De Jaume Rucabado aprendí muchísimo. Me llevé conmigo muchas lecciones de amor, de madurez en el dolor.
A Jaume le acompañé cerca de un año - mañana, tarde, y noche- en el Hospital de Valle Hebrón. Padecía un cáncer de hígado.
Estos días lo recuerdo especialmente - aunque desde que se fue al cielo no he dejado de tratarle a diario.
Durante horas, en largas convalecencias, me pedía silencio. Cerraba los ojos y quedaba como alejado de todo, y de todos. Yo respetaba ese silencio, que era dolor callado. Un día le pregunté en qué pensaba cuando estaba así, tanto tiempo.
- Me imagino a mi mismo sumergido en medio del océano, con el agua hasta el cuello.
Jaume era oceanógrafo. Y añadió:
- ¿Sabes qué es el Océano cuando estoy así?...el corazón misericordioso de Dios Padre. Y yo dentro de Él.
Aquella confidencia me llegó muy dentro.
Años después, visitando la Catedral de Astorga, en el claustro, vi el sepulcro de un obispo anónimo. Sorprende la sonrisa de ese hombre que encara la muerte con una paz maravillosa. Cuando vi aquella imagen me acordé de Jaume. Se parecían mucho en esa actitud serena. La verdad es que la fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte.
Hoy , en mi foto de watsap- un guiño a Jaume- he subido una foto parecida- uno sumergido en medio del Océano. Todo se une en nuestras vidas, sin darnos cuenta.
Que exhibas de manera impúdica que rezas y demás, no deja de ser una manera de ser fariseo y sepulcro blanqueado
ResponderEliminarEs una forma de verlo. Gracias por comentar.
EliminarJaume era un grande entre los grandes. Ese si que fue Santo enmedio del mundo, doy fe de ello. Seguro que està muy arriba y bien cerquita de Dios.
ResponderEliminarTigre de l’eixample
Muchas gracias por esta entrada, a mi siempre me ha dado un poco de miedo el océano, por su inmensidad y sus secretos. Pero desde que leí el diario de Santa Faustina, lo imagino igual que Jaume y me da mucha paz. Una vez escuché en mi oración al señor decir: apóyate en mi como te apoyas en el agua. Y es era la imagen, en medio del océano.
ResponderEliminarNota: los sepulcros blanqueados son incapaces de arrepentimiento, y tu expresar remordimiento y dolor de tus pecados a cada vuelta.
Yo no conocí mucho a Jaume. Coincidimos en un curso anual en Premià (ya ni me acuerdo de como se llama la casa). De hecho había dos cursos anuales, pues hay dos casas de retiro en la finca.
ResponderEliminarMe dio la impresión de que estaba un poco agobiado con tanta gente. Le tiraría más la tranquilidad del océano.
Fui con el coche de mis padres (venía de Austria y así tenía más flexibilidad para ver a la familia y amigos); al final del curso anual lo llevé en coche a sus centro. Entonces vivía en Aragón.
Cuando oigo Pearhaps Love de John Denver una estrofa me recuerda a Jaume: "love is like an ocean, full of conflict, full of change".
Se llama Castelldaura y es lo más kitsch, hortera y de nuevo rico castellano que he visto en mi vida. Un pegote románico por aquí, un torreón gótico por allá, un coro de Castilla la Vieja por acullá... de locos!
EliminarHubiera molado que hubieras ido a Premià con el Civic matrícula extranjera.
ResponderEliminarNo me dejaron. Acababa de fallecer un numerario en accidente de cohce y desde Roma se redujeron drásticamente los viajes en coche a larga distancia.
EliminarEl Honda Civic, qué tiempos aquellos.
Me muero de curiosidad por saber quién eres, díselo a Suso que me lo dirá a mí y así permaneces en el Anonimato.
Las dos casas de Castelldaura: el Mas y el Menos. La diferencia, los modelos de los coches aparcados al lado de cada una.
ResponderEliminarEls Mas era para los n "pata negra y papátieneunaricacuentacorriente" y el Menos para el resto...
EliminarGeniales los comentarios sobre Castelldaura. Hoy me habéis hecho disfrutar de lo lindo.
ResponderEliminarRealmente, nada como Arnold Hall en Boston.
Pétalos de rosa
Castelldaura tenía fama en la administración de España que tenía las mejores croquetas tal y como le gustaban al Fundador.
ResponderEliminar¡Valiente chorrada! La primera vez que lo oigo.
EliminarEl Mas era para el estado mayor y la Torre para la clase de tropa, tenia entendido. Como en mis 10 años en el futbol profesional siempre fui o me tenían en los vagones de cola, nunca fui, ni de retiro ni de curso anual (estos solian ser en navidades para gente que liberaban en invierno para atender actividades en el verano siguiente.
ResponderEliminarLa casa / recinto se anuncia en Internet para practicantes de cualquier deporte fuera del futbol profesional.
Sevillista
Yo también había oído lo de las croquetas. De hecho, Horrendo de la Riba croqueteaba mucho alli cada vez que iba por Bcn.
ResponderEliminarInsisto. Uno , que ha estado más de 27 años allí, jamás oí nada de croquetas. Y, por cierto, a don Horrendo no lo vi jamás en esas tierras.
EliminarSerían los crespillos
EliminarYo vi, con estos ojos que se ha de comer la tierra, a don Horrendo y Prat de la Cosa dar brillo a las bolas de los negros decorativos de la Torre. Días después insistió en que quería ir a visitar el Museu Darder de Banyoles porque había un pigmeo disecado...
ResponderEliminarDa un poco de cosa ver cómo algunos se empeñan en desvirtuar la entrada para hablar de otros temas que no vienen a cuento.
Eliminar¡ Hoy era el día de Jaume!
Anónimo de las 17:24: tienes toda la razón! Pero esto es EL BARULLO... una tertulia alocada en la que se toca todo lo divino y lo humano a la vez. Un recuerdo entrañable para la la pipa y la barba de Jaume!
EliminarPues tiene toda la razón. Volveremos donde estábamos.
EliminarCoincido al 100% con el Tigre de l’eixample de las 10,11 h. Jaume Rucabado era un muy grande entre los grandes.
ResponderEliminarAorovecho porque la semana pasada se habló aquí de él y no pude comentar: mosén Ignasi Segarra fue otro grande en mi opinión y no se si siempre bien correspondido por la directiva del futbol. Desde luego no merecía que enviaran todas sus cosas al contenedor cuando falleció como dijo Sanyi.
Sevillista
En relación con el comentario de Sevillista (de las 17:52) sobre un mosén mítico, por asociación de ideas me ha venido a la cabeza que en los ochenta un adscrito de Hz se llamaba igual que dicho mosén (no sé si serían familia); aunque más que Ignasi creo que -en el caso del chaval de hz- le llamábamos Nacho. ¡Qué tiempos!
ResponderEliminarNunca llegué a conocer a Jaume; solo sé de él por lo que ha contado Suso. Buscando información en Internet, me topé con esta anécdota. No sé si será cierta, pero es realmente buena.
ResponderEliminarhttps://www.anecdonet.com/02/20/por-que-me-has-conocido-a-mi/
Muchas gracias por la anécdota. Me ha hecho llorar
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