Leo que los obispos católicos de España han publicado un informe sobre abusos sexuales cometidos por clérigos, basado en el testimonio de casi mil víctimas de abusos y que revela la asombrosa cifra de 728 depredadores, de los cuales más del 99% eran varones.
El informe también reveló que casi el 82% de las víctimas eran hombres.
Esta estadística está en sintonía con los informes sobre abusos sexuales cometidos por clérigos en todo el mundo. Lo que queda claro es que la selección de vocaciones es un cachondeo, por decirlo suavemente. Hay seminarios que no es que tengan manga ancha, lo que tienen es un poncho. Y , vamos a dejarnos de leches, lo que demuestra que el principal problema, e incluso la raíz, de los abusos sexuales cometidos por clérigos es la homosexualidad.
Hay mucho mariconsón entre los curas, mucha mafia lavanda . Y no tratéis de normalizarlo. Hay mucho mosén que ve a un chico y se pone palote , que es es un guarrón, un viciosillo de esos de sauna gay , de los que pagan buscando calabacín. Lo que pasa es que en ese corral la cosa está más fácil. Y es gratis. Y adórnalo como quieras. 728 depredadores sexuales son un güevo de cerdos, con sotana , o sin ella.
En 2004, la Conferencia Episcopal estadounidense encargó el ahora famoso informe al John Jay College of Criminal Justice, según el cual el 81% de las víctimas de abuso sexual por parte del clero eran hombres.
En Francia, Irlanda, Italia, los datos son similares.,
La actual crisis de abusos de la Iglesia tiene naturaleza homosexual. Hay mucho marica suelto en las sacristías, en los colegios, en las parroquias. Más que en los pasillos de Tele5. Y la jerarquía de la iglesia encubrió esos abominables abusos de pederastia porque los consideraba pecados y no delitos, como si sus autores sólo pudieran rendir cuentas en una jurisdicción ajena a las leyes que nos hemos dado. Como si fuese cosa entre Dios y el curita.
La iglesia jamás ha dicho que esas violaciones son permitidas por Dios. Sabemos qué deseaba Jesús a los que escandalizaban a los niños. No encontraremos ni un cura que diga que Cristo legó el mandamiento de sodomizar a los niños, como, por ejemplo, sí que hay en el Corán mandamientos que en nombre de la "sharia" permiten lapidar y ahorcar a adulteras y pecadores.
Y ya no digamos en los miembros de la jerarquía. Quizá el ejemplo más notable sea el del ex cardenal Theodore McCarrick. En 2018 se reveló que el que fuera arzobispo de Washington, D.C., era un abusador sexual en serie, que abusó y violó a niños y adultos, todos varones. El coto de caza favorito de McCarrick era el seminario.
Otro ejemplo destacado de la infestación homosexual de la Iglesia ha sido Marcial Maciel, un sacerdote mexicano que fundó los Legionarios de Cristo y su rama laica, Regnum Christi. Maciel fue acusado de abusar de al menos 60 niños, casi todos varones, y de abusar de jóvenes en el seminario que dirigía. Tuvo seis hijos de manera ilícita, de los que también abusó.
Estos actos no lo comete un delincuente, que lo es, a pesar de su ordenación, y de ser fundador y eso. Y casi santo.
Un caso más reciente es el del obispo argentino Gustavo Zanchetta, que fue condenado el año pasado a cuatro años y medio de prisión por abusar sexualmente de seminaristas. Una secretaria denunció a Zanchetta ante el Vaticano en 2015 tras encontrar porno gay en su teléfono móvil. Sorprendentemente, se creyó la afirmación del obispo de que su teléfono había sido pirateado.
Ya. Mis cojones, Zanchetta.
Sin embargo, la infestación homosexual de la jerarquía de la Iglesia no queda relegada únicamente a los abusadores. El difunto arzobispo de Milwaukee, Wisconsin, Rembert Weakland, se retiró en 2002 después de que se revelara que había pagado casi medio millón de dólares a un seminarista con el que había mantenido una relación homosexual. Monseñor Jeffrey Burrill, ex secretario general de la Conferencia Episcopal de EE.UU., dimitió de ese cargo en 2021 tras revelarse que había utilizado habitualmente la aplicación de contactos gay Grindr, incluso en saunas y bares gays. El sacerdote polaco Krzysztof Charamsa, que enseñó en universidades pontificias antes de trabajar para la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, se declaró gay en 2015.
Alguno podrá pensar que estos son datos no contrastados, incluso que la proporción de abusos dentro de la iglesia es menor que los que existen en la sociedad. Podemos engañarnos como queramos.
El otro día me decía un sacerdote " ¡ a ver cuando se va toda esta estructura a la mierda y volvemos a empezar!". A ver, digo yo.
La peste lavanda , el contagio gay es proselitista , está detrás de la mayoría de los casos de abusos sexuales. Es normal que sacerdotes y obispos protejan a los agresores a causa de su propia homosexualidad, porque tenían miedo que esta saliera a la luz en caso de escándalo. Hay una cultura del secreto. Una opacidad endogámica.
Ya sé que no está de moda denunciar lo gay en la iglesia , estamos en tiempos de "Orgullo" . Y no pasaría nada si fuesen sólo homosexuales no activos. Ser gay no está prohibido por la iglesia. Se trata de ser castos.
¡El daño que la homosexualidad ha causado a la Iglesia católica, dejando a cientos de miles de niños y jóvenes heridos, confundidos y avergonzados!
La cosa está muy fea, la verdad. A ver quien le pone el cascabel a ese gatazo vejo. Para librar a la Iglesia de la infestación homosexual, la propia infestación homosexual debe ser condenada pero, me temo no se está por la labor. Y si no que se lo pregunten al amigo del papa, el jesuita padre James Martin, que acepta abrazarla e incluso promoverla.
Hablando del papa. Alguien aquí habló no se qué del Espíritu Santo y su decisiva actuación en la elección del primado.
Ratzinger contestó, en 1997, cundo le hicieron la pregunta de si “¿es el Espíritu Santo responsable de la elección del Papa?” Respuesta:
“Yo no diría eso, en el sentido de que es el Espíritu Santo quien lo elige. Yo diría que el Espíritu Santo no toma precisamente las riendas del asunto, sino que como buen educador que es, nos deja mucho espacio, mucha libertad, sin abandonarnos del todo. De modo que el papel del Espíritu debe entenderse en un sentido mucho más amplio, no que dicta el candidato por el que se debe votar. Probablemente la única seguridad que ofrece es que la cosa no puede arruinarse por completo. Hay demasiados ejemplos de Papas que evidentemente el Espíritu Santo no habría elegido”.
Lo de algún lector del Barullo se llama "Papolatría".
“ Vosotros sois la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente".