EL DEBER DE SER FELIZ.

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lunes, 15 de septiembre de 2025

Hay personas  con piel humana  que  esconden un cerdo que se ha vuelto loco. 


Este  ser se pone en la cabeza las cosas más inverosímiles , chapelas, bonetes, sombreros, pañuelico de cuatro nudos, gatsby,   tiaras, cascos con cuernos de vikingo, de centurión , birretes, bonetes, y chisteras. Posiblemente  debajo de cada uno de estos sombreros hay  un cerebro dañado por la misma lesión: esa que segrega el oscuro deseo de ser feliz. 

Para conseguir este objetivo el hombre ha pergeñado catecismos, uniformes, grilletes, cámaras de gas, instrumentos musicales, tartas de mora, concursos y oposiciones , poesías y campos de concentración. Ha rezado y ha llorado impotente.

También se ha ayudado de brebajes , bebedizos ,  hierbas y raíces, milagros , trucos. 

Mientras unos fabrican detonadores , otros fuman cocaína , se empapan las venas con alcohol, o se bañan en agua bendita  . Desde hace miles de años andamos  huyendo de nosotros mismos. ¿Quién le persigue? Sin duda, esa ley interior  que le grita en su conciencia   que busque ser feliz. Un virus cerebral causante de su locura.

Desde que salió de  la  cueva el hombre lleva el sentido del deber agarrado a los hemisferios hinchados  del cogote. Le han enseñado de bien  pequeño   que tiene que levantarse a las ocho, tiene que ir al colegio , obedecer a mamá y a papá, visitar a los yayos,  tiene que enamorar a la pareja, tiene que conseguir el ascenso, tiene que alcanzar el cielo y ser  feliz , tiene que ganar dinero,  obedecer las leyes , normas y los reglamentos. Tiene que cumplir con su deber precisamente por ser su deber. 

Este imperativo categórico es un virus maligno. ¿Cómo desembarazarse de él ? Liberarse de este virus es una antiquísima aspiración del hombre. Algunos  lo han intentado mascando hierbas de olvido; otros han buscado la salvación  yéndose a lugares lejanos  a  besar labios de leprosos  ; algunas religiones han inventado la fe del carbonero, y el pueblo llano ha encontrado un remedio más a mano en la taberna o en el fútbol. 

Yo por mi parte, de vuelta de muchas cosas, creo que  no  hay nada que hacer. Lo ha dicho el profeta. Si quieres ser feliz, no hagas absolutamente nada. Túmbate  y  siéntete mirado por Dios, Él ya sabe lo que necesitas antes de que se  lo pidas.

ARREPENTIRSE DE NADA.

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domingo, 14 de septiembre de 2025

Leo una entrevista a Pedro G. Cuartango como se lamenta del trato con su padre en su  juventud. 


-  Creo que fue un error, una injusticia por mi parte, porque evidentemente mi padre no podía cambiar. El que tenía que haberle comprendido y haberse acercado era yo. Y en cambio mostré con él una actitud de absoluta oposición, de rechazo, de enfrentamiento, incluso de menosprecio. Ese es un pecado que llevo en el alma.


Me ha encantado. No soporto esas personas que afirman en su fatuidad “ no me arrepiento de nada”. “Si volviera a nacer, volvería a vivir esta vida”.


Pues yo sí. Me arrepiento de un  buen montón de cosas que no hice bien. Y las que hoy hago mal. Y, por supuesto, si volviera a nacer, ¡para rato me meto en ciertas historias!


Sólo los culpables se creen inocentes. Y para mi, desde bien pequeño, vivir ha significado decir muchísimas veces  “lo siento”. He fumado desde los 9/10 años, ¡imaginad las  ocasiones que me han  pillado in fraganti en robos para sisar el cambio a mi madre, o cogido en falta fumando un cigarrillo a escondidas...después los vicios fueron más grandes y, con ellos, las mentiras.

Y hoy estoy rodeado de personas que no dicen “lo siento”. Parece que “sentirlo” es una forma de debilidad ante el prójimo, que presumimos hijoputa, porque se aprovechará  de nuestra sinceridad.

Sí, vivir es decir muchas veces “lo siento”.

Sí, vivir es decir muchas veces “ perdón”.

(Puerta del Perdón: Santo Toribio de Liébana).






LOS SERES QUERIDOS. EVELYN WAUGH

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sábado, 13 de septiembre de 2025

Evelyn Waugh es un escritor que me gusta muchísimo. Retorno a Brideshead la he leído tres veces y me parece sublime.  


"Los seres queridos" es inolvidable. Una historia que se inspira en los delirantes ritos funerarios que Waugh presenció durante su estancia en Hollywood. Algfuien le comentó en una visita al cementerio de Forest Lawn Memorial Park que allí Religión y Arte alcanzaba lo sublime. Él lo que vio es un lugar horrible, hortera,  de un ternurismo repelente y de una cursilería empalagosa.


La novela se adelantó a su tiempo . Porque aquella  grosería almibarada de unos pocos ricos , hoy es una plaga que corroe  nuestros ritos funerarios. Anticipa un mundo neopagano, donde los animales han alcanzado la misma dignidad que las personas. 


Sé que algún lector no estará de acuerdo con Waugh - ni conmigo- , pero vale la pena enfrentarse a "Los seres  queridos". Para algunos eclesiásticos de la época la novela les pareció una novela irreverente, impía y exagerada. ¡ Ay, la estupidez y poltronería del sector cuando se pone burgués!


Tomarse a risa la muerte no todo el mundo lo entiende. Jesús sí: sólo así se entiende qué significa eso de " deja que los muertos entierren a sus muertos". Por cierto, ya tengo pensado, y escrito cómo quiero que sea mis exequias. Espero convencer al párroco, y a una cuantas personas más.


Pero eso, otro día. Anticipo que no deseo sermón. Ni una palabra. 


El protagonista es un poeta , Denis Barlow, que se ha empleado en una empresa dedicada a brindar servicios funerarios de primera calidad para mascotas: enterramientos de canarios, embalsamamientos de  perritos, cremación de gatitos cuyas cenizas son lanzadas al aire desde una avioneta.


La empresa - "El más dichoso de los cotos de caza"- les entrega una tarjetita a los clientes con la frase "su mascota será muy feliz en el cielo moviendo la cola". 


De esta existencia plácida lo saca la noticia de que un amigo íntimo se ha suicidado , y a Denis le encargan el panegírico. Y lo trasladan al lugar donde va a ser enterrado, que es la empresa para la que trabaja. 


No sigo, La novela es de una causticidad demoledora. Hay una historia de amor, humor, y muchos seres queridos  meneado el rabo en el cielo de Walt Disney". Pero esta vez serán hombres, no gatitos.


En fin, muy recomendable. A veces, el humor más despiadado puede confrontarnos con nuestra locura.


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Ayer tuvimos  más de 3000 visitas. ¡Muchas gracias a tod@s!



MI HIJA.

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viernes, 12 de septiembre de 2025

Antes de ayer tuve la segunda sesión  de Quimio e Inmunoterapia.  Todo iba perfecto. Yo sentadido en mi sofare,  metiéndome en vena cosas. Y, derepenete, depronoto, se acerca una enfermera y me dice:


- Le está esperando fuera su hija.


Por un momento, al oír eso, se me encogió el escrotro. 


- ¿Mi hija?


- ¡Ajá!


- Descríbamela, por favor.


- Rubia, ojos azules...


- No es mi hija, es mi señora - porque yo a María José la llamo  " mi señora", como don Quijote a Dulcinea. Aunque ahora que me enterado por Amenábar  que el Manco era tralarala, me pensaré mejor lo de "mi señora". 


Yo no tengo hija. 


- Pero- le comenté a la enfermera-  ¿usted sabe en qué me ha convertido lo que ha dicho?


Se quedó perpleja.


- En un anciano.  En un viejo. En un  abuelo. En un vejestorio.


- Uy, no era mi intención.


Y la buena mujer que, encima, ella sí que podría ser mi hija, fue directa a la sala de espera a contarle a María José su confusión, pidiendo perdón. 


No me pilló desprevenido. Ni me molestó el error.


Gracias al  Barullo. El odiador - que últimamente su esquizofrenia mal medicada lo tiene como a Mesala arrastrado por los caballos de su obsesión- uno de sus insultos preferidos es , precisamente , " viejo verde", "vejestorio", " estás acabado, "gastado", " estropeado"...ayer me decía que "olía a muerto".


No le publico todo. De vez en cuando sí, para quen no se venga abajo.


Y  eso me ayuda para esos momentos en que la vida te pone en su sitio respecto a la edad.  


Son los demás, normalmente, quienes ven en nosotros el paso del  tiempo. Recuerdo la primera vez que alguien,  en Sant Cugat, me llamó "abuelo" como insulto. Y no me sentó  nada bien. Tendría  cincuenta y ocho años. Pero ya había señales de que el tiempo me estaba haciendo un mapa: me trataban de usted, perdía agilidad.


El odiador me ha ayudado mucho en este sentido. Sí, soy un viejo. Aunque no se me olvida que le edad está más dentro que fuera. Y dentro soy un chaval. Un chaval que apesta a muerto, pero un chaval. No sé cómo moriré, pero lo  haré joven.


Como los niños de la guardería la vida me ha  puesto encima de mi pecho, un pequeño letrero con un imperdible que dice:

" Suso".


Y aquí me tienes,  sacando la ropa limpia a secar al sol de septiembre , oreando el alma al aire de una luz de membrillo , tan feliz y tan campante. Tan joven, tan viejo. Contigo.




JUGAR CON LOS HIJOS DE LOS HOMBRES.

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jueves, 11 de septiembre de 2025

Cuando tenía diecisiete años me impresionó  mucho una anécdota que contó una mañana don  Kiko M. al llegar de atender los servicios de la Iglesia de la Santa Cruz, en Zaragoza, de la que era rector.


Contó que había una señora mayor que cada mañana comulgaba a primera hora y se sentaba en el último banco de la iglesia. Y de allí no se movía, recogida en oración, hasta que cerraban al mediodía.

Un día fue a confesarse con él . Le dijo que cuando comulgaba entraba en éxtasis y que el Señor le había pedido que  tuviese de director  espiritual al sacerdote que confesaba por la mañana todos los días en el confesionario. 

Don Kiko no dijo nada. Pensó en un consejo que le habían dado sobre este particular tipo de gente : a personas así tómatelas en serio y dales caña. Trátalas con dureza. 

Y así lo hizo.

Una mañana. al mediodía, el sacristán le dijo a don Kiko que iba a cerrar la iglesia y la señora del fondo parecía no despertar. Estaba como dormida, pero no reaccionaba. Fueron los dos, acompañados de un sacerdote que se llamaba Eustaquio Santed, y al intentar despertarla no consiguieron nada. 

- Intentamos levantarla del banco y no pudimos. Estaba como ausente, y no había manera de moverla. Parecía de piedra.

De repente, despertó. Miró alrededor aturdida.

- ¡Uy, perdón! Es que nos hemos entretenido demasiado Jesús y yo.

Como me lo contó, lo cuento.

Tiempo después le pregunté a don Eustaquio por el tema y me corroboró, punto por  punto, la anécdota.

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Una mañana, en Tamahú, encontré en la iglesia una indígena con su niño en brazos. Me impresionó su mirada atenta y fija en el sagrario. El niño, un bebé, dormía. Parecía enfermo. Esa mujer estaba rezando. Y de qué modo. Sola. No se movía. Me recordó a la mujer de don Kiko. 

Me dejó muy tocado, muchísimo. Tanto, que la fotografié. Ni se dio cuenta. No hizo ni un gesto. Nada le desvío de la mirada fija en el Sagrario. Estaba hablando con Dios.

Se lo comenté al párroco de Tamahú. Y me contestó que conocía muchas experiencias de santidad en bastantes personas indígenas, algunas perdidas en aldeas. 

- Hablan con sus ángeles, tienen   un trato muy directo con Jesús en la Eucaristía.

Me llamó la atención que el cura contaba estas cosas con toda naturalidad.

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Cuando  regresé de  Guatemala fui a vivir a una residencia en Valladolid. Pertenecía   a un Movimiento  religioso que se llama EKUMENE. La Residencia se llama Belardes. Es un movimiento de seglares consagrados a Dios. Allí conocí mucho, y  nos quisimos bien, un hombre que pertenecía al  Movimiento.  Un santo. Con todas las letras. Se llamaba Joan.

Este hombre poseía un don natural  extraordinario .  Era zahorí. De  los del péndulo. Con un mapa  delante era capaz de averiguar donde hay agua a kilómetros de  distancia. Incluso en otros países. "Sólo lo he usado para hallar agua. Conozco alguno que  se deja contratar para encontrar metales. Yo, también puedo  encontrar   metales, pero no era mi camino".

Con Joan íbamos a pasear   por Valladolid y disfrutábamos  pegándole  a la hebra. Contaba muchas historias de la misión que vivió durante años en México, y que había dejado hacía pocos años. Se le saltaban las lágrimas recordando esas gentes. Muchas de sus historias rozaban lo sobrenatural , pero las narraba sin darse un pijo de importancia. Por ejemplo , la mañana que volviendo de misa- Joan no era sacerdote, era un laico consagrado- oyó una voz en su interior que le animó a subir a un piso donde vivía el  padre de un catequista que quería mucho.

- La voz me dijo " entra y sube y habla a ese hombre de confesión. Va a  morir muy pronto". Subí y le conté a ese hombre mi  locución. Estaba muy lejos de Dios y de la religión. Se confesó y al día siguiente falleció.

- ¿ Cuántos años tenías cuando sucedió eso?

- Veinte. 

"Cuando mi madre falleció yo estaba junto a ella con mis hermanos...estoy convencido que fue a  ver a mi  hermana, la  única de  los seis hermanos  que no estaba en el hospital. Mi hermana llamó  por teléfono.

- Ha muerto mamá, ¿verdad?

- ¿Cómo  lo sabes?, ¡ha sido ahora  mismo!

- Estaba trabajando , he sentido  como una ligera brisa a mi alrededor, y he oído la voz de  mamá diciendo "me he  muerto, Irene".

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Del Cotolengo, en Barcelona,  estuve de voluntario unos cuantos años. Allí una monja me  contó muchas anécdotas  sobre la fe y la acción de ángeles y de Jesús Sacramentado en las almas de Downs,  chic@s con parálisis cerebral, y personas con unas discapacidades muy profundas. 

- Algunas de estas criaturas- después de años con ellos, todos los días- no consigo saber  por qué gritan, o qué les gusta comer, o qué piensan. Sin embargo, muchos , al morirse, los que aquí quedan  se van a la capilla y le piden al difunto algo. Suelen ser tonterías: un juguete para Reyes, o un deseo infantil Te asombraría la eficacia de esas almas. 

"A veces pienso que Dios les habla en ese silencio de enfermedades tan duras. Estoy convencida que esos muchachos totalmente disminuidos y como ausentes  gozan de experiencias espirituales sublimes que son negadas al común de los hombres".

Sí, la fe es mucho más hermosa sin adornar. Hay quien considera  que las virtudes exteriores  pueden adornar la fe, pero no tiene que ver con  ella más que las joyas con una mujer hermosa. 

¿ Por qué esta entrada? Porque tenemos a Dios muy cerca, y no lo vemos.  Está jugando. Sus delicias son estar con los hijos de los hombres.  También contigo.



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Si no esperas lo inesperado no lo reconocerás cuando llegue .


LO QUE NO SE VE, LO QUE NO SE TOCA.

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miércoles, 10 de septiembre de 2025

Durante unos años mi padre desarrolló una curiosidad muy viva, y activa , por el mundo de las apariciones marianas, lo angélico, lo sobrenatural. Era un hombre que buscaba una fe que se pudiera tocar. Una persona muy inquieta, una espiritualidad  atormentada. Era un hombre bueno.


Estuvo en Garabandal- yo le  acompañé de chaval. También visitó unas apariciones en Ladeira, Portugal- aquello acabó muy mal. Y recuerdo que en casa se reunían unos cenáculos de oración - una gente muy rara- donde  hablaban , rezaban, y compartían experiencias paranormales, como grabaciones de coros angelicales, fotografías de visiones de santos y espectros en lugares de apariciones. 


Mis padres tuvieron el sentido común de no involucrarnos en esos ambientes.


Todo se fue por el sumidero . Gracias a Dios.


Cuando me han preguntado si creo en esas cosas, apariciones, visiones, el mundo sobrenatural que se toca , se oye, y se ve, incluso lo preternatural, siempre he contestado que no me interesa para nada. Ni creo, ni dejo de creer. Mi fe se mueve  en el lado de la gracia, de la luz, del abandono. Estoy entre  esos  bienaventurados que creen si haber visto.


Pienso que en todo lo que está fuera del depósito de la fe lo más sensato es ser agnóstico, no negarlo. Quiero decir que uno no duda de si eso es verdad o no. Sencillamente, no me interesa.


Los católicos creemos que la unión entre Dios y la criatura no se detiene sólo en el hombre. Hay unas corrientes espirituales, casi siempre inaccesibles a los sentidos, pero reales y omnipresentes.  Por ejemplo, es verdad que el dogma católico nos enseña que los muertos no vuelven convertidos en espectros para comunicarse con los vivos. Pero la comunicación con las almas de los muertos sí es plenamente posible - a través de la oración, o en las intenciones de la misa, sin ir más lejos.


Respecto a esto último somos muchos los que tenemos experiencias muy ricas. 


También la Iglesia cree los espíritus puros pueden traspasar la barrera entre los dos mundos, como  lo prueban las contaminaciones y posesiones demoníacas, pero también los mensajes angélicos recibidos en sueños. En fin, todo un mundo de realidades espirituales que con frecuencia el católico desdeña.


Para mi el universo entero es un símbolo sacramental. Creo que en Dios vivimos, existimos y somos, y creo que cada realidad del mundo material es un signo de una realidad espiritual y transcendente. 


Pero vivo en la luz. Y la luz para mi es la Eucaristía- me pone mucho ese Misterio. La devoción a nuestra Señora - pero lejos de apariciones y cosas raras: el Rosario,  las devociones sencillas. El trato habitual con mis difuntos. La confesión. 


La Gracia.


(Continuará)


La fotografía es un homenaje a Lalo, por su querencia al Bar Ullo , y agradecido por pasearse por su barra a tomarse un algo.





CUANTO MÁS ESTÚPIDO ES EL PROGRAMA, MÁS INTELIGENTE TE CREES.

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martes, 9 de septiembre de 2025

Leí que estábamos en el 25 aniversario de Gran Hermano. No he visto ni un sólo episodio. 


Conocí en aquellos días a uno que estaba en el sidral de la puesta en marcha de la producción.


El programa se presentó como un "reality" , con un equipo potente de guionistas para decir qué decir y hacer a los "concursantes bajo contrato". Aquello era una mierda impresentable que daba mucha pasta. Un rollo algo inmoral que jugaba a dar ficción por realidad y jugar con las pasiones bajas de participantes y espectadores.


Un poco lo que ahora es "First date"- alguno he visto, aunque pocos, tres o cuatro. Todavía hay quien se cree que eso no está guionizado.  Conozco a un alto directivo de HBO , sabe de lo que habla, y dice que la televisión de los realities se basa en la ingenuidad de sus televidentes.


La palabra no es " ingenuidad".


Mi amigo- el de Gran Hermano-  prohibía a sus hijos ver el programa. Su razonamiento era el mismo de Urelles para aceptar sobornos: "si no trabajo en esto , otros lo harán ", y "yo necesito ganar dinero para mi familia", y "  un sacerdote me dijo que no había problema si yo no era la causa primera, el corruptor".


No sé qué tipo de público traga esa porquería y tiene el estómago vacuno para hacer esas digestiones. 


La excusa de mi conocido es que la bazofia " es un experimento antropológico”. 


El que no se consuela es porque no quiere. 


Yo no lo he visto, pero sé de qué va: de  mirar  hinotizados  quiénes se pelean con quiénes y quién se acuesta con quién. Sexo y violencia, la vida y la muerte, los dos grandes asuntos dramáticos de siempre. Y el dedo pulgar sentenciando al votar y decidir la suerte de los concursantes.


Es lo de siempre. Mucha gente está dispuesta a mostrar a millones de espectadores lo que apenas contaría al médico, al confesor o a un pariente de confianza en un clima de intimidad y discreción. Y millones están escuchando, anhelantes por devorar esas peripecias supuestamente dramáticas , pues todo es mentira.


Contemplar las tristes vidas ajenas no es más que  un mecanismo compensatorio de la propia mediocridad: los demás también lloran. Y si son ricos y famosos, mejor. Así de mierdas somos.


Gentuza que abdica de su propia vida, renunciando a todo protagonismo y viviendo otras vidas , parasitarios.


“Cuanto más estúpido es el programa emitido, más inteligente se cree la audiencia”, dijo Paolo Vasile.


Probablemente, en eso se base la nueva política.



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