martes, 28 de febrero de 2023

LOS PERDONADOS.

Hay que enfrentarse a la vida con espíritu de perdón. 


Por tanto , perdono al hermano Babil y al hermano Urdániz, del colegio de jesuitas de Zaragoza por las usties a mano alzada , a voleo, y con toda su mala leche, siendo yo como era , un crío. Hubo más sádicos, como don Eloy, que gustaba hacer molinillos tirando de la patilla. También al padre Soler, por intentar meterme mano al invitarme a una película. Al padre Pérez, perfecto de  disciplina muy cabroncete que glosaba anécdotas de chicos que morían mientras se la cascaban, en pecado mortal. Al puto infierno que iban. Perdono al padre Lucia , que me negó la absolución por ser un onanista recalcitrante y sin propósito de la enmienda.


Perdono a san Josemaría Escrivá de Balaguer el haberme deseado la "profecía del rejalgar". Era un poco rollo " jatematen": "No encontraréis la felicidad fuera de vuestro camino, hijos. Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar".


Además, es mentira.


Perdono a Juan de Dou el organizar una especie de "Apostolín" , donde nos obligaba a hablar de Dios a saco , sin venir a cuento, cazando  a lazo a gente de la calle. También le perdono su sectarismo nacionalista. Y, sobre todo, le perdono haber hecho traducir al catalán las canciones de tuna ( "Reina meva, picarol d' argent y d'or , a ti et dedico el meu cant") para darse el moco con el Horinapla Pujol. Perdono a muchas más personas que se cruzaron en mi vida para manipularme. También a Julio Herrero, por mentirme, engañarme, y preferir obedecer a la Voz de su Amo, antes  que a su conciencia.


Perdono a Carla X , por llamar a mi madre y decirle que ella y yo habíamos estado liados, que ella estaba casada y con hijos, y que yo era un golfo. 


Por  cierto, mi madre le contestó " no me dices nada nuevo. Es un golfo, pero lo tuyo , guapa. Tela ".


Perdono a Aksel Helbek y a Dani Jiménez, de Serunión,  por  joder a un pobre hombre. No está bien , como en las películas del oeste, abandonar al herido con una cantimplora y un revolver cargado con una sola bala en medio del desierto.  Y . También a Toni, a Oriol, por mentirosos y  mala gente. A los Urelles, por su codicia egoísta, su piedad  farisaica, su hipócrita manera de sentir y vivir la vida. Por sus ideales porcinos.


Pero también debo perdonarme a mi mismo, ¡ cuesta! Cuando vuelvo la vista atrás a las distintas etapas de mi vida se me escapa un dolor : ¡joder, qué desastre!, ¡ qué burro!, ¡ qué asco!, ¡ qué horror!, ¡ qué estupideces!, ¡ qué indecisiones!, ¡ qué locuras!


En la  comida lo más dulce se guarda para el final, también puede suceder lo mismo en el postre de la vida. El deterioro físico siempre se produce por partes. Primero un  órgano, otro, y  otro. Hoy  te alejas  el periódico  para leer mejor, mañana tienes  una  piorrea espantosa,  pasado  te duelen las articulaciones ,  cada órgano por separado. Pocas  veces  sucede  un fracaso conjunto y total. Eso  pasa  si  te das  boleto a  ti  mismo, o te metes un meco a la salida de una curva contra  un chopo. 


Hay dos formas de envejecer: de dentro afuera y de fuera adentro. Esta última modalidad es la más evidente: la carne pelleja , la juntura  de la ojera  acuosa en la mirada, el color macilento  de la piel, las articulaciones anquilosadas cuando sales  del coche, las estriadas patas  de gallo. En fin, todas  esas miserias que nos pasan en el interior del cuerpo a partir de una edad: el bulto sospechoso que germina por aquí o por allá, la sombra en el pulmón, el veredicto infame del TAC. 


Pero también puedes ser un  viejo por dentro aunque tengas 30 años. El alzhéimer no consiste en perder la memoria, sino en no recordar que la has perdido. 


Olvidar los sueños que en un momento de la vida te hicieron alguien acojonante,   que volvió  loca a  esa  persona,  será la prueba más evidente de tu demencia senil.


En eso estoy, en recordar y no olvidar. En perdonar, y perdonarme.




lunes, 27 de febrero de 2023

A LA VUELTA DE LOS AÑOS.

Si supiera algo de Freud  y del psicoanálisis podría encontrar el origen de muchos de mis problemas en la infancia. Pero, ahora, ¿ con sesenta y cinco años? No tiene sentido.


Miro hacia atrás y no veo una infancia desgraciada. Veo un chaval muy empanado, a por uvas, con una imaginación desbocada, bastante zumbado, de una fragilidad ingenua y dramática. Veo una sexualidad rara, enfermiza, con paladas de autocompasión peliculera. Veo un tío con mucha suerte, que  se estaba comprando muchos boletos para un sorteo terrible y sobrecogedor, pero que , no se sabe por qué, no me tocó el gordo. 


Pude no haber terminado bachillerato, ni aprobar la selectividad, ni terminar la carrera de Historia. Pude caer en la droga, pillar el SIDA, dejar embarazada alguna mujer, morir joven,  caer en brazos de personas nefastas, terminar en el desvarío, naufragar en sociedades de mierda, volverme loco.


Mi vida es un casi. Tendría que  dar gracias por estar en el camino del "casi"...casi  poeta, casi cantante, casi escritor, casi buena persona, casi buen hijo, casi buen amigo, casi buen hermano, casi buen amante, casi cerca de la fe, casi casto, casi, casi, casi...¡siempre casi!


Una infancia así no se produce sin más. También la producen. A veces pienso que existen fuerzas oscuras.


No me gusta echar culpas a nadie de lo que  ha sucedido en mi vida, al menos de las cosas malas, o que uno tiene por tales , porque al final, ¿ cuántas cosas malas trajeron lo mejor?


No culpo, pero sí perdono. 


Ya es tarde. Mañana la lista de perdonados.




domingo, 26 de febrero de 2023

UN NO ENCUENTRO CON JULIA OTERO.

Hay recuerdos de vivencias que duraron muy poco en tu vida y, sin embargo, están allí dentro, fijados en la memoria . Son como un fósil que está enterrado en la tierra y que  uno, antropólogo de su biografía,   encuentra en la excavación de sus días .


Una tarde , en una cafetería de la plaza Francesc Maciá me  encontré , en la puerta , parecía esperar a alguien, a la mismísima Julia Otero, Me acerqué a ella y le pregunté " ¿ perdona, ¿ eres Isabel Gemio?


Sí, ya lo sé. La cagué. Pero son cosas de los nervios. Y que uno es gilipollas de cuna, porque no es la primera vez que me ha sucedido en mi vida confundir  caretos de gente very important.  Me  crucé con un actor famoso , famoso entonces, y pensé que era uno de los directores de la delegación del Opus Dei en Barcelona . Lo paré. 


- ¡ Hombre, qué tal!....¿ qué hace usted por aquí? - le pregunté.


- Por trabajo - me contestó.


Le di una palmadita en el hombro y me despedí:


- ¡Pax!


Era José Martín, que había protagonizado El Conde de Montecristo. Yo pensaba " esa cara, esa cara..."


La Otero me miró muy malamente.  Yo iba a sacar el móvil para eternizar ese encuentro en una pose cercana y , lo reconozco,  horterilla , rollo turista en Torre de Pisa, y suelta la diva:


- No , te has confundido. No soy Isabel Gemio.


La mirada de esa mujer , cabreada y como " me están tocando els pebrots" ,  me activó instintos de supervivencia que tenía ocultos muy en mis adentros.  Me puse coloradote, rojo, granate, y pedí disculpa:


- Perdona, es que te  le pareces mucho ( porque yo seguía confuso)


Puso morritos de " porque no te vas a la mierda, majo". Pero no por ello me acobardé, ni lloré, ni siquiera tragué saliva. Sencillamente, insistí. Y lo hice porque esa cara se me parecía a alguien persona famosa.


- Pero el caso es que te pareces a alguien que me quiere sonar.


Entonces la diva se levantó y  puso cara de " me parezco a tu puta madre", pero no, me dijo " perdona, pero tengo prisa".


Y se fue. Mientras se iba, le miraba el culo, y tampoco me quería sonar.


Fue una hora más tarde, ya en Ferrocarriles Catalanes,  que caí en la cuenta: ¡¡¡¡ jodeeeerrrr, si era Julia Otero!!




sábado, 25 de febrero de 2023

UN CONSEJO A GLORIA.

Este lunes pasado , como todos los lunes, fui de voluntario a la Cruz Roja. Allí llamo a personas mayores , hay unan agenda de cientos de ellas, que en su mayoría viven solas. Aprendo mucho. Intuyo que , quizás, un día me alcance esa soledad y tenga que recordar esos ejemplos de entereza y dignidad. 


Esta vez era una mujer que había desarrollado un fatalismo interior maravilloso. Se llama Gloria. Se había acortezado en el dolor, y  el tiempo le había formado unas capas  que, como a algunos árboles sus anillos, le crearon formas muy curiosas. También, como a algunos árboles, se le veían las raíces de sus años de felicidad.


Su marido falleció por las picaduras de unas avispas, unas velutinas. Al parecer era alérgico.


Tiene cuatro hijos, dos viven lejos, con hijos y nietos. Otro en  Santiago. Y un cuarto , soltero. Ella, con ochenta  y ocho años, reside sola en un apartamento. Es pequeño: una sola habitación, y una cocina. Pero añora su aldea, que está muy cerca de la ciudad donde reside.  Y cada día , después de comer, va en taxi a su pequeña aldea. Allí, me dice,  cuida sus huerta, sus flores, mira el campanario de la iglesia desde su habitación, habla con las vecinas que la visitan. Es feliz.


Nació allí. Y allí se reconoce. Y allí quiere morir.


Me hace una consulta. Esta gente confía mucho en lo que le pueda aconsejar cualquier voluntario de Cruz Roja.  Para muchos somos la única toma a tierra en su vida.


-  Mire,  mis hijos me están insistiendo en que ingrese en una residencia . Yo no quiero. Sólo quiero ir a mi casa en la aldea y estar allí. Pero ya se empiezan a enfadar conmigo, y no sé qué hacer, ¿usted que me aconseja?


Gloria está muy bien, razona,  es válida, pero hay que tener mucho cuidado con los consejos  pues no sabes sus circunstancias, y a lo peor te metes en un buen lío.


- No sé qué decirle. No la conozco bien y....


- Pero usted piensa que es normal que mi hijo, el soltero que vive solo,  se enfade conmigo por no querer entrar en una residencia , y él se acaba de comprar un perro. ¿ Cómo puede ser que guarde cariño por un perro, y  a mi, que soy su madre,  me quiera enterrar en un asilo?


Le iba a contestar " señora, su hijo no es malo, sencillamente, lo dibujaron así, como a Pierre Nodoyuna". 


Esta mujer vive un amor doméstico reglamentado en la costumbre, en sus horarios, sus manías, sus plantas, su campanario. Un amor que ya no puede erosionar ni el tiempo, ni los hijos, ni siquiera la  desilusión. Un amor donde ya no hay posibilidad de incendios y, por tanto, de cenizas. 


No hay marido que cuidar, sólo visitarlo al cementerio, ni hijos que esperar, nietos que poder decir " ¡ qué guapo eres!". 


Esta señora, Gloria, es una profesional de lo suyo, que es vivir su vida. Merece vivir su vida como ella quiera. Y eso es lo que le aconsejé:


- Gloria, haga lo que le dé la gana, lo que le apetezca, y no se preocupe de lo que le diga sus hijos. 


Y no sabéis cómo me agradeció el consejo.


 


viernes, 24 de febrero de 2023

EN EL PAÍS DE NUNCA JAMÁS.

Peter Pan es un diagnóstico psicológico. He de reconocer que me enteré muy tarde de esta interpretación que,  por otra parte, resulta muy obvia. 


Una vez una mujer con la que conviví una corta temporada al regresar  de Guatemala  , harta de mi, y de mis cosas, me invitó a que abandonara su casa, nuestra relación, y me pidió que  desapareciera de su vida para siempre. No rechisté. A los perdedores, y yo lo soy desde bien pequeño,  nos cuesta nada volver a empezar.


Así que me fui.


La frase que me dijo , demoledora, fue " no estoy dispuesta a vivir con Peter Pan". Bien, una cosa es que uno haya visto y leído la historia de Peter Pan, y otra es asumir que uno es Peter Pan. Pues allí lo vi muy claro.


Peter Pan cede su nombre a un complejo que entiende la pérdida de la infancia - la expulsión del Nunca Jamás - como una derrota después de la cual no queda sino la nostalgia de cuando éramos capaces de volar. Al parecer, para esa mujer, yo estaba desterrado de mi infancia, y me negaba a aceptarlo. 


Y tenía razón.


Soy un inmaduro y, lo que es peor, sin cura.  He tenido suerte en la vida, y he conseguido no convertirme en un galeote social por culpa de las hipotecas y el trabajo, y  los deberes de estado. La gente que he amado me ha querido como soy, y han apechugado con las cosas que a mi se me escapan por vivir "volando".


Menos esta Ana que me mandó rápidamente a la mierda porque intuía que  el barco iba a las piedras.


Una vez leí que hay gente que se cree muy afortunada porque hacen  profesión de su tara psicológica. Y creo que eso es lo que me sucedió a mi. En la obra aceptaron  mis rarezas, me rieron las gracias,  se admitía que uno andaba volando y viviendo en el país de Nunca Jamás. Mis rarezas eran jaleadas, impulsadas. 


Una vez me comentó uno que mandaba mucho, y manda, Ignacio F. , que yo estaba sobrevalorado. Le contesté  que sí, pero que eso era porque me habían sobrevalorado. Entre otros, él.


Después, en lo personal, y en lo profesional, tuve mucha suerte. Seguí volando en mi particular Nunca Jamás. 


Murió Manuela, marché a Guatemala, regresé...y aparece Ana. Y allí me entero que soy Peter Pan.


La vida siguió. Y volví a tener suerte en lo profesional, y en lo personal. Un ángel me acompaña en el camino.


Y ahora estoy jubilado, feliz, con un tirachinas en el bolsillo, cantando y grabando canciones , una cada día, subiendo a los columpios, escribiendo , andando rutas de ensueño, con una mujer maravillosa...en el País de Nunca Jamás.




 

jueves, 23 de febrero de 2023

ROALD DHAL . LOS ENANOS LESBIANAS.

Me ha jodido que a Roald lo censuren. Estamos en una sociedad de mierda. Y lo digo bien claro y alto, con Franco vivíamos mejor.  Ya no hay gordos, ni feos , ni toda esa fauna maravillosa  de personajes que acompañaban a Roald. 


La empresa propietaria de sus derechos ha decidido reescribir la obra del autor británico y cambiar sus textos para las nuevas generaciones. Lo hace, dice, por “buenas razones”. Para luchar en contra de la discriminación y generar una literatura más inclusiva. Pues que les den. Menos mal que tengo casi todas sus obras completas.


La historia de la literatura, particularmente de la Infantil y Juvenil, está plagada de casos de censura y cancelación. En muchas ocasiones por parte de aquellos que buscan vivir del cuento políticamente correcto. 


Lo que llama la atención en este caso – y no es el único en los últimos tiempos – es que bajo el paraguas de la lucha contra la discriminación de distintos colectivos, se atenta contra el derecho a la libre creación literaria y artística, procediendo a mutilar o cancelar distintas obras de arte. 


Hoy es Roald Dahl pero a lo largo de nuestra historia reciente, y aún hoy, estas mismas empresas son las que regulan, muchas veces con carácter preventivo, los temas y los puntos de vista que pueden leer nuestros niños y nuestras niñas porque sí. 


Twiter , Facebook, Instagram, te censuran por decir caca, culo, pedo, pis.


Roald Dahl era antisemita, probablemente gordófobo y en ocasiones destilaba un pesimismo crónico sobre la sociedad humana. También era irreverente, hablaba a la infancia sin ridiculizarla y de tú a tú, luchaba contra muchas injusticias, no entendía de jerarquías y te enseñaba a reírte a carcajadas justo antes de ser aplastado por una ola gigante. La venganza, el rencor, el desprecio, el odio...y al otro lado de todos esos oscuros sentimientos, los inocentes, los débiles, que suelen ser niños o animales seres inocentes no contaminados por los vicios, o la perversidad de la condición humana 


Muchos de los que crecimos con sus lecturas  somos lo que somos gracias y a pesar de Roald Dahl. Me he hinchado a leer, y hacer leer,  a este hombre en todos los colegios que impartí  clase en primaria. 


Es Roald, pero son muchos los que me acompañan en mi formación. 


Sí, me jode esos editores, y directores de cine, y autores, y artistas , y  todo lo que es políticamente correcto , que  se mutilan y censuran en su creación porque es una advertencia alarmante acerca de inminente derrota del individuo ante los piquetes del puritanismo policial.


¡Uy, es que igual se ofenden los enanos lesbianas! Hemos pasado del subnormal al minusválido, del minusválido al discapacitado, del discapacitado a gente con capacidades diferentes… al final van a ser superhéroes. Es la hipocresía del lenguaje y de lo políticamente correcto. No vamos a llamar a las cosas por su nombre, no sea que alguien se enfade. Si ahora se llama “gente con capacidades diferentes”, eso dentro de cuarenta años será un insulto.  Al final les  llamaremos Mary Poppins.


¡Vaya mierda de sociedad estamos montando!


Un extraño prestigio el que comenzamos a ver, como el de los libros prohibidos que en las librerías de las dictaduras escondían en los sótanos para hacerlos circular entre los conocidos.


Hay tenemos al pobre Roald maquillado y perfumado en su  lepra , para no verle los muñones supurientos.


En fin...




miércoles, 22 de febrero de 2023

EL BARULLO. FOLLAMADRES.

Para un bloguero del  montón, un tío como yo que le gusta escribir y contar historias, tener un capitalito de lectores fieles es una gozada. No hace falta que sean miles, bastan unos cuant@s.


Cuando era de la opus dei recuerdo que me formaron en que se impartía una charla aunque sólo asistiese uno. Eso es algo que siempre hice. Nunca dejé de ir a un lugar para dar una charla, aunque sabía que sólo vendría uno. Y, además, un pringao. Pues la daba. 


"Pringao" es ese comodín , normalmente le faltaba un hervor, que  invitaba el caradura de turno para que no se dijera. He hecho cientos de kilómetros solo, y solamente, para  ir , tocar pared, dar charla, y regresar. Y a mucha honra.


Ese mismo criterio he seguido en mi vida profesional, y en mis cosas. El tamaño no importa. El número tampoco.


Basta que de vez en cuando suene la campanilla de la puerta del Barullo que se abre en la página donde despacho la entrada del día.


Lo que resultaría incómodo, al menos para mi, es conocer a algun@ de los que me leen. Algun@ sé quién son porque me lo han dicho. Otr@s  intuyo quién puede ser,  pero de algun@s mejor seguimos en el economato. Conocerme puede ser muy decepcionante. 


Al final el Barullo es un personaje casi de ficción. Se llevaría una sorpresa más de uno si le dijese " te dejo que voy con mi mujer al podólogo, que tengo las uñas que parezco un águila". Qué decepción.


La fidelidad que de verdad me emociona más es  la de ese lector que me cubre de insultos cada vez más procaces. Ya es una presencia tan constante en mi vida que cuando lleva varios días ausente temo haya contraído la gripe,  pitado de supernumerario y hecho propósito de mejora, o vaya usted a saber qué ( lo de supernumerario no es coña).


Lo que sería peor es que haya perdido interés por mi. Eso sí sería una putada para el Barullo. No lo publico porque es muy infantil en sus insultos ( cierra los puñitos y dice " ¡folla madres"!, "¡  folla con la muerta".


Si no me escribiese lo interpretaría como una síntoma de decadencia personal. Espero que el hater comprenda la responsabilidad que ha contraído, porque sin él - aquí comentan muy pocos lectores- sentiría que escribo como voz que clama en el desierto.


De este hombre, que me escribe a altísimas horas de la madrugada, y no por su situación geográfica ( vive en España) , es insomne , me confunde la fijación que tiene con el insulto " follamadres", y sus derivados de folleteo.


Este tío, que sé quién es , después de tantos años, se ha ido definiendo por las cosas que le disgustan. O sea, me tiene envidia porque soy un follador. Una pena. No es verdad. En ese aspecto de atleta sexual  soy muy poca cosa, pero me ha mitificado, y le disgusta mucho que sea algo que él nunca será.


Lo conozco tan íntimamente que al escribir alguna entrada soy capaz de detectar cual es el renglón concreto que lo hará detonar. Por ejemplo, ayer, acerté cuando por la noche vi cinco comentarios de él haciendo referencia soez a las tetas de la monja. Y si no reacciona es que no sonó la campanilla, porque no entró a leerme.


Pero no pasa nada. Volverá.




martes, 21 de febrero de 2023

LA MONJA DE LOS OJOS AZULES.

Cuando hay una fusión/compra de una empresa a otra , en el trasvase, se pierde mucho caudal de la  empresa comprada. Lo viví. Nos fusionamos una empresa que se llamaba Alessa, - empresilla parecida al Halcón Milenario- un "algo" que funcionaba mal que bien, que iba tirando, con Serunión - la Estrella de la Muerte-, una nave nodriza llena de soldados en orden de batalla dispuestos a morir por   el Gobernador Toni , el Gran Moff del Imperio Galáctico y comandante de la Estrella de la Muerte.


En dos años no quedó prácticamente ni uno de los que fuimos fagocitados. La escabechina recordaba a la famosa "Boda roja " de Juego de tronos.


Uno de los directivos me comentó que yo era uno de los primeros  que pensaban despedir. Sin embargo, y para mi sorpresa, pasaban los meses y allí seguía.  Un día me  dijeron que pensaban crear un puesto para mi. A mi medida: Responsable de  Relaciones con las Instituciones Religiosas.  Pero antes debían consultar a la central en Francia, y si se aprobaba, tenía derecho a coche de gama  más alta que los comerciales pringaos, a tarjeta nueva chachi, a más sueldo...


Y fue aprobado.


¿ Qué había sucedido?: que no tenían entre sus comerciales, ni entre sus delegados de zona, ni siquiera entre directivos, gente que supiera entenderse con monjas, hermanas, curas, frailes, o laicos y seglaras  entregad@s a Dios en celibato apostólico. Y vieron que uno se desenvolvía como pez en el agua, como bailarín marcando  paquete en el ballet  entre monjas con tutú.


Gran parte de sus clientes eran instituciones religiosas. Se daba de comer en muchos colegios de marcas y razas piadosas de todos los colores. Y a sus comerciales fácilmente se les escapaba un ustie, un joder, o un coño. Conocí uno que le comentó a una superiora que se habían dejado encendido el microondas ( se refería a un sagrario).


- Se equivocó en la presentación de la oferta y me dio la de otro colegio.


- Ostia, madre, perdone.


Todo comenzó el día que acompañé en León al Consejero delegado de Serunión a una entrevista con la superiora de la mayor  orden religiosa de colegios de España, después del Ministerio de Educación. Allí se jugaba mucho. El contrato era de Champions.


Antes de entrar, el baranda me preguntó:


- Oye, Suso, ¿ en qué se diferencia una hermana, una sor, de una madre.


El tío, que era un notas de importante, con el  IESE y mis cojones treinta y tres, lo preguntaba en serio.


- Lo pone arriba de sus colegios si ves escrito " Hermanas Clarisas de Cotatuero" son hermanas. Si pone "Madres Concepcionistas",  son madres. Lo de "Sor" ya está muy chapado....pero, en fin, con "hermana" vas que chutas.


Y se la colé, al muy  tolay.


La entrevista fue muy bien. Al terminar le dije a la hermana:


- Hermana, quiero que sepa que tiene usted unos ojos que son una buena excusa para visitar León.


Y la hermana baja los ojitos y musita:


- Muchas gracias, contestó coqueta.


A la salida, ya en el coche, me dice el One:


- ¿ Pero cómo  te has atrevido a decirle eso a una superiora en una entrevista que nos jugábamos tanto?


- Porque , aunque iba de riguroso monjil oscuro  uniformada, llevaba un suéter  de lana azul clarito, a juego con sus ojos, azules claritos. Y supuse que era su puntito de pequeña vanidad.


Y allí fue donde ese tío vio que yo era el hombre de las instituciones religiosas. Y dijo lo mismo que Vito Corleone en tiempo de amenaza: " ¡llamad a Luca Brasi!" .


Pues eso, "llamad a Suso".


Le impresionó tanto la  historia que, según me dijeron, iba diciendo por las oficinas centrales:


- Joder, qué tío, ¡ se ligó a la monja !


Eso es prestigio.





lunes, 20 de febrero de 2023

FUNDACIÓN ARENALES, SERUNIÓN. AVALES. NI PUTA IDEA, OIGA.

Lo recuerdo como si fuera ahora mismo.


Estaba en Palencia. Alguien me llama por teléfono.


-  Buenos días, no nos conocemos, soy Z, director financiero de Serunión. 


"Joder", pensé. La llamada me mosqueó. ¿Qué puede querer de mi el puto amo de la cosa económica de la  multinacional en la que yo trabajaba de pringao amarrado a galeras? Me temí lo peor. ¿Olía la sangre de Suso,   como el escualo despiadado e insensible que imaginaba debía de ser un director financiero?  


De este hombre sabía-las multinacionales son un corral- que practicaba yoga, y que su despacho estaba decorado en estilo Zen. 


- Me han dicho que tienes que ver con la contratación de los colegios de la Fundación Arenales. 


- Pues sí. 


La Fundación Arenales está fundada por gente del opus dei, aunque después el sidral interno de colegios y asociaciones, y congregaciones, es muy dispar. Siempre han explicado que en su red hay personas que son del Opus Dei, y otras son del Camino Neocatecumenal, a Legionarios, o pertenecen a otras instituciones o realidades de la Iglesia, o a ninguna en particular. 


Lo cierto, lo sé, es que  institucionalmente no hay vinculación con ninguna de ellas. Cada uno trabaja y actúa en nombre propio, no en representación de nadie.


Aunque, en fin, es, pero no, pero sí, pero bueno.


Viene a cuento la disgresión por lo que el del yoga  me preguntó a continuación.


- Verás , en la negociación  con la gerencia de la Fundación llegamos a un acuerdo de poder colaborar si invertíamos en los comedores de los colegios x millones de euros. Pero esa cantidad la debemos consultar a nuestra Central en  Francia. La pregunta que te hago es la siguiente.


Tragó saliva ( escuché un "glú"  típico de lapo en tráquea )...


- ¿En caso de incumplimiento, de que no pueda hacer frente la Fundación a sus pagos, el opus dei avalaría esa cantidad?


No podía creer  que ese hombre, máster en economía , que jugaba en la Champion de las finanzas, que cruzaba las piernas en calzoncillos para alcanzar la paz junto al Único Opaco y que, probablemente, se gastaba una pasta en un monitor budista con moñito de Shogun, me estuviese haciendo esa pregunta.  


La verdad es que ese contrato , para Serunión, significaba un pelotazo del que hablarían las generaciones futuras alrededor de la hoguera después de pintarlo en las paredes de la caverna, pero , todo hay que decirlo, no tenía ni puta idea de qué estaba diciendo.


- Olvídate - le respondí. Ni de coña el opus avala  nada, ni de eso, ni de nada de nada de nada.  El opus no es una máquina expendedora de avales, " su aval, gracias".


Silencio. Vuelvo a escuchar un "glú" lapial.


- ¿Y el Vaticano?


Juro que no me descojoné, así, des co jo né, porque  intuía que el tiburón olía mi sangre. Era como si uno moviera las piernas mientras nadaba.


- Tampoco.


Allí caí en la cuenta que las cosas están cambiando. Mucho. Y que  uno sería apreciado por un valor que nadie poseía: sabía de cosas de religión.


Pero eso otro día.






domingo, 19 de febrero de 2023

A CUENTO DEL BARÇÁ Y ENRÍQUEZ NEGREIRA.

Se lio una buena a cuenta del feo asunto del Barça y  el  mangante de  Enríquez Negreira.  


No pasará nada. Es muy viejo  el tema de la compra de árbitros.  Hay tanto en juego, tantos intereses, tantos millones, tantos  descerebrados  dispuestos a cruzar con elefantes  los Alpes en invierno para ver un partido, tanta política, tanta ideología. 


Cuando era joven  escuché en una tertulia en el Colegio Mayor  Monterols a un diputado de Convergencia , se llamaba Casas , contar el feo asunto del partido España - Malta. Todo venía a cuento de que este ser humano era de Sabadell  y , en aquellas fechas, el club de fútbol de su ciudad  tenía un partido, el último de la liga,  que si perdía , bajaba  a segunda división . El diputado  amenazó al entonces ministro de deportes con llevar el escándalo a los periódicos, y al Congreso si bajaba el Sabadell.


El ministro le llamó y le dijo " tranquilo, no bajaréis" . Jugaban fuera. Ganaron. No bajó el Sabadell, y no pasó nada. 


También conocí a un linier del colegio Valenciano, que era del equipo arbitral de un conocido arbitro de primera . Éramos amigos en aquellos años. Contaba anécdotas de intentos de compras de árbitros que mosqueaban mucho. La sospecha de que siempre es fácil de caer en la tentación cuando eres un pringaillo. Había cosas muy chungas, como jamones colgados en la habitación de un hotel la víspera de un partido.  


En un partido en Barcelona decidieron llegar tarde al hotel , había muchas presiones. Al llegar a las tantas les estaba esperando un conocido vicepresidente del Barça, que no diré su nombre, pero que me juego el izquierdo a que compraba lo que fuese a cambio de un título. 


Les ofreció a los tres la insignia de oro y diamantes del club, era un aniversario redondo. El colegiado le dijo " si no le importa, me lo entrega mañana delante de la prensa y los delegados de los dos equipos"


- ¡ Por supuesto!- dijo con una sonrisa de colmillo. 


No la entregó. Este hombre siempre fue un poco bastante bocas.  Dirigía el club, y sus emoresas, en términos testiculares. Pensaba que su sola presencia , su mero frotamiento, estimulaba a su gente hasta extremos fanáticos que lo harían invencible.


Parecía decir "  trabajan para mi. Como van a perder. 


Este amigo , en aquel partido, que era también decisivo para el Barça , contó una bien divertida.


Para saber sin ninguna duda si una falta era penalti, o no, tenían un truco los dos linieres y el árbitro : si cogía el linier el banderín entre las manos, con los brazos caídos hacia abajo, era la señal de que no había ninguna duda de que era penalti.


Hubo una falta en el área del Barça. Mi amigo vio, sin duda, que era penalti, y puso el banderín abajo, cruzado  , entre las manos. El arbitro lo vio, pero la gente comenzó a insultar y el asunto se puso muy feo. Así que el tío se acerca hacia mi amigo y le pregunta ( de modo que lo vea todo el campo) si es penalti o no...mi amigo, viendo que el muy zorro  lo que quería era echarle toda la responsabilidad a él, mientras con las manos y el banderín decía que sí....y con la cabeza lo negó rotundamente. . No fue penalti. ..este hombre contaba historias de compras de partidos alucinantes...sin llegar a cabezas de caballos cortadas en sábanas sangrientas, pero casi.




sábado, 18 de febrero de 2023

UNA CONFIDENCIA A CALZÓN QUITAO.

Hace años, estando de director en Bauprés,  vino de visita , en una cosa que se llamaba " Comisión de servicio" un señor que era muy principal.  Venía de Roma. Su fama le precedía, pues era de las primeras vocaciones del  opus dei y, además, era el director de la obra de todos los numerarios. Se hablaba de él en un tono reverencial.


Se llamaba Fernando Valenciano, pero se le conocía como " Don Fernando Valenciano". . Creo que aún vive, pasa los cien años. Era un hombre pequeñito, de mirada dulce, ojos claros, muy limpín y atildado. Vestía de traje y corbata. Todo en él era ordenado, muy arreglado, medido. Sonreía, y su sonrisa  , al menos a mi ,  recordaba la de esos muñecos  de los viejos ventrílocuos, de mirada fija, abierta, cristalina y simpática.


Me dijeron que debía de hacer la confidencia con él. La confidencia es una charla que se hacía semanalmente  con tu director, una especie de dirección espiritual. Sólo que, en este caso, era  con un ser que a mi me parecía superior, un santo, alguien de altísima vida espiritual, que había vivido muy cerca del fundador de la obra, y que transmitía una paz y una hondura espiritual cosa fina. El Espíritu Santo  volaba en lupin sobre este hombre.


Me preparé la charla a conciencia. Pensé: "venga, Suso, a calzón quitao". Me parecía, y lo escribo en serio, que esa charla podría llevarme  muy cerca del linaje fundacional. Creía que se maceraría en mi la sensación de pertenecer a lo más hondo del espíritu de la obra, y eso pasaba por admitir que ese hombre estaba en el origen de todo.  


Comenzó la confidencia.  Hablé de  mis inconstancia, mi pereza, de lo que me gustaban " las tías", de que tenía una imaginación un tanto enfermiza y descontrolada, de lo destemplado que era en el fumar, el que " bebía con manguera" , lo que me gustaba exagerar y llamar a atención, esa vanidad con la  que disfrutaba siendo el centro de la vida de los lugares donde estaba , de que me enamoraba con mucha frecuencia de  las madres del colegio, que si le ponían una falda a una farola ya estaba diciendo tonterías...


El hombre, sentado en una butaca, me miraba y sonreía en silencio. Era como si el ventrílocuo se hubiese ido a dar una vuelta y hubiese dejado al muñequín  allá puesto, observándome fijamente . Sonriendo. 


Terminé. Seguía mirándome y sonriendo. No decía nada. Y yo, pues lo mismo: le miraba y sonreía. Y pensaba " ¿ cuándo cojones me dirá algo?, ¿ cuándo viene el ventrílocuo?


Y Don Fernando Valenciano  seguía allí mirándome, sonriendo.


Y , de repente, sin dejar de sonreír,  dijo:


- Supongo que si  eres el director de este centro es porque los directores te conocerán muy bien. No te preocupes.


 Y a tomar pol saco. Eso fue todo, Aquel hombre no había entendido nada de lo que yo le había dicho. Debió de pensar " ¿tías?", "¿ beber con manguera?",, "  faldas en una farola?". Suso para ese tío era un puto marciano...y decidió que si me habían puesto allí sería por algo. Y suspendió el juicio.



 



viernes, 17 de febrero de 2023

"LLORICA".

Estoy leyendo la biografía de Oppenheimer. Me tiene abducido. Un personaje poliédrico, enigmático, contradictorio. 


Me ha impresionado la conversación que tiene con el presidente Truman días después de haber lanzado las dos bombas atómicas sobre  Hiroshima y Nagasaki. Estaban los dos , junto al secretario de estado. Oppenheimer salió con la certeza de que aquel hombre era muy limitado , " la incomprensión que mostró lo dejó pasmado". Truman era un hombre que compensaba sus inseguridades con exhibiciones calculadas de  chulería. En un momento determinado, el científico , retorciéndose las manos, nervioso, dijo:


- Siento que tengo las manos manchadas de sangre.


Estas palabras enfurecieron a Truman, relató después su secretario. " Le contesté que era yo quien tenía sangre en las manos, y eso era mi problema". Con los años el presidente adornó la historia y , según su versión, dijo " no pasa nada. En la colada todo se limpia"...se sacó un pañuelo del bolsillo de la pechera y se lo ofreció a Oppenheimer diciendo " tome... ¿ quiere limpiárselas?"


Un silencio incómodo se impuso, y el presidente dio por zanjada la conversación. 


Después, una vez que se fue el científico, dijo" ¡las manos manchadas de sangre!, no tiene ni la mitad de sangre que tengo yo en las mías. Uno no va por allí lloriqueando...más tarde dijo su secretario: " no quiero ver a ese hijo de puta en este despacho nunca más".


Años después de refería a Oppenheimer como el "científico llorica".


Me acordé de unas cuantas personas que se han cruzado en mi vida y que usaban la misma táctica de Truman para que uno se avergonzase de sí mismo. El uso  del insulto, del chulo que se burla y se siente superior, y te humilla y desprecia.


Aunque, salvando las distancias, claro. Ni yo soy Oppenheimer, ni Albert R. el presidente Truman.


Fui durante muchos años al UNIV, una convivencia/ congreso  de universitarios en Roma. Durante unos cuantos de esos viajes era director de uno de los autobuses.   Allí , entre otras cosas, se planteaba  la vocación de entrega a Dios en el opus dei a muchos de esos jóvenes.   Desde uno de  esos viajes, y por la nefasta experiencia que tenía, decidí que nadie de los que venían conmigo desde Barcelona escribiría la carta pidiendo la admisión a la obra. De hacerlo, lo harían al regresar, ya en frío. En la convivencia se chutaban  mucho, y luego pasaba lo que pasaba, que se arrepentían al  regresar.


Una vez vino a una reunión de los directores del autobús el que entonces era el director del la obra de la labor de jóvenes en todo el mundo. Se llamaba Albert. Un misterio que ese hombre ocupase ese cargo. Y otro misterio que fuese al IESE. Todo en ese ser humano es un misterio.


Apretó mucho para que uno de los jóvenes escribiese la carta pidiendo la admisión a la prelatura.  Estaba empeñado. Dije que no. Insistió en las virtudes del  candidato, que yo conocía muy bien. Volví a decir que no. Y dije que no, en eso me recordó la anécdota de Oppenheimer, porque estaba harto de mancharme las manos de tinta de cartas que no servían pàra nada.  


A la salida me estaba esperando Albert.


- No entiendo esa obcecación, Suso.


- Es que tengo el criterio, por experiencia, de que hasta que no vuelvan a Barcelona nada de nada.


- ¿ Y eso?


- Porque ya sé lo que pasa.


Entonces me sonrió - no debía de ser muy distinta esa sonrisa  , fría y con su puntito de sadismo, de la de Truman- y susurró:


- ¿Te has vuelto prudente, Suso?


Sonaba al  "llorica" del presidente.


- No juegues a eso,  por favor.


Fue la última vez que dirigí nada en el UNIV. 




jueves, 16 de febrero de 2023

GRANDES CARENCIAS.

¿Por qué Montaigne necesita decirme que tiene el pene pequeño? ¿Por qué Virginia Woolf necesita escribir que tiene envidia de Katherine Mansfield? ¿Por qué Ligne narra que Voltaire se echó un pedo? ¿Por qué Bukowski se arranca con  que tiene 52 años y nunca se ha comido un coño? ¿Por qué Hemingway nos cuenta su visita al Louvre para comparar el pene de Scott Fitzgerald con el de las estatuas?


Había empezado mi vida sexual con mi novio”, contó Angelina Jolie -quien perdió su virginidad a los 14 años. “El sexo y las emociones no parecían suficiente. Ya no era una niñita y en un momento de querer sentirme más cercana a mi novio, tomé un cuchillo y lo corté, él también me hizo un corte.


Miranda Kher , otra actriz, "teníamos sexo como maratonistas kenianos”.


También sucede con algunas memorias y autobiografías de santos. Las escriben a calzón quitado. Pienso en santa Teresa, en san Agustín, o el mismo san Josemaría.


Creo a menudo que algunos escritores y personajes públicos   son como esas personas desconocidas que te cuentan su vida en una sola noche, delante de una cerveza, o de una copa, solo con la intención de que te acerques y seas su amigo. 


¿Qué  es un escritor de confesiones  sino una persona que no consigue ocultar su gran carencia de amor? 


Como todos, necesitamos que nos quieran. A veces de una forma un tanto extraña.


También pienso, y lo escribo en serio, que nos sucederá como se anuncia en las antiguas misas de difuntos , que se decía " quidquid latet aparebit" (todo lo que está oculto aparecerá). ¿Para qué esperar al  Juicio Final en el valle de Josafat? Mejor contar tu versión de la vida y sus cosas. ¿Vanidad?, quizás. Pero también el saber que todo lo que nos ha sucedido es algo que es propiedad de las personas. 


Verlas escritas libera de culpas y de rollos, sobre todo, cuando descubres que lo que te ha pasado a ti es algo que ha sucedido a muchos.


miércoles, 15 de febrero de 2023

Y SE ME NOTA MUCHO.

Escribo repitiendo una  y otra vez la misma historia. Ocurre que todas mañanas , con  la misma personalidad y del mismo buen o mal rollo que me habita.


Y  las mismas obsesiones: el sexo, las mujeres, los codiciosos piadosos,  la religión, Dios  , el amor, la muerte   mi padre,  mis muertos, el humor , el amor sin correspondencia, la Virgen, y la muerte.


La muerte  a veces como amiga, a veces terrible.


Mis miedos. Mis cosas. Siempre lo mismo. 


Como todos.


Por culpa de este Barullo padezco de un reflejo de Pavlov que  al ver la pantalla del ordenador  salivo felicidad. 


A veces escribo sin pensar dejando correr la mano a lo que salga, igual que se deja al perro que te lleve por el camino que él quiera elegir.  Y otras escribo  como una trucha en forma de elegía. Cosas muy sentidas. Llego a casa y escribo el llanto más urgente y la palabra más desgarradora porque me acordé de alguien y, entonces, se me va la cabeza detrás de los pájaros de luz que acaban de traerme noticia de un amor que no fue, o de ese alumno, de aquel profesor, del  hombre que pude haber sido, de la mujer que  traicioné, de las mentiras que viví, de mis jaculatorias azules, de las cloacas que bebí, de esos seres celestes que lloran el globo que se les escapa de las manos.


Y también ese dolor de ser como soy. Ése es otro de mis asuntos: la inutilidad del paso del tiempo para crecer o desarrollarme. Nunca he crecido, aunque mi cuerpo y mi cara hayan envejecido. Tengo recuerdos y experiencias, pero dentro de todo eso es como si no hubiese nacido. Y, sobre todo, mi egoísta manera de vivir. Me mantenido del amor de otros.


Y vivir con esa incógnita de si la aflicción que he causado por no saber entregarme, también terminaré  sufriéndola al saber el dolor que he causado con mi egoísmo.


Soy un pobre hombre, y se me nota mucho




martes, 14 de febrero de 2023

EL DÍA DE LOS ENAMORADOS.

No me gusta nada eso del día de los enamorados, pero hoy sí. 


De las pocas ideas en las que creo de verdad una es la comunión de los santos. Estamos conectados fuera del espacio y del tiempo de una manera maravillosa. Muchos , de muchas y distintas creencias, están convencidos  de esa especie de comunión entre vivos y muertos, estemos donde estemos.  No estamos limitados por el tiempo ni por el espacio.


Lo que al individuo le parece como un giro del destino... desde otra perspectiva es simplemente que Alguien cuida de nosotros. No siempre entendemos esta providencia, porque vemos el dolor en nosotros y en los demás, pero es así, incluso en el dolor.


Incluso cuando esa comunión  parece irreparablemente deshilachada... nunca se rompe. 


No completamente.


Nunca pensé que pudiese volver a encontrar  el amor. Nunca es nunca. Y menos del modo que se cruzó, otra vez, en mi vida. Porque ni lo buscaba, ni lo quería. No de la forma que se presentó. Pero no somos dueños de nuestro destino. A veces dudo si lo somos de nuestras decisiones.


Hoy , cada mañana lo mismo es distinto. Cuando despierto salgo fuera de la cama mientras escucho el coro del amanecer , y mientras desayuno doy gracias a Dios por esa mujer.


Miro a través de la ventana el jardín. Veo el baile de hojas y ramas. Salgo y me despido con un beso y un te quiero. El primer beso ,y el primer te quiero de muchos de este día. 


Miento, el primer beso ya lo di al despertar, y el primer te quiero. 


Escucho el silencio de la mañana. Me gusta el silencio. 


Me gustaría todavía más poderlo escuchar en medio del ruido y de la agitación. Antes de entrar en el gimnasio paso por un cementerio que está muy cerca. Allí doy gracias a esa gente que, estoy seguro, tienen algo que ver con todo lo que me ha sucedido.


Después pasa el día. Contemplo respiraciones , canto, leo, escribo , e intento poner mucha atención, siempre en busca  de ese pequeño amor para que no  se me pierda en algún rincón.  


La atención a cada detalle es el plumero  con el que se quita el polvo a la vida,  y entonces puede relucir nueva y brillante en todo momento. 


El asombro que produce convierte el hábito en primera vez.


Como ahora, como hoy, que te quiero por primera vez.