viernes, 31 de julio de 2020

EFÍMERO.

Efímero. Nos mandan unos tiranos caprichosos. La verdad no existe. Nada es, todo cambia. ¡ Y a qué velocidad!

Los gustos, la moda, el pensamiento. Nos gobiernan infantiles fatuos expertos en el regate corto y el narcisismo… todo tiene una fecha de caducidad cada vez más corta. Efímera la moda, efímera esa  prenda , efímera esa canción, esa actriz, esa película, ese programa, esa tendencia. 

Todo  viene con los días contados. No se repara sino que se sustituye.

Y eso de usar y tirar no se ha limitado a objetos,  también a las personas. En una sociedad de  “tanto tienes, tanto vales” y fanática de lo último que llega, dejando de lado lo que se tenía, lo superficial ha ido ahogando a lo profundo y el utilizar al prójimo se ha normalizado terriblemente. 

No importa la persona sino lo que pueden obtener de ella. Una vez lo han obtenido, o si creen que no van a obtenerlo, se acabó. La razón última de la eutanasia, de l holocausto Down  , es esa: el fin justifica los medios y persona usada, persona tirada sin miramientos ni explicaciones; sin pensar en el daño que se hace, la decepción o los sentimientos ajenos.
Hay personas expertas en sonrisas falsas, palabras vacías y con el alma en ruinas. Falsedad escondida en abrazos, amistad que no tiene de amiga ni el nombre y frío interés donde debía habitar el afecto. Muchos besos de Judas, fines sin principios y un adiós como mucho cuando ya no hay más que sacar.

¿Hace falta recordar nombres que todos conocemos?

Disfruta de la vida como viene,  como si fueses propietario de todo lo que te encuentras. 



jueves, 30 de julio de 2020

¡ A VER QUÉ SALE!

Muchas veces pienso que hubiese  pasado si en vez de ir por allí, hubiese ido por allá, si en lugar de decir a hubiese dicho , o me hubiera quedado  callado, o sí me hubiéra  atrevido, dado un paso atrás o escuchado

¿Cómo habría cambiado nuestra vida, qué sucedería, en qué me hubiese convertido

El presente es un puzle de decisiones tomadas y las consecuencias que traen consigo.

La peña  pone  límites a los sentimientos y un muro a la pasión. Queremos el éxito y el salto perfecto sin renunciar a la red, elegir. 

Adornamos lo que tienes  para que parezca que eres no se sabe quién, y envidias a quien se atrevió a salir de su zona de confort y encontró su hogar.

Vivir no es respirar, mirar desde el tendido, conformarse; ni esperar sin avanzar, quejarse sin intentar, acostumbrarse. La vida a veces aprieta pero, si te pone música, acércate a ella, empieza a bailar y , venga, a ver qué sale.






miércoles, 29 de julio de 2020

HABLANDO SOLA.

A mis padres les he hecho sufrir desde bien pequeñajo.

Fumo desde los 9 años, y eso significa que tuve que mentir, sisar bastante dinero, esconder las pruebas del delito, aprender a hablar echando el aliento padentro, y mil perrerías que uno se pergeñaba para que no lo pillaran.

Lo malo, o lo bueno, es que siempre me pillaban : era de una candidez extraordinaria.

En las fotos que se conservan de mi madre cuando era soltera, novia, esposa primeriza,  era una mujer de una belleza racial, agitanada, hermosísima. Aquí,  cuando mi madre era normal y no hablaba a solas consigo misma, y no había cometido el error de tener un Suso.



Yo la conocí igualmente bellísima, pero que a veces se quedaba como absorta y hablando sola. La estoy viendo en la pequeña sala de estar haciendo labores , con la boca abierta, gesticulando con las cejas, y dándose palique a sí misma:

- Pues si te crees que, ¡hummm!...¡vas bueno!...¡si es que no puede ser !...¡Jesús, qué hijo!...¡pues lo tienes claro!...¡ya te voy a dar yo cigarros!, ¡hummm!...

Aquí , ya comenzaba a hablar con una paloma, poco antes de hacerlo a solas...

 

Yo la escuchaba:

- ¿Quieres algo, mamá?

- Rezo para que cuando te cases no tengas unos hijos como tú..

Yo la veía hablar sola, gesticulando, suspirando, y  gimiendo "hummmm", y pensaba “mamá se está volviendo loca”. Procuraba durante esos brotes no acercarme a ella, no fuera a clavarme las agujas de punto de cruz, al grito de “¡¡¡MUERE!!!

Esta es mi madre cuando comenzó a recitar sus soliloquios:

 

Luego descubrí que la mayoría de las madres hablan solas: como los muñecos de José Luis Moreno, sólo que accionados por la mano invisible del cerebro que lleva las pulsiones de la angustia.

Y también descubrí la Ley de Suso sobre Madres Ventrílocuas: si mamá habla sola, no está loca. Las locas no hablan solas, ejecutan.

Después, mucho después, caí en la cuenta que he hecho hablar a solas consigo mismas a muchas mujeres...y a mi madre, siempre.

Y hoy me rindo ante ella.


martes, 28 de julio de 2020

CAERSE DEL BURRO.

Madurar” es un verbo regular que viene de serie en el ser humano aunque en mi caso, y en el de bastantes, me temo, va por libre.

O sea, que no sé cómo va. 

Es fácil saber cuando madura un cuerpo o, incluso, una idea. El problema está en saber cuándo madura uno. Mis padres me trajeron frito con este asunto. Y alguna mujer. Y algún cura.

- Eres un inmaduro...¡coño!

Está claro que maduramos con la plenitud de nuestros órganos sexuales pero la pregunta del millón es ¿cuándo maduramos de verdad, cuándo se cae uno del burro?

Creo que no se madura a base de cumplir años sino a base de problemas resueltos, miedos superados, éxitos disfrutados, corazones rotos, caídas desde lo que creíamos tierra firme, límites asumidos, intentos fallidos y ganas de seguir conociéndonos.

A base de ustiés.


Pero también con caricias porque también así valoras las cosas No somos inmaduros por reír a carcajadas, ser ingenuos , llorar en público o no querer soltar de la mano al niño que fuimos. Al fin y al cabo, esa parte infantil es la que nos hace seguir y limpiarnos la herida con saliva y , venga, palante.

Hay personas que se han hecho viejas sin madurar porque dejaron ir al niño que fueron y se sienten como Garfio en un mundo de Peterpanes.

La madurez va llegando sola, con calma y sin forzar. Cuando se descubre la gracia a asentir sin tratar de imponer. Es elegir sin complejos, reírse de uno mismo, no culpar a otros de nuestros fallos, saber marchar cuando sabes que sobras, y entender que lo realmente importante son muy pocas cosas.

Maduras cuando lo que antes te parecía un mundo, te cabe en un puño, cuando te importa un huevo lo que antes te habría afectado profundamente y cuando entiendes que son muy pocas las guerras por las que luchar. Y cuando, de la mano del niño que fuiste decides, después de limpiarte de nuevo una herida con saliva, que ya no vas a madurar más.

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lunes, 27 de julio de 2020

ERES.

Eres lo que puedes, lo que quieres, lo que viste imposible y eso en lo que crees. Lo que dejaste atrás, lo que se quedó en otros, lo que no eres capaz de dejar y eso que solo conoces tú.
Eres lo que otros dejaron en tu vida, lo que fuiste  y te avergüenza, lo que te negaste  a ver, la apuesta ganadora o el final de una partida. Lo que nos atreviste a ser, lo que no serás nunca, eso que desearías perder, lo que sientes dentro de ti  y no  entiendes, lo que no tiene precio y lo que te asusta.
Principios y finales, piedra y camino, historias o simples cuentos, momentos inolvidables, mares de lágrimas, risas a cientos. Eres  la oportunidad que aprovechaste  y la que dejaste pasar, el apostar a todo o nada, a rojo o negro, a par o impar.
Eres lo que callas y lo que no sabes cómo decir, el lado más oscuro, lo que dijiste que nunca dirías , lo que no pides pero sabes que necesitas,  y lo que te queda por vivir.


domingo, 26 de julio de 2020

COMO CENCERROS.

Tuve que soportar durante dos años a un hombre atormentado por su mujer. Era un pesado que se quejaba quincenalmente de los horrores que le infligía su Costilla. Obsesionado, la ponía a caer de un burro.

Un día me la presentó y, la verdad, no me pareció tan así la señora. Lo que sí se percibía en esa pareja era algo plastificado, dispar, desencajado, personas incapaces de ser atadas e integradas en el mismo haz.

Quizás un día lo fueron...El amor es tan fugaz como un verano, y esa embriagante sensación de felicidad narcotizada por tanta nada, y canciones de verano que reclaman mujeres en celo y hombres con ansias de copular en playas y piscinas.

Tan hartico me tenía que le animé a que se separara. Se lo aconsejé después de que me dijera “no voy de putas porque tengo miedo a coger algo...¡pero si llevo sin echar un quiquil's más de tres años!”, me confesó fadado y con gran quebrantamiento.

Era un neurótico.

Y ella. O sea, eran dos neuróticos que habían procreado cuatro criaturas. De las cuatro , uno, estaba para atar. Lo sufrí. El niño se las traía. De los que están en la frontera entre el hiperactivo y el hijo de puta, tan difusa.

Ella hacía lo que hacen muchas neuróticas, chantajeaba, ponía el cebo, usaba el reclamo del corzo para que su venado acudiera presto y solícito....”¡cómo me gustaría que me regalases un reloj que he visto en el Corte Inglés!”...”el marido de Rosa le obsequia con flores todos los día 20 porque se casaron en esa fecha...”...¡y tú...!

Nuestro hombre, de vuelta del trabajo, después de averiguar de manera complicada la fecha de la boda (la había olvidado...¿fue el 4 o el 5 de julio?), compra un peluco pensando que ella le recompensará con una cena con velitas y un revolcón que le alivie de tres años de rociada continencia y, sin embargo, ella las recibe con cara de asco y dice cosas como...

- Da igual, las traes porque te lo pedí yo. 

Estas cosas le sucedían al corzo.

Un día de aniversario le regaló un vestido que le costó un pastizal.

Jamás se lo vio puesto.

- Pero la bufanda que le regaló un compañero de trabajo, ¡esa mierda de bufanda!, ¡¡¡no se la quitó en años!!!, ¡¡¡se la ponía hasta en verano!!!

Pero él era igual con ella. Neurótico, digo.

También tenía sus reclamos, sus cebos, y sus trampas.

- Nunca se puso la corbata que le regalé, nunca fue conmigo al teatro, cuando me preocupé por conseguir las entradas para los dos...y un día que le pasé suavemente las manos sobre la cabeza para atusarle cariñosa el pelo?...él me contestó “¡déjame, coño, ¿qué te pasa? 

Me dicen que hoy es director de un colegio de padres preocupados por la formación de sus hijos...

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Despiste gordo. 

viernes, 24 de julio de 2020

CRUCE DE CAMINOS.

Estoy en un cruce de caminos. 

Estoy harto de compartir tiempo con personas que no me aportan nada.

Harto  de  perder tiempo haciendo cosas por quedar bien.

Harto de hacer las cosas porque toca.

Harto de decir que sí cuando en nuestro interior se escucha un no.

Harto de asistir a reuniones que me saltaría sin dudar un minuto.

Harto de adoptar posturas neutrales por evitar conflictos.

¡En cuántas ocasiones se impone lo políticamente correcto!

Y dejarse llevar por la corriente…

Y perder oportunidades por miedo, o por pena.

Y no decir lo que se piensa…

Y respetar a los que no nos respetan…

Cuántas veces traté  de justificar lo injustificable…

Y tratar de agradar…

Y hacemos tantas cosas sin ganas…

Hasta que decides cambiar y darte cuenta que no es malo, todo lo contrario. Que nos respetamos a nosotros mismos y ganamos tiempo. Y vida. Y tranquilidad. Y que no hay que tener miedo a salir de allí y decir que no. Que es una especie de criba que deja en nuestra vida a las personas verdaderamente importantes y nos libera de aquello que  no aporta.

Y que merece la pena.

Lo siento, Oriol.

jueves, 23 de julio de 2020

SIN AGENDA NO SOY NADIE.

“ Sin agenda no soy nadie”, me comenta un amigo. Y uno no sabe qué contestarle: nunca supe usar una agenda. Tener he tenido muchas, casi era un propósito de finales de año : en enero me compro una agenda y ordeno mis cosas. En febrero la agenda era una cosa que estaba en algún rincón de la habitación, olvidada y sin sentido.

Un hombre vale más sin agenda que con agenda: lo inolvidable no se anota en las agendas. Inolvidable no son las fechas de cumpleaños, o sí, o el aniversario de bodas, o sí…inolvidable son las caras, las historias intensas de nuestra biografía, los compromisos que nos entusiasmaron. 

A veces se recuerdan las fechas, pero no es eso lo importante.

Inolvidables son pocas cosas. El problema de las ciberagendas está en que tienen una memoria donde caben muchos contenidos y, al final, están repletas de gilipolleces. Me revienta que el día de mi cumple me llamen tipos que no recuerdo y que sé que lo hacen porque su mega agenda ha sonado con un pí pí pí y le dice que es mi cumpleaños. A esa gente no les invito a mi fiesta: ni fantas, ni cocacolas, ni chuches. 

Lo peor del igualitarismo no es tener que compartir lo mío con los demás, sino verme forzado a compartir lo de los demás. 

Eso es una vulgaridad, y no hay que bajar la guardia contra ella, porque se cuela con mucha facilidad.

Su contrario, a la vulgaridad, es la elegancia. Elegante es el que sabe elegir. Pues eso, aprendamos a ser elegantes.



miércoles, 22 de julio de 2020

TODO MUY SOSPECHOSO.

La verdad, no sé, a mi lo de la Marvel  siempre me pareció muyyyyyyyyyyy sospechoso. ¡Vaya manera de pedir guerra!

"Yo nunca fallo", le dice...¡joder, si te las ponen como a Fernando VII!






Y si esto no es andar provocando...

''Observación: cuando se registra a un sospechoso de esta manera, su incómoda posición hace que un movimiento sorpresa por su parte sea casi imposible''. 


  Ya, ya Batman, si quieres camúflalo de clase de estrategia detectivesca, allá tú, pero ya sabemos cómo va a acabar esto, listo.

¿Con qué algunas ideas, ¿hein, pajarón?

martes, 21 de julio de 2020

HOY Y AHORA.

No me prometas la luna.

Ni alma , corazón y vida. 

No me prometas un mundo más allá de las estrellas.

No me prometas un amor en anillo de oro que no sabes lo que durará.

No me digas que soy todo para ti. Ni que soy imprescindible…ni que me amas como nunca antes habías amado a nadie

No me jures y llores diciendo que lo nuestro es diferente.

No me mires así, diciendo que no habrá más que yo. Que te hago ser mejor persona y que siempre seremos  felices.

No…

No me prometas todos los viajes.

Ni días que serán una eterna primavera. No quieras secar la lluvia por mí.

No me prometas que no me dejarás.

Ni me prometas sonrisas bajo la lluvia, ni besos eternos, ni caricias sin final.

No hagas promesas que no sabes si cumplirás.

No prometas lo que no sabes si puedes cumplir.

Ni lo que no está en tu mano.

Ni lo que pertenece al vete tú a saber.

Ni aquello que ignoras cómo reaccionarás cuando falte lo necesari

No…

No quiero promesas.

Guarda, tus promesas.  Cállate.  Abrázame…te las cambio por besos.

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lunes, 20 de julio de 2020

LA PRIMERA MIRADA.

Todo comienza con una mirada.  Podría decirte el día, el lugar y la hora. Unas pupilas que se agrandan, que brillan, que saben hablar en un idioma que no tiene palabras, ni diccionarios, ni sonidos. Todo comenzó antres de saber nada, ni nombres, ni lugares, ni historias biográficas.

Todo comenzó con una mirada que entiende porque hablan del mismo modo. Y se susurran. Y se acarician. Y se sonríen. Y esa mirada sabe que todo lo demás sobra. En ese instante  no hay cabeza ni corazón. No hay lugares. No hay relojes. No hay más futuro que no sea ahora. No hay otro idioma. No existe más que una mirada que pide, que busca, que desea, que intuye, que cree y que sabe. Que sabe escuchar sin oídos, hablar sin palabras, comprender sin mente, sonreír sin boca, desnudar sin mano.

Y el espacio se llena de una electricidad entre dos miradas, tanta, que uno piensa que quienquiera que se cruce quedaría desintegrado,

Y no hay más. No hay menos. No hace falta más que lo que existe ahora.

Y todo empezó en una mirada.


domingo, 19 de julio de 2020

LO APRENDÍ DE JOSEFA.

A veces da miedo…da miedo sentirlo. Ese momento en el que eres consciente de que quieres a alguien y  es esa mezcla de ilusión, ganas, vértigo, ceguera y contradicción. 

Y tienes miedo. Miedo porque sabes que has fallado tantas veces. Que no eres de fiar. Que no hay manera. Que parece que estás hecho para que te perdonen. 

Ese momento en el que te sientes tan seguro tan  y vulnerable, que puedes ascender y caer como un pingajo, completo  y confuso, el puzle hecho primorosamente  y con el temor de que un manotazo desbarate todo.

Y también  miedo a ser querido, a que hagan de ti un dios y después no te perdonen que no lo seas…decepcionar, hacer daño, ser otro fracaso, no estar a la altura, no dar lo suficiente… ¡crear tantas expectativas para nada!

Ese acojone que nos pone límites, que nos hace dudar de nosotros, que subraya nuestra pequeñez,...

¡ No somos conscientes de nuestro valor, de la felicidad que podemos aportar a quien nos ama y nosotros correspondemos.

Hace tiempo tomé la decisión de  que el amor no se razona. Ni se piensa. Ni se teme.

Que nadie, ni siquiera uno mismo tendría que pagar por mis fracasos pasados. La cagué, y ya está. Hasta la próxima. Pronto en los mejores cines.

Hace tiempo decidí que lo que no se vive, se  muere, que amar es un regalo que siempre hay que abrir y disfrutar.

Y entendí que amar no es tocar los cojones con posesivos. Que el amor  es una vela que si la encierras en un vaso se apaga. Que amar no se pide  porque lo que se recibe es de verdad. Entendí que hay millones de maneras de amar y todas son buenas. Las raras también. Y entendí que el amor se acaba pero no nosotros con él.

Hace tiempo decidí decir “te quiero” a mucha gente ,  a pesar de no saber si se es correspondido. Que, aunque dé miedo, prefiero que la otra persona lo sepa porque a lo peor ni hay otra ocasión. 

Porque no tenemos comprada la vida, ni el tiempo, ni la ocasión de decirlo en otro momento. Porque  es grande ser querido. Porque, si no se dice con palabras, se dice sin ellas. 

Porque creo que es muy difícil ocultar el amor. Y porque cuando digo “te quiero”, siempre es cierto. Siempre acierto.

¡ Gracias , Josefa!, eso lo aprendí de ti.


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sábado, 18 de julio de 2020

JOSEFA.



Esta señora se llama Josefa.

Es la madre de Manuela.

Es mi madre también.

La veis así, como un personaje de Harry Potter, porque lo es: esta mujer tiene poderes. Es de esas personas que hacen milagros. Tiene noventa y nueve muchos años, una mala salud de hierro, un corazón oceánico, y una fe sin beaterías, ni histerias, ni tonterías.

Sólo os diré que no he conocido nadie como ella. Nadie.

Hoy se nos fue en silencio, mientras dormía.

Ya sabéis la vieja tradición de poner en la mesa un plato de más para un visitante imprevisto. Josefa era así. Fue así antes de conocerme, y así fue siempre: tenía un plato dispuesto a cualquiera que llegase.

Recuerdo una mañana que Legué de trabajar el día de san Valentín y me dice guasona, "ha llegado una carta para ti".

Y encuentro una nota escrita en un papelucho que habría recortado vaya usted a saber cómo, escrita con una caligrafía temblorosa, infantil, pero muy clara, y un dibujo de una candidez de parvulario donde se supone que Manu y yo estamos regalándonos una flor, y leo: "con mucho cariño y mucho amor hoy día de los enamorados , os quiero mucho.

San Valentín".

¡Dios!, ¡qué dentro me llegó ese obsequio!.

Me sentía muy querido por ese corazón de lana.



jueves, 16 de julio de 2020

¡ GRACIAS!

¡Gracias por tanto amor!

Por querernos sin ideologías. 

¡ No nos dejes, Josefa!





PARÁBOLA DEL COCOTERO.

La  vida es un cocotero.

Me explico.  Al parecer, en una isla del sur poblada por unas tribus muy primitivas, cuando llega noche vieja  se celebraba una fiesta muy singular para conmemorar el nuevo año.

Al son de los tambores y los bailes cadenciosos de muchachas que mueven con estilo sus caderas  con guirnaldas que cubren sus pechos ,  los jóvenes elegían a los más viejos de la aldea. Los subían  en lo alto de los cocoteros y los dejaban allá arriba advirtiéndoles  que se agarraran bien a las palmas reales. 

A  nosotros   el Miércoles de ceniza, un sacerdote  nos recuerda de donde venimos, y a donde vamos: del polvo, y al polvo.  Todo sea  escrito sin segundas intenciones.

A esta gente se lo recuerdan de otra manera; encaramándolos a un cocotero.

Para esos ancianos es su última oportunidad en  merecer aún la vida. Entre cánticos rituales la ceremonia consiste en que los jóvenes comienzan  a mover con fuerza  los troncos con violencia . Metáfora perfecta: como cocos de agua ya demasiado maduros algunos viejos caían al suelo y la tribu los daba por muertos. Eso sí, seguían cantando y danzando, aloha, aloha.

Si no morían por el golpe, los finiquitaban  con la máxima atención  mediante potingues y ungüentos con otra ceremonia  para que dejaran paso a la vida que venía detrás. 

Pero había algunos ancianos  que conseguían superar la prueba agarrándose muy fuerte a las palmas . Después de  horas agitando el cocotero, y balancearse como un tentetieso bajaban del cocotero en medio de aplausos y lograban vivir hasta el próximo fin de año . Son   muy respetados. 

Es posible  que nos parezca  una atrocidad de costumbre. Incluso que hay  que ser  muy hijo de puta para subir a tu propio abuelo allá arriba. Sin embargo, no hay viejo que no pueda vivir un año más ni joven que no pueda morir al día siguiente. 

Me gustaría  saber  cuantos jóvenes han  fallecido mientras dormían a la sombra de un cocotero por  la  caída de un coco en la cabeza ( al respecto tengo una anécdota, pero otro día). 

Moraleja: para vivir la primera condición es amar la vida y, seas joven o viejo, tener como principal proyecto no morirte. 

Otra moraleja ; a partir de cierta edad agárrate  fuerte  cocotero, que hay mucho cabrón suelto.



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miércoles, 15 de julio de 2020

BESOS DE IDA Y VUELTA.

De los que deseas durante tiempo y cuando te acercas a esos labios sabes que ya nada volverá a ser igual. O esos empiezan sin rozar los labios y acaban acariciando el alma. De los que son inicio y destino. 

Los que tienen nombre y apellido, lugar, hora y segundo exacto.

Esos besos. Los que piden perdón, los que dan gracias, esos que gritan o callan, otorgan y arrancan; los que excitan y amansan, los que dan sentido, los que nos quitan la calma; los que construyen sueños, nos hacen volar.

Besos que se dan de puntillas y que hoy quisieras repetir 

Besos a la Virgencica del Pilar  , tan  divinos y humanos. 

Los que lanzas desde lejos en la última despedida. 

Besos de sal a unas lágrimas que lloran por ti.

Besos con historia que se graban en la piel o historias de besos que es mejor olvidar.

Besos  sucios, besos limpios, de Judas y de la Magdalena. 

Besos de ida y vuelta.


martes, 14 de julio de 2020

HACIA NINGUNA PARTE POR TIERRA DE CAMPOS.

Salí hacia ninguna parte . Roto por dentro. En el desvarío. Fui a la autopista . Valladolid era una ciudad . una  jaula bonita y los pájaros más raros que había  conocido  jamás. Pasé de largo el desvío que me llevaba a la utopista . A lo lejos se veía la caseta del peaje, con su barrera bajada y sus luces rojas y anaranjadas intermitentes. 

Casi la intuía a través de una cortina de lluvia que, a duras penas, los limpiaparabrisas eran capaces de ir apartando. Truenos y relámpagos fuera del coche y escuchando  "Have I told you lately".

Paré el coche en el arcén. Apagué el motor y bajé el volumen de la música. Ahora se escuchaba el estruendo del agua al caer y el rugido de los truenos. Parecía que el cielo fuera a caerse, literalmente. ¿ Estaba huyendo?…esa palabra que no sabía muy bien si tenía que utilizar en ese momento de mi vida o lo que ocurría era que tenía que dejar de utilizarla de una vez por todas.

Leí un mensaje que me había enviado un buen amigo:

"Me cago en todas las putas que parieron a todas las putas.

Joder.

Esto va en serio: alguien os debe de querer mucho Arriba, pero recontrahostia, a ver si os quieren menos, aunque suene a blasfemia.

Aparte de estas pueriles salidas de tono malsonantes, no sé que deciros, qué coño decirte.

Que en medio del dolor está la felicidad, dicen, que en medio de las pruebas está la alegría, dicen, que en medio del puto-largo-ocuro túnel seimpre hay luz, dicen...

O no te digo nada, solo que estoy con vosotros y que me han entrado muchas muchas ganas de llorar por vosotros, por Manolita.

Me vuelvo a cagar en la puta.

Mi niña chiquitita. Con lo guapa que es, lo hermosas que tiene las tetas, la personalidad que tiene, con lo buena persona que es, con lo que quiere al cabrón del Suso, y sin comprar boletos le ha tocado toda la lotería de golpe.

Esperanza, he visto milagros, real, los he visto.

Y sin ponernos cursis ni místicos, he visto curaciones extrañas y maravillosas. Y si no, vive, mientras podáis vive.

Hay una cosa que sí que sé, que el amor, el cotidiano, el poderoso, lo puede casi todo.

Ya me callo.

Un último consejo: llora. Yo acabo de hacerlo y sienta bien".

Necesitaba pensar . Giré la llave de contacto y los limpiaparabrisas iniciaron su movimiento de derecha a izquierda. Ya casi no llovía. No quería una carretera principal, recta, aburrida y rápida, con tres carriles. Necesitaba otra que mostrara un paisaje diferente, que me dejara aclarar las ideas mientras la recorría. Me fui por caminos entre pueblos de Tierra de Campos. Llorando. Rezando. Blasfemando.

No hubo milagro...¿o sí?

domingo, 12 de julio de 2020

EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA,.

Fue un atardecer en Tudela  caminando por un callejón sin salida donde me sorprendieron las hadas en forma de recuerdos.

¿Recuerdos de quién?

De tod@s las personas que  me silbaron y consiguieron que fuese corriendo  ,  jugueteando, y me desnudaron el alma a besos, restañando mis heridas y limpiando  el polvo.

Nunca hubo tanta luz en las tinieblas de mi viejo y gastado desván .

Créeme que nada enyesa tantas grietas como perderse en un callejón sin salida .

Quisiera  volver  a menudo al pasaje donde se aquieta  la vida , para sentir  esa contrición balsámica,  donde se huele la alegría  y las venas palpitan  y las baldosas  preguntas  por los amigos que se han ido.

Créeme que nada enyesa tantas grietas como perderse en un callejón sin salida , al lado de la Catedral.





sábado, 11 de julio de 2020

IN ICTU OCULI.

“¿Qué hay más hermoso que una catedral?, se pregunta Maeztu...las ruinas de una catedral”. 

Ando por estas montañas de Galicia y encuentras aquí y allá las ruinas de casas que en su día fueron destinos de familias enteras.

Imaginas la  vida que debió de ser , perdidos donde el viento da la vuelta.

En su día debió de ser un mundo que se intuye  muy cerrado. 

Hoy el lugar es de una belleza impresionante.

La soledad, la hora de la madrugada, el gris del amanecer, hechiza. Me sentía afortunado.

En el barroco las ruinas era un género. Quevedo y los muros de su patria son un clásico. Las ruinas se identificaba con el amor. Esos tíos veían los restos de Ítaca y se ponían a pensar en la fugacidad de la vida y de los amores. De allí el famoso “Carpe Diem”: vive al día que esto pasa rápido.

Paseando por la playa en la Illa de Arousa también sientes la fugacidad de esto de aquí abajo. Las ruinas de carnes fofas que pasean sus pellejos como anuncios de Pompas Fúnebres " ABIERTA HASTA EL ATARDECER"...o "DON CIPOTE DE LA MANGA"

La ruinas del amor. Las ruinas, hablan del tiempo como obsesión. La piedras son las víctimas de la violencia del tiempo, que es su verdadero escultor. ¿Qué ha sido de la gloria de estos pueblos  que un día producía admiración y temor santo?. ...¿o de ese  cuerpazo Danone que se exhibe sin pudor...?

Las ruinas invitan a meditar sobre el tiempo y nuestro cuerpo.

Para muchos contemplar las ruinas les lleva a optar por el desprendimiento, la pobreza, el desapego y la contemplación.

Otros acostumbran a hablar de la fugacidad de la belleza en las flores – la famosa fragilidad de la rosa- y les lleva a gozar del presente, la vida se escapa. 

Valdés Leal, con esos cuadros que acojona al más pintado, con cardenales putrefactados vestidos de fastuosa ridiculez  y con el cartelico que reza “In ictu oculi”...la vida es un parpadeo, un abrir y cerrar de ojos.



Este pueblo sigue solitario, rodeado de los sonidos de la naturaleza, del mar, la brisa en los árboles. De regreso me zampé un bocata de jamón y queso con tomate a la salud de los señores   que en su día fueron.


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viernes, 10 de julio de 2020

EL PERRO DE PAULOV

Después de tanto darle vueltas, al final resulta que nada importa nada.

Desengáñate, este es tu lenitivo para los malos momentos: nada importa nada. Otros lo dijeron de otra forma, “nada te turbe, nada te espante”, por ejemplo.

Eso que tanto te aflige, te agobia , te preocupa, no es nada. Deja pasar un poco de tiempo y verás como se desactiva lo que parecía un problemón.

Muchos de nuestros cosquilleos en la conciencia son el peaje o la multa que pagas a una mala formación recibida. Eres la perra de Pavlov.

Pero sabes bien que no eres un animal domesticado, o lo deberías saber.

Pon toda esa porquería de comida que has comprado, o te han vendido, en la nevera de tu inteligencia, deja que pase el tiempo hasta que caduque, abre el frigorífico, y la tiras a la basura. 

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jueves, 9 de julio de 2020

MOMENTOS PARTICULARMENTE VULNERABLES

Un día en que se ejercitaba al piano, el joven Glenn Gould —contaba a la sazón catorce años— hizo un descubrimiento memorable.
La asistenta que estaba limpiando la habitación puso de repente el aspirador en marcha, muy cerca del piano. El ensordecedor ruido mecánico obliteró de inmediato el sonido de la música, pero, para gran asombro del pianista, esta situación no le resultó en absoluto desagradable.
Dejó de oír lo que interpretaba; en cambio, le resultó de repente posible seguir su música desde el propio interior de su cuerpo, gracias a una conciencia más aguda de sus gestos; y toda su experiencia de la ejecución adquirió otra dimensión, a la vez más física y más abstracta: la fuga que estaba interpretando se veía transmitida directamente de sus dedos a su cerebro”.
Glenn ni se enteró del estruendo de la máquina.
“Podía imaginar los sonidos que yo producía- afirmó después-  incluso sin oírlos”.
La anécdota la cuenta Peter Oswald, amigo de Glenn, músico, y psiquiatra,
Oswald profundiza desde su condición de psiquiatra hilando fino...
“Al anular la música, el ruido mecánico del aspirador desplazó la atención de Gould, y la encauzó hacia las sensaciones internas de su cuerpo, permitiéndole ignorar los efectos acústicos de lo que tocaba.
Fue como un viaje hacia el interior de sí mismo, y fue intensamente placentero... Igual que determinadas formas de meditación, las visiones, la hipnosis y otras técnicas para alterar súbitamente los estados de conciencia. Esta experiencia parece haber revelado a Gould un aspecto desconocido del fenómeno musical. Fue como una epifanía, esta especie de high emocional que los adolescentes (y también otras gentes, por supuesto) alcanzan en momentos en los que son particularmente vulnerables y que pueden cambiar su vida de manera decisiva”.
¡Para el carro!, me dije al leer esta última frase: la especie de chute emocional que los adolescentes ( y tambien otras gentes , por supuesto) alcanzan en esos momentos en los que son particularmente vulnerables y que pueden cambiar sus vidas “de manera decisiva”.
Conozco esos estados que he vivido en distintas ocasiones. La más duradera  e intensa con Juan Pablo II en el balcón del cortile de San Dámaso. Se paró el tiempo, no escuchaba la masa cantar, sentí la temperatura  de las manos del Papa de una manera extraordinaria...
Lo que da miedo es que, efectivamente, se pueden dar en gente que está en momentos particularmente “vulnerables” y eso significa, también “manipulables”.
Estos días recuerdo de una manera muy intensa ese estado, y esas manipulaciones.

Aunque no siempre.




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