No sé con los perros, pero en los
gatófilos hay una corriente de simpática confidencialidad que nos
hace pensar que ése otro es como alguien de la familia.
Una de las cosas de las que más me
arrepiento es la de no haber sabido entender a un buen amigo el día
que, llorando, me dijo que se había muerto su gato. Me pareció
entonces una auténtica chorrada. ¿Cómo se puede llorar por un
gato?, pensé. Más aún, ¿cómo se puede rezar por un gato?. Pues
se puede, sí señor,¡ vaya si se puede!.
Hoy sé que basta que pongas el corazón
en algo o alguien, para que estés preparado para sufrir. Por eso los
egoístas no sufren, o sufren menos. Hasta un coleccionista de
vitolas de puros, como mi padre, que un día las encontró todas
partidas por mi culpa...
Había una serie de dibujos animados
en mi infancia que se titulaba “Chazán”, donde sus protagonistas
encuentran un anillo partido que al unirse sus piezas forman una
palabra “Tsazán”. Un día vi la colección de vitolas que mi
padre coleccionaba y guardaba cuidadosamente, y celosamente, ocultas
en su despacho. Me puse una de las vitolas como anillo, y al cerrar
la mano la vitola se rompió...y me acordé de Chazán...
Me vino un subidón como a un don
Quijote tronado, y comencé a imaginar que era Chazán rompiendo
anillos con mis dedos. Pasé una tarde fantástica fantaseando
historias...¡Chazán! (cerraba el puño, se rompía la vitola de un
Davidoff del 45, y golpeaba el mentón de un japonés con una patada
giratatoria) ...en fin, no quedó vitola entera.
Cuando mi padre, días después,
descubrió el desastre, lloraba por sus vitolas, y me caía una
bronca apoteósica , como un profeta de la Biblia fuera de sus
pulsos, que terminó echándome vestido a la bañera al grito “
¡¡¡A VER SI MADURAS, JODER, A VER SI MADURAS!!!.
Ya veis, hasta por unas vitolas se
puede llorar. Así somos.
Si te mudas, ¿puedes transportar todas las entradas antiguas al nuevo blog? Creo que se puede hacer.
ResponderEliminarPues me enteraré...gracias
ResponderEliminarAmo a la gente con corazón, gracias por la entrada
ResponderEliminarPétalos de rosa