TENER UN MARIDO.

jueves, 16 de octubre de 2025

En mis años en Viaró, conocí de carrerilla todo lo que hay que saber acerca de los ricos .Y de las mujeres de los millonarios...


No todos los millonarios son millonarios. Los hay de cuna, los de segunda, tercera , y hasta cuarta generación. Y los hay nuevos ricos. De estos mejor no preguntar por el primer millón... los demás se les dan por añadidura.

Los de cuna se parecen mucho unos a otros, y unas a otras. Los tenéis descritos en muchas novelas, así que evito profundizar en esas aguas.

De los segundos hay tres tipos.

Está el que ha ascendido en la vida social, económica subiendo como pedo de buzo, incluso culturalmente. Hasta sabe vestir, el tío. Pero la mujer no le acompañó en el ascenso. Y canta la señora como la gallina Caponata. No sabe estar, no sabe hablar, no sabe callar...y, lo que es peor, le importa nada lo que pueda parecer, o dejar de parecer.

El hombre , poco a poco, la va escondiendo...y vive su vida.

También está el que , una vez llegado a la cumbre, cae deslumbrado por una tronca que tiene el lema “ el rico, para la que se lo trabaja”, o también “pájaro que vuela, ¡a la cazuela!”.

No citemos nombres.

No me olvido de una tercera posibilidad: la de la mujer que ha sabido ascender con su marido en la nueva vida social, y sabe estar, sabe sonreír, le cuida, elige sus nuevas amistades, incluso sabe dejarse besar la mano sin reírse.

Pues bien, en estas dos últimos tipos de mujeres se repite la misma estrategia: un marido no es para mirarlo, es para tenerlo. Y el tío no se da cuenta. El pobre.

Tener se puede tener a alguien de dos maneras. Tener algo de forma que todo el mundo lo sepa, y tener algo sin que nadie lo sepa. Un marido se tiene de esas dos formas, y de muchas otras.

Se puede tener como un chal de armiño que acaricia cálidamente los hombros, que se lleva unas veces a la derecha, otras a la izquierda, y que presiona un poco más o menos  en forma de mohín , de mirada suplicante o sonrisa picaruela.

Se puede tener de tal manera que una está convencida que sólo gracias a ella él está donde está. ¡Si es un adefesio, y un despistado!...¡ay, si no fuera por mi!

Se puede tener controlado, sabiendo dónde está mañana, tarde y noche; qué hace los fines de semana, los sábados, los domingos. Incluso qué sueña y cómo lo sueña.

Se puede saber cuánta gente le conoce y cómo. Si le conoce mucha gente, tiene dinero y buena fama. Entonces, al tener al marido, se tiene el dinero y la fama. Eso, la verdad, cubre más que un chal, y da más calor, pero en órbitas más amplias en un solo eje de rotación : ella.

Se puede tener como una tarjeta de crédito, como una póliza de seguros, como una cubertería de plata o un juego de recursos financieros. Como una agencia de viajes, como un mayordomo, como una lanzadera espacial, como vehículo y acompañante para dar paseos por ambientes salvajes, científicos, desérticos, populares, para describir órbitas más amplias, innumerables, excéntricas.

Cuando se tiene un marido así, se tiene algo de qué presumir, de marcarse folio, de pisar moqueta, y se puede presumir de tenerlo más de lo que lo tienen otras mujeres: de poseer un dominio completo de sus gustos, habilidades, pánicos, fijaciones obsesivas, vicios ocultos, costumbres alimenticias, modos de bostezar, faltas de educación habituales tipo pedorretas, regüeldos y cochinadas domésticas de distinto sentido.

Que los ricos también tienen, no te pienses.

Tenerlo es también la posibilidad de vestirlo, enseñarlo, tranquilizarlo, asustarlo, confortarlo, hundirlo, encargarle que recoja a los niños y que vea qué le pasa al coche.

Tenerlo es también poder meterle el dedo en la nariz, hurgarle y decirle “ tienes un moquín , cariño”. Es ponerle una fragancia de diseño, distinta y distinguida. Tenerlo puede ser tenerlo como un niño con una bata y un imperdible enorme con el nombre de él en una cartela .

Se puede tener para llevarle al pueblo y que sepan que él está allí, en mi pueblo, y que ama mi pueblo, mi gente , mi paisaje y mi madre.

Y muchos de estos hombres, no se enteran de su nueva condición.

Casi casi...ninguno.

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28 comentarios

  1. Está entrada la escribiste repitiendo tópicos anteriores, no?

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    1. Váyase a la cama, se le siente muy perjudicado. Descanse.

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  2. En España no hay finesse. Solo alguien que viene de muy abajo pero que no supero esa bajeza material con cultura puede seguir mostrando ese servilismo y envidia al pseudo rico catalán. Tu no sabes lo que es un rico porque no lo has visto ni lo verás en tu vida. Cataluña nunca tuvo ricos. Tuvo paletos con dinero mal habido.

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  3. Que mal aceptas la crítica cuando tiene razón. Como no tienes argumento, solo sacas el insulto. Prueba del nueve de que tienes puro prejuicio envidioso.

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  4. Tú quieres insultarme y no sabes cómo. ¡ Que Cataluña nunca tuvo ricos!

    Usted nace en Navidad y sale pavo.

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  5. No, no eres importante para ser insultado. Defiendo una verdad sociológica. Cataluña ha tenido nuevos ricos que no son ricos.

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  6. ¡Cómo están hoy !

    No soy importante para ser insultado...¿y eso qué significa?

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  7. A los hermanos U. en qué categoría de ricos los ubicarías?

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  8. Y sus santas qué rol juegan?

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  9. O sea, mujeres floreros.

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    1. Pues no es por nada, pero al menos una de las dos presuntas mujeres florero te lee a diario.

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    2. Me leen más mujeres de ese entorno... y alguno, que tiene el encargo de hacerlo a diario e informar.

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    3. Jejeje, qué bueno lo del "comisario" (el encargado de seguirte a diario e informar). Hoy tendrá trabajo ;-)

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  10. Uno de ellos fue "nume" in illo tempore. Era de los que genuflectaban a cámara lenta con rodillazo final.

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    1. Todo lo hace s cámara lentamente

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    2. Este fue entrenador-jefe en la Unione Sportiva Padova un monton de años, verdad?

      Sevillista

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  11. Yo no he tenido mucho contacto con gente rica, más bien con "quiero y no puedos". Estos que tienen un Porche Carrera de segunda mano y se compran un Rolex usado.
    Las mujeres: unas santas.
    Los maridos: unos avaros, de hacer el ridículo. No invitan a un café ni hartos de vino.
    Solo la mujer sabe el ridículo al que está expuesto su marido.

    Esto es verdad: un nuevo rico de estos tenía (o tiene) una pantalla gigante en su dormitorio conectada a internet y cada noche repasaba su cuenta corriente (también le gusta ver cosas como españoles por el mundo).
    Me la enseñaba con orgullo.

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  12. Lo de tener a tu pareja como una mujer florero es un pelín machista y/o patriarcal. Lo siento, pero es un comportamiento que no trago y si no lo digo reviento.

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    1. Por usar lenguaje inclusivo- políticamente correcto-woke. Pero en lenguaje normal el que tiene mujer florero es un gilipollas y la mujer una caza billeteras. Todos se llevan algo en este intercambio.

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  13. Lo del Porche Carrera es de rico hortera.

    Un rico elegante, fino, astuto y discreto (el paradigma de la burguesía barcelonesa de siempre) jamás tendría un deportivo de la casa Porche. Tendría otra clase de vehículos como, por ejemplo, un Volvo xc90.

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    1. Al del Porche Carrera le importa un pito lo que tú juzgues de él. Le gusta su juguete y basta.
      Volvo dice….

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  14. El peor tipo de rico que conocí allí era el que insistía en entender cómo había llegado a serlo. El mejor, aquel del que nunca habrías dicho que era rico. El más cordial, el que había dejado de serlo.

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  15. A veces la envídia lo disfraza todo. Y puestos a relativizar, habría primero que definir lo que es ser rico. Me refiero en términos financieros y patrimoniales. O sea, cuánto debes tener para ser considerado rico.
    Eso me recuerda a gente que teniendo fortunas (millones en suma) han vivido casi como pordioseros.
    En fin, tema complejo y supongo que cada cual tendrá su definición.

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