosa que el placer de la carcajada, el brillo de una mirada de amor, el perdón , la alegría...
Yo también sigo buscando pepitas de oro.
Hace unos días celebramos el día de la madre. Recuerdo que mi padre cuando hablaba de ella decía que una madre era " un tesoro". No era hombre de cursiladas, pero no me cuesta nada imaginar que le llamase " mi tesorico".
Ahora me doy cuenta de cuál es ese tesoro que ee hombre buscaba en el lecho de un río. ¡ No estaba allí! Está en casa. Tan cerquita.
¡ Dios mío, estoy volviendo a casa y ahora entiendo!
No me equivoco si digo que de estas cosas que soñaste ser las has sido.
ResponderEliminarY si puedes ¡sigue siéndolo!
En eso estoy.
EliminarAfortunadamente nosotros no tenemos que buscar el agua que sacia, como un zahorí.
ResponderEliminarNuestros padres nos han enseñado que la vida tiene sentido y ese manantial es el manantial de los manantiales, no hace falta nada más.
Esta herencia es más grande que los vinos Mendive o todo el oro del mundo. Podemos recogernos en oración y no hace falta ir de un sitio para otro "a ver que encuentro".
Los hay que somos incorformistas de serie.
EliminarComo tampoco nos conformamos con los vinos Mendive, siempre hay opción mejor, cosa nada difícil con ese vino.
Acéptese la broma…
De hueva hoy. Y si porque te leo te lo digo. De hueva.
Eliminar¿Podría definir el significado" de hueva"?
EliminarPereza
ResponderEliminarFlojera
ResponderEliminarPues vaya, yo pensaba que era como de " buena onda"
EliminarMí gozo en un pozo.
No lo tomes a mal. Es expresión mexicana. Crei que estando en Guatemala la habrías oído.
ResponderEliminarNo me sabe mal. Y menos viniendo de México.
Eliminar