Una de las cosas que me ponía más nervioso en mis años en el Betis era ese criterio de ir a acompañado a comprar . Me resistía. Siempre me pareció una mariconada - con perdón al grupo homosexual que me lea. Y nunca lo hice.
Además, como ya conté en alguna entrada, tengo intolerancia al shoping de bien pequeño. Me proponía mi madre ir a Galerías Preciados, y reculaba como un gato cuando le llevan a capar al veterinario.
Pero sí me tocó acompañar a alguno. Recuerdo uno que era el de san Gabriel de la delegación de Valladolid. Un tío que se parecía mucho a uno de los Hermanos Dalton, el cómic de Lucky Luke. Era un ser muy cuadriculado, con el bigote de actor porno de los años setenta, su tupé perfectamente aéreo y trempado, su sonrisa " pax", su americana azul, sus pantalones grises, su impostación ascética, su rosario de dedo, y su cabeza de adoquín.
Era muy parecido a Averell Dalton.
- ¿ Podrías acompañarme a comprar unos pantalones al Corte Inglés?
- ¿ Yooooo....¿ y qué te hace pensar que yo soy bueno en eso?
- Es que vistes muy bien.
¡Lo que hace la memoria! Jamás nadie, ni antes ni después, me ha dicho semejante cosa. ¡ Que yo tengo buen gusto! vistiendo!
Y fuimos al Corte Inglés. Y llega el notas y sale del probador, se acerca a mi con su pantaloncito nuevo de pinzas , se da la vuelta mostrando su culete torero, así como respingón y " ¡ándale ándale!". Y me dice " ¿ qué tal, cómo lo ves?
Lo miré con esa alegría que se ve reflejada en el cuadro del Entierro del Conde Orgaz. Pero le miré el cogote, porque yo no le miro el culo a un tío, ni siquiera a los piadosos.
Y veo a los dependientes mirando en la lejanía. Y el cachondeo que se llevan con nosotros dos. Como diciendo " este tío le mete una vara guapa al del bigote en el probador, fijo. Estos acaban cantando el "pluma gay".
Y yo, que soy un señor, aunque no se note, que soy muy de Zaragoza, y con certificado AENOR de puro macho, me di la vuelta y le dije " te espero fuera, coño!".
Este, años después, cuando estaba en conversaciones para dejar el Betis Balompié me llamó para charlar. Quería convencerme de que había unas pastillas que iban muy bien para controlar la líbido , un antiandrógeno - "Pichatrist Compisitum" , o argo asín.
- Lo de que van muy bien lo sabes por ti, supongo.
No le gustó la broma.