sábado, 29 de febrero de 2020

UNA FLOR EN EL PARAGÜERO DE CASA.

Un cuento de hadas muy sabio y antiguo cuenta la historia de un hombre que busca por todos los lados el tesoro sin precio —una flor azul .

Tanto buscar  , y resulta  que está  en el umbral de su casa. 

No es infrecuente que nos pase algo así. Buscamos esa flor soñada en lugares
remotos, viajes sorprendentes y extraños, experiencias apresuradas, y de pronto la descubrimos temblando junto a la ventana de nuestra cocina, con los pétalos empapados de leche. 

Estaba allí, a nuestro lado, y no lo sabíamos. Y lo raro es que una vez hallada no sabremos qué hacer con ella, pues su naturaleza es estar de más. No  la  toques 

Pero entonces ¿por qué habría de sernos tan preciosa? El poeta se refirió a esas flores que de forma inesperada nos entregan los sueños de  nuestra infancia a  través de su aroma.  

Son flores  imaginarias, pero que obran sobre la realidad, puentes instantáneos  entre el hombre y las cosas. Que nos ponen en comunicación con el misterio de la vida, y vuelven habitable el mundo. 

Eso es  la familia, el hogar, el recuerdo  de mi niñez. 

Pues ya lo sabéis. Abrid  despacito la puerta  de su casa y mirad con atención al entrar. Cualquiera  puede ser el hombre o  la  mujer  del cuento, y encontrarse la flor azul en el paragüero  de casa.


viernes, 28 de febrero de 2020

ESTABAN ALLÍ.

En Casa Sueiro, donde vivo, nos gusta tendernos sobre una mesa de piedra, una losa grande, y mirar el cielo.

Galicia tiene muchos cielos. Hay cielos grises, panzudos, acerados, que amenazan tormenta. Nubes oscuras, preñadas de color Atlántico que amenazan con días y días de temporales. Cielos enfadados y gruñones. También  firmamentos que arden, se desploman, dibujan arcoiris, dibujan cosas en las  nubes. Cielos que  queman.

Aquí aprendes a vivir sin azules, sin refugio, con ventoleras airadas, sin protección. 

Si eres nuevo por estas tierras la vida pasa y pesa,  se hace pesada y larga. La música es  ruido de aguaceros y chapas, y piedra.

Esos en los que llamamos luz a una ventanita que brilla allá lejos, futuro a " a ver mañana qué pasa", vivir a mirar por la ventana, esperar a estar en silencio .

Momentos que se hacen eternos. De frío. De noches sin luna, de negrura en el cielo, de palpar en la oscuridad. De "ya escampará" de no entender por qué estás allí. 

Y ocurre en un momento, derrepenete, depronoto, sin aviso ni nada parecido, cuando ya te has acostumbrado, y pasas, aparece alguien que parece que ya estaba, que llega a tu vida y abre con llave. Que encaja sin fuerza, se sienta a tu lado, te da la mano,   ocupa su sitio y, ¡oye!, ¡ qué bien!, ¡ qué agustito! 

Alguien que te acaricia la nuca, que te da paz y todo está cojonudo, que te pone una sonrisa y te hace volver a sentir esos veintiún gramos de alma.


Entonces, levantas la cabeza, miras al cielo y  ves que ahora las estrellas estaban allí.




jueves, 27 de febrero de 2020

¡ A TRES METROS!

Comencé a andar con mi padre por prescripción de un psicólogo que le aconsejó " agótelo". Mi padre era buen cazador y buen montañero. Así que decidió llevarme de perro por esos montes, y de compañía por esas montañas.

De este modo conocí sendas sinuosas e intricadas  que no sabías cómo iban a terminar. O esas que ponían un   cartel de " no pasar", y pasabas.

O canchales llenos de piedras que se desplazaban a tu paso, una zancada arriba, tres abajo. O laberintos boscosos, con ramas y espinas, de esas que se te engachaban en la ropa  y parecían decirte "¡ quédate con nosotras!" . También aéreos de vértigo. O glaciares de una blancura solar que herían la vista.

O caminos de sol,  que hueles tu sudor  y te  bronceaban la piel.

Sendas sin brújula ni mapa. Pura improvisación y aventura. Andando sin pausa, detrás de la huella de mi padre, sin destino.

Excursiones que acababan en ninguna parte, colgado de un precipicio. Y decías " o todo o nada" , cara o cruz, si salto o freno, sigo adelante o media vuelta.

Después me conduje por autopistas. Y carreteras secundarias.

He tenido tres accidentes de coche. Muy aparatosos, aunque sin víctimas - siniestros totales todos ellos. 

Y, al final, ¿sabes?…son las personas las que hacen los caminos. Y ahora quiero sendas con luz, personas con alma, con aire en su paso.

Como mi padre. De esas que cuando te sentía andar detrás de él muy cerca , demasiado cerca, se tiraba un pedo y decía " ¡Suso, a tres metros!" . Que era una forma de respetar su espacio.

Y te enseñaba caminos nuevos, originales, emocionantes y maravillosos.


miércoles, 26 de febrero de 2020

SÉ POR LO QUE ESTÁS PASANDO.

Sé por lo que estás pasando. Lo sé muy bien.

Hace unos años, en Valladolid, encontré a un conocido  corriendo detrás de cientos de facturas que volaban por la calle arrastradas por el viento. El pobre andaba de aquí para allá recogiendo todos aquellos papeles, agobiado y en el desvarío. Misión imposible, como pastorear una manada de gatos por una carretera.

Óscar   era un joven muy despistado , había dejado la caja de las facturas del mes en la baca del coche mientras recogía unas cosas del interior de la residencia de donde era encargado. Olvidó recogerlas. Salió con el auto a toda , y el resto podéis imaginarlo...¡¡¡ todo el trabajo de un mes que debía ordenar desparramados por el viento imperio como confetis alegremente sobrevolando la calle!!!  

Verlo corriendo hacia todas partes recogiendo papelitos  y a la caza de la factura me produjo una desazón y una pena infinita.

Intenté eharle una mano, pero ese acto de absurdo compañerismo duró poco. 

- Déjalo. No te preocupes.  Date por jodido.

- Mis jefes me matan.

- No creo que tus jefes te maten. Lo hará el contable al que debías enviarle el  excel con las facturas ordenadamente encasilladas, y en su orden.

Años después Manuela se me murió. 

Meses antes, una mañana , sentados en la  terraza de la plaza de Arroyo de la Encomienda, me dijo "¿ qué será de ti?

No supe que contestar. 

Después me acordé de Óscar.

La pérdida de esa mujer había dejado esparcidas por el suelo las piezas con las que uno tendría que construir sin manual de instrucciones el hombre que debía de ser sin ella, que lo había sido todo. Todo.

¡Claro que sé por lo que estás pasando!.

Pero no te preocupes, amig@. De todo se sale. Óscar siguió adelante en su empresa, y yo encontré la forma de formar el puzzle. No me preguntes cómo. 

No lo sé.



martes, 25 de febrero de 2020

EN QUÉ CREO.

Creo que todo tenemos nuestras oportunidades y nuestro  destino. Creo que la vida es u regalo que viene con muchas sorpresas.Creo en los abrazos donde caben mundos.


Creo en el amor verdadero, en la pasión desbordada, en la aventura como modo de vivir, en quien me hace sonreír y en las cuatro estaciones, cada una con su tiempo, bueno, malo, regular. 

En las miradas que hablan, en las palabras que callan, en la corona de tus manos en mi frente.

También creo en el infierno cuando menos lo esperas.

Creo en la piel de gallina, el nudo en la garganta, las lágrimas de emoción, en las caricias , en los momentos eternos y en los besos que llegan hasta el corazón.

Creo en las sorpresas,  y en esos veintiún gramos de alma. Creo en las causas pérdidas, en las ovejas negras, las balas perdidas, los juguetes rotos, los que se rompen las crisma.

Creo en el olvido, pero no me gusta olvidar. Me chiflan  las miradas que hablan, y en ella, que  no tuvo que llegar porque siempre estuvo ahí.

Y creo en cerrar los ojos y ver. Y que lo que hoy es futuro, mañana será presente.

Y creo en mí , el décimo leproso, regresando para dar gracias.

lunes, 24 de febrero de 2020

SOBRE LA SUERTE Y ESAS COSAS.

No es un décimo premiado , el bingo, la maquinita del bar que va y te toca una lluvia de clin clin clin, ni una apuesta que gané. Ni encontrar una billetera por la calle , ver cruzar una estrella en el firmamento , cerrar los ojos y pedir un deseo, cruzar los dedos y contar hasta tres.

No es  la bola en la ruleta, la quiniela, o la bonoloto.



La suerte no está editada en cartones, en boletos ni en líneas No está en una casa de apuestas, en un bombo o en una lluvia de millones inesperada.

La suerte son personas; esas que has ido encontrando o te han encontrado de forma inesperada, maravillosa. Las que llegaron a tu vida y entraron con su llave, sin ganzúas. Esas que pasaban por allí  y se quedaron a vivir. Acamparon. Las que te mostraron la parte insospechadamente divina que desconocías de ti.

Esas que, pase lo que pase, siempre tienen un sí.

Las que abrieron las ventanas de par en par, airearon habitaciones para que entrara el sol y nunca más hubiera eco  en tu alma.

Y todo encaja. Y el paño de las caricias brilla la mirada. Y están aunque estén lejos, acarician sin tocar, parece que siempre estuvieron y saben ser además de estar.

La suerte son personas, son regalos sin envolver. Los que te quieren así, como eres, te respeta y te valora. No necesita preguntar porque las palabras sobran, quien entiende una mirada, un silencio, quien se queda a tu lado cuando tú mismo te estorbas. Cuando estás hasta los cojones de ti mismo.

Y sólo queda agradecer, cuidarlos y entender que eso es la suerte y no un número del euromillón.



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domingo, 23 de febrero de 2020

MENÉ, TEQUEL, URFASIN.

El tiempo  de una persona de 80 kilos  puede durar  noventa  años y una musaraña de 2 gramos apenas dos, pero si no medimos sus vidas en años, ni en días, sino en número de latidos del corazón, igual resulta que viven lo mismo.


Ojalá todos y cada uno de los latidos que vivas y andes en tu vida lleguen a buen puerto.






viernes, 21 de febrero de 2020

HOY ES VIERNES.

La personas que hoy te encuentres son las que tienes que atender. La multa que llega, es la que te ha tocado. Nada es por casualidad. Acéptalo así, porque así es, y hagas lo que hagas no escaparás.

Lo que hoy te suceda es lo que debía suceder. Cada día tiene su afán. No te excuses en el “si hubiese pasado tal cosa”, “si hubiese hecho tal otra”, “si no hubiese ido por allí”.

Si hoy comienzas, hoy era el día para hacerlo. Si no lo has hecho hasta ahora es porque no estaban preparado, o porque no tocaba.

Y lo que se acabó, se acabó. No hay más. Te pongas como te pongas. Se llame amor, trabajo, amigo, padre, casa...

Tú eres tú, y no le des más vueltas. Te pongas como te pongas no serás otro. Y no estás en este mundo para cumplir las expectativas de nadie. Probablemente hoy te encontrarás con alguien que se cruzará en tu camino, podrá ser maravilloso, o no. Dependerá de ti. Lo que es seguro es que os encontraréis.

Quizás quieras con todas tus fuerzas que esa persona sea como tú quieres que sea. Es una forma de traicionarte a ti, y a esa persona. Y no vas conseguir nada.

Hoy es viernes y sólo eso te tiene que importar. ¡Feliz viernes!


jueves, 20 de febrero de 2020

INCONDICIONAL.

Mientras miro el tapiz que es mi vida hasta hoy podía identificar  exactamente lo que me había traído hasta aquí.

Simplemente observé el camino de mi vida. Por qué he sido tan duro conmigo mismo? ¿Por qué siempre me he maltratado tanto? ¿Por qué he renunciado tantas  veces a mí ? ¿Por qué  nunca me defendí y le mostré al mundo la belleza de mi propia alma? 

¿Por qué he escondido siempre mi propia inteligencia y creatividad para darle gusto a otros? ¡Me  traicioné a mí mismo cada vez que decía sí cuando quería decir no! ¿Por qué busqué siempre la aprobación de los demás sólo para poder ser yo? ¿Por qué no he seguido mi corazón ni he hablado mi propia verdad? 

¿Por qué no nos damos cuenta de esto cuando estamos en nuestra vida mortal  de  mierda ?. ¿Por qué  nunca supe que no deberíamos ser tan duros con nosotros mismos? 

Recuerdo  las tardes  acompañando a  Jaume  , enfermo  terminal  de cáncer de hígado . Cerraba  los ojos  y se  veía  en medio  de  un océano  sin olas:

- Dios es ese océano , en Él  me muevo , existo , y soy. Los peces  no saben  que  el  agua moja, y nosotros  no sabemos  que el vivimos en el  Amor.

Hoy  le  entiendo  muy  bien. Quiero  sentirme  completamente envuelto en un mar de amor incondicional y aceptación. Ser   capaz de mirarme  con nuevos ojos y ver  y sentir  que soy querido.

Entiendo    que sólo por el hecho de existir, me hago merecedor de  esa  providencia , en lugar de ser  juzgado. 

No tengo  que hacer nada específico; merezco  ser amado,  y tú  también,  nada más y nada menos que sólo  por el hecho de existir. 

Darte  cuenta de esto es importantísimo , sobre todo si  piensas  que necesitas  trabajar  para ser querido .

Eres  querido  sí o sí, hagas  lo que hagas.



miércoles, 19 de febrero de 2020

EL PARAGUAS.

Fui  a  Zaragoza . Cuando voy allí estoy en mi casa. Toda esa ciudad es  la memoria de  mi niñez y adolescencia.

Llovía. Mi madre me dijo "toma  este paraguas, era de  papá". Mi padre falleció  hace  años.

Salí a  andar  hasta el Pilar. 

Mi  padre era un señor, y lo imaginaba andando bajo la lluvia  con la mano empuñada   al  bastón de madera. Esa mano que jugaba en el garaje de casa a pelota vasca , que gustaba de  hacer varas  de boj, o  de avellano, para caminar , que disfrutaba en el taller de carpintería elaborando  rosarios de madera, o sillas. Manos que dibujaban en el despacho   planos  del chalet que no llegamos a tener. Manos    que nunca  hicieron daño.

Acariciaba  el  mango imaginando  la sombra de mi padre  como una presencia  angélica. Sentía el tamborilear de las gotas en la tela negra, y  el reflejo de  la lluvia en el gris acerado del asfalto.

Mi padre.

¡Dios!, ¡siempre el hijo pródigo!



martes, 18 de febrero de 2020

¡ QUE NO HAYAN SÁBADOS!

Un sábado entró Jesús en casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, y ellos le estaban observando. 

Había allí, delante de él, un hombre hidrópico. 

Entonces preguntó Jesús a los maestros de la ley y a los fariseos: ¿Es lícito curar en sábado, o no? Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. 

No extraña  que sea Jesús  el que   pregunte a uno de  los jefes  de  los  fariseos.

Otra  vez es el jefe el que se enfada  y pregunta:   

Una mujer  desde hacía dieciocho años tenía una enfermedad producida por un espíritu. Estaba encorvada y no podía enderezar.  Jesús, al verla, la llamó y le dijo:

- Mujer, quedas libre de tu enfermedad!

Le impuso las manos y al instante ella se enderezó y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, decía a la gente:

- Hay seis días para trabajar. Venid a haceros curar uno de estos días y no en sábado.

"Le estaban observando". 

La Ley les dice que no es lícito curar en sábado y Él  lo  único que hace es curar en sábado. Y ya está. 

¡Ojalá no preguntes  nunca si puedes curar o no en sábado!: ¡que no haya  sábados que cumplir en tu biografía!.

¡Que toda  tu vida sean lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados  y domingos!



lunes, 17 de febrero de 2020

A CASA, SUSO,A CASA.

Millones de personas se entusiasmaron con la película E. T.

Cuando grandes multitudes expresan tanta energía por algo, es porque sentimos que alguien ha tocado un resorte en nuestro interior que nos conmueve. Cuando el abandonado E. T. murmura: "a casa, Elliott, a casa", sus palabras evocan algo que todos, desde hace miles de años, llevamos dentro.

Ese  “a casa, Elliott, a casa" hizo llorar a  millones de personas de todas las edades en todas las culturas . Lloramos porque nos sentimos niños exiliados.

Verás gente que alcanza sus sueños, que parece importarles nada la vida, que están por encima de inquietudes y afanes, pero siempre experimentarán una  sensación de vacío, de no estar bien. 

El hijo pródigo comía las bellotas de los cerdos y siente su abandono.

Después del amor, las canciones, el sexo, el trabajo, las inquietudes y aventuras ,  decimos: ¿Esto es todo?...¿y?...

Todos tenemos otro hogar al que pertenecemos. Creo que algo- ¿alguien?- nos pide que regresemos.

Pienso que venimos de Dios. No importa cuán bien marche todo, o lo mal que vayan las cosas: todavía no estamos en casa.

La verdad, me encuentro muy lejos...y sí, yo también  escucho "a casa, Suso, a casa".



domingo, 16 de febrero de 2020

A TI, QUE QUIERES SER CURA.

Me dices que quieres ser sacerdote. Eso está muy bien. Y está muy bien si tienes vocación. 

He conocido muchos curas. Curas pederastas, como un jesuita que era mi director espiritual, me invitó a ver una película -  "El juez de la horca"-  y en el cine intentó meterme mano. Curas avaros . Curas ateos, como aquel que me dijo que lo que le hizo Jesús a Lázaro no se le hace a un amigo. Curas vanidosos , engolados, paveros, coquetos, afectados, fatuos, engreídos y endiosados.

He conocido curas sucios, que olían mal. Y curas cobardes. Y curas aburguesados. Y curas que hacen carrera para escalar  la cara norte  en hielo, clavándole el piolet en la espalda al compañero de cordada. Y curas politizados, como Anás o Caifás, que hacían de la acepción de personas su modo de vida. 

He conocido curas aburridos. Y curas que son curas porque no saben hacer otra cosa, porque tienen miedo.Y curas soberbios, lejanos, indiferentes. Y curas sin corazón, que por encima del amor estaba la ideología, el criterio, la norma. Curas  que tarifan sus servicios. Curas con un horario, que fuera de él no había Dios que lo sacara de casa. Curas que huelen la debilidad y se apropiaban de herencias de personas vulnerables.

Curas que gustaban de visitar y bendecir las casas  de los ricos. Bautizando, casando, enterrando a los grandes del mundo.

Pero también he conocido curas entregados a Dios , con alma de Quijote, Pobres, alegres, disponibles, como taxis sin bajadas de bandera. Santos, sin ir de santos. Curas callejeros, que saben del amor. Curas pecadores también, que lloran, que se han caído. 

¡ Y qué caídas!.

Podría darte unos cuántos nombres de estos....pero me gustaría nombrarte a ti dentro de muchos años. Decir " "¡ yo conocí a ese cura, sí señor!, ¡ un tío cojonudo!

Y que cuando alguien te pregunte por qué eres cura te venga un brillo a los ojos y respondas " estoy enamorado de Jesucristo".

Si no, déjalo. Vas a ser muy desgraciado.


sábado, 15 de febrero de 2020

LA ESTUPIDEZ LO HA CEBADO Y LO CONTINUARÁ HACIENDO.

Hugo von Castiglione fue el amo de un enorme imperio financiero e industrial en Europa Central y Oriental... hasta que se excedió en los cálculos y el gigantesco edificio se derrumbó, arrastrando en la caída a millones de seres humildes.

La policía confiscó los papeles privados de Castiglione. Entre ellos hallaron algunas anotaciones que reflejaban la filosofía de este fabricante de oro a quien la fortuna sonreía. Se trata de conceptos que eran tomados muy en serio, como lo demuestra la existencia del propio Castiglione.

Castiglione escribe  sin pudor lo que otros piensan, y nos enseña de qué materia está forjada la corrupción...

“No es ladrón el que roba, sino el que se deja sorprender.

Suerte es todo lo que me favorece. Verdadera suerte es lo que me favorece y perjudica a otros.

Generosidad es el acto que después lamentamos.

Hay hombres orgullosos de su pobreza. Son los poetas. Hay mujeres orgullosas de su fealdad. Son las intelectuales. Huye de ambos como de la peste.

Nunca hagas mal innecesariamente. Hazlo en la medida que te de provecho y placer.

Quien tiene menos que yo es un imbécil; quien tiene más, es un ladrón.

Dicen de mí que soy ladrón, sinvergüenza y estafador. No discutiré estas afirmaciones. Pero no cabe duda de que si fuera pobre y miserable considerarían un tipo agradable y simpático, buen mozo y atractivo. La gente me compadecería y me dejaría morir de hambre. Evidentemente, no deseo correr esa suerte. Poseo un corazón tierno y no quiero que el mundo sufra achaques de conciencia por mi causa. Prefiero ser yo quien sufra por el mundo.

De este modo, mi corazón está mejor equipado para la tarea.

Todo cuanto aún no ha sido descubierto, me pertenece.

Todo cuanto han descubierto otros, me lo robaron.

El otro día uno de mis rivales me elogió. Dijo: «A este hombre no es posible sacarle dinero».

Si conseguiste engañar a alguien, no te enorgullezcas de tu genio. Quizás fue pura suerte y no talento.”

Esta es la voz de Midas. El oro ha sido su “alimento porcino” desde el principio de los tiempos. La estupidez lo ha cebado y continuará haciéndolo".

Buen día, amig@s...no fundes nada, sé buena gente, sonríe: es la única forma de que esto salga adelante.


jueves, 13 de febrero de 2020

FUE EN SANTIAGO.

Hace poco estaba apoyado en la entrada de un pub en una calle de Santiago contemplando una rabiosa puesta de sol entre nubes panzonas de un gris acerado, casi humo.

El espectáculo era de una belleza que daban ganas de aplaudir y gritar “¡autor, autor!”.

Dios lo estaba haciendo espléndidamente y, derrepenete, depronoto , mientras apuraba un algo de tristeza, el primer plano se llenó de vida. Una mujer desfiló delante de mi con un impermeable gris asfalto, cubierta la cabeza con un pañuelo estampado en gris plateado, zapatos a juego, y un perro de una raza que jamás había visto en mi vida pero que, oye, parecía comprado para pasear esa tarde. Era de pelo gris jaspeado, con pintas, y parecido a un chacal.

Me pareció que la señora debía tener un perro para cada ocasión...o no.

Así que me acerqué a ella, imposté la voz de John Wayne en Hatari , y pregunté...

- Disculpe señorita, ¿puedo hacerle una pregunta?

- Usted dirá.

- Ésta es la pregunta....¿De qué raza es el perro?

- Es un perro  de ganado australiano, también se les llama Boyeros.

- ¡Ah!, ¿como Isabel Preisler, que también se casó con un Boyero?- dije abriendo mucho los ojos,con cara de míster Bean

Me contó algo de la raza, que apenas memoricé, más que nada porque no estaba yo como para que me dieran una clase de Jara y Sedal.

No está entre mis habilidades la fotografía, ni la pintura, pero ese segundo exacto donde se cruzaron los dos paisajes, o tres con el perro, que era precioso, son de los que te dices “tengo que llevar siempre una cámara encima”.

Esta noche me llegó la noticia de la muerte de un conocido con el que trabajé. Una oración por Jesús Ángel.






miércoles, 12 de febrero de 2020

LA ESTOCADA FINAL AL MACARRILLA QUE PASABA POR ALLÍ.

Me preguntan que cómo pude ser así. Cómo pude hacer lo que hice.

Y la verdad que no lo sé.  Son cosas que pasan. O al menos cosas que a uno le han pasado.

Me movía entre mujeres educadas , que  conocían  chicos fantásticos, buenos chicos…chicos que las adoran, que estaban  pendientes de ellas , de sus  gustos y deseos, que les abrían la puerta del coche antes de entrar ellos al recogerles  en casa… Chicos que, incluso, conocían  a los padres de ella  y que eran más o menos aceptados en casa. Chicos que han ido a cenar  en Navidad o a algún cumpleaños… Chicos que hablan con el padre de la chica, hacían  sonreír a su  madre y  se llevaban bien  con sus  hermanos. 

Chicos con los que habían  ido a alguna boda, tan guapos y arreglados, esos que la gente decía que hacían  una bonita pareja.

Me movía entre esas mujeres que sonreían cuando les dicen “¿Y vosotros para cuando?”, mientras ellas  sonríen  imaginándose vestida de novia con él al lado.

Y así sucedió.

Y resulta que un día, cualquier día, en cualquier lugar, esa mujer conoce a ese chico que no tiene nada que ver con el que vive con ella. Es un profesocito, becario,  que viste  con corbata y chaqueta , que se ve que le va grande ,  ese con pinta de golfo, que aún tiene granos en la cara, que la mira desconcertado y pasmado, que invade su  espacio físico y psicológico en una estación de metro donde ella ha ido a llevar a su hijito.

Y otro día, y otro, y otro... y ella se deja  hacer,  encantada. Se deja qué...mirar y ser mirada.

Y  esa mujer , y él , descubren  que tienen  una imaginación poderosísima  siempre que sus pensamientos les incluya. 

En fin,  que se lía la cosa hasta el punto que ese ser fascinante que dice que la  va a llamar , no llama, porque está hecho un lío, porque sabe que eso está mal, porque no se aclara. Y a ella le da igual. Todo lo perdona....y  mil veces que le fallaras. Yo era el macarra que pasaba por allí, el chico de pueblo , ese ser que despertaba  en ella tantos instintos que ni conocía… Ese que le daba  lo mínimo y parecía  un mundo. Ese que vive como quiere y te quiere en su vida…o no. Sobre todo no. 

 Ese maravilloso ser que viste mal,  no  tiene buen gusto, pero es tan divertido. Sabe estar como y con quien quiere. Yo era  un adorable canalla.. Yo era ese que siempre  enamora por mucho bueno que  ella tenga alrededor.

Lo peor llega , ¿ o fue lo mejor,?  cuando ella aprende  a conocer a ese macarrilla de Zaragoza , cuando sabe torearte, olé, olé, muletazo y banderilla,  estar a tu altura y  terminar con una verónica mirando al tendido. Cuando sabe disfrutarte , comprenderte  y dejar que la quieras…porque la  quieres. A su modo, eso sí. 

Y, una vez que le conoces y le tratas, y te quiere,  ves que una tarde  te cita,  te cuadra, y se va a por el estoque, y hace una suerte al volapié, que es cuando toro y torero van uno hacia el otro al envite final, y te clava el estoque en la cruz, enterito.

Y te vas a tablas. A tablas a olvidar, A tablas a morir. 

Y te dices " esto no me vuelve a pasar en la vida...pero sí, vuelve a pasar.



lunes, 10 de febrero de 2020

UNA VISITA AL HOSPITAL


Ayer fui a visitar a un amigo al hospital. Compartía habitación con otra persona. Hablamos.

De regreso pensé que  se reza más en el ascensor de un hospital que en su capilla. Y allí pensé en escribir este entrada.

Has corrido mucho y mal  en todas las direcciones, como una gata en llamas, que si has visto eso una vez no lo olvidas nunca. A ti el fuego del sexo te comenzó a devorar de muy cría.

Ahora estás en tratamiento psiquiátrico.

Siempre creíste encontrar lo que imaginabas como el amor de tu vida en el sexo. Lo primero que pedías, lo primero que entregabas como señal de tu amor, era el cuerpo, y luego te dabas cuenta que no se trataba de eso: que te  has relacionado con personas equivocadas, nocivas, que no han sabido mimar y apreciar tu cuerpo, que es más que sexo, y has acabado viéndote  ultrajada, despreciada.

Nadie te dijo una verdad que no sale en las películas: tu cuerpo es el vestido más bonito que te puedes poner, y lógicamente, la mayoría de la gente el vestido más elegante que tiene no se lo presta a cualquiera, ni lo da con manchas y arrugado, y aun así, si lo deja, ¿quién se pone eso?, ¿dónde lo lleva?.

 Te has cuidado poco, no te has hecho valer.

Y, como dijiste, siempre has recaído una y otra vez en el mismo tipo de hombre.

Pero hoy, con treinta y cinco años, la custodia de tu  hija perdida,  trabajando  lejos de ella (aunque te escapas una vez a la semana a verla sin que nadie lo sepa) , estás luchando sola, dispuesta a todo por volver a tenerla contigo. Y  me lo contabas  con  ese brillo en los ojos , que es la  señal de los que van a ganar la carrera. 

El brillo que tiene gente como Usaín Bolt segundos antes de llegar  a la meta.



domingo, 9 de febrero de 2020

UN VIAJE AL INFIERNO.

En cierta ocasión hice un viaje al infierno.

Fue en el Raval , donde en compañía de un grupo de chavales de dieciséis años , visitábamos la miseria hacinada en casas apestosas . El dolor es la máxima contaminación que existe en este mundo.

Para llegar hasta ese infierno había que subir escaleras con olor a coliflor, y entrar en habitaciones con colchones con manchas y jeringuillas , con olores a orín , y niños con el SIDA en la cara. Una madre retrasada mental ofrecía sexo a cualquiera que pasase por allí .

Una mujer anciana comía su pan empapado en lágrimas, y rezaba a su Virgencita para que obrara el milagro diario de poder bajar y subir tres pisos sin ascensor.

El párroco de nuestra Señora de la Merced con una sonrisa impasible me comunicó su fórmula para sobrellevar la crueldad humana y salir indemne de cualquier peligro. Ante una situación angustiosa , sea la que sea, "acaricia el dolor. No demuestres asco. Ni orgullo. No juzgues. Mis manos son la esponja que dio de beber el centurión a Jesús. Soy Longinos".

Luego he tratado de aplicarlo ante cualquier adversidad de la vida y a veces he conseguido ser esa esponja . No se trata de un método de fuga, sino de una conquista del espíritu para afrontar la crueldad o la estupidez.


Hasta que un día descubres que la esponja son los demás.



En el campo de la vida miserable a veces parece que vivimos en el infierno , pero en medio de las llamas hay un manantial muy puro que brota de la sonrisa de los niños, de la lucha tenaz de la buena gente , de la mirada de resignación de los agonizantes.



Ese manantial divide con aguas de plata aquel infierno y cualquiera que se detenga a oírse por dentro, embriagado de felicidad o angustiado por el dolor, sentirá que fluye también por el interior de su alma.


sábado, 8 de febrero de 2020

LA VIDA ES UN COCOTERO.

La  vida es un cocotero.

Me explico.  Al parecer, en una isla del sur poblada por unas tribus muy primitivas, cuando llega noche vieja  se celebraba una fiesta muy singular para conmemorar el nuevo año.

 Al son de los tambores y los bailes cadenciosos de muchachas que mueven con estilo sus caderas ,con guirnaldas que cubren sus pechos ,  los jóvenes elegían a los más viejos de la aldea. Los subían  en lo alto de los cocoteros y los dejaban allá arriba advirtiéndoles  que se agarraran bien a las palmas reales. 

A  nosotros   el Miércoles de ceniza, un sacerdote  nos recuerda de donde venimos, y a donde vamos: del polvo, y al polvo.  Todo sea  escrito sin segundas intenciones.

A esta gente se lo recuerdan de otra manera; encaramándolos a un cocotero.

Para esos ancianos era su última oportunidad de merecer aún la vida. Entre cánticos rituales la ceremonia consistía en que los jóvenes comenzaban a mover con fuerza  los troncos con violencia  ciclópea . Metáfora perfecta: como cocos de agua ya demasiado maduros algunos viejos caían al suelo y la tribu los daba por muertos. Eso sí, seguían cantando y danzando, aloha, aloha.

Si no morían por el golpe, los finiquitaban  con la máxima atención  mediante potingues y ungüentos con otra ceremonia  para que dejaran paso a la vida que venía detrás. 

Pero había algunos ancianos  que conseguían superar la prueba agarrándose muy fuerte a las palmas . Después de  horas agitando el cocotero, y balancearse como un tentetieso bajaban del cocotero en medio de aplausos y lograban vivir hasta el próximo fin de año . Eran   muy respetados. 

Es posible  que nos parezca  una atrocidad de costumbre. Incluso que hay  que ser  muy hijo de puta para subir a tu propio abuelo allá arriba. Sin embargo, no hay viejo que no pueda vivir un año más ni joven que no pueda morir al día siguiente. 

Me gustaría  saber  cuantos jóvenes han  fallecido mientras dormían a la sombra de un cocotero por  la  caída de un coco en la cabeza. O  haciendo el amor con AlohaAloha. 

Moraleja: para vivir la primera condición es amar la vida y, seas joven o viejo, tener como principal proyecto no morirte. 

Otra moraleja ; a partir de cierta edad agárrate  fuerte  cocotero, que hay mucho cabrón suelto.

jueves, 6 de febrero de 2020

LA CLOACA MÁXIMA

Cuando  estuve en Guatemala me gustaba ir a  pasar la mañana a un pueblo que se  llama Tactic . Era algo así como  una capital comarcal que aunaba comercial y economicamente muchas  de las  pequeñas  ciudades y aldeas del  entorno.

Una experiencia inolvidable en Tactic fue  buscar unos  urinarios. Y, desde luego, cuando  los encontré  , vi cosas que harían vomitar  a  una vaca. Allí aprendí la  importancia  de  que los desagües no se vean,ni huelan,  ni se oigan.

En sociedades  como la nuestra  la olora fétida  tratamos de camuflarla. La buena educación lo cubre todo: los  esclavos llevan corbata y chaqueta , los políticos no gritan , dimiten de una manera educada , lo que llaman el  fuego amigo, el puñal  en la espalda  de  toda  la
vida,se hace  con elegancia.  La televisión con sus  locutores almidonados  como el mayordomo de Netol  limpia todas las heridas con su algodón color de rosa.

Pero huele mal. Huele como ese pestilente urinario  de Tactic  donde las miasmas  crían  polillas que  transportan en sus patas  bichitos que se posan en la piel y te  dejan una pústulas   muy feas.

Somos   ese balneario de lujo donde los hijos de la sociedad del bienestar  se pasean en albornoz. Pero  debajo de nuestros pies pasa   una imbornal alimentada por varios desagües, toda  la mierda que  no se ve ni huele, mientras arriba, en los salones bailamos  la conga. 

Los encargados de que el sistema  no huela son gente que  llaman "fontaneros". Son los que aconsejan "sonría,presidente", "hay que  ir a la final de  petanca de la champion", "le vamos a  acercar  a una   anciana leprosa , ¡bésela!"

No  estamos en Tactic, donde  los políticos   del indigenismo huelen a aldea, rezan a Dios con las palmas de las manos  abiertas , no beben ,y  eructan en mitad de  un  discursos . Donde  los vertederos  están en medio de la ciudad con ratas y cuervos  gordos como banqueros preconstitucionales. 

 Pero  hay  las  mismas cloacas .Aunque no se  vean, aunque no huelan. 

También en nuestro  interior  hay las mismas cloacas que  en el de un presidente de EEUU. Eso lo sabemos gracias a  Clinton y  la becaria  gorda y fea  que  no se comería ni Magoo...pero se la comió.

Y también llevamos  las mismas virtudes. 

Las dos  cloacas,la interior y la exterior , discurren abiertas por medio de la plaza, con todo el hedor de los bajos fondos arrastrando a tu particular mendigo, al orgulloso  y estúpido personaje en que te has  convertido, a ese  buen hombre que  intenta sacar adelante  su familia con un mal sueldo, a esa mujer que comenzó de cero al separarse y   que envejece  como  buenamente  puede. 

No lo niegues, el que no se vea ni huela  no significa que  no exista. En el salón principal de tu vida interior suena la cadena del retrete. Cada día, por el desagüe baja una carga de detritus hacia la cloaca máxima.

No sufras, estamos hechos también de eso.


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Visita La Recomposición de la Crisma.

martes, 4 de febrero de 2020

ALMANAQUE

Enero.

En una  habitación en Lasierra  Purroy, en el barrio de Torrero,  estoy subido  en los hombros de mi padre . Está  haciendo  flexiones, expirando e  inspirando con fuerzas. Lleva  el pantalón del  pijama  y  una  camiseta
de  tirantes  blanca. El  sol  entra  por  las  rendijas de la  persiana.  Me  siento  seguro. Es  el  primer recuerdo del  poso  de mi  infancia.

 Febrero.

Por la Candelaria  voy  con  pantalones  cortos. Siento el frío en las  piernas.  Llego tiritando  a  clase. Me enamoro  platónicamente de la señorita Querubina. Dios  aún  no  me  da  miedo.

Marzo.

Despierta la savia de los árboles, apuntan las gemas, en el sexo del adolescente brotó también  un  algo atormentado, sucio, complicado,  y el amor de Matilde. Tengo  pavor de  un Dios  que puede matarme  en mitad  de  un pecado mortal  y  perecer  para siempre.

Abril 

Llovía tras los cristales y ese   chaval  soñaba historias maravillosas  de  amor, de heroísmo, de entrega total, de martirios.  En abril se producía el deshielo, cruzaban las aves el cielo, el sol encendía una colina y a continuación una nube la oscurecía, del mismo modo mi fe  aparecía   y  desaparecía. Un alma  de  juglar  y de  locura  fue  la  que  la   vida   me  impulsó   a  darlo todo  a  cambio  de nada. 

Los días de mayo fueron mis  18 años . Descubro   la peor  de  las  sexualidades, la  que huele a  pan  de rana  y  a  cosa  guarra. Cuando creía, como dijo el poeta, que había venido a este mundo a llevarme la vida por delante  y   me  veo  feo, enrarecido, muy  lejos de lo  que se  podía  esperar  de mi. 

En junio llegó  la  apariencia  completa  de madurez profesional  y  personal  . El  sepulcro  está  más blanqueado  que  nunca.

Agosto. Conozco a Manuela, ¡Todo a  la  mierda!. Vuelta  a  empezar. Luz. Alegría. Paz. 

Septiembre.   La primera decepción . Pedir perdón. La muerte de mi padre. Ganas de  intentar  ser mejor  de  lo que  pueda ser.

Octubre. Se  va  Manuela. Dolor. Soledad. ¿Qué será de mi?. Marcho a  Guatemala. Vivo  en el  desvarío. Dios no  me  da  miedo. La  Virgen de la  Gatera  reina en mi vida.

Noviembre. María José. Me engañan en la empresa, ¡ otra vez!. Entiendo que mi lugar en el mundo tiene nombre y apellidos. A veces vuelvo a tener miedo a ese Dios que me arrebató lo que más quería , cuando mejor estábamos...¿ y si me quedo otra vez solo?

Finalmente en diciembre el protagonista de este almanaque pensó: no  he  hecho  más  que  el gilipollas   intentando ir de  aquí  para allá buscando el amor, el aplauso.Uno poco a  poco  ha ido conociéndose y sabe lo fácil que es resultar herido, sobre todo si uno se empleó a fondo. Soy un desastre: me gusta contar la vida  de verdad, beber de verdad, besar de verdad, hablar de verdad, reírme  de verdad, cantar de verdad, llorar de verdad , enamorarme de verdad , y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices.

Pero  recordé  las  espaldas  de  mi  padre, y  un niño subido  en esos hombros, ¡arriba  y  abajo!. Subí en esos  hombros   y   supe  todo  lo  que  tenía que saber. Sólo  tenía  que  quedarme allí.