Acabo de terminar un libro que me regalaron que, dicen lo está petando: Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios. Su autor es José Carlos González-Hurtado. Es un ciencias y profesionalmente ha pisado moqueta en varias multinacionales. Se le intuye muy buena gente.
Es un tío honesto, cabal, y muy preparado.
He decir que no lo leí porque tuviera dudas sobre la existencia de Dios. No tengo ninguna duda. Mis razones de su existencia son cordiales, intuitivas, biográficas y de fe.
El libro, aunque el hombre se esfuerza , y mucho, por hacerse entender , no es para un tío de letras. Al menos para un ser como yo: me he pispado lo que buenamente he podido, que no es mucho. Me ha quedado claro que hay pruebas por un tubo , para aburrir, pero , joder, había párrafos que me entraba un mareo, un vértigo , una sensación de "¿ cual fue la pregunta, profe?" , muy intensa. Y eso que yo para eso de parecer que me entero soy buenísimo.
Lo de las leyes de la Termodinámica, el tiempo, el Big Bang. los multiversos, la ley de la Incertidumbre, la Entropía, la Antropía, el Diseño Inteligente, las Constantes , el Genoma humano, los agujeros negros, la Creación, la Probabilidad de Dios según las Matemáticas...yo leía el libro y me parecía a esos indios que iba el vaquero a mostrarles y venderles los rifles , y los tíos allí, todo serios, con los brazos cruzados, sin mover una ceja. Y ni puta idea de qué le hablaban.
Tengo muchas lagunas.
Juan Pablo II decía que un cristiano es una persona que ha tenido una experiencia personal de Jesucristo. Hasta allí llego. Yo la he tenido. Tuve una fe heredada por formación, pero se asentó durante esta vida que me ha tocado vivir: en el amor, en el dolor, en la alegría, en la oración, en la esperanza cuando no hubo esperanza, en la tristeza, en la contrición, en la duda , en el ejemplo de los demás.
Y en su Madre . Mi señora.
Sabemos que el ser humano tiene poco más de 30.000 genes. Sabemos que posee 50 trillones de células y, dicen, que si todo el ADN se pusiera en fila haría 60 veces el trayecto entre la Tierra y el Sol. Casi nada.
También nos aseguran que el ADN es el archivo en el que se almacenan cuatro letras químicas esenciales con instrucciones precisas para la vida. Pero todo esto no es la verdad, al menos toda la verdad, ni siquiera la verdad más relevante. Somos algo más que todo ese mapa: somos libres y responsables. Eso es lo que más me impresiona de la Creación. Nada está escrito de antemano por mucho que así lo profetice de cada uno cuando condena a la desgracia terrena, y quizá la eterna - a quien busca otros caminos honradamente y de buen corazón.
¿Qué “letra” me saltó en la cadena del ADN para impulsarme a buscar una vida donde yo pudiera ser, quizás, mejor persona, mejor Suso que la pedazo de cosa que estaba hecho?. ¿Qué letra saltó de esa cadena cuando me precipitó a un mundo sin garantías, sin nada más que pensar que las cosas “saldrán porque Dios viene conmigo”? ¿Fue la A (adenina), la G (guanina), la T (timina) o la C (citosina)? ¿O fue la I (ingenuo), o la C (caradura), o la T (traidor)?… ¿pudo ser la A (amor), o la S (sinceridad), o la C (confianza en Dios), o la M de Manuela , unas letras que los científicos más avisados, los listillos, y todos aquellos que creen que las cosas son como ellos las predican, no “ven” en el ADN, pero que ellas solas pueden revolucionar los 50 trillones de células que integran el ser humano.
Una sola de esas letras, la A, hacen saltar por los aires todos los planteamientos más falsos, todos los intereses espúreos, todas las mentiras, todas las comodidades, todas las profecías agoreras y todas las tristezas.
Esas letras han hecho posible las mayores locuras de la historia. Y por eso hoy, ahora, en algún lugar de este mundo alguien está quemando las naves.
Pero el libro vale la pena, y mucho. Y si eres list@ lo vas a disfrutar.
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Mañana es 21 de Marzo, día del Síndrome de Down. Desde hace años, todos los día llevo, es un homenaje a ell@s , y un recuerdo de mi tía Milagritos, un par de calcetines de colores distintos.
A esta jornada se le ha añadido un importante símbolo. Se trata de vestir un par de calcetines desparejados, porque tienen una forma parecida a los cromosomas, para mostrar que aceptamos la diferencia sin ningún prejuicio.
El Síndrome de Down es un trastorno genético en el cual una persona tiene 47 cromosomas en lugar de los 46 usuales. Hay una copia extra del cromosoma 21. Esta copia adicional cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto problemas mentales como físicos.
Hoy estas `personas sufren un auténtico holocausto en muchos países.
Mañana quiero ver a todos l@s lector@s del Barullo con calcetines de colores por la calle. Allí os quiero ver, peña, dando pol culo a los progres.