martes, 31 de marzo de 2020

COMPARANDO GALICIA Y CATALUÑA, .

Después de muchos años viviendo en Cataluña,  queriendo a esa gente, me vine a Galicia. También a querer. 

Al final de mis días allá sufrí con pena el ingenio supremacista. El soberanismo se adueño de todo. Y , me apena escribirlo,  convivir con amigos que se sienten distintos por razón da haber nacido allí.

Me da pena y risa. 

Clara Ponsatí dijo esa crueldad de chiste sobre los muertos del coronavirus  de “De Madrid al cielo”, un recurso cruel de humor supremacista, porque allí está bien visto. 

Pero el catalán también muere, como todos. El rico, y el pobre.

Esta absurda burla se ríe de la ferocidad de la pandemia pero ridiculiza las tesis indentitarias. 

El gallego no es nacionalista. Algo que les define muy bien , es un tópico, es la indefinición. La rebeldía tampoco forma parte de su esencia. Castelao: dijo  “El gallego no protesta, emigra”.

Y esa emigración les ha hecho tolerantes, muy hospitalarios,  muy de festejar todo, y a todas horas. ¡ Festa rachada!, que es  algo así como "  disfruta como si no hubiese mañana".

Aunque parece conformista, en realidad ese conformismo esconde un fondo que en realidad es optimismo puro, plasmado en la  expresión " malo será" o " nunca choveu que non escampara".

En el rural, y Galicia es rural , el "e ti de quen es?", que preguntan las paisanas cuando, tras mirarte de arriba abajo, no logran situarte en ninguna casa de la aldea les hace parecer cotillas. Una reacción natural de alguien no acostumbrado a este tipo de interés es pensar «y a usted qué le importa, señora», pero eso es simplemente no comprender que en los lugares pequeños todo el mundo se conoce y que cualquier foráneo debe ser identificado de forma inmediata. Y no es puro cotilleo, claro que no: se trata de situarte en algún lugar de la red de contactos, saber dónde encajas en la comunidad.

La gente gallega es abierta y tolerante. Aquí no cuentan los muertos por gallegos, como en Cataluña. Allí el que muere es catalán, o no es.

Aquí  no se habla de gallegos fallecidos. Habrá difuntos que nacieron aquí, pero muchos otros estarían de paso. O llevarían poco tiempo en estas tierras. O se establecieron hace unas décadas. O vinieron del campo, o de la emigración. Los gallegos no existen, o no existimos, al menos desde las agotadoras consignas nacionalistas y preceptos indentitarios. 

Otra cuestión es el carácter. El gallego no es fenicio. Para él lo primero es su familia, después su gente, y su gente abarca mucho más que el pueblo donde nació.  Y si vienen mal dadas, le echan cojones a la cosa, y emigran, a probar suerte...si sale bien, su generosidad es maravillosa.

Capítulo aparte sería la mujer gallega. La madre.

La definición del gallego sólo se explica por la personalidad que se han otorgado ellos mismos al llevar generaciones yendo por el mundo y regresando, y quedándose allí y aquí. Si mueren los gallegos, quiere decir que se muere los cubanos, los venezolanos. Y los ecuatorianos . Y los suizos. Y los alemanes. Porque rascas en el corazón del muerto y laten muchos paisajes.

El gallego de verdad es el último en llegar y el primero en marcharse. El gallego habla gallego, pero es el camino más lejano del nacionalismo.

Aunque ese virus no falta tampoco aquí.

A mis amigos catalanes les aconsejaría que cuando les saturen de soberanismo, de la presión independentista, el folclore de la diferencia, salga de casa y venga por aquí. Y se vaciará de identidad y recuperará la ingravidez. Se transformará en gallego mirando el cielo incierto de aquí

La identidad gallega se la damos todos. Los de fuera y los de dentro.

Estas son unas de las cosas  que he aprendido de irme de allí, y venir aquí.



lunes, 30 de marzo de 2020

LAS COSAS DE LA VIDA.

La primera bola fue que los Reyes eran los padres.

La sorpresa de saber que las personas que quieres se mueren.

Que el Ratoncito Pérez era otra mentira.

Que si ves una estrella y pides un deseo no pasa nada.

Comprendí que uno falla y es desleal a los amigos.

Que las heridas dejan cicatrices que no se van.

Supe que uno era ese hijo que no quería ese padre.

Conocí que los juegos venían sin trampas en su libro de instrucciones, y que uno era el tramposo.

Que no es verdad que te crean a pesar de ser sincero.

Supe que los padres no siempre se quieren.

Tuve amigos que me enseñaron que incluso las casas más bonitas por fuera son tristes por dentro.

Supe que es eso de querer y no poder.

Tuve relaciones donde al final, ni fui feliz, ni  comí perdices.

Qué triste descubrir que las personas a las que admiras no siempre tienen razón. Y que sentir duele. Y no sentir también. Que es muy jodido defraudar a quien te admira. Y que de lo de querer ser santo ya no me parece tan buena idea. Y que fui mejor persona en mis peores pecados . Y que hay que hacer cosas que no se quiere y no hacer cosas que se desean.

Que hay curas que van con la soga al cuello esperando una `piedra para atarse.

Que hay monjas que sin ser putas son muy putas.

Y que crecer no es tan divertido. Y que no te puedes quedar quieto, pero no se puede, así que toca. seguir. Y no hay hoja de reclamaciones. Ni nadie a quien quejarse porque esto no se parece a lo que nos habían contado. 

Ahora toca aprender .Y a mí aún me quedan asignaturas para Septiembre.

Qué suerte tener la fe católica, y creer en la confesión, y que Dios perdona lo gordo, lo mollar, lo que nadie aquí abajo perdona.



domingo, 29 de marzo de 2020

LOS DÍAS DE LA BICICLETA.

La felicidad es algo muy personal y biográfico.

Uno observa qué sentido tiene la felicidad para estos corruptos que no se sacian con nada  y no entiende. 

Conocí  un psiquiatra que presumía de amistad con la familia Pujol . La tenía idolatrada en su particular cielo fetichista en su condición de familia cristiana, modesta, ejemplar...¡buf!: hizo de esa familia un Dios , y toma del frasco, Carrasco.

Los pujolones han resultado de la raza de los porcinos. Una pena.

Aunque me temo que, como ser del Barça, o del Atletic, el psiquiatra seguirá  , erre que erre, devoto fiel de la Cofradía de nuestra señora de Ferrusola.   

Para mi la felicidad comenzó la primera vez que monté en bicicleta de dos ruedas: ¡qué  alegría emocionada, contenida!. La primera aventura : si no pedaleas , te caes.

Y mi padre, corriendo  a mi lado  , cogiendo el sillín, empuja y ríe, y palmea emocionado.

En ese primer viaje en bicicleta están contenidos todos los viajes de mi vida.

Con la bicicleta me liberé de mis padres, pude ir donde nadie me viera, descamisado corrí por las calles de  mi infancia , escapé al río a bañarme, me abrasé al sol de  Bielsa.

Con la bicicleta fui muy feliz, y nada más me importaba. Después , crecí, y marché muy lejos, a veces demasiado lejos. Llevé  sentada en la barra a una mujer que reía mientras yo le olía el pelo.

Hice muchos viajes, di varias veces la vuelta al mundo, me di todas las usties y me llené las piernas de postillas y moraduras...

Pero jamás he sido tan feliz como en los días de la bicicleta,

A los Pujol, tal vez al psiquiatra,  se les olvidaron esos días.

jueves, 26 de marzo de 2020

TEODORO.

Me llegó la noticia de que Teodoro  se nos fue al cielo el 19 de febrero. 

Teodoro...lo conocí en Lérida. Llegó como nuevo director del colegio , un colegio con muchos problemas. Vino dejando un trabajo profesional de gran prestigio social y económico. Y lo hizo como era él, sin darse un pijo de importancia.

Recuerdo su primera reunión con los profesores. Entusiasmado, alegre, ilusionado, empujando, dibujando una gestión nueva , fresca...en fin, muy Teodoro. 

La actitud de los profesores en esa primera reunión lo decía todo. Era como esas películas del Oeste donde el hombre blanco iba al poblado cherokee a vender rifles y la tribu le escucha en silencio, con los brazos cruzados y una falta de interés alucinante. Como el que dice " pero qué me va a contar usted a mi".

Teodoro no se rindió jamás a esa suspicacia,  a esas rémoras heredadas, a ese " las cosas son así". Tiraba por aquí, tiraba por allá. Al final aquello fue  un peculiar socatira donde él tiraba de una cuerda, con algunos más, pocos y , ¿ cómo lo diría?...

Teodoro era un gigante. Un hombre de un corazón oceánico, una inteligencia superior, una intuición que se adelantaba a los problemas  y los encauzaba sin miedo. Era un hombre bueno, con una confianza inmensa en su gente..." vosotros sabéis más que yo de educación, de enseñanza, de padres, de chicos...¡adelante!. Yo sé de gestión. ¡ Vamos todos a una!

Y los indios, en silencio, sin un mal gesto, tampoco bueno, escuchaban como los soldados de Asterix cuando piden voluntarios para ir al pueblo galo...mirándose las uñas y silbando.

Aquello era un corral y Teodoro un gigante entre gente perezosa, mendaz, cobarde, aburguesada, vanidosa, cortita, envidiosa, acomplejada, herida, orgullosa, paleta ( que no tiene que ver con ser  de pueblo)...de vuelo corto. A cada actitud se le podría poner nombres y apellidos. Los miqueles, los mateus, los ramones, los jordis, los joanes, los ignacios, los juanjos, los ...le hicieron varias huelgas, le daban la callada por respuesta, le  dejaban en la estacada.

¿Hubo excepciones?. Por supuesto que las hubo. Muchos de los mismos que se han citado , simultáneamente, eran buena gente. ¿Cómo podrían ser ciertas ambas cosas? ¿Cómo puede  ser un compañero alguien egoísta y a la vez generoso? ¿Cómo podría un profesor estar quemado y triste, siendo una persona de bien? 

La vida es así.  Nadie dijo que fuese coherente y con sentido. Los humanos somos así,  complicados. 

Un águila en un corral.  Pero Teodoro siempre con una sonrisa. Siempre escuchando. Siempre con la puerta y el corazón abiertos. 

Hacía años que quería escribir mi particular homenaje a este hombre. 

Y yo soy el primero en pedir perdón. Tampoco estuve a la altura. Pasa que con los años, como el mendigo del cuento  que abre la bolsa, encuentras la mierda de grano de trigo que diste de limosna , más por pena que por justicia, convertida en una pepita de oro. Y caes en la cuenta, y dices " ¡ Teodoro!".

Un día me dijo " sé que dicen de ti muchas cosas, que eres un gamberro, un caradura, ya sabes...no cambies, sigue, ayudas a mucha gente, ¡tira!".

Y tiré. Y fue en ese colegio, en esos cinco años, donde vi hechos realidad muchos de mis sueños. En Lérida fui muy feliz: grabé  varios CD, cultivé las mejores amistades de toda mi vida, conocí personas maravillosas...mi vida en Lérida fue increíble.

Y ahora , abro el saquito  y veo todas esas pepitas de oro y pienso "¡Teodoro!

Dejó Terraferma como llegó. Se fue. Con la misma alegría, sencillez grandeza, humildad. Sin darse un pijo de importancia, sin una mala cara, sin un reproche, sin  esos " porque yo hice, porque antes que  yo , porque yo dejé...". Nada. Se fue, y ya está.

Años después lo fui a  visitar  en un hospital en Valladolid. Estaba ingresado. No se me olvida ese brillo que tenía en la mirada. ¡ Qué alegría desprendía ese hombre! Recordamos viejos tiempos...pero  no me atreví  a  darle las gracias.

Teodoro era un hombre enamorado. Enamorado de Pacita. ¡ Qué mujer! La compañera ideal. Esa que va en el carromato disparando a los indios cuando las cosas pintan mal , o que se arregla, se da un poco de colorete , agarra el brazo de su marido y dice ! ¡ vámonos, aquí no pintamos nada!".

He conocido personas que, cuando se levantaban un segundo de cualquier parte y decían “ahora vuelvo”, dejaban un vacío inmenso, como si en lugar de levantarse para ir al despacho se hubiese levantado para irse al infinito. Y cuando volvía...¡ qué paz, qué seguridad!

Teodoro era de esa clase de persona.

Está enterrado en Salmoral, Salamanca. Me gustaría ir allí, besar su losa, y decirle, "¡ gracias!"





miércoles, 25 de marzo de 2020

UNA BUENA INICIATIVA

Un grupo de amigos ha tenido una iniciativa y me pide máxima difusión. 

En el enlace lo tenéis.

AQUÍ

TUTI FRUTI URBI ET ORBI

Hay una alerta 'urbi et orbi' sobre la gran pandemia. Aunque, en fin,  no se sabe muy bien qué consiste defenderse de ella. La gente está acojonada. Y mucho.

Sólo he salido una vez a a la ciudad, a Santiago, y otra al pueblo. Y parece que estás en una escena de "Sólo ante el peligro". Toda la gente en sus casas, abuelas detrás de las ventanas, corriendo levemente los visillos, mientras un anónimo  con mascarilla y pintas de llevar un crucifijo o una bala de plata en el bolsillo espera turno en la entrada del Gadis.

Évole entrevista al Papa. No se cita a Jesucristo ni una sola vez en toda la conversación. Tampoco hay referencias a la oración.  Sí  a los pobres, sí a los empresarios capitalistas malotes...Évole , que no es tonto, sospecha algo y suelta el arpón , sí recuerda haber tenido sus "dudas de fe".

Francisco se pone el tutú y da unos pases de baile: 

"He tenido mis crisis de fe y las he resuelto por la gracia de Dios. Pero nadie se salva del camino común de la gente, que es el mejor camino, el más seguro, el concreto.Y eso nos hace bien a todos".

Ser argentino es la leche.

Vivimos muchas enfermedades. Una es la cursilería. Otra el populismo barato. También el envoltorio de celofán. Y mucha  histeria. Una especie de mal rollo que precipita las situaciones incontroladas en susceptibilidad, recelo del extranjero, o  insultos contra el pobre que sale a la calle , a nada, a que le dé el aire , y todas esas reacciones instintivas que si en 10 días se dan así, no quiero pensar qué será en dos meses.

Ojo con esas enfermedades imaginarias que provocan los efectos psicosomáticos de una afección verdadera. 

Entro en el Eroski. No llevo máscara, ni guantes. Todo el mundo va disfrazado de acojonavirus,  gorra, guantes azules. Yo mismo no sé qué hacer y agarro el plasticurri de la fruta y lo uso  de guantes. Intento ponerme otro en la cabeza, pero no me cabe.  

El travestismo de los disfraces predispone la generalización de una indumentaria aséptica y purísimamente blanca que describe un estado de sugestión algo enfermizo.

En fin, todo está pasando muy rápido. Somos espejo y eco de lo que sucede y no da tiempo a hacer la digestión. 


martes, 24 de marzo de 2020

CEMENTERIO DE ELEFANTES.

Estos días  tienen la virtud de descubrirnos el derribo interior de esta  sociedad que se ocultaba detrás de una fachada impecable, sin una sola grieta. Hemos descubierto qué se ocultaba detrás de muchas residencias de mayores. Un egoísmo atroz. Todo era una inmensa barricada , un telón de acero.

Las imágenes de esos ancianos muriéndose en el olvido de los suyos permiten ver cómo nuestra sociedad triunfadora con ínfulas y una patina de falsa piedad  no era más que una sentina de  nosotros mismos.


En cuanto la mujer, o el marido, llega a casa y encuentra a la suegra, al suegro, al mayor, que se ha meado encima, o se ha ido en mierda , comienza la cuenta atrás. 

- Así no- comenta alguien.

Nos avergonzamos de ellos.No queremos ver la decadencia de las arrugas y de la muerte.

La epidemia castiga al abuelo. Lo aniquila, Ya nos pasó con los Downs. Nada es nuevo. Es el critario eugenésico : la enfermedad se ceba en su fragilidad y en sus años.  

Tranquilos , esta es una enfermedad de viejos y de abuelos. Que les den pol culo.


Muchas residencias son morgues. ¡ Qué mierda!, ¡ pero qué mierda! Nuestros abuelitos son  un estorbo . Nosotros, que aspiramos a la inmortalidad, cuerpos neumáticos de cirugías en espiral.

Cascan  nuestros viejos en sus residencias. Y tenemos aislados a los yayos  en sus casas. Porque forman parte de la población vulnerable y sensible. ¿ Sensible?, ¡ ja!.  No hemos hecho otra cosa que insensibilizarnos. Carne vieja. Que les den.

Pero esta epidemia  es la leche y castiga a todos. Pensábamos que el precio a pagar al coronavirus  eran nuestros mayores. 

Aquí no hay categorías de aptos e inaptos. 

Somos como manadas d elefantes gilipollas  A nuestros agüeletes los hemos enviado al desolladero de los humano, los hemos alejado de la manada, como hacen los elefantes con los suyos que agonizan.

De verdad...¡ qué mierda, qué asco!



lunes, 23 de marzo de 2020

JOAN VALLS...EN OTRO NIVEL.

Esta noche se nos fue Joan Valls al cielo, y de punta cabeza.

Coincidí con Joan en el club  Herzegovino.   Allí íbamos todos los días a Viaró.  Una buena temporada juntos. 

Un corazón de quilates. Hoy me encuentro  como el  pobre de la leyenda  que al final del día descubre en su alforja  que el rey le ha devuelto en   monedas de oro la miseria que uno le ofreció.

Joan era un niño, y todo su camino de vuelta ha sido eso: ir a la fuente de su niñez. Lo sé muy bien.  Era muy divertido, aunque se intuía en su interior un  alma sensible y doliente. 

¡ Cómo le gustaba contar cuentos!. Recuerdo "El oso de Gurlita",  ¡grande!. Y disfrutaba cantando, con esa voz maravillosa, cálida, afectuosa.También tocaba el clarinete. Bordaba "pequeña flor", que ahora escucho y lloro mientras escribo estas líneas.

Decía que sabía ruso, y arapajoe. Le bromeábamos con el tema, pero daba el pego. 

A Joan le importaban las personas. En especial las que teníamos taras, las que nos faltaba un hervor, las que pasaban necesidad. Tenía una debilidad por los pobres. Y a ellos quiso dedicarse profesionalmente.  En un cruce de caminos , nada fácil para él, decidió comenzar una aventura profesional donde pudiera encauzar esas ansias de educar lejos de tópicos educativos , llenos de contradicciones que a él le hacían sufrir. Se zambulló  por completo en  otro modo de educar.

El suyo.

Nuestras vidas se separaron. Mucho. 

Un día me escribió. Me dijo que me seguía todos los días. Me leía. Estaba muy cerca. Había recorrido en silencio toda mi biografía. Mi marcha del Opus Dei, mi vida con Manuela, su muerte, la aventura de Guatemala...

Y en Barcelona fui a verle. Estaba muy enfermito. Pero su mirada era la misma, más dulce y tierna que nunca. Sus ojeras también. ¡ Ese hombre sufrió de verdad!. Hablamos. Me sorprendió el parecido interior con otras personas que he conocido , ese " Suso, desprecia el dinero, entrégate a los pobres, al dolor. Allí está Jesús".

Supo que había acompañado a Joaquín Romero en su enfermedad, y me dijo que ese es el camino.

Hace unos días me envió un watsap. Le comenté mi situación. Estaba feliz, por fin centrado, enamorado de María José " un corazón de quilates" le dije.

Me contestó en voz. ¡ Cuánto he llorado ese watsap!, ¡ cuánto lo he rezado!"

Como a buen entendedor con pocas palabras basta, os transcribo sus palabras. Entenderéis todo.

" Hola, hola, Suso y María José, ¡ qué maravilla... mujer de quilates! Pues sí...vale, no hay medida, y Dios siempre a tu lado, porque el amor de Dios nos hace cada vez más parecidos...pero estamos en ello...yo estoy...vamos a ver, muy disminuido..la voz ya se nota, y el resto hace lo que puede, pero tengo muchos regalitos. O sea, que aprovecho a tope. Y después, Dios dirá. Porque he hecho unos cambios interiores que no los puedo contar por allí, aunque ya se me nota, porque voy a  otro nivel...ja,ja,ja...más sencillo...TODO ES MUCHO MÁS SENCILLO ( en mayúsculas porque él lo subrayó con la voz, como deletreando las frases)...espero que seáis muy felices, y hasta siempre. Unidos.  Hasta pronto".

De alguien que tenía la capacidad de hacerte sentir su amigo, sobre todo cuando uno no siempre ha estado a la altura, no se escribe una despedida, se escribe una celebración. Así que le doy gracias a Dios por haberme cruzado con este hombre en mi vida. Joan daba un enorme calor a quien se acercaba a él. Era inteligentísimo. No tenía ideología. Le importaba nada izquierda, derecha, nacionalismos.  

Le tomábamos el pelo por su querencia a decir que sí a quien le consultaba, fuese quien fuese. Pero es que a Joan le importaban la persona, no era hombre político. Todo, y solo, corazón.

Cuando hablé con él la última vez  me dio la sensación de que estaba a su lado, saber que juegas  en el mismo equipo te da un subidón. Es como si estás de crío en el patio jugando a fútbol  y aparece Messi y se pone el peto de tu equipo, y entonces es que puedes con todo.

Pues eso.

Y  esa es la sensación más agradable del mundo. 

Gracias, Joan, como te dije aquella mañana, soy el décimo leproso regresando a dar gracias. Guarda sitio.

Si rezas, habla con él.

Posdata. 

Había una frase que repetíacho esos años, con cara pilla; ¿ tú , qué eres, locomotora o vagoneta?.



UNA MAÑANA EN ZOMBILANDIA.

Fui al banco a primera hora de la mañana a Santiago. 

Por las acera  vagaba  un ser con una  mascarilla. En la entrada de la farmacia, en  la calle,  esperaba otro humano, también  con mascarilla. 

Santiago parecía una capital fantasma. Esta ciudad diríase un atrezzo, el escenario de una película apocalíptica  en la que parece van a salir en cualquier momento zombies con cara de gilipollas, los brazos descoyuntados, ojos batracios , andares alelados. La gente se agazapa en sus casas, mira de reojo por la ventana.

Es una atmósfera de cautela y de silencio a la que contribuyen las bajísimas pulsaciones del  corazón de esta ciudad.  Santiago a estas horas de la mañana está irreconocible en su su languidez. 

Una señora pasea su  perrita . El animal no desconoce las nuevas reglas de convivencia.

"Cerrado por enfermedad",   anunciaban  los negocios cuando era pequeño. Y a veces " por defunción" ¡ Qué extraño es todo!. 

Hasta hace muy poco  disfrutaba  paseando de madrugada por calles pequeñas y  avenidas grandes  y ver la desolación de esas horas. Pero hoy va en serio.

Me pregunta  el bancario  si tengo miedo.

- No. Pero no me fío de un hombre que ha llegado donde está con muchísimas mentiras a su espalda. 





domingo, 22 de marzo de 2020

¿ Y USTED QUIÉN ES?

¿Y Usted quién es?

-  Yo soy tu padre.

Esta escena no es de la Guerra de las Axilas. Puede ser una conversación entre una hija y su padre en el pasillo de su casa en estos días de confinamiento. No exagero.

Recuerdo el Lérida la llamada de un padre muy fadado con el colegio. Yo era tutor del hijo. En un momento de la conversación en la que el hombre parecía Moisés rompiendo las tablas de la Ley sobre mi cabeza le dije:

- Si me dices la fecha del cumpleaños de tu hijo  sigo hablando contigo.

- Y eso qué tiene que ver con lo que hablamos.

-O me dices la fecha del cumpleaños o cuelgo.

Colgué.

 El lado terrible de estos días sería el del mal rollo,  la  mala leche desatada, y hasta violencia

“Como fuera de casa, en ningún sitio”, sentenciaba aquel.

También conocí un saludado que en medio de una conversación nos sorprendió con un " disculpadme, me voy a casa. Tengo que hacer bondad".

En Cataluña "fer bondat" es portarse bien cuando tienes a la parienta hasta  los cojones.

La inmovilización es una oportunidad  de tratarse, escucharse. Incluso no escuchar esos " ¡¡¡a comeeeerrrr!!! " a la hora de sentarse en la mesa. 

Los comportamientos de la familia nómada, el hijo allí, la hija allá, la madre no se sabe, la chica de servicio dándole de mamar al papi,  se acabaron.

Tenemos delante un desafío sociológico alucinante. El  cabo de las Tormentas, que es el cuarto de baño , ese espacio común que tiene sus propias rutinas diarias domésticas al estar todos juntos. Allí se impone una disciplina, si se pretende sobrevivir al confinamiento. Renunciar a la propiedad del cuarto de baño. Aceptar que hay una jerarquía. 

¡Buf!, no quiero ni pensarlo. Se requiere toneladas de paciencia, de constancia, de dar la callada por respuesta, de revestirse de una túnica de azafrán y musitar " aummm, aummm". No digamos en los hogares con niños hiperactivos, antes " tocacojones" ,  o amebas adolescentes. No pueden salir de marcha, no pueden fumar ( sí, fumar, tú que decías " mi hijo no fuma") . Tampoco el papi echarse un tirito. O la madre ir a...a donde sea que dicen que van as madres con la estera enrollada.

La wifi se satura en casa. " ¡ Esto no son unas vacaciones!, ¡ hay que tener un horario!" Parece mentira que en un espacio tan pequeño sea tan difícil dirigir nada: como llevar una manada de gatos por una carretera.

Las parejas van a convivir más de cuanto lo han hecho jamás. Además, no se puede tirar de los abuelos, aislados bajo la amenaza siniestra de ser 'población de riesgo'. 

Más de unos padre han pensado " ¿ cómo coño se llamaban esos juegos que nos regalaba el abuelo?...¡a sí!: los juegos reunidos Geyper."

Y los niños juegan estos días a  juegos analógicos,  ¡ no digitales!, como la baraja española , las damas, el parchís, las palabras encadenadas. Si te descuidas, hasta la silla.

Vamos a descubrir que estos críos ya venían aislados de serie. Y por culpa de sus padres, que también vivían en su isla. Todos comunicándose  desde el propio móvil, o tablet. Padres, madres, hij@s   'online'. Ligando 'online' también. El campo de concentración ya formaba parte de sus vidas.

Pero todo tiene su lado bueno. Derrepenete, depronoto, descubrimos a esos que  viven solos. O quienes están obligados a hacerlo por su edad, enfermedad o situación personal. Este bicho  ha descubierto  la solidaridad. 

Y, como el gitano del chiste , que se lava los pies y dice " ¡ahívá, deditos como en las manos!" , algun@s hasta han descubierto la existencia de los vecinos. 

-Papi, ¿ qué eso?

- Un vecino, hijo.

Hablan entre sí de ventana a ventana. Se ofrecen a colaborar en la compra. Y aplauden al anochecer el trabajo de quienes más se sacrifican. 

Algo es algo.


sábado, 21 de marzo de 2020

BAILANDO EN LEÓN.

Fue en León. Estaba solo en una cafetería. Derrepenete, depronoto, anuncia la radio una tema de Solomon Burke . Se trataba de " Let me wrap my arms around you and hold you tonight" A mi lado, una señora comienza a dar unos pasos de baile, de un modo discreto.

Lo cierto es que era verdad que algo en esa balada me había hecho parar y sentir moverse  en mi interior , una emoción. Le ofrecí mi mano y bailamos. El camarero sonrió y dejó hacer.

Qué importante son las emociones y los sentimientos, porque son  atemporales y porque son universales. En el momento que tú estás escuchando una canción, aunque no sepas qué dice ,  el momento en el que tú estás ahí delante y estás sintiendo lo que sea, da igual, esa emoción es la que te está diciendo que estás vivo y que estás frente a algo que está trascendiendo.


Me ha sucedido en más ocasiones. Escuchar una música te va a explicar quién eres. Parece que su autor te dice " voy a desnudarme frente al mundo para explicarte cómo eres y cómo soy”. 

Juan Pablo II explicaba que un cristiano es alguien que tiene una experiencia personal de Jesucristo. ¡ Eso es la música. No la entenderás hasta que no tengas una experiencia personal de ella.

A mi hay canciones que me han tocado para siempre. Desde una nana de mi infancia  como "patito , patito, color de café", hasta   llorar al escuchar una jota en la plaza de Bielsa, un día cualquiera, o cualquier balada de las miles que han llegado tan dentro. Hasta el pasmo.

Cualquier música, en cualquiera de sus expresiones. 

Entiendo esos ateos que creen en Dios a través de Bach...¡ cómo no entenderlo!

Y escuchando música aprendes que los malos tragos, mejor cuanto antes y de golpe. Que es en aguas tranquilas y mansas donde nos preparamos para los temporales.

Que puedes dejar de amar pero no de vivir.

En la música entiendes que hay batallas que se ganan no librándolas.

Entiendes que puedes ser tan feliz que tengas miedo.

Y que ser feliz no tiene que ver con ser entendido, ni con tener, ni con gustar.

Que eres  más importantes de lo que algunos te han hecho creer.

Que, aunque asusten, los cambios son absolutamente necesarios.

Que la vida era mucho más  de lo que yo había creído.

Y aprendes que, si la escuchas, la vida te dice … “¿Bailamos?”

Y uno se levanta y toma su mano. Da igual el momento, da igual quién mire, no importa lo que haya alrededor… Ahora es mi ritmo, seguro que puedo.

Y contestas… “Claro que sí. Bailamos”.




viernes, 20 de marzo de 2020

LAS COSAS PERDIDAS BUSCAN A SU DUEÑO.

Lo sé por intuición,  pero lo sé: las cosas perdidas buscan a su dueño.

No sabes cómo, y tampoco importa. 

Es como cuando vas al mercadillo de cosas viejas ,deambulando  entre antiguallas, y algo , un libro,  una muñeca, una foto,  un cuadro,  un objeto,  y parece que te llama.

Así me sucedió con algunas personas.

Paseaba sin rumbo y esta cosa perdida que eres tú apareció...¡así, de repente!

Probablemente, también ella estuviese perdida.  Al final,  qué más da: menos por menos...¡ es más!

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jueves, 19 de marzo de 2020

EL KARMA.

No me gusta esa gente que dice creer en el karma. Parece más unas ganas de que a los demás les vayan mal las cosas. Que se jodan, vamos. O mejor, que te devuelva la vida lo mucho malo que me hiciste.

Yo he vivido con personas que  todo lo que hacía uno  estaba mal. Cuando, según ellos, yo era un desordenado, un caos, un caradura,  un desastre. Y un vago . Me faltaba educación, la buena, y politesse. Incluso uno llego a decirme que necesitaba "charme", 

Esa gente no se daba cuenta que no puede  haber pasión sin alegría,  motivación sin apoyo. No pueden sobrevivir las ganas que llevan tiempo con la soga al cuello y casi les falta el aire pero aguantan hasta el final, hasta que ya no puedes más y pides que te den a puntilla. O tiras por la calle del medio.

Eso me sucedió en Tarragona,  y en algún otro lugar, y sus habitantes , donde conviví con gente que no hubo forma de entendernos. Un choque de trenes. 

Conmigo es difícil llegar a chocar. Soy buen perdedor , y me tiro al cesto de los papeles con mucha facilidad.
Recordarás cuando, para ti, lo que yo pensaba eran tonterías, mi modo de entender la vida filosofía barata y mi modo de sentir flojo , inmaduro, infantil y ridículo. Llegó un momento en el que dejé de contarte lo que pensaba, dejé pasar la vida y empecé a sentir menos, sentía que mi corazón se endurecía pero, a la vez me hacía sentir más vulnerable. No me entendías…dejé pasar la vida y a mi.

A esa gente no le  parecía bien mi modo de  ser. Y tampoco en el amor... Cómo iba a hacerlo cuando no me sentía querido, ni deseado, ni deseable, cuando la  piel de uno ya no recordaba su tacto, cuando la suya ya no me llamaba…

Entonces uno  se siente  pequeño,  poco importante, extraño y triste. Fuera de todo, en un mundo que no era mío, en una jaula que no quería,

Pero el tiempo pasa, amig@. Y la vida actúa. 

Y siempre hay alguien que antes de despedirse te habla del karma. 

"No serás feliz. La vida   pone  a cada uno  en su sitio, y te dará tu merecido y hará    que  un día  sufras lo que diste y  ya verás".

El puñetero karma. Mala leche le llamaría yo.

Porque el karma no existe. Ése no.


miércoles, 18 de marzo de 2020

OLOR A OVEJA

Sorprende la respuesta de la  Iglesia a la pandemia.

San Carlos Borromeo, conviene leerse Los novios de Manzoni, , permaneció en Milán cuando se declaró una peste y se mezcló con el pueblo. A la vez que pagaba médicos, hospitales y medicinas, ofició misas, celebró procesiones y rogativas y dio la comunión a los enfermos, hasta que la peste pasó.

Pío XII salió de los muros del Vaticano para visitar el barrio de San Lorenzo, bombardeado por los Aliados, y se quedó en Roma cuando los nazis la ocuparon. Con el SIDA fue la madre Teresa la que dio un paso al frente y se arremangó a la hora de atender a los infectados.

En España, algunos obispos se han pasado de frenada y han impuesto más reglas que las que el real decreto-ley  declara en el estado de alarma,.

En el artículo 12 permite tener abiertas las iglesias y celebrar ceremonias religiosas, con las debidas precauciones. En resumen, ¿ dónde está la iglesia  que el papa habla. Esa que "parece a un hospital de campaña: tanta gente herida, tanta gente herida, que nos pide cercanía, que nos piden aquello que pedían a Jesús: cercanía, proximidad". ¿ Dónde la que  "construye puentes "? ¿ Dónde la Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre".

-  Esto os pido: sed pastores con olor a oveja, que eso se note.

Pues la puertas cerradas, gente enferma sin visitar, y ovejas descarriadas en a tomal `pol saco.

No se entiende que,  después de tanta cursilería,  a la primera de cambio, resulta que no había Fe, 

Escribo de lo que conozco. Aquí la Iglesia está desaparecida, pero no en combate. 

Esta pandemia  se está llevando por delante muchos discursos cursis, muchos líderes, muchos partidos, muchas emergencias climáticas y feministas… y también a una cierta Iglesia.

Alguien dijo, con cierta coña,  que "la Iglesia, tiene los siglos contados" Y, aunque hemos pasado por momentos de crisis muy  oscuros, difíciles, durísimos, siempre  fue la hora de los santos.

Menos mal que entre ellos no es necesario que estén sacerdotes, o sean cardenales, o papas. O presidentes de conferencias episcopales.  Y sé que no son pocos los sacerdotes  que se asoman cada día por aquí. Y los tengo, los conozco muy bien, por gente ejemplar, de fe, de quilates.

Fue Pablo VI el que afirmó que por  alguna rendija se había introducido el humo de Satanás en el templo de Dios.

El papa Francisco  y su círculo  se han caracterizado por hacer hermosas frases que casaban muy bien con la ideología de buen rollo,  de la desaparición de fronteras, las migraciones descontroladas, el borrado de la tradición, la desaparición de las diferencias entre las religiones y la espiritualidad. Todo muy de celofán.

Se desmantelan los hospitales de campaña, los pastores "con olor a oveja" se separan del pueblo. Habría que recordarle al santo padre  su condena , esa  que "hacer creer que solamente con el miedo y reforzando las fronteras es posible defenderse".

En Roma se anunció la clausura de todas las iglesias, con permiso del propio Papa, que es obispo de la ciudad, hasta que éste rectificó.

Se ha hecho el silencio, un silencio atronador, como el que debía de reinar en los templos paganos abandonados a medida que se abrían iglesias. Cuando desapareció esa fe  y  los simios celebraban entre las ruinas esa desolación   rascándose las axilas entre grandes carcajadas.

Da la impresión de que a los paladines de la nueva Iglesia les ha entrado ese sentimiento tan humano que es el miedo. Hasta Cristo sudó sangre cuando se acercó su hora. Pero el miedo hay que aguantárselo si se predica a la gente que la vida "es una noche la mala posada".

La diferencia, pues, se encuentra entre quienes creen las palabras "confiad, yo he vencido al mundo" y quienes no las creen. Lo demás es bla bla bla.



lunes, 16 de marzo de 2020

CLARA PONSATI. ·" DE MADRID AL CIELO".

La exconsellera Ponsatí, una abuelita con cara de buena persona, ha escrito un un tuit  a propósito de la angustiosa situación que se vive en Madrid, con el triste récord de contagiados y fallecidos por el Covid-19   “De Madrid al cielo”. Puigdemont, otro cobarde como ella, no ha tardado en retuitearlo. 

¿Qué hay en esos corazones sectarios , conciencias podridas que no sienten piedad hacia los que  sufren, los enfermos, incluso los que mueren? 

Eso sí, esta gente sí  que lloran cuando bailan una sardana, se les eriza la piel  al ver una estelada , o gimen  con gemidos inenarrables con los presos del prusés.

Son los mismos - ¡ los hemos visto!-  estremecerse al estrechar la mano a Torra ( ¡ lo he tocado, lo he tocado!)  Los que  ploran cantando el Rosa de  abril. . O sea, que parece que se emocionan.

No te engañes.  Eso no es tener sentimientos. Eso no es tener moral. Son enfermos. También Hitler lloraba escuchando a Wagner, o acariciando un niño.Y Stalin. Y cualquiera de los monstruos  que habitan las cárceles.

Hay quien piensa que los hijos de puta tienen cara de hijos de puta. Pues no. La Ponsati parece muy buena persona. La verdad, vista así, como en la foto, parece una agregada viuda del Opus Dei. O una catequista tocando la guitarra en la misa para niños en una  leprosería en Burundi. O una seglar consagrada del Instituto de las Madres Estreñidas del Santo Sepulcro.

Pues no señor. ¡ Jódela!, que dicen os maños.

Su condición  farisaica y sectaria es inmune al dolor , el de verdad, el que te puede llevar a la muerte. Es la de el fariseo que ve al herido camino de Jericó y piensa " ¡ aquet no hi es dels meus! ".  No conocen la piedad que tiene entrañas de  generosidad. No se trata  tanto de aquello que dicen querer, sino de lo que odian. 

Entre ellos - los he conocido- hay gente entregada a Dios, incluso en celibato apostólico, incluso sacerdotes y religiosos- que se creen  superiores, sin saber que están muertos.

Se cisca uno en esa religión, en ese dios, y en toda esa mentira.

¡ Qué contraste con la  bondad que ha brotado de esa misma sociedad que sabe cómo pocas dar de sí lo mejor que tiene!

“De Madrid al cielo”, invoca unos  privilegios de casta y desprecia  todo y a todos mientras sus propios compatriotas luchan  para salvar vidas de  enfermos. Esos ángeles con batas blancas que están al borde del agotamiento, o esos policías, funcionarios, pequeños comerciantes o gente de a pie que se desvive por auxiliar a la persona mayor que vive sola, la madre que tiene a sus hijos en casa, la persona con minusvalía que precisa que le hagan una gestión. 

¡Vaya ganas de  emponzoñar ! Muchas gracias, señora. Carente de corazón, solo pueden usar su mala leche  y potar  su bilis emponzoñando el océano de bondad que ha brotado  de una sociedad que sabe cómo pocas dar de sí lo mejor que tiene.

También la suya, señora. También la suya.

El gozo de vivir está  en no causar daño a nada ni a nadie. Los dirigentes separatistas, algunos incluso afectados por el virus, dan preferencia, sin embargo, al odio incluso ante las puertas del desastre.

De verdad, ¡ qué pena!



Ojalá algunos entiendan que a estos miserables no les importa Cataluña o su independencia. Y, ojo católicos indepes piadosos, tal vez un día des tu voto a unos tíos que no les importará  caminar entre montones de cadáveres.


LA RESURRECCIÓN DEL PRINGAD@

Esas veces en las que te  dolieron porque hicieron sentir un pringao…

Esos momentos de silencio incómodo  en los que te miraron con cara de pena  por pensar diferente.
Por tantas ocasiones en las que brindaron sin incluirte…

Por esas veces en las que no entendieron  la broma y quedaste como un insensible.

Por esos planes que se hicieron  y te enteras que no contaban contigo.…

Por esas decisiones en las que pasaron de tu opinión…

Ese día que escuchaste en la habitación de al lado " papá es muy raro, verdad mamá?", o " Suso está mal de la cabeza, no?" Y sus variantes de género.

Por esos momentos en los que te hicieron sentirte fe@, cort@, retrasad@…

Esas veces en las que simularon como que sí, pero tú sabías que no …

Cuando te escondiste en el juego de polis y ladros y nadie fue a buscarte. Se hizo de noche, y tuviste que salir a ver qué pasaba. Y se había terminado el juego.

Cuando tu estado natural era pensar que eras gilipollas, que te lo habían dicho tantas veces que al final te lo creíste.

Por esas veces en las que no abrías el pico porque sabías que no te escuchaban…

Tantas veces fueron las que intentaron que fueras políticamente correct@

O, esa impresión de estar jugando a la silla para tratar encajar donde ni siquiera cabías…

Por tantas lágrimas que nadie supo.

Y llega un día en el que lo ves todo claro…puede ser hoy, o cuando sea. pero llega. Y te miras. Y les miras. Y te vienes arriba Y dices " ¡ hasta aquí hemos llegado!" . Que ya eres, que ya puedes. Y  notas que ponen cara de " ¿ éste, pero si antes...?" . Y se dan cuenta  que algo ha cambiado. Y sabes que , ahora sí, puedes enviarles a la mierda. O no. 

Será lo que tú quieras.



domingo, 15 de marzo de 2020

AHORA YA SABEMOS QUÉ NOS `PASA: ¡¡¡TRANQUILOS TOOOODOOOSSSS!!!



Ayer nuestro presidente apareció después del consejo de ministros en estado grogi.  Ese consejo debió de ser algo parecido a la escena de "Aterriza como puedas", esa que los diferentes pasajeros pasan uno tras otro abofeteando a una señora para que no pierda los nervios.

Uno se imagina a todos los socios, comunistas, los de izquierda Unida, los de Podemos, el PNV, Esquerra, Torra,Urkullu, Teruel  Existe, Bildu, uno tras otro haciendo cola, y dándole una buena bofetada a nuestro presidente.

Así salió. En estado de " que alguien haga algo". 

Lo que no se ha ido a la mierda amenaza con irse a la mierda. Con este lumbreras  las noticias  se hacen más inquietantes de hora en hora. Sabemos que estamos al albur de unos líderes más tontos que mear en un porrón.  Ayer, el boxeador sonao de Sánchez  terminó su declaración con una  letanía de ambigüedades, rollo Kenedy de Chamberí,  pero con cara poner pañales para contener la primera consecuencia de esta pandemia, una diarrea presidencial y  ministerial de aupa.

¡Pero si estamos viviendo una hecatombre de proporciones siderales, a qué vienen los pañales! Nadie está preparado para una pandemia y menos aún nosotros, que llevamos años diciéndonos que qué guapos somos. La   tarea es  inconmensurable, para la que ni hay medida ni precedentes y, encima, hemos de añadir una caída sin fondo de la credibilidad de las instituciones, empezando por el Gobierno ,  pasando lista por la clase política, jueces, y póngase a la cola

Sólo un deficiente mental, con una vanidad planetaria - ahora sí hay que leerse su libro- , puede decir al mismo tiempo que tenemos la mejor sanidad pública del mundo para luego añadir que no tiene ni puta  idea de qué hacer de aquí a mañana como no sea alertar de que viviremos tiempos difíciles.

No hay que ser muy listo para saber que la que viene es muy, pero que muy gorda. Preparémonos, lo que nos espera tendrá consecuencias de años. Los gente de los medios, tele 5, la sexta, los de antena 3, y compañía, nos quieren precaver contra el derrotismo. Son la orquestina del Titanic tocando "cerca de Ti, Señor".

Hay gente, mucha, que se consuela viviendo de mentiras. Que si el fútbol, que si las procesiones, que si las fiestas tradicionales, vacunas para ingenuos y para idiotas.  Hay que ser ciego para no ver qué clase política, sin  dignidad ética , incapaces de dirigir el país , fuera parte de su sagrado culo.

Viene un terremoto y las estrategias para abordarlo reflejan el temor del Poder político a asumir responsabilidades que van más allá de sumar votos o formar coaliciones

No seamos catastrofistas, aseguran los fabricantes de catástrofes.

Ahora que el coronavirus ha empezado a enseñorearse del Parlamento e incluso del propio Gobierno- ¡ ojo con la baba de coletas presentándose ayer en el consejo de ministros, con dos cojones -  ¿alguien tendrá la ingenuidad de que estos tíos arreglan el sarao? Se equivocan. Sin apelar a la demagogia, por pura evidencia, ellos seguirán cen el machito, cobrando su pasta  y no necesitarán ventanillas para damnificados. ¿ Alguien apuesta algo?

 Tú y yo y millones de ciudadanos sí nos veremos ante un fenómeno que amenaza todo lo que se creía seguro: la sociedad establecida, la seguridad y el salario, ya fuera precario o menos.

En fin, ponte en lo peor, y venga, a por ello. Ante el miedo inevitable sólo cabe la dignidad de asumirlo y combatirlo.





Saldremos, aunque no nos va a reconocer ni la madre que nos parió.