Supongo que habréis conocido a esas personas que son superlistos. Esos tíos que confían sus decisiones a una especie de sexto sentido que sólo ellos tienen, y que suele estar basado en una experiencia que le sucedió una sola vez, pero para ellos eso es una ley.
Son peligrosísimos. Yo he conocido muchos. Porque, además, acostumbran a ser obsesivos compulsivos. Yo he vivido con mucho TOC.
Estos tíos, cuando tienen una idea, una opinión formada respecto a algo, muchas veces nacida de una experiencia anterior que se les ha quedado grabada y se han identificado con ella , sólo ven aquello que confirma su opinión.
No citaré nombres porque alguno ya está Pallá. Pero he vivido con muchos que te decían " llévate el paraguas que va a llover".
- ¡Si hace un día maravilloso!
- Ya. Pero se me han ahumado las gafas esta mañana y eso es que va a llover.
¡ Coño!- pensaba yo- o sea, que se le empañan las gafas y eso es que va a llover. Y, encima, que me lleve el paraguas..
Y es que el notas un día que se le empañaron las gafas debió caer la mundial jarreando y de allí salió la " Ley del Cristal Ahumado" de X.
Ni lluvia ni leches. Pero, no importa: " ha llovido aquí al lado". Aquí al lado es en Vietnam.
O ése , en Tarragona , que decía : "cuando hay luna llena los niños en el colegio se ponen insoportables y se dedican a tocar los cojones. Los niños se alborotan más". La verdad es que así, en general, los niños en los colegios siempre tocan los cojones. Pero éste un día vio la luna llena y al día siguiente se la liaron parda.
Pero, insisto, con luna llena y sin luna llena, los niños tocan los cojones.
Este tipo de gente casi viven de la superstición, de creencias, que aun no siendo verdad, no teniendo ningún fundamento, ninguna base, siguen creyéndolas porque las confirman con evidencias seleccionadas que les dicen " ¡eres un lince!" Y cuando la realidad te confirma algo que tú pensabas, tienes razón, te da la razón y te hace sentir bien.
Hay un psiquiatra por allí considerado un genio en sus intuiciones.
Luego está este mismo tipo que es el que te mira en plan : "¿ves? Lo que yo decía". Y cuando pasa alguna cosa que le contradice, que no concuerda con lo que él profetizó, con lo que pensaba, da la callada por respuesta y lo deja pasar.
Y si es jefe , te mete un paquete bronca guapa, por gilipollas.
- ¿ De qué te ríes tú, atontao?
También conozco algún especímen. Mejor dicho, alguna especímena.
ResponderEliminarRecuerdo una que se jactaba de tener una gran "intuición femenina". Y es lo que dices, cuando acertaba, todo eran parabienes. Cuando no acertaba, se echaba tierra encima y listos. Aquí no ha pasado nada.
Soy de la opinión de que la "intuición femenina" es una deducción inconsciente, fruto de, como tú dices, experiencias del pasado, que pueden ser muy simples, como los ejemplos que das, o pueden ser algo más complejas. Solo que no te das cuenta. En un segundo se procesa toda la información y ¡zas! Sale lo que sale, que puede ser acertado o no.
La tengo muy desmitificada, a la intuición femenina. La verdad, prefiero tener deducciones conscientes.
McC
He conocido muy pocas mujeres que no digan eso de "yo tengo algo de bruja". Un mito.
EliminarUn mito. Estoy de acuerdo.
ResponderEliminarMcC
Hasta cierto punto un mito. Yo me sorprendo mucho cuando mi intuición me dice que Cuidadito con ese (o esa). Y luego va y tenía razón. Así que yo a mi intuición la tengo en alta estima, me ha salvado de muchas guerras. También me ha soplado que me tiré a la piscina a rescatar a una hija mía de 3 años que estaba debajo de una lancha flotador. Esto fue estando yo de espaldas a la piscina. Y la rescaté. También mi intuición me ha despertado muchas noches pa lea rezar por uno de mis hijos que estaba en ese momento en peligro. Peligro del que me enteré más tarde. Y así te puedo contar las mil y una noches. ¿Me fío de mi intuición? Después de haberle dado patadas durante años cuando me decía que aquello del futbol no tenía sentido, ahora la tengo en muy alta estima.
ResponderEliminarAdmiro esas personas que les pasan cosas así.
EliminarPues yo soy de los que llegan tarde, y se entera cuando ya le han dao. Ahora escucho a las que me avisan, porque suelen ser mujeres, dos en concretamente: mi parienta (como dicen aquí) y una antigua compañera de trabajo que lo sintetizó bien: ·"es que eres tonto, chaval". Y la clavó.
ResponderEliminarMe gusta perderme en el blog, por cosas como estas.
Me parece muy acertada la postura de McC cuando escribe: “...La verdad, prefiero tener deducciones conscientes”. También en relación con lo que escribió un Anónimo el 16 de julio de 2025 a las 15:06: “... tengo mis dudas filosóficas sobre la bondad: ¿por qué ser buenos?”. Me parece una excelente pregunta, que me hizo reflexionar, aunque desde un ángulo ligeramente distinto: ¿Puede existir una ética universalmente válida sin un legislador autónomo del ser humano (lo que muchos llamamos Dios)?
ResponderEliminarExiste una diferencia fundamental entre mi visión y la de muchas personas de mi entorno. Constato que muchas de ellas —incluyendo a mi esposa, buenos amigos y conocidos— son agnósticos o ateos, y consideran natural llevar una vida virtuosa. Parten de la idea de la buena intención del prójimo; consideran normal y evidente que uno se esfuerce espontáneamente por el bienestar de los demás y de la sociedad en general. Y lo llevan a la práctica en sus acciones.
Estas constataciones despiertan en mí una serie de reacciones mixtas:
• Admiración (es hermoso, y me inspira hablar con personas así)
• Envidia (en realidad, yo también querría pensar de forma tan “espontánea”)
• Rechazo por la falta de razonabilidad (yo no pienso así; va en contra de mi entendimiento)
Como el Anónimo del 16 de julio, no puedo, desde la razón, comprender por qué debo actuar “bien” en lugar de “mal” en una situación concreta si espero obtener más ventajas que desventajas actuando “mal”. No puedo dar ninguna respuesta a esta cuestión a menos que incluya un legislador independiente (autónomo respecto al ser humano) en el razonamiento. Y precisamente eso es lo que mis seres queridos ateos y agnósticos no necesitan hacer.
Recientemente volví a leer la Ética a Nicómaco de Aristóteles, en la cual el autor habla en varias ocasiones de un Dios trascendental, pero no necesita a ese Dios para fundamentar su sistema ético. Para él, comprometerse con la polis y vivir como una persona virtuosa es la manera racional de actuar. No puedo seguirlo en eso. Al parecer, mis seres queridos a los que me referí antes son más aristotélicos que yo.
Resulta intrigante que la gran mayoría de las conclusiones prácticas a las que llegan Aristóteles (y mis seres queridos) en su reflexión sobre la ética coincidan con lo que yo considero una buena conducta (por ejemplo, la práctica de las virtudes). Sin embargo, para mí esas conclusiones no son evidentes ni lógicamente sostenibles sin involucrar a Dios en el razonamiento.
Existe un consenso general sobre la existencia de valores morales objetivos. Cuando digo “objetivos”, me refiero a “universales”, válidos para todos, sin importar el tiempo ni el lugar: por ejemplo, violar a alguien siempre está mal; matar a un inocente siempre está mal; exterminar a un pueblo siempre está mal. Se trata de valores innegociables, absolutos y verdaderos, sobre los cuales no se puede tener razonablemente una opinión personal, del mismo modo que decir que 2+2=4 es siempre y en todas partes verdadero, independientemente de lo que tú o yo opinemos al respecto.
Pero, ¿sobre qué base puedo afirmar que castigar deliberadamente a un inocente o violar a un niño siempre está mal, sin importar lo que piense la mayoría de las personas al respecto? ¿Cómo puedo afirmar con certeza que los campos de exterminio estaban mal sin temer que esa afirmación sea simplemente una opinión y que, en realidad, se podría pensar diferente con igual legitimidad?
SIGUE
A mí me hacen gracia (y rabia) los economistas que siempre predicen la debacle y de vez en cuando aciertan.
ResponderEliminarCuando aciertan salen en todas las radios y aparecen como verdaderos gurús económicos.
La realidad es que hacen cien predicciones y aciertan una. Santiago Niño Becerra, un economista catalán, es especialista. Lo oyes por la radio y te deprimes con sus profecías de hundimiento económico, de vez en cuando acierta.
Hay que reconocer que el pesimismo fin del mundo vende mejor que el optimismo.
PS: la gestión para la que pedí apoyo de oraciones ayer ha salido muy bien. Gracias a todos.
Me alegro mucho!!. Un abrazo.
Eliminar(parte 2)
ResponderEliminarLa única respuesta lógica me parece que es: sin un legislador autónomo del ser humano (Dios), no pueden existir valores morales universales. Sin involucrar a un legislador autónomo, no pueden existir valores objetivos, sino únicamente opiniones de individuos que pueden cambiar con el tiempo y el lugar.
Por supuesto, con esto no quiero decir que no sea posible llevar una vida moral sin creer en Dios (muchos ateos o agnósticos que conozco viven según estándares morales más altos que muchas personas creyentes), sino que sin Dios no existe ninguna base lógica para hablar de valores morales objetivos.
No puede haber nada que sea siempre “bueno” o siempre “malo”; lo que es bueno o malo dependería entonces de lo que un individuo o determinada sociedad considere como tal en un momento dado. Pero si ese es el caso, significaría que, por ejemplo, en una determinada sociedad podría considerarse normal o incluso bueno exterminar a alguien por ser “diferente” (por ejemplo, por ser judío o estar enfermo), y entonces ese exterminio sería quizás “bueno” allí y en ese momento. Y esta conclusión me resulta inaceptable.
Es también por estas reflexiones que considero a Antígona una figura muy positiva dentro de la tragedia griega. Su afirmación de que se deben obedecer las leyes de los dioses antes que las leyes de los hombres (y su disposición a morir por ello) crea en mí algo más que un vínculo emocional. Me parece que ofrece el único fundamento lógico y racional para una ética objetiva.
En mi caso, si no hay lugar para un legislador autónomo, la ética se limita a maximizar mi placer y utilidad en el presente. Eso es lo que encuentro racional. Tristemente, sin considerarme “superlisto” – para volver a la entrada de hoy, si me creyera capaz de "ganar al sistema" (el conjunto de reglas en Atenas, Barcelona o Kamchatka), o si formara parte de la élite, probablemente no me interesaría el bien común. Solo introduciría el concepto de “bien común” en el momento en que me resultara beneficioso, aquí y ahora. Y con esto constato otra vez la evidencia del pecado original. Pero este es un tema para otra entrada.
En cualquier caso, es esperanzador constatar que aún hay personas como mi esposa que, de forma espontánea y sin complicarse con demasiadas pajas mentales y razonamientos , saben reconocer espontáneamente la importancia del bien común.
¿Alguna reflexión más? Que sea más breve, por favor…
ResponderEliminarOK. Siento se me haya escapado la mano.
EliminarLo bueno, si breve…
EliminarSanyi, me alegro (que haya salido bien). No sé si tiene que ver con aquel injusto litigio tributario, deseo que ese conflicto también lo hayas podido solucionar. Buen fin de semana!
ResponderEliminarGuiri, no hagas ni caso a los anónimos trolls que comentan con ánimo de tocarte la moral. En otras palabras, no dejes de escribir tus comentarios a tu manera. Tus intervenciones siempre están entre lo mejor del blog, te lo dice uno que lee a diario el barullo y a quien en una ocasión le pusiste un examen particular de larga duración: mortificar su curiosidad, la cual cosa vengo cumpliendo todas las semanas ;-)
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