PABLO NERUDA. CONFIESO QUE HE VIVIDO.

23 comentarios

sábado, 7 de junio de 2025

"Confieso que he vivido son las memorias de Neruda".


Hay un episodio chungo y oscuro que sabemos por el propio Neruda. Se trata de la violación que cometió sobre una mujer tamil en su época de cónsul en Colombo. Lo cuenta en sus memorias , que no se publicaron hasta 1974, cuando el poeta chileno ya había muerto. 


Lo cuenta  arrepentido, tal vez más avergonzado que arrepentido, pero está por ver si lo hubiera contado de vivir en 2020, en pleno auge del feminismo.


El texto está situado en el capítulo 4º de sus memorias, el titulado La soledad luminosa, en el subcapítulo titulado Singapur. Es una violación a la que se añade racismo y clasismo (él era un cónsul blanco, ella una paria tamil). Dice así:


Mi solitario y aislado bungalow estaba lejos de toda urbanización. Cuando yo lo alquilé traté de saber en dónde se hallaba el excusado que no se veía por ninguna parte. En efecto, quedaba muy lejos de la ducha; hacia el fondo de la casa.


Lo examiné con curiosidad. Era una caja de madera con un agujero al centro, muy similar al artefacto que conocí en mi infancia campesina, en mi país. Pero los nuestros se situaban sobre un pozo profundo o sobre una corriente de agua. Aquí el depósito era un simple cubo de metal bajo el agujero redondo.


El cubo amanecía limpio cada día sin que yo me diera cuenta de cómo desaparecía su contenido. Una mañana me había levantado más temprano que de costumbre. Me quedé asombrado mirando lo que pasaba.


Entró por el fondo de la casa, como una estatua oscura que caminara, la mujer más bella que había visto hasta entonces en Ceilán, de la raza tamil, de la casta de los parias. Iba vestida con un sari rojo y dorado, de la tela más burda. En los pies descalzos llevaba pesadas ajorcas. A cada lado de la nariz le brillaban dos puntitos rojos. Serían vidrios ordinarios, pero en ella parecían rubíes.


Se dirigió con paso solemne hacia el retrete, sin mirarme siquiera, sin darse por aludida de mi existencia, y desapareció con el sórdido receptáculo sobre la cabeza, alejándose con su paso de diosa.


Era tan bella que a pesar de su humilde oficio me dejó preocupado. Como si se tratara de un animal huraño, llegado de la jungla, pertenecía a otra existencia, a un mundo separado. La llamé sin resultado. Después alguna vez le dejé en su camino algún regalo, seda o fruta. Ella pasaba sin oír ni mirar. Aquel trayecto miserable había sido convertido por su oscura belleza en la obligatoria ceremonia de una reina indiferente.


Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. Su delgadísima cintura, sus plenas caderas, las desbordantes copas de sus senos, la hacían igual a las milenarias esculturas del sur de la India. El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia.


Me acordé  de un texto  del premio Nóbel Tomás   Tranströmeren en  su libro autobiográfico" El cielo a medio hacer".


Recoge momentos interiores de su niñez y juventud. En un momento intenso cuenta su forma de lidiar con los abusos de un chico mayor durante los años de la escuela primaria: «cuando se acercaba, yo fingía que mi Yo había volado lejos y que lo único que había quedado era un cadáver, un trapo que él podía manosear como quisiera. Entonces se cansó. Me pregunto qué ha significado para mi existencia el método de transformarse en un trapo sin vida...


Sí, a Neruda se le escapó que esa niña sólo fue un  muñeco de trapo en manos de un cerdo. 




_________

DEJA PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY.

17 comentarios

viernes, 6 de junio de 2025

Tuve un amigo en la adolescencia que cuando veía un tipo tapalandrán y como perjudicado, que andaba raro y hablaba mal,  me daba un codazo y me decía " si estudias mucho te quedarás así de por vida". Era de esos que tenía sentencias como " deja para mañana lo que puedas hacer hoy".


A veces la vida tiene cosas  muy raras. Repaso los hechos más curiosos de mi biografía, esos que uno  piensa " ¿ pero qué hago yo aquí?, ¿ qué ha pasado? Que no sabes ni como salir, ni como entraste, ni qué  debes hacer, ni qué cojones decir o si tirarse uno mismo a la papelera. 


En esos casos siempre he dicho " ¡ a tomar pol saco!  Y no ha pasado nada.  Y os aseguro que eran situaciones muy del Coyote con Correcaminos. Me refiero cuando pinta un túnel en la pared de un desierto perdido. Y el pajarraco va y se mete en él, y se asoma perplejo el Coyote y un tren aparece del fondo del túnel y lo arrolla. 


Eso pasa, y no sé por qué.


Y luego hay tíos que se sobreponen a todo . Son depredadores de ojos que focalizan  a su presa y de un certero zarpazo, ¡zampa!, ¡ pa la saca! De ellos es el mundo. 


Tras el apagón hubo gente que se puso muy loca- como el surfista y la ola de su vida con el tsunami- y que  se pusieron a bailar en las vías de un tren, o en la calle. Ser gilipollas es libre. 


Pero hubo quien se quedó en medio de la nada, sin oxígeno, y que sentía morirse. O llorando  en una situación angustiosa. O temblando por su hijo. Los vulnerables. Los que tiemblan. Los que son incapaces de entender lo que sucede, pero que sufren por lo que está ocurriendo.


Han quedado muchas cuentas pendientes. Y a los listos del mundo les da igual. Nunca sabremos qué sucedió. De  quién fue la responsabilidad y cuándo va a pagar por ello. 


Y me acordé de ese compañero de curso, José Carlos, y su cínico discurso, eso de " deja para mañana lo que puedas hacer hoy".  Esa gente que le importa todo una mierda. Y  les va bien, a los muy hijos de putas.



-------


PIEDRECITAS EN EL CAMINO.

19 comentarios

jueves, 5 de junio de 2025

Hay personajes que no se distinguen de su complemento. En los colegios, por ejemplo, el profesor que lleva pajarita , o aquel que se le asocia a un sombrero, o a un flequillo que sopla y se levanta , el del bigote recortado...


Muchos son a los que se les identifica con un gesto, con una manera de vestir, un perfume, un coche, un hoby, o un algo. 


Alguna de esos "logotipos" son la esencia  de esas personas. Otras son sus gilipolleces las que le harán inolvidables. No pasa nada, lo importante es dejar huella.


Los cuentos hablan de un tiempo en que el mundo, cada árbol, cada piedra, tenía una presencia tan singular como indescifrable. De un mundo habitado, sí, pero también abierto y lejano . 


Un conocido cuento relata la historia de unos niños que se adentraron en el bosque y pusieron migas de pan para poder encontrar el camino de vuelta a casa. Los pajaritos se comieron el rastro y los niños quedaron aislados sin poder volver. En otros cuentos se habla de otros niños, que aprendieron a poner piedrecitas blancas en el sendero para que los pájaros no pudieran comérselas y de ese modo lograron regresar.


Toda nuestra biografía  es una travesía al interior por el bosque de la  vida. Cuando alguien deja su huella, su estilo personal,  se hace inolvidable. Pasarán los años y alguien recordará.


- Me acuerdo que fulano vestía así, o decía esto, o cantaba de esta manera, o tenía esta forma de cabrearse...


Son gente que dejan la piedrecita, que hace que recordemos. Sin embargo, otras personas no  dejan nada. Cero recuerdos.  Hay seres humanos que van por la vida con los bolsillos llenos de piedrecitas. Y otros, nada. 


George Harrison y  Paul Mcartney estudiaron en el mismo colegio. Tuvieron durante dos años al mismo profesor de música. Cuando les preguntaron su nombre no consiguieron recordarlo. Nada. ¡ Un tío que impartió clase de música al 50% de los Beatles y no dejó ningún recuerdo!


En los colegios que he estado he conocido bastantes profes de música de los Beatles. Personas que han estado años con los mismos alumnos y hoy no se les recuerda por nada. Por nada.


Para mi eso es una vida triste.


Somos comerciales de nosotros mismos. Tu eres tu marca. 


----------------------------

UNA CARTA.

21 comentarios

miércoles, 4 de junio de 2025

Poco después de ser elegido Papa León XIV decidí escribirle. Fue una breve carta donde le felicitaba por su nombramiento, y ofrecía mi enfermedad y mi vida por sus intenciones. La verdad es que fue un impulso, y no esperaba nada. Me quedé muy tranquilo, con mucha paz.


Y ayer recibí contestación por carta , a casa. Muy sencilla, pero lo agradecí.  Y prueba de ese agradecimiento es que  nombra la entrada de Mendivertida vida. 


No importa si en los días de uno- pienso también en vuestra vida- todo parece haber tomado un rumbo equivocado, y que parece que el barco se va a las piedras. Incluso que algunos asuntos sean irreversibles. Aun cuando nuestra conciencia nos reproche tantas cosas, tantas cuentas pendientes y asuntos de los que mejor no hablar. Conmigo desde luego lo hace.


San Juan escribió " Él es más grande que nuestra conciencia y lo sabe todo". 


Estos días recuerdo con frecuencia a Jaume. Le estuve acompañando en el hospital  unos meses  en su enfermedad- una   cáncer hepático del que fallecería en poco tiempo. Muchas veces el dolor le atenazaba y se quedaba en silencio mucho tiempo , con los ojos cerrados. Él era de profesión oceanógrafo. Un día le pregunté en qué pensaba mientras estaba así.


- Me imagino que estoy en medio del Océano, flotando en la superficie.... ¿sabes qué es el Océano para mi?...el corazón misericordioso de Dios. Y yo allí, sumergido en Él.


Y hoy entiendo...se trata de dejarse querer.








------------------------------------

EL DIOS DE ESTA GENTE.

11 comentarios

martes, 3 de junio de 2025

De este último encuentro con las personas con discapacidad  he aprendido mucho. Muchas veces he sentido necesidad de arrimarme al árbol  de la deficiencia intelectual y física, pero nunca me había asomado desde mi condición de enfermo. La diferencia es abismal. 


Hoy les envidio. 


He sido formado en una religión de un Dios ubicuo y fiscalizador, que las viejas postales representaban con un ojo encerrado en un triángulo. Un Dios insomne  que  atisbaba nuestros pecados más recónditos, incluso nuestros más ocultos pensamientos. Y uno está tatuado con esos punzones. Tardamos mucho en dejar de creer en aquello que tememos, sobre todo si esas creencias se generaron en la infancia. 


Una fe, la mía, que a veces parece una echadora de cartas que profetiza sobre esos actos de mi pasado una especie de resonancia  que desencadenan  en uno profecías del rejalgar, desventuras y catástrofes que escapan de nuestro control. 


Esos  actos de mi vida pasada  esperan en las sombras, se incuban en las bodegas del olvido, y acaban asomándose , otra vez, a la superficie. 


Pero ayer les vi tan confiados, tan sencillos, tan sin Ojos dentro de triángulos, tan abandonados a la  Gracia, tan lejos del tiempo- algunos no saben ni los años que tienen-, tan cerca de otro Dios, tan sin nada y con todo, sin angustia, llenos de besos y de caricias, que dan y reclaman. Sin ideología. Todo es amor. 


Aceptando la debilidad, y con la ternura como arma para conquistar el mundo. Los vi comulgar en misa, creyendo contra toda esperanza. Con una fe de gigantes. Dios tiene que estar muy a gusto en esos corazones de lana. 


A este gente le importa un comino su debilidad. 


Es  verdad que el diablo también nos hace ver  nuestra fragilidad, pero acusa. Te dice " ¡ mira que mierda de tío eres!". "  No vales para nada, hipócrita!". Y tiene razón. En esa fe me han formado.


Pero estos chicos te enseñan que Dios te dice " no te preocupes". "No pasa nada". " Yo no te condeno". "Dame un abrazo".


Ese es el Dios de esta gente.


Eso es lo que aprendí. Eso es lo que quiero creer. 

-----------------------------------


LEYENDO PÁGINAS EN BLANCO.

8 comentarios

lunes, 2 de junio de 2025

Ayer fui a ver a unos viejos amigos a Santiago. Son del Instituto Médico Pedagógico, de Barcelona, una entidad cuyo servicio es la atención residencial a personas adultas con Discapacidad Intelectual. Llevo tres años que me acerco a ellos cuando vienen a hacer unas etapas del Camino. Unas horas pegado a ellos  te dejan como nuevo. Recién estrenado. Es difícil no disfrutar en compañía de estos ángeles, hoy  tan perseguidos por una sociedad egoísta y terrible.  


Chesterton  escribió que para muchos hombres serios  y cabales    correr tras el sombrero era humillante; y cuando decimos que es humillante, queremos decir que es cómico. 


Ciertamente lo es.


Pero a veces la vida nos quita el sombrero, y lo echa a volar cuando menos lo esperamos, cuando más serios y ceremoniosos andábamos por ella. Y lo echa a volar y volar, y corremos  de una manera ridícula detrás de él.


Y que nazca una hija con síndrome de Down, o una parálisis cerebral o, una  persona con discapacidad severa , es bastante más que un sombrero girando por el cielo calle abajo. 


Pero hay padres que echan a correr a por ese sombrero, sin dar por perdida la pieza, sin importar lo ridículo de la situación, o lo que la gente pueda pensar.


El amor importa. Y ese tipo de amor, muchísimo. 


Vivimos tiempos donde la persona con discapacidad lo tiene muy jodido.  Sufrimos gobiernos , también los conservadores, con mentalidades antinatalistas 


Quienes legislan así  no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen. Cualquier vida es única e irrepetible y tiene tanto valor como otra. Si hubiese una vida sin importancia, ninguna sería importante.


Yasunari Kawabata tiene un cuento titulado La madre que podía leer. 


Sus protagonistas son una madre y un hijo. El hijo está loco. Se pasa los días encerrado, escribiendo sin descanso. Mas sólo se imagina que lo hace, pues el papel continúa en blanco. 


Cuando llega su madre, le pide que le lea lo que ha escrito, y ella, conmovida por la locura de su hijo, empieza a inventárselo. Le cuenta entonces sus recuerdos de niña, las historias de su juventud, mientras el hijo piensa que es él quien los escribe. 


La madre recuerda cosas que había olvidado, y su amor le hace pensar que es su hijo quien se las hace decir, y así las almas de los dos se funden en un sola. Lo que se dicen dos sombras, tal es el argumento de este hermoso cuento. Pero ¿acaso el amor no es ese juego entre nosotros y  sus sombras


Estoy  convencido de que  muchas  de  esas personas que  sufren  grandes  discapacidades  , y  que no entendemos, ni siquiera ellos, su  razón  de  nacer y vivir, tienen en sus médicos, enfermer@s , cuidador@s  quien les  lea esa biografía de aparentes  páginas  en  blanco.


Por cierto, en ULTREYA tenéis una buena historia sobre el día de ayer.




-------------------------------------------------

EL TIEMPO EN UNA BOTELLA.

22 comentarios

domingo, 1 de junio de 2025


Hay una canción que llevo muy dentro desde que era un chaval. No sabía lo que decía, pero esa música, y esa voz, me conmovían. Fue en 1974.


No sé a vosotros, pero a mi las canciones que no entiendo su idioma, pero que se posan en  el alma  como una gasa de niebla, me llevan a otras letras, a otras  historias que imaginaba dejándome arrastrar por la melodía. No me importaba lo que decía el cantante.


Después , mucho después, supe de qué trataba. 


La canción es Time in a bottle, de Jim Croce. Ese hombre posee una voz que me alcanza muy dentro. 


Habla de esos tiempos maravillosos que todos hemos tenido.  Esos que van de la mano del amor, de emociones profundas que nos han transportado a la alegría , a la oración, al éxtasis. 


Y dice  que si pudiera guardar tiempo en una botella  lo primero que le gustaría hacer sería guardar todos los días hasta que llegue la eternidad.


Y añade , " solo para pasarlos contigo".


Me emocionan esos amores.  Y me  emocionan porque estoy en sintonía y entiendo perfectamente de qué me está hablando.


Porque uno también se ha sentido atrapado por esa fuerza de gravedad de un corazón - también de un Dios- y se ha abrazado muy fuerte y ha pensado "¡si pudiera hacer que los días duraran para siempre!


Y he querido que  las palabras pudieran hacer los deseos realidad para ahorrarme  todos los días como un tesoro.


La vida. ¡ Joder, esos días que duelen tanto las ausencias y que lamentas que  nunca hubiera suficiente tiempo para hacer las cosas que quisiste hacer!


Tiene que haber algo más. No puede ser que esto sea sólo un rato, como polillas alrededor de una fuego que dura nada. 


Una vez que has encontrado esas personas que son  con quieres  pasar el tiempo, toda la eternidad. 


Pero nunca parece haber suficiente tiempo para hacer las cosas que quieres hacer.  Estoy en ese punto que sólo puedo dar gracias.


En la tradición griega está la famosa Sibila de Cumas, servidora fiel de Apolo. Apolo para para premiar su fidelidad le dijo que qué quería. Y la Sibila un poco imprudentemente dijo: «No morir». Y entonces, cuenta la leyenda que siglos después unos niños jugaban con una especie de muñequito de grillo que metían en una jaulita y el grillo si acercabas mucho el oído, decía: «Quiero morir, quiero morir». Era la Sibila.


Hay que morir.


--------------------------


NUEVA ENTRADA EN ULTREYA. FE VICARIA.


Top