El minuto antes de que llegaras a mi vida andaba en el desvarío. Los perros ladraban en mi conciencia y me encontraba solo y extraviado. Todo estaba muy oscuro el minuto antes de que llegaras.
No quería mirarme en el espejo que reflejaba una caricatura que despreciaba. Huía ebrio de mi mismo , corriendo por encima de ascuas encendidas que ardían bajo mis pies, llevando sobre mis hombros el pesado fardo a cuestas de historias que me avergonzaban.
El minuto antes que llegaras era muy desgraciado.
Y apareciste tú. ¡Dios , qué alegría!.Si alguna vez hubo alguien feliz ese día en la Tierra, sin duda, fui yo.
Después pediste la exclusividad a un taxi que no estaba para carreras de por vida. Contesté que no a ese viaje, y te enfadaste. No querías compartir amistad, ni aficiones, ni tiempo. Lo querías todo.
Era pedir demasiado, y esperar mucho de mi.
No hay comentarios
Publicar un comentario