sábado, 30 de noviembre de 2019

ERNI.

Fue en Lérida.

Él iba a ser mi jefe. Era el  director de primaria. No podíamos ser más distintos: rígido, de una voluntad roqueña, inflexible, con valores castellanos, diamantinos, recio, sin  grises, una voluntad de hierro y una fe profunda. La figura del santo Job  se le quedaba pequeña.

A mi no me entendía. Yo decía tacos, fumaba, bebía, y era de la opus. Eso era lo que más le costaba entender, y no era el único. ¿ Cómo podía pertenecer a la prelatura y ser así?

Yo, ya que estamos, tampoco lo entendía.

El choque de trenes estaba asegurado.

Un día le dije " dicen por allí que somos incompatibles, pero yo creo que somos complementarios".

Y así es. Somos- ¡ tantos años después!- amigos de verdad, de los que ni el tiempo , ni la distancia ha erosionado.

Nos conocimos y nos quisimos mucho.

La vida le había pegado muy duro. Alberto, su hijo, había fallecido de crío debido a un cáncer.  Y Alberto estaba en ese corazón, en esa familia, y en la vida, allí donde fuera. Sigue presente. 

Después, años después, con mi Manuela, lo entendí muy bien.

Salíamos mucho de excursión. Y siempre llevaba un hornillo para hacer una "huevarada", unos huevos fritos con chorizo, o lo que se terciara, en la cima. Y también una flauta. Mientras ascendía a la montaña tocaba distintas melodías. Cada una de ellas era el nombre de alguna de sus hijas o de sus hijos. Así, por ejemplo , "Alberto" era una melodía de tres notas. O Marta, de dos. O María, o Ester, o ...cada uno tenía su canción, su silbido de tres notas.

A mi me emocionaba muchísimos escuchar una y otra vez la la melodía de Alberto. Era parte del paisaje de esas excursiones, y de ese hombre.

También tenía la costumbre de recitar  en la cumbre " A un olmo seco ", de Antonio Machado. 

Esa familia, y ese hombre, no se entendía sin la música. Y así han salido. La mayoría son músicos, y todos artistas. Pero artistas de los de verdad, de los vocacionales, de los que oyen " anda, vende todo lo que tienes, y sígueme". Pura vocación.

Ese hombre no se entiende sin María, su mujer. Un corazón de lana. La que aunó los trozos rotos con su alegría, su sentido común, su saber esperar, su no pasa nada, su abrazar y querer a ese hombre  que, muchas veces lo he pensado, sin ella hoy estaría en un rincón diciendo "¿ por qué a mi, por qué a mi?".

Aprendí muchísimo de Ernesto. Ernesto, que éramos incompatibles, y resulta que no, que somos complementarios. Ernesto bueno. Ernesto que ha sabido cambiar y estar allí. Ernesto que ha perdonado. Ernesto que espera su abrazo de Alberto.

Y María. Porque decir Ernesto es decir María.




viernes, 29 de noviembre de 2019

ADIÓS.

Decir adiós cuesta. 

Solamente son cinco letras pero es una  de las palabras más difíciles con las que nos tenemos que enfrentar a lo largo de la vida tanto para pronunciarla como para recibirla. 

Uno, que ha vivido muchos años, y desde muy joven, en una institución donde te adiestraban a despedirte y ser despedido sin apegarte a personas y sitios, a despedirte de un día para otro. Sin homenajes, sin  que quede rastro de ti, a la francesa.



Era doloroso, pero al final creas una segunda naturaleza, haces callo, te insensibilizas.

¿ En cuántos sitios he vivido y he marchado?, ? de cuántos amigos me fui sin un adiós?

Hay adioses que liberan. Esos que se van gestando poco a poco, que son necesarios para seguir adelante.

Pero tiene sus ventajas. Esa mujer, Ana, que me dijo  entre lágrimas "vete". Y uno se va. Otra vez. Y no lloras. ¡ Me han expulsado de tantos corazones!

Conozco personas que sus adioses son traumáticos, con aristas , tremendos.  Esos adioses a la persona con la que han pasado tanto tiempo y que ahora ya no se quiere más…no podemos querer más porque nuestra vida juntos ha dejado de funcionar. 

Siempre me sorprendió ver esas parejas que tienen unas separaciones tan...tan bestias, tan " voy a hacerte la vida imposible". Sobre todo porque estoy convencido que ya en su primera relación esas cosas, esa manera de ser tan jodidamente egoísta, a nada que se esté atento, se perciben y se dan a conocer. Pero, claro,  se está enamorado, o se piensa " ya lo cambiaré"....y no. Nadie cambia: se mejora o se empeora.

¿Por qué no nos fijamos en como reacciona nuestra pareja cuando fracasa, cuando las cosas le van mal, cuando no se hace lo que ella quiere? Y sólo vemos lo guapa que es, o el dinero, o que es muy piadoso...

Esos adioses a los que se resisten, esos que se alargan, que se tapan con una cortina de lágrimas, esos a los que no queremos ni imaginar como sería  la vida sin esa persona…pero tampoco hay vida con ella. 

Esos adioses que van tomando forma poco a poco, como el que hace una maleta y va colocando poco a poco las cosas que necesita o incluso menos…despacio, sin prisa pero sabiendo que un día la maleta estará hecha, la cerraremos y comenzaremos ese viaje cerrando la puerta tras de nosotros. Y, una vez cerrada, toca secarse las lágrimas, respirar hondo y tirar de la maleta para ir a otro destino, en principio nuestra propia vida.

Otros adioses duelen. Los que hay que decir a personas a las que queremos pero se van lejos. Queridos amigos que han compartido años de vida, recuerdos, aventuras y momentos inolvidables. Esos amigos que por amor, trabajo, familia o circunstancias se van de nuestro lado a un lugar lejano donde no vamos a poder verles como deseamos. 

No es fácil tampoco usar esas cinco palabras para despedir a un amigo.

Y luego están esos adioses que nos matan un poco. Esos adioses que tenemos que dedicar a personas queridas que mueren. Esos adioses definitivos, esos que no podemos creer hasta que no llega el momento. Y que a partir de ese momento ya no vuelves a ser el mismo.

Esos adioses llenos de impotencia y llanto, de no comprender, de rebelarse, de no querer asumir hasta que, pasados unos días, miras un número de teléfono y eres consciente…nadie va a contestar. Se ha ido. 

Son adioses que nos quitan un pedacito de alma que se va con esa que ha marchado para siempre. Son adioses mudos, sin palabras pero que, si se gritara, ese adiós se oiría muy muy lejos.

 Y que desde entonces  dices " cinco años , dos meses y quince días...y contando".


jueves, 28 de noviembre de 2019

IMPERFECTO.

Me gusto así, mal hecho, con taras.

Imperfecto como el tiempo en Galicia. Como una página con tachones..

Con taras como el más o menos de mi infancia.

Jodidamente defectuoso  como la vida. Como ese feto que nació antes de tiempo. Como el chaval que fui que no pillaba los chistes y reía sin entender.

Como la herrumbre que corroe el tiempo y le da un color que a uno le gusta.  Como los sentimientos, como las emociones.

Como esa piel que confunde arrugas y  cicatrices, como esos ojos que lloran por nada.

Como el que le falta un hervor,  como la vida, como lo que somos.

Como el barco que hace aguas , como el niño que se limpiaba el culo con una bolsa de patatas fritas vacía, que no limpia, esparce.

Soy imperfecto, algo lelo, mal hecho., a medio cocer. Tú buscas la perfección, y la santidad. ¡ Busca busca!. Que la suma de actos perfectos produce monstruos.

Es lo que somos, imperfectos. Es lo que nos hace diferentes, interesantes, humanos y buena gente. Busco  lo que no existe, lo que imagino que anhelamos. Esa falsa perfección. Esa que no reconoceríamos aunque la tuviéramos ante nuestros ojos…ese " porque no saben lo que hacen". 

Imperfecta me gusta mi vida.

Imperfectos me gustáis.

Imperfecto es mi mundo, lo que quiero y deseo, lo que me motiva, lo que me frustra.











miércoles, 27 de noviembre de 2019

AUTOBIOGRAFÍA.

Como ese osito de peluche al que le falta un ojo.

Como una bombilla que parpadea , un paraguas desvarillado por el viento.

Como esa mano que te hace la cobra  pasando de largo.

Como esa palabra  cursi que no encuentra su rima.

Como esa mirada ciega ante la luz.

Como esa canción que no recordamos la letra, como esa mirada que ya dice nada.

Como esa horma  que no encuentra zapato..

Como ese beso en el espejo.

Como esa suma de actos perfectos que produce monstruos.

Como una combinación que se asoma en la falda.

Como un sueño que rompe el ronquido.

Como la lluvia en los techos de hojalata

Como una casa deshabitada.

Como una lengua de  fuego suspirando en el último pábilo.

Como una caricia que se amagó.



lunes, 25 de noviembre de 2019

MÁS ALLÀ DEL AMOR.

No hay conocimiento fuera del amor.

Donde no llega el amor está lo desconocido, el exilio.

En ese exilio viví muchos años...podía reconocerte porque siempre soñé contigo, aunque no supiera exactamente como eras, ni como te llamabas. Eras la que un día aparecerías a la vuelta de la esquina, o en la barra de un bar, en una estación de tren, en la cola del cajero, o en un supermercado.
Te adivinaba ya desde hacía mucho tiempo, en el frescor de las madrugadas andarinas, en el goce de la lectura de un buen libro, o en mis tristes silencios. Eras la esperanza de las grandes cosas, la belleza que vendría.

Aparecerás.

Quien no ha conocido el dolor de una ausencia presentida nada sabe del amor.

sábado, 23 de noviembre de 2019

EL VALOR DE LOS SIGNOS.

Cada uno entiende los signos que le han enseñado. 

Por ejemplo en el arte. El valor de una pintura no reside en la calidad de la tela y los colores; los componentes materiales del cuadro son portadores y transmisores de una idea. Y esa idea es una imagen interior del artista. El lienzo y el color permiten la visualización de lo invisible y son, por lo tanto, expresión física de un contenido espiritual, metafísico.

Incluso esa obra de arte trasciende al autor, y es cada individuo el que alcanza nuevos significados, más allá del artista. En la música esto es muy llamativo: Bach tiene millones de interpretaciones, cada una con su propio sentir.

La Naturaleza también se nos manifiesta, para el que lo sabe ver, con significados que le trasciende.

La enfermedad es forma, que se presenta sin significado. Pero ese absurdo es sólo aparente.

No todos alcanzan a entender el dolor. La vida es una escuela y, a veces, hay gente sin escolarizarse.


viernes, 22 de noviembre de 2019

PAPELES SECUNDARIOS

Quien más  quién menos  ha pasado por la vida de los  demás  representando un papel secundario, y  los demás con nosotros.

A veces  no recordamos  a esas  personas  que  pasaron  por nuestras vidas  haciéndonos  mejores  personas. A  veces  pienso  que lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros. Es  lo que hacemos por los demás y por el mundo lo que permanece y es inmortal.

Ningún hombre conoce lo malo que es hasta si  no ha  luchado  contra sí   mismo   buscando mejorar:  sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.


jueves, 21 de noviembre de 2019

A LA HORA DEL ADIÓS.

Amigos son los que tienen la mejor versión de uno mismo. Y uno, desde luego, he tenido grandes versiones de unas cuantas personas a las que he querido mucho, y bien. Con algun@s de esos amig@s confundí la amistad. Y yo  también he confundido a otras. Hicimos un dios de esa amistad , y después no les perdonamos que no lo fueran.

 Por eso sé que tú fuiste mi amigo, y que me quiso y me respetó hasta el final. Yo también te he admirado, te he querido y te he respetado siempre. Después en la vida uno ha elegido su opción y tú la tuya. 

Hoy sé que ya  se  trate  de un hombre, de  una doctrina, de  una institución, de  una  pasión  que  debes  abandonar  al borde del  camino para  seguir  tu  propio destino , procura  evitar al  retirarte toda apariencia de  vulgaridad, o de  traición.

Despídete  con  la  máxima  delicadeza. Probablemente, esas persona, esas gentes, esos compañeros de  viaje, sea la última  vez  que  lo veas.

Ese  amor, esa   alma amiga, ese maestro, cuyo umbral no volverás a franquear es  a  quien debes saludar  y despedirte  con el  mayor  cariño  y respeto.

No todo  el  mundo   piensa  así, pero así debes comportarte. 

Algunos al  que se va  para siempre le  profetizan: "No encontraréis la felicidad fuera de vuestro camino. Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar".

Además de  no ser verdad, tú  despídete  sin miedo y agradecido.



miércoles, 20 de noviembre de 2019

LA POTADA.

Estos tiempos que vivimos pasarán y  dentro de un siglo en una página amarilla y arrugada  de la historia apenas se escribirá nada . 

Por supuesto no se recordará Calvos Sotelos, ni González, ni Rajois, ni Sánchez, Puigdemones, ni toda esta mierda que anda paseando su pavo por las televisiones.

La heroína destinada a hacernos inmortales aún no ha nacido, y no será política. 

Esta es una época menor e insustancial  en la que cualquiera puede saltar por los aires  e irse al otro barrio mientras toma un helado en una terraza en  las Ramblas. Después la alcaldesa, una zampabollos histérica, hará de las lágrimas un anuncio. Los fabricantes de másters y doctorados , como anillos de presumir,  imparten lecciones magistrales en la universidad. Al pie de cada obra de arte hay un mono con revólver. Un pringao de  segurata  cachea al presidente del Tribunal Supremo  en la puerta de los juzgados. 

Dios de noche no sale de casa. Y dicen que se le oye llorar diciendo " me estoy arrepintiendo , ¡me tienen  hasta los santos  cojones! "

Dios en las alturas también se pone Netflix  para pasar la eternidad y no liarla parda. 

No sé qué hecho primordial definirá este tiempo cuando el futuro lo convierta en una sola página de la historia. Ya no hay nazis  que acojonen a nadie, ni comunistas malísimos,  la bomba atómica no cae,  y el meteorito gigante ese del universo tampoco acaba de mostrar sus intenciones. Ahora nada existe si no puede ser filmado. Pedro Sánchez sale en las escaleras de la Moncloa acariciando a su perrito, y dice una cosa mañana, y por la tarde otra, y por la noche se cisca en las dos anteriores, levanta la pierna y se tira un cuesco. Y no pasa nada.

Los asesinos son más bellos cada día. Tele 5 está tomada por abueletes gays.  Ningún horizonte traspasa la valla publicitaria,  y en todos los banquetes el joven más moderno es ese que se halla en estado residual . Los independentistas rezan y van a misa los domingos, pactan con los que se les van a comer vivos. 

La peste genital que amenaza con exterminar a la humanidad  a través de la moda de llevar los pantalones ajustadísimos haciendo horquillas testiculares y  represando el semen e el escroto está engendrando al último feto.

Cuando este tiempo se transforme en la página amarilla de un libro, en ella no habrá nombres de escritores, científicos, políticos o artistas. Sólo los gilipollas de Securitas Direct  habrán logrado salvar su perfil. Algunos historiadores benévolos dirán que nosotros amamos la libertad. Otros dejarán constancia de nuestro afán de dinero.

Imagino qué pasará : dentro de un siglo una muchacha abrirá la historia por la página de nuestra generación , y  mientras lea le vendrán arcadas imposibles de dominar, como eructos sobrevenidos , regüeldos con sabor a col hervida. Potará sobre el libro a la altura de estas fechas , una emesis como un escopetazo grumoso , y cerrará sus páginas dejando ese pringue como la niña que  guarda un pétalo de rosa y éste perfuma esa historia, sólo que  ahora será  como un homenaje de babas  gástricas a esta desesperación que nos envuelve.




martes, 19 de noviembre de 2019

Y LE PETROLEAS LOS GÜEVOS.

Dos padres del mismo colegio, con las hijas en P5 , apenas cinco añitos, deciden hacer una escapada a Madrid. Se ha convocado una manifestación independentista para pedir la liberación de los políticos presos.

Al día siguiente la profesora pregunta a l@s niñ@s qué habían  hecho ese fin de semana.

- Nada. Mi papá se fue a Madrid con el  papá de María.

- ¿ A Madrid?...¿y qué fueron a hacer a Madrid - repreguntó la profe, curiosona y ventanera.

- Pues que los malos habían encerrado en la cárcel a los buenos, y mi papá fue allí a protestar.

La profe enmudeció.

Muchas veces he pensado cómo se formó en la cabeza de la gente la idea de buenos y malos, de libres y esclavos, de ricos y pobres, de "somos diferentes". Y, mira por dónde , aquí tenemos la respuesta a mi preocupación: fue un papá el culpable,  un cabrón de padre, el que inoculó la idea de los buenos y los malos en una niña de cinco años. Y se quedó tan ancho el tío.

El papi es , además, fiel catequista, lector litúrgico, hombre de iglesia, en una parroquia en el Valles. Y tendríais que verlo después de comulgar con su niña, las manitas juntas en oración, los ojos cerrados, pidiendo por  "los buenos". 

En fin, así somos.

Después, claro, pasan los años , y uno se encuentra que le impiden pasar al aeropuerto una panda de indepens, o que están quemando un coche, o que amenazan con la barbarie. Y bajas del coche.Y te diriges a una chica.

- ¿María?...¿eres María?, ¿ no te acuerdas de mi?. Soy Suso, el amigo de papá...el que...

- Tú eres de los malos- me contesta. Tú- le ordena a un energúmeno que lleva una antorcha en la mano- quémale el coche...y después le petroleas los güevos.


domingo, 17 de noviembre de 2019

O ENTRAMOS TODOS...

Me acuerdo de él. 

Lo encontraron ahorcado en la entrada de la residencia donde vivía. Buscó una  cuerda cualquiera. Hizo un nudo burdo, precipitado e infantil. Imagino las horas de lágrimas fracasadas, su desesperación, las horas antes de aquella terrible decisión. Y sus oraciones.

Había suspendido la última convocatoria en la asignatura que le impedía poder terminar sus estudios universitarios. Esa tontería le cegó. 

Era un viernes cualquiera , a la hora del desayuno,  mientras unos niños  azules tomaban Colacao  y   alguien dirigía sus pasos a esa residencia para asistir a misa de 8.00. Era la hora que otro alguien, que desde entonces ya no volvió a ser el mismo, bajó a abrir la puerta. al escuchar el timbre de la entrada.

Como un fruto muy sazonado, allí apareció de pronto el suicida, colgado en medio del hueco de  la escalera, balanceándose ligeramente . Tenía una alfombra bajo los pies, estaba adornado por un tapiz con  una leyenda en latín  y con los ojos ardientes  miraba al cielo, como una última aspiración. Así había quedado. 

No pude dormir durante mucho tiempo.

Me  educaron en la creencia de que los suicidas no tiene lugar en el cielo. Además, no podía entender que alguien como él, tan bueno, pudiera fallecer así.

Después. años después, he conocido otro Dios. Y ese no condena a los suicidas.

Alguien me contó una vez que conoció a una chica discapacitada por un accidente. Iba en silla de ruedas. Se enamoraron, y se casaron. Y este hombre cuando iba a un restaurante, a un local, si no disponía de entrada para discapacitados, preguntaba "¿ no tienen entrada para paralíticos y discapacitados?". Si contestaba con una negativa  , decía " pues , o entramos todos, o no entra ninguno". Y se iba con viento fresco.

Se me quedó la anécdota de este amigo. "O entramos todos , o no entramos ninguno".

Yo creo que al morir, si  hay Dios, y ese Dios me permite entrar en su Gloria, le preguntaré " ¿ está aquí Rafa Tal y Cuál?"...o "¿ está aquí Manuela?"...o " ¿está aquí Fulano?".

Y sí me dice que no, entonces,  contestaré " lo siento mucho, pero o entramos todos o no entro yo".




sábado, 16 de noviembre de 2019

MILAGRO.

Hay quien piensa que hay  truco, que es cuestión de tener baraca, el as en la manga, el doble fondo en la cartera,  o la baraja marcada. Y no , a veces, la mayoría de las veces  en algunas cosas no hay truco.

No hay  truco en el milagro del nacimiento de un hijo, en ese momento en el que ves su rostro y acaricias el dedito y lloras de alegría. Milagro. No hay truco que valga  es ese sentimiento animal, ese saber que matarías por él, que le protegerás siempre. 

No hay truco cuando  te has comido a besos a esa mujer, o a tu pareja . Cuando sentiste  que con ella podías con todo. No haytrucoen esos momentos en que sabes que   el mundo entero   cabe en un abrazo. No hay truco cuando te has tirado de la moto y el no no es una opción . Cuando vemos el mundo tan  maravilloso que parece otro, simplemente porque existe esa persona.

Un milagro, sin truco.

Milagro es cuando sólo con  mirarla te  reconoces, cuando se ponen los pelos de punta, incluso los de los brazos,  antes de sentir el contacto. Milagro es el sexo enamorado, tan hermoso. Sin trucos.

Milagro son los labios que  besan e inventan, que vibran, que emocionan, que se buscan, que se desean, que muerdes,  que encajan, que se rozan, que quieren más. Esos que sonríen cuando besan, que susurran, que acarician, que provocan. Milagro, sin truco.

Milagro es sentir que estamos vivos, que vuelves a empezar, que pides perdón, que eres perdonado , que sigues adelante, que lloras de alegría, que nos falta la respiración, que el corazón se nos va a salir del pecho. Es milagro un amanecer nuevo. Milagro es besar a tu madre. Milagro es lo que se queda dentro de nosotros y lo hacemos eterno, milagro es no dejar de sorprendernos y sentir que, en el fondo, no hemos crecido tanto.

Y milagro es sonreír y saber que siempre seremos niños. Por eso creemos en ella, por eso la vemos. 

Y es milagro, y es magia, no hay truco.


viernes, 15 de noviembre de 2019

UNA LECCIÓN.

Visitando gente con cáncer he aprendido que en la cadena trófica del dolor uno ocupa uno de los últimos lugares en el escalafón..
Está la víctima, muchas veces asustadas, intentando digerir ese palo. Están los familiares. Están los amigos. Están los médicos. Están las enfermeras...y al final está uno, que va a acompañar unas horas a la semana.
Uno de esos enfermos me dijo hace unos días que hasta que le diagnosticaron la enfermedad lo peor que le había sucedido en su vida había sido cuando un amigo de muchos años, un amigo del alma, había utilizado esa confianza para engañarle. O un familiar.
Ahora, con un cáncer , con metástasis, no parece que vaya a salir. "Ahora me preocupa como luchar contra esto, y como despedirme".
Antes de esa visita estaba muy contrariado con una pariente al que le presté un dinero y sé que no voy a recuperar. La palabra no es contrariado. La palabra es cabreado. Y también con un amigo que me miente cada fin de mes y tampoco cumple con la palabra dada.
Y al salir de charlar con este hombre pensé " ¡ joder, qué lección !. Estas cosas suceden en la vida. Hay que asumirlas y ya está. Porque hay que seguir". No eres la ustié que te pegas , eres lo que haces después de la iustié.. Y, en fin, esa deuda que no cobraré, o ese tío que me miente cada fin de mes y me retrasa un dinero, son temas menores. Muy menores.
Eso hace años lo debí aprender , pues viví y estuve muy cerca de esa cadena del dolor...pero, ¡ ay, se te olvida!


jueves, 14 de noviembre de 2019

DERROTADO, NO VENCIDO.

Durante las épocas de paz, las higueras crecen en las grietas más altas de las casas.

Las he visto entre los sillares de muchas casas de pueblos abandonados, en las murallas de pazos antiguos cuando he andado el Camino de Santiago.

Cuando los años sin guerra convierte lo grande que se construyó  en ruinas, a ellas suben las aves llevando semillas de higuera y de otros frutales en las patas y estos árboles arraigan y luego brotan en mitad de las paredes, en la cima de iglesias derruidas.

 A veces pienso que después de cualquier destrucción a la que el tiempo o la soledad me ha sometido, también los pájaros azules vuelan  hasta los resquicios inaccesibles de mi alma con alas llenas de simiente de flores, las cuales nacerán sobre el humus que haya creado el dolor, y entonces volverá un día de gloria y melancolía.

Recuerda que, a pesar de todo, lo más elegante todavía es la derrota. Te lo escribe uno que está roto en muchos sentidos, que ha sido engañado, que ha tenido que volver a empezar muchas veces. La última hace muy poco.

En nuestra sociedad, los máximos vencedores siempre acaban anunciando sopas de ajo, o una ensalada de tomates de la huerta, regados con aceite de oliva. Así recuerdo a mi padre. Huye del éxito, criatura, porque todo el que triunfa ya ha muerto. Pide sólo lo que Dios quiera, vístete de sencillez  y, apartado del mundo, contempla el mar hasta que tus ojos se vuelvan azules. O sumérgete en el bosque hasta que te conviertas en clorofila.

La vida retirada  es una vid muy dulce que se reserva para algunos escogidos perdedores. Yo soy uno de ellos. 

 Ahora, en Casa Sueiro,  la melancolía se ha convertido en un estanque cuyo espejo refleja la imagen de algunas ruinas de mi vida pasada.

La última gente elegante que ha sido derrotada pero no vencida.




miércoles, 13 de noviembre de 2019

¡GRACIAS!

Hay una palabra que hay que repetir hasta las agujetas: ¡gracias!.

Yo he sido feliz  todos los días de mi vida, al menos durante un ratico, incluso en las circunstancias más adversas. Y en mis noche oscuras, que las he tenido, no faltó el recuerdo  de amores  donde daba saltos de alegría, o  esa canción que me acompaña siempre, o la imaginación  , el verme desde lejos de mi mismo, como una película, y sentir una inmensa ternura por ese desastre de hombre que he sido a veces.

Otras veces es   sentarte en una terraza al sol , y   desayunarte  ese alimento tan primitivo y terrestre como es  una rebanada de pan con aceite. Y pides una tostada  , algo tan sencillo como  harina de trigo amasada con aceite de oliva y sal, con una loncha de jamón encima , un café recién hecho, una naranjada. Y lees el periódico con calma, sin prisas.

Y a lo mejor ese día te bebes la lágrimas , y la soledad del comercial pesa porque no te jalas un rosco. A lo mejor sientes el aguijón del escorpión que se invitó a cruzar el río - ¿cómo voy a hacerte nada , si me ahogaría yo también?.

Y el muy  te pinza en la cabeza, y encima se salva.

Como a vosotros me han sucedido muchas cosas , buenas y malas: pero he sido feliz todos los días de mi vida ,  al menos durante un ratico, incluso en las circunstancias más adversas.

¡Gracias!





martes, 12 de noviembre de 2019

SALIÓ EL SOL Y ESTOY VIVO.

Cuando estoy en lo escondido, cuando nadie me ve, recuerdo  quien soy . Y si Él ya sabe lo que necesito antes incluso de que pida  nada , entonces, sólo queda callar y recordar.

Una tarde , Carlos Cardona, sacerdote de una sensibilidad extraordinaria, después de escuchar  de mis labios una  confesión absurda, desordenadísima, caótica , me dijo: "vamos a pasear fuera, si no te importa".

Me quedé helado, pues no sabía que era él quien estaba en el otro lado de la rejilla. Lo que había confesado  tenía la suficiente entidad para dos cosas:  pedirme que buscase ayuda  médica, o enviarme a la mierda.

Paseamos y me dijo: estás  perdido, vives en el desvarío. Cuando estés así, vuelve al principio.

- ¿Cuál es el principio?, pregunté.

-  Lee los evangelios. Allí está todo.

Muchas veces he vuelto al desorden, a  cruces de caminos , y por h o por b, apareció el Evangelio de la manera más insospechada.

Esta mañana me ha despertado el sol por las rendijas de la ventana  , abrí de par en par la persiana, y recordé la frase de que ni Salomón se vestía como este otoño que alfombra la calle de hojas  secas y húmedas. . 


Después he desayunado .  LLovió, y esa agua me hizo feliz. 

Pienso en pendientes que tengo por hacer:  pedir hora al médico, hacerme unos análisis, que ya te vale, que llevas  años de caos.

Leo un libro de Pla al  llegar a casa "Viaje en autobús".

Don Carlos  me habló de leer el Evangelio si estoy perdido.

Hoy sé  que no estoy perdido. Hoy Él sabe mejor que nadie lo que necesito, y me lo dará. No será lo que yo quiera, pero será como la sorpresa que se dará la azafata al ser invitada por un anónimo agradecido.

Sé que todas las flechas   infaustas  que la vida nos lanza casi ninguna da en el blanco. Caen aquí y allá,  pero  somos nosotros los que las quitamos  del suelo y nos las hundimos con rabia  en el corazón, en la  cabeza,   o en eso que llamamos amor, y resulta que es sexo.

En fin, basta con saber que hoy, otra vez , salió  el sol, estoy vivo.

Y que te quiero porque ya sabes lo que necesito.

domingo, 10 de noviembre de 2019

AMARGAS COMO LA HIEL, AGRIAS COMO EL VINAGRE, REPUGNANTES COMO EL REGALGAR.

“No encontraréis la felicidad fuera de vuestro camino, hijos. Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar.”

Esta es la maldición del rejalgar que san Josemaría deseaba a aquellos  que abandonaban la vocación a la opus.

Es doloroso ver personas enredadas en la maldición del rejalgar, como constreñidas o aplastadas por la creencia de que lo mejor para su vida y su alma es algo que abandonaron y a lo que no pueden regresar.

Una pena…porque todo es mentira.

sábado, 9 de noviembre de 2019

UNA VELA.

Un simple vestido de fiesta (CHRISTIAN BOBIN)

"Tal vez no sepamos rezar como se debe: siempre demasiado ruido en nuestros labios, siempre demasiadas cosas en nuestros corazones. 
En las iglesias nadie reza salvo las velas. Ellas pierden toda su sangre. Consumen toda su mecha. No se reservan nada para ellas, dan todo lo que son, y ese don pasa a ser luz. La imagen más bella de la oración, el lento desgaste de una vela en una fría Iglesia".

Mi dolor es no poder hablarte, ni saber si estás aquí, ahora, y si eres capaz de interpretar en mi forma de mirar silencios que te aman.

Tengo la intuición de una certeza, un pequeño amor  imaginado, hecho  de segundos que  robé  tu corazón, y tú sin darte cuenta.

Rozo en el agua  tu reflejo, tu brasa encendida casi beso,  siento el  torbellino de tu viento que juega conmigo y no te veo. Mi vela tu fuego  ha deformado, derretida su  forma  de  antaño, parece que llora una espera, lágrimas de ayer que me sueldan. 

Y no me olvido de las cosas  pasadas, que unas se amontonan sobre otras, lágrimas soldadas del  ayer por tantas cosas sin hacer, o rotas.


viernes, 8 de noviembre de 2019

¡LÁZARO, SAL FUERA !

Hay un tipo de  espíritu  que hay que ayudar a  salir adelante. Son esas  personas que nos rodean- están vivos-  y van vendados como Lázaro al salir del sepulcro ( "ya hiede "). Son las vendas de sus malos rollos, sus angustias, sus desasosiegos. No consiguen desprenderse de  tanta podredumbre. Viven envueltos en sus propias apósitos.

Están a un paso de descubrir su propia resurrección , pero también están a  un paso de regresar al sepulcro y blasfemar "¿por qué me haces esto  y te dices amigo mío?: ¡no quiero ser resucitado!, ¿a quién preguntaste si quería volver a la luz y a la vida? ...

¡Pobres Lázaros!: como rosas que mueren , se inclinan hacia la luz de la entrada de la cueva sepulcral  - como si la luz tuviese que susurrarles algo . Pero están sordos , y tienen miedo.

Hay quien piensa que Lázaro no perdonó esa resurrección. ¡se estaba tan bien en la sepultura!


jueves, 7 de noviembre de 2019

¿ TE ACUERDAS?

Recuerdo cuando viví sin móviles ni internet. Cuando uno llamaba por teléfono a casa de esa chica que te gustaba , y cogía la madre , ¡ o el padre!, y se  ponía un nudo en la garganta y colgabas. ¡ Joder qué angustia!

Pero era el único modo de hablar con esa Matilde, que así se llamaba, y a ver qué tal, si quedábamos y eso.

Y no sé cómo lo hacía, pero quedábamos.

Después de ver la tele por la tarde uno se iba  a golfear con los amigos y hacer la calle. Dios…me encantaba callejear y hacer gamberradas y  me encantaba pensar que, en un rato, iba a aparecer Matilde y sus amigas , y se encendía  Zaragoza.

Me despedía de mis padres sin dar muchas explicaciones y bajaba en el ascensor hasta el portal. Y allí , ¡joder, allí!,  ¡qué historias!

Una vez, en  el club social de los jesuítas, quedamos a bailar con Elsa, Matilde, Lidón, Carolina....la discoteca era lo de menos porque, cuando se apagaban las luces, empezaba el baile de manos, de entrelazar dedos, de caricias sin que se notara, de aguantar la respiración en un sentir el broche del sostén , tratando de mantener la compostura. 

Con Elsa, que encima no me gustaba,  descubrí el deseo, el placer de las caricias, de ir un poco más allá pero sin llegar al final porque además se me había dormido el brazo y no sentía más que un hormigueo horrible. 

Fin del baile, y las pulsaciones que vuelven a su ritmo habitual a la vez que se encienden las luces. de la sala y el padre Cavero que dice que los mochuelos a su nido.

Y tocaba regresar a casa…habíamos estado cuatro o cinco horas juntos y parecía que habían sido diez minutos. Al llegar a casa ibas directo a tu habitación sin decir ni mú.  Y te soñabas un beso en el que te habrías quedado a vivir sin dudarlo. 

El domingo había terminado ya. Una semana por delante en la que, cada vez que volvería llamarte por teléfono, saldrías corriendo a cogerlo y se pondría antes tu madre...¡joder, y colgar!

Esos eran nuestros domingos, ¿recuerdas?


miércoles, 6 de noviembre de 2019

MI ALMA

De bien pequeño me anduve dando vueltas al sidral del "alma".

En los jesuítas me enseñaron que estábamos compuesto de alma y cuerpo. Eso me tenía muy inquieto. Confundía el alma con mi ángel de la guardia.

Mi padre cantaba eso de "te quiero con el alma, y el alma nunca se muere. Me gustaba querer así, con toda el alma. Sonaba, y suena, rotundo, oceánico.

De canijo pensaba que el alma era algo pequeño, un poco como algo vaporoso, transparente y un poco como las nubes de los Simpson. Que estaba flotando en una zona indeterminada de mi interior pero cerca del corazón. 

Pensaba  que, cuando me emocionaba y tenía ganas de llorar con esa sensación de cosa allá dentro que se agarraba al pech, que me ahogaba, era porque el alma crecía, y como que se inundaba por todo mi ser.

Eso me sucedía enamorado, o cuando me contaban historias de gente muy muy. También en el cine. O al cantar.

Así viví muchos años. Hasta que olvidé que tenía alma.


Fue esa época que viví una doble vida cínica, despreocupada, lejana, indiferente. Era la única forma de actuar de una manera y pensar de otra. De pensar poco y sentir mucho. Una época de muchas risas y poca seriedad. De malos rollos, de sentimientos que no sabía gestionar. De sonrisas sin saber por qué, de pensamientos y cabeza en las nubes, y el coprazón en el desvarío… como para pensar en aquella nubecita transparente y un poco azul que se supone que estaba flotando muy cerca del corazón.

Un día volví a sentirla en mi interior. Fue en aquél momento en el que, por primera vez, sentí la pérdida de alguien muy querido. La única persona que de verdad amé, o que me enseñó a amar, porque después de ella ya no he vuelto a ser el mismo. No...

Fue de noche. Llegué a casa. Y me encontré solo. Muy solo. La acabábamos de enterrar y todos esos días habían sido de un no parar. Y al llegar a esa habitación que habíamos compartido , ese vacío, esa sábanas, ese hueco infinito...y rompí a llorar de una forma oceánica, desgarradora, infinita

Y supe que se había roto, que se había quebrado por algún lado. Y supe que ya no era de ese color transparente y un poco azul del cielo de los Simpson. Y supe también que nunca volvería a ser el mismo.

Desde aquel momento noté de nuevo en mí eso que yo conocía como alma, aunque algo había cambiado.  

Ya no era esa nube pequeña, sino algo más grande porque ahora sé que mi alma tiene muchas cosas que sentir, tiene mucho más trabajo ahora que cuando era un chaval. Ahora siento, amo, me conmuevo, me rebelo, me enfado y amenazo.

Ahora  , a veces, no me deja respirar, me advierte, se hincha, se hace escuchar, se queda en silencio, se rompe en mayor o menor medida…pero siempre aguanta el temporal. 

Es fuerte, es la que nos hace fuertes, es también mi forma de rezar en lo escondido… es hermosa, es mi Alma.


domingo, 3 de noviembre de 2019

FECHA DE CADUCIDAD.

Amores locos. Aventuras imposibles. Y, aunque lo que hacíamos estaba en la lista de los pecadotes mortales, no andábamos lejos de la adolescencia.

Esperando a escapar con ella. ¡ Qué historias!

Salir cerrando la puerta . Bajar las escaleras saltando de dos en dos…sabiendo que me estaba esperando en el interior de un coche , limpio y perfumado y escuchando  baladas de Roy Orbison. Sabía que estaría fumando un cigarrillo. Sabía que,  al verme lo apagaría en el cenicero, y que sus  ojos brillarían más que la pequeña brasa roja que acababa de caer desde tus dedos. 

Sabía que me diría que me quería con locura. Y yo le contestaría que también. Mucho. Que tomaría mi cara entre tus manos y me besaría. Y yo me dejaría.

Sabía que echaría a correr carretera adelante , entre campos infinitos de cereales, que iríamos por el camino  antiguo  hasta ese pinar donde no hay nadie por la noche, que nos sentaríamos en la entrada de la vieja ermita , que nos besaríamos, nos tocaríamos y nos diríamos no sé cuántas veces que nos queríamos.

Sabía que me diría que me prometería irnos muy lejos,  y yo le  diría  que sí, que vale…y era cierto. Sabía que me diría que un día iría a vivir a Barcelona, que lo dejaría todo y viviríamos juntos. Sabía que miraríamos la luna sobre esos campos de trigo e iríamos enumerando todos esos lugares a los que íbamos a viajar juntos. Sabía que mi corazón no podía latir más fuerte, que seguro podías escucharlo. Sabía que no podía quererte más.

Y todo era cierto, todo era real…tan real como que con esos años que teníamos, y con tu gente, y yo con la mía,  esos amores  tenían escrito en la tapa una  fecha de caducidad ,  y que nuestro amor tenía como fecha de caducidad el treinta y uno de agosto.



sábado, 2 de noviembre de 2019

DIFUNTOS

Me dices, "no crees que deberías olvidarla ya?"

Y me lo dices tú, que me enseñaste que hay un después, y que hay vida más allá de la vida. 

Quien me quiera vendrá conmigo, o sea, con todos los migos que he amado y he querido. Y no, no pienso olvidar a nadie.

Estos días de difuntos me voy  con la imaginación a esa lápida, a esos campos de Matilla. Me importa nada que me entiendas o no. 

Me siento en esa losa, sencilla , como eras tú. Porque fuimos nosotros los que hicimos pequeño nuestro mundo, lo hicimos para dos. Un mundo amable, alegre, divertido.  Un mundo en que muchas cosas que eran  obvias para muchos, fueron nuevas para nosotros. Un mundo maravilloso, en el que  empezamos a vivir nuevas situaciones, nuevas personas, nuevas etapas… Un mundo en el que hasta tú eres nueva. 

Sentado aquí  te miro y rezo. Y no me reconozco. Y aprovecho la situación para reinventarte de una forma en la que te gustas más. Y  después ya seguiré  adelante.

Pero en ese mundo pequeño nuestro cabía mucho. Tuvimos noches eternas, días de risas, momentos en los que pudimos parar el tiempo y hasta el espacio. Tuvimos besos que comenzaban con un roce de labios y terminaban en fuegos artificiales, caricias que se marcaban a fuego en la piel. Tuvimos minutos que eran horas y horas que eran días. Tuvimos complicidad, lealtad, tuvimos planes, rompimos otros, hicimos y deshicimos equipajes, vivimos y viajamos, conocimos y tuvimos que desconocer. 

Tuvimos ese hombro donde llorar en los malos momentos, esa mano que sujetaba la del otro cuando caía y daba fuerza en esos momentos en los que te pedía perdón y tú perdonabas con  esa sonrisa que hacía que se disiparan las nubes en nuestros días nublados.

Supimos estar.

Supimos ser.

Y eso se ve más claro ahora, cuando ha pasado tiempo. Cuando todo se posa. Cuando volvemos a ser nosotros. Tú en tu cielo, yo aquí, no sé dónde. 

Ahora, cuando somos capaces de tomar distancia, mirar hacia atrás y sonreír. 

 Sé que no volveré a estar contigo. No de esta forma.  Ahora nos valoramos. Ahora sabemos cómo somos. Pero hay que reconocerlo…

¡ Qué bien lo pasamos, Manuela, y cómo nos quisimos!