Me ha llegado muy dentro la noticia del suicidio de la chica - catorce años- en Sevilla, en el colegio Las Irlandesas de Loreto.
En mis años en Serunión lo conocí bien. Su gerente era un tipo bien majete. A puntito estuvimos de firmar el Catering.
El asunto del bullyng y sus protocolos es un tema complejo, poliédrico, muy difícil. Siempre hubo Acoso Escolar. El abusón y la abusona son un clásico que se repite con mucha frecuencia , y en todos los entornos escolares. Basta asomarse a muchas Memorias de infancia de la literatura y del cine.
De mis años en le Enseñanza guardo recuerdos- algunos dramáticos , sin llegar a tanto. Y es un tema que me duele, porque no siempre estuve a la altura y, he sido acusado en este Barullo de haber sido parte de algún problema personal que aún duele y arrastra.
Pido perdón, sinceramente, pero parece que son heridas que cicatrizan mal y que duelen cuando se recuerdan.
Hoy se mezclan en esa batidora muchas sensibilidades, muchas cobardías, muchas carencias y, en mi opinión , muchos silencios culpables. No todo es lo que parece. Nada se resuelve con los protocolos, que son papel mojado.
La dejación del colegio no está en que no actuara. Seguro que lo hizo. La dirección activaría y darían curso al tutor o tutora. Ésta , que conoce el percal mejor que nadie, probablemente , sabe que hay padres que son gatos que no están dispuestos a que nadie le ponga el cascabel al gato de su niña o niño. No siquiera ellos mismos. Y el tutor sabe, mejor que nadie, quién sale allí arañado y con muchos revolcones. La falta de apoyo y de autoridad que tienen es tremenda.
Esto no se arregla con unos protocolos que , al final, nadie quiere asumir porque no hay autoridad.
Después está detrás un tema muy serio: la salud mental de los chic@s. Hay niñ@s que atraen, por su carácter , su debilidad, a los violentos: el gordito, el torpe, el raro, el débil. El suicidio no es una broma, pero llegar a eso es muy grave. Pero, ¡ ojo!, no hay que irse a Sevilla para ver que en este país hay un problemón- se está tapando- con los suicidios de adolescentes.
Conozco un fiscal que cuenta historias que ocultan dramas escolares y no escolares de muchos chic@s que no quieren vivir y abandonan la partida.
En el gimnasio traté con una mujer que lleva trabajando más de treinta años en una Funeraria de Pontevedra y estaba asustada de la cantidad mensual de suicidios de jóvenes- adolescentes- que asistían.
En fin, podrían contar muchas anécdotas. Uno de los mayores pollos que he tenido como profesor joven fue cuando un chaval de catorce años se la cascó en el oratorio del colegio durante una charla que daba el sacerdote, y después se limpió el semen en la cabeza del compañero del banco de delante.
Se levantó el abusado y vino gritado con el churretón lechoso a enseñármelo. Inolvidable escena.
Yo era el Encargado de Curso. Pedí la expulsión inmediata del Urco y, ante mi sorpresa, la dirección pensó que no era para tanto. Y amenacé con irme yo.
- Muy bien. Pues lo expulsas tú, y tú hablas con los padres.
Era mi primer en ese colegio. Sabían bien ellos a qué me enfrentaba.
La conversación fue a cara de perro. El padre tenía un puticlub, además de ser presidente del F.C de la ciudad- que no era Barcelona. Él defendía que su hijo era un pionero, un adelantado. Y que dentro de varios años lo que había hecho su hijo sería costumbre social.
- ¿El que , pelársela y usar de kleenex la cabeza de la gente?
- Exactamente.
- Pero si tienes un puticlub, ¿ cómo vas a pensar otra cosa?
El hombre saltó como una serpiente. La mujer dio un gritito.
- Yo no tengo un puticlub.
- ¿ A no? , ¿ y cómo se llama ese local que tienes en la entrada de la ciudad?
- Una Barra Americana...allí sólo se va a tomar copas.
- Ya. Con señoritas del local.
- Pero allí se no se hace nada.
- Excepto tú, que me han dicho que te las beneficias y las catas.
Se levantaron y se fueron con viento fresco. Muy fadados.
Y hasta hoy.