EL GAFE.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Viví con un ser humano en Tarragona que era un hombre original, de un carácter arisco, un cascarrabias, huraño y solitario. Pero, como alguno que he conocido con este perfil, también tenía un humor vitriólico, caustico y mordaz. 


Ya falleció. Se llamaba Oriol. Un tío muy inteligente. 


Una mañana , paseando por esa Tarragona que llega al Balcón, me habló de La ley Finagle. Y como era un guasón, uno no sabía si iba en broma o en serio. Explicó que era un  precepto que puede resumirse de la siguiente forma:


"La perversidad del universo siempre tiende hacia un máximo".


Como era ingeniero, señaló que era un guiño al papel de la entropía en el Segundo principio de la termodinámica. 


Eso sonaba exactamente igual que aquella otra ley de Murphy de las tostadas untadas de mantequilla


Oriol era un vacilón. 


Muchas veces gustaba de sentarse en su habitación, solo, en un sofá, poniendo carotas de protestón. Tenía algo de Scrooge. Pero si pasabas la batea por el riachuelo de su vida podías encontrar pepitas de oro. 


Era  muy divertido. Recuerdo un día que me habló de un numerario - lamento no recordar su nombre- que era gafe. 


- Y no un gafe cualquiera. El cenizo lo tenía en la punta del dedo índice. ¡ Todo lo que señalaba se estropeaba, o se perdía, o caducaba...¡era tremendo!


Me contó varias anécdotas. El día que señaló la televisión y dijo " cambia de canal, por favor". ¡ Y a la mierda la tele! Y no hubo forma de arreglar aquello. Otro día, en el comedor, alguien le preguntó por unos yogures y el hombre señaló el frigorífico con el dedo y  comentó: " los he puesto allí dentro". Y contaba Oriol : " ¡me quedé horrorizado, estaban todos pasados, escuchimizados, como blandurrios y caducados!".


En fin, fueron unas cuantas las historias que me contó sobre el gafe. Pero la que más me impresionó- tanto que han pasado muchísimos años y aún la recuerdo.  


- Una mañana , en una convivencia, estábamos de tertulia en un jardín al aire libre. De repente, surcando el aire, pasó una avioneta de esas que llevan detrás un cartelito de publicidad y nuestro cenizo lo señala con el dedo y grita:


- ¡ Mirad, una avioneta !


Y Oriol contó como aquella avioneta hizo un looping , ascendió unos metros en vertical, y al poco se precipitó cayendo  de boca a estrellarse en medio del campo, ante los horrorizados y  piadosos  espectadores de la tertulia.



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15 comentarios

  1. Que vergüenza hablar así de los muertos. Que vergüenza! Te describe.

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    1. Parece usted la ministra de Igualdad: ¡¡¡vergüenzaaaaa, vergüenzaaaaaa, vergüenzaaaaaaa!!!

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    2. !Las sales! ¡Las sales! Pol Dios, ¡qué sofoco!

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  2. Era un tipo tan gafe, tan gafe que se en un pajar...y se clavó la aguja.😊

    tomae

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  3. La anecdota no esta mal. Aunque no me creo ni la mitad.

    En mis tiempos de estudiante en Colegio mayor no de la opus (no en serio, no ese no pero si), habia un compañero que tenia fama de gafe. Se contaba que habia residentes, que levantandose alegres y contentos para ir a un examen, si se lo cruzaban por el pasillo desistian de hacer el examen porque sabian que estaban gafados. Yo solo coincidi con el en una ocasion llendo un sabado por la mañana a la estacion de autobuses para pasar el fin de semana en nuestros respectivos pueblos. Pues bien, esa fue la unica vez en la carrera en la que no quedaban billetes y tuve que pasar el fin de semana sin ir a mi pueblo. Fue por el gafe??.

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    1. De Franco se dijo que tenía el gafe del abrazo. Dirigente que abrazaba , dirigente que palmaba: Eisinhower, De Galle, Nasser...y era divertido ver como nada más bajar del avión se ponían brazos palante para evitar el abrazo.

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  4. Yo fui testigo privilegiado. La avioneta cayó en el Penedés y fue visible desde Camp Joliu.
    Llevaba una pancarta de publicidad de Play Boy en la que se adivinaban un pene y un conejito.
    No os podéis imaginar el jolgorio de la chusma de tertulianos: ¡¡¡pecadores!!!, ¡¡¡tenéis lo que merecéis!!!, ¡¡¡al infierno todos!!!, ¡¡¡Viva la pureza!!!
    Nadie quiso acercarse a darle la extrema unción al piloto (74 años) pues es materia más pegajosa que la pez.

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  5. Esta historia del avión me suena, no es la primera vez que la oigo.

    Yo no sé si "La perversidad del universo siempre tiende hacia un máximo", pero lo que sí te puedo asegurar es este otro principio: la estupidez en la persona es compatible con cualquier otra cualidad.
    Principio que, por cierto, no inventé yo, sino un tal Cipolla.
    McC

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  6. De la noticia que publicaba ayer infovaticana, a la vista de tu experiencia qué opinión tienes?

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  7. Lo que todos temíamos ya está aquí.

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  8. A veces pasa: conduciendo por carretera paralela a un aeropuerto, charlando con mi hijo de 9 años sobre lo seguros que son los aviones…
    Papá, acabo de ver que se ha caído uno. ¡Vamos hijo, vamos!
    Efectivamente leo al día siguiente en el periódico que una avioneta se desplomó al intentar aterrizar.

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    1. No es lo mismo avioneta que avion. Las estadísticas cambian para uno y otro.

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