LA FLOR DEL CEREZO.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Leí que somos como un iceberg.  La parte sumergida- la que no vemos- está nuestro sistema de creencias. Lo que tú  crees. Y según lo que tú creas, tu cerebro te propone  pensamientos. Y según pienses, así serán tus sentimientos. Según tus sentimientos, tu conducta. Y tu conducta marcará lo que observes. 


Por esa razón, modificar tus pensamientos es dificilísimo, porque tu sistema de creencia está muy asentado.  Y, además, en lo inconsciente. 


Nacemos y venimos al mundo con muchas creencias.  Bastantes son heredadas.


Se hizo un estudio con ratones donde se les producía una descarga eléctrica al acercarse a la flor del cerezo. Vieron que había modificaciones a nivel cerebral y en el esperma. Y  como hubo modificaciones en el esperma, estudiaron qué sucedía con su descendencia. 


Pues un 68% de los hijos- sin haber sido nunca sometidos a la descarga eléctrica- desarrollaron una aversión a la flor del cerezo. Pero, ¡ojo!, la tercera generación, sin haber sido jamás sometidos a descarga alguna, heredaron el trauma en un 100%. 


Esto significa que podemos nacer con inclinaciones, adicciones o modos heredados de nuestros abuelos.  Eso explica muchos hábitos y conductas que vemos, en nosotros , y a nuestro alrededor.  Por ejemplo, hay personas con celos patológicos a las que nunca las han engañado, ni les han traicionado. Y la razón de todo eso es que no venimos en blanco.


Recuerdo , en una tertulia, que comentaba un psicólogo - de modo divertido- que en muchas personas que comían de un modo desenfrenado, desmedido y voraz, lo que había eran abuelos que habían pasado mucha hambre. Que en España era muy normal observar eso en sus clientes. Y daba razón en la guerra civil. Gente que pasó hambruna.


No lo sé. En realidad, sabemos muy poco de nosotros mismos. Esa  parte inconsciente hace que con frecuencia no sepamos qué nos pasa. Dios la conoce perfectamente. Pero perfectamente. Y eso es un consuelo.


Muchas veces queremos justificar conductas que sólo podemos  aceptar y vivirlas con sentido del humor- que para mi es el gran motor del cambio interior. 


No somos algo hecho y acabado, sino que vamos siendo. Hay tiempo para cambiar. No estamos determinados en absoluto. 







25 comentarios

  1. Pablo Garna deja de ser influencer para entrar en el seminario: "Lo único que quiero en esta vida es ser santo" https://share.google/hXUh6aHa5YLkX76Bl

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    1. Lo de ser i"nfluencer" es algo que se me escapa.

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    2. Muchacho, que hay que estar al loro. Yo soy ceo, influencer and creative developer on business. Esto lo digo con estilo, levantando una ceja, y creo que da el pego.

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  2. Pido perdón y quiero volver a mi debate de ayer con McC.

    Releyéndome, me entra pudor: parecía que me hubieran invitado a cenar en el Olimpo con Sócrates, Antígona y Rosa Parks, y yo contestando: “¿Postre? No, gracias, ya he salvado la humanidad bastante por hoy”. Ridículo.

    Mi vida profesional ha transcurrido en la finanza, un mundo que, a pesar de su dureza, contradicciones, hipocresía y materialismo, me ha gustado —lo digo sin ironía— y donde la tesis de McC se cumple a rajatabla: o haces algo porque te da gusto (beneficio, bonus, satisfacción inmediata) o porque te conviene (evitar pérdidas, castigos, riesgos). Punto. McC lo describió con precisión quirúrgica: sin adornos, sin circunloquios, como si hablara de una ecuación contable. (Por cierto, McC: ¿trabajas tú también en este mundo?)

    Lo del “tertium datur” que defendí ayer fue, admitámoslo, un gesto teatral. Quise pintarme con colores griegos para escapar del gris de los balances, tomar distancia aunque fuera artificial. Pero —y aquí el truco— sigo convencido de que existen actos que uno hace simplemente porque son justos. Lo creo de veras, aunque los disfrace de solemnidad.

    Ahora bien, en el mundo financiero los grandes ideales venden poco, salvo cuando se empaquetan en el universo mágico de los ESG reports: empresas que prometen sostenibilidad mientras seguimos atrapados en la realidad. Necesitamos petróleo; los coches eléctricos, supuestamente verdes, son peores: minería que destruye ecosistemas y baterías contaminantes. Todo mentira hipócrita. Puro maquillaje para tranquilizar conciencias y seducir inversores. En ese sentido, McC tiene razón: al final, todo se reduce a gusto o conveniencia, amor o necesidad. El resto son fuegos artificiales.

    Lo valioso de McC es su capacidad para pinchar globos. Yo exageré con retóricas; ella los revienta con un alfiler que me devuelve otra vez a la tierra. Esa fricción en el Barullo es fértil: si McC nos recuerda que sin cálculo la vida se vuelve autoengaño, yo quiero aportar que no todo es cálculo.

    Y ademas, discutir con McC tiene una ventaja innegable: por lo menos ella no me cobra comisiones ocultas.

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    1. Es bastante discutido que hagamos actos justos porque son justos.
      Platón sacó lo del anillo de Giges, que vuelve invisible al que lo lleva ¿Obraríamos justamente si fuésemos invisibles?
      Nosotros, los cristianos, tenemo el Ojo de Dios, que lo ve todo.
      Un psicólogo experimental tenía un problema. En la cafetera del despacho la gente no pagaba los 50 céntimos previstos cuandos cogías una cápsula de café, así que estaban siempre en déficit para comprar las siguientes.
      Se le ocurrió dibujar un ojo y lo pueso encima de las cápsulas y del bote de la caja. A partir de entonces se ingresó más. El ojo que todo lo ve.

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    2. Platón ya nos puso frente al espejo con el anillo de Giges: ¿obraríamos justamente si nadie pudiera vernos? Aquí surge la distinción entre Sein —lo que es /somos, condicionados por la naturaleza y las circunstancias— y Soll —lo que debe /debemos ser, lo justo que trasciende nuestra conveniencia inmediata.

      La justicia no es un reflejo de ojos ajenos ni un hábito condicionado; tiene autonomía propia: es válida incluso cuando nadie nos observa.

      El experimento de la cafetera que citas , con su ojo dibujado sobre las cápsulas, es ingenioso pero revela más sobre la psicología del incentivo que sobre la moralidad. Manipula el Sein para que imite el Soll, sin generar conciencia ni responsabilidad auténtica.

      Pagar porque sentimos que nos vigilan no equivale a obrar justamente: equivale a obedecer un estímulo externo. La verdadera justicia, en cambio, no necesita ojos pintados ni supervisión artificial; se ejerce por la simple razón de que es lo correcto, autónoma y universal, independientemente de recompensas, castigos o curiosos experimentos de laboratorio.

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    3. "Es bastante discutido que hagamos actos justos porque son justos."

      Quien es bueno o justo solo por temor a un castigo, no es alguien bueno; es alguien temeroso.
      Justicia y bondad sería aquello bueno o justo que uno hace aunque no hubiera testigos que puedan premiar o castigar.

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    4. Ayer estuve a punto de comentar para decirte que qué ejemplos tan de nivel, pero era ya bastante tarde, y tampoco lo quise alargar.

      En fin. Cuando digo "en mi cerebro", me refiero a "según las asociaciones mentales que yo hago", que obviamente, siguiendo el tema de hoy, tendrán que ver con mis propias vivencias, o con las de mi entorno, o con el rasgo atávico llámalo x. Y pueden diferir de las asociaciones mentales de otros.
      Pues en esas asociaciones mentales, hacer lo que crees que es justo se asocia al factor a, porque el amor a la justicia también es amor, y el seguir los dictados de mi conciencia me produce satisfacción, aunque sea muy en el fondo, y hacer una cosa bien hecha, también.
      Y si lo hago a contrapelo, sin satisfacción ninguna pero sabiendo que está bien, pues sé que, si no lo hiciera así, me remorderia luego la conciencia por haber actuado injustamente y por ser una chapuzas (rasgo atávico personal aquí), y lo pasaria mal, y ahí tendria el factor b, evitar pasarlo mal.

      No trabajo en finanzas. Pocas cosas se me ocurren que me resulten más aburridas. Lo siento. De hecho tengo grandes dificultades cuando en mi trabajo me sale algún aspecto financiero, lo que, por suerte, es muypococasinunca.

      Del tema de hoy: apúntame al rasgo atávico de los abuelos y la hambruna. Tengo la despensa siempre a reventar. Ir justa de repuesto me produce gran desazón. Pero mucha.
      McC

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  3. Hola Guiri, ya que sacas el tema de las finanzas, el business y toda la mandanga, aprovecho para preguntarte si conoces el concepto de independencia financiera (o libertad financiera). Si así fuera: qué te parece y qué recomendación le darías a una piltrafa como yo.

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    1. Ha sido sumamente sabia al consultar a “Guiri” sobre independencia financiera. Que nadie se confunda: “Guiri” es solo un error de transcripción. En realidad, tu Gurú de la independencia financiera supervisa cada movimiento económico con autoridad avalada por MBAs del IESE y cafés filosóficos en el barrio Parioli de la Ciudad Eterna.

      Está científicamente comprobado que quien observa diligentemente los cinco principios infalibles que siguen alcanza con certeza la independencia financiera.

      Primer principio: el error que da poder
      Cada vez que alguien escribe “Guiri” en lugar de Gurú, se activa un efecto cuántico de autoridad inmediata. Este error no solo no resta credibilidad, sino que la multiplica y, además, aumenta exponencialmente los beneficios financieros de todos los principios que siguen.

      Segundo principio: la lámpara mágica
      No es superstición, sino instrumento de precisión absoluta. Compra una. Frotada mientras recitas un haiku sobre derivados financieros, produce dividendos automáticos y intereses compuestos. Miles de simulaciones en terrazas del Parioli confirman su eficacia.

      Tercer principio: búscate pareja riquísima
      Amor o conveniencia es irrelevante; lo importante es que llegue a su pasta. Estrategia científicamente probada por Guiri: aumenta tu patrimonio con la misma eficacia que cualquier inversión compleja y añade historias jugosas para blogs, tanto financieros como eclécticos, como El Barullo, cuyos lectores agradecerán leer tus experiencias.

      Cuarto principio: paciencia cuantificada
      Observa los mercados como un tablero de ajedrez cuántico: cada acción es simultáneamente ganancia y pérdida. La mera contemplación de esta dualidad fortalece tu karma financiero y multiplica tus oportunidades de riqueza. La independencia financiera se construye aceptando que riesgo y recompensa conviven en perfecta armonía, y que la inteligencia estratégica surge de esta simultaneidad, con resultados medibles por Guiri y sus asistentes místicos.

      Quinto principio: invierte en ilusiones auditivas
      Conferencias de gurús, podcasts y semanarios esotéricos —y sobre todo el Zoom de Antonio Mopa— incrementan la intuición financiera y mejoran la toma de decisiones racionales. Estudios supervisados por Guiri y validados por su lámpara mágica confirman su eficacia.

      En definitiva, la independencia financiera no es azar. Se construye mediante estrategias audaces, calculadas y reproducibles: instrumentos financieros infalibles, alianzas estratégicas —incluso personales— y observación meticulosa de los mercados. Bajo la tutela de Guiri, la riqueza deja de ser accidente y se convierte en un resultado predecible, medible y reproducible. Todos los principios anteriores, potenciados por el “error que da poder”, el primer principio, aseguran una independencia económica cierta, inviolable y perpetua para quienes saben reconocer la autoridad y competencia de Guiri en este campo.

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    2. Yo pienso que la seguridad financiera no puede existir en el sentido de que todos estamos en el mismo mundo y cuando van bien las cosas todos disfrutan y cuando van mal la mayoría no disfrutan.
      Como dijo Berlusconi (creo) si se hunde un barco se hunden los de primera clase y tercera clase tos' juntos.

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    3. Mil gracias, Guiri! Te amo.

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  4. Yo pienso que los primeros años de vida tienen más relevancia que los genes heredados.
    El sistema de creencias del que hablas se forma en estos primeros años.
    En casa teníamos dos neveras, siempre llenas. Mi hermana psicóloga lo atribuía al hambre que padeció mi padre durante la II Guerra Mundial; también era obeso.
    Temperamento + carácter + biografía. El temperamento es innato y condiciona el carácter que se forma partir de las experiencias vitales. Pero son esas experiencias lo que tiene más importancia.
    Así lo veo.

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  5. Yo siempre me he debatido en ese dilema de hasta qué punto influyen los genes y hasta qué punto la educación-entorno. Hubo una época en que pensaba que todo dependía de la genética, pero llevo un tiempo inclinándome hacia la otra opinión. Echar la culpa a la herencia es fácil para todos. Mucho más que plantearnos qué hacemos mal (o bien) como sociedad, como familias, como educadores. Ello sin quitar ninguna importancia al tema de los genes.
    Hay muchas cosas que observo que me han hecho replanteármelo.

    Un ejemplo son las mujeres. Siempre ha habido mucho interés en predicar que las mujeres eran de una forma u otra por naturaleza (menos valientes, más prudentes, más conservadoras, con menor impulso sexual, más familiares...). Sin embargo, observando a las nuevas generaciones de chicas nacidas y criadas en unos contextos de libertad e "igualdad de género" totalmente inéditos, comprobamos que a lo mejor ellas no son así de serie, sino que las hemos mentalizado de que debían ser así y comportarse así desde hace cientos de generaciones (cuidado, que no lo estoy criticando).

    Me está saliendo un discurso casi feminista (Dios me libre), pero es un ejemplo de que el entorno nos modula muchísimo más de lo que estamos dispuestos a admitir.

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    1. Buenas tardes Suso …
      y Sr. Neri me es grato verle…

      Comentar que, a mí, me asaltan dudas en cómo se desarrolla el celo sexual entre hombres y mujeres, es decir que si el impulso es distinto o atiende a distintos ritmos.


      Hay veces que me pregunto si en el momento del “coitos interruptus” y atendiendo al pleno consentimiento, esa interrupción implica un acto voluntarioso de igual medida entre el hombre y la mujer.

      Dicho esto, y atendiendo a la entrada de la floración del cerezo (Si no conocen la floración del Melocotonero, les recomiendo se vengan a Aitona – Lleida- en la época primaveral-

      Y como el tema va de floración, me gustaría añadir un apunte más genético y que combina tanto al Reino Animal como el Reino Vegetal …

      La flor (que sería la parte femenina) en su momento más álgido, se estambriza al máximo abriendo su corola y espera que el zángano o abejo (representaría la parte másculina) chuperrete su néctar a fin de que empiece el baile de una buena polonización…

      Imagino que esa flor, mucho más astuta que el zángano ya sabe lo que se hace, tiene sus argucias para atraer al bicho, su postura semi horizontal, el olor que desprende una vez abierta y el movimiento acompasado una vez el abejo la golpetea acariciando la su corola …

      Para ella debe más ceremonioso, más acompasado según la luz solar y el ritmo que le marca su medido ciclo fotosintético. Sin embargo el zángano en plan capullo no hace más que intentar clavar su “aguijón” en el fondo más androgénico de la flor …

      Este apunto es del todo genético, pero diría que la naturaleza que es sabia, traslada este tipo de bio ritmos e impulsos al reino Animal y por tanto al ser humano.

      Saludos,

      ¡Suso, vaya guapura ayer en las fotos familiares!

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  6. Al Neri, que las mujeres tienen un impulso sexual menor???!!! Oiga, usted de dónde ha salido? Su aserto, es el típico comentario de un cis heterosexual, imbuido del patriarcado, y narcotizado por su rol de privilegio.

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    1. No tienen por qué tener un impulso "igual de fuerte que el hombre". Puede que sí y puede que no.
      La naturaleza no es democrática ni igualitaria. Hay árboles grandes y árboles pequeños, y así con lo demás, no es "todo igual"; hay diferencias guste o no guste.

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  7. He dicho que siempre ha habido un interés en predicar eso, no que lo piense yo.

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  8. Ojo que también hay mucho fantasma en el tema de dinero y de relaciones.
    En plan "Esta noche follo...". (ya y mañana fescado con fatatas).

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  9. Sí que hay triunfadores en la vida y en lo económico, pero por cada triunfador hay centenares que fueron sedutos, follatos y abandonatos.

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  10. "y el nivel es tan alto tan alto... que no hay quien lo alcance"
    Me voy a mirindar
    Por cierto, gracias a todos los que habéis comentado hoy y por supuesto a Suso por provocar los comentarios

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  11. Bueno, hoy hablas de uno de mis temas, y, prácticamente, tengo muy poco que añadir. Sobretodo en la epigenética, que explicas, y que se refiere a como las acciones de nuestros padres y abuelos pueden producir la activación o desactivación de algunos genes y de sus fenotipos ( acciones de los genes) que afectan a funcionamientos mentales, es decir a comportamientos.
    Se ha verificado con ratones. Como describes, se aplicaron corrientes eléctricas a ratones a la vez que se esparcía determinado perfume en su jaula; no sólo dichos ratones se asustaban cada vez que en futuras ocasiones olían ese perfume aunque ya no se les aplicaran descargas eléctricas; también se asustaban sus hijos y sus nietos; lo cual indica que la información “el perfume es peligroso” se transmitía con sólo uno o dos saltos generacionales a través del esperma o de los óvulos, porque la epidermis que activa o desactiva los genes relacionados con la generación de miedo ante determinadas señales olfativas (de aquí viene el nombre epigenética) aparece o desaparece sobre los genes a causa de las experiencias vividas, haciendo que dichos genes actuen o no actuen.
    Si en lugar de hablar de uno o dos saltos generacionales, habláramos de millones de años, serían los mismos genes los que cambiarían, no su epidermis, por selección natural.
    Ello no significa que al lado de toda esta influencia genética y epigenética, y al lado de las fuerzas inconscientes de la mente, no actue también nuestra parte consciente y tenga su peso; sobretodo si conocemos todo esto.
    Observar el propio comportamiento en una actitud reflexiva, en soledad, y aplicando la razón, en un momento de tranquilidad en que no se tenga ninguna influencia de los impulsos, ayuda a identificar comportamientos cuyas causas nos habían sido ocultadas por nuestra propia mente, y en consecuencia ayuda a prevenir acciones inadecuadas y a rectificar errores.
    Los ínputs de la educación, de la formación y del amor, son también factores externos que influyen en el comportamiento y que ayudan a esclarecer las causas profundas de los actos y arreglar estropicios.
    Personalmente, pienso que el yo humano, con paciencia y dificultades, es capaz de deshilachar los enredos de la mente y llegar a ver claro; y cuando ve claro, no se equivoca. En este sentido coincido con Rosseau.
    La elección del mal, a mi parecer, es siempre fruto del enredo mental. Es en la reflexión posterior, cuando se puede percibir el enredo sufrido (a veces no se puede percibir). Y es también en la reflexión previa cuando se puede percibir (a veces no se percibe) también y no llegar a cometerlo.
    Ciertamente, los aprendizajes, las experiencias, el amor… de los primeros años puede más que la genética y que la epigenética, pero dentro de unos límites. Si una cría tiene los genes de un tigre, por muchas experiencias, mucho amor, mucho aprendizaje, mucha influencia del entorno… continuará siendo un tigre por causas genéticas, y un día puede morder a sus cuidadores o cargarse a alguien sin tener culpa, porque es un tigre.
    De humano a humano, también hay diferencias genéticas y epigenéticas, pero mucho más pequeñas, como es obvio, que de tigre a humano; por eso, de humano a humano, el entorno, la educación, las experiencias… marcarán mucho más la diferencia en la comparación de los comportamientos que no las variaciones genéticas o epigenéticas, que sin duda también están.
    PRISCILIANO

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