AUNQUE LO POSEAS TODO.

lunes, 6 de noviembre de 2017



Muchas veces me lamento  por lo que no tengo. 

Pero ahora lo que más falta me hace no es lo que deseo, sino lo que ya poseo: escuchar esta lluvia  que es cosa fina, escribir, ordenar el apartamento donde vivo, atender un  madrigal de Monteverdi, y amar esta hora.

Muchas veces usamos  de una manera absurda lo que tenemos, la gente que nos acompaña, la vida que podemos disfrutar, y la peor de las privaciones consiste en ese mal uso.

¿Quién necesita más el pan que alimenta, el que tiene hambre o el que lo vomita?

¿Quién está más necesitado  de amor:la chica que está esperando que aparezca su príncipe azul, o el  vicioso que corrompe todo lo que toca?

¿Quién está más lejos del verdadero Dios: el ateo angustiado por el vacío de un cielo sin respuesta, o el beato que estruja la fe con su corazón como si fuera un amuleto  que besa histérico y atormentado?

Me quejo de mi pobreza, y no considero el uso que hago de mi riqueza.

Más:si eres  incapaz de percibir ese brillo divino escondido en cada cosa, aunque lo poseas todo, no tendrás nada.





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