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"Dios lo sabe, jamás he buscado en ti a nadie más que a ti mismo. Es únicamente a ti a quien deseaba, y no a lo que pertenecías ni a lo que representas", escribe Eloísa en una de sus cartas a Abelardo.
¿Por qué conmueve leer siglos después esta frase de una mujer enamorada hasta la locura? ...porque sabemos muy bien de qué está hablando.
En el cementerio de París, el de Père Lachaise, reposan los restos de Eloísa y Abelardo, El alto precio que los amantes debieron pagar por su pasión les convirtió durante siglos en modelo y referente del amor prohibido, perseguido y castigado.
En su autobiografía, Abelardo reconocía que “intercambiaban más besos que ideas sabias"... Y finalmente Eloísa quedó embarazada. Huyendo de la ira del canónigo, Abelardo secuestró a la joven y juntos se escondieron en Bretaña, donde nació el hijo de ambos, que sin embargo falleció poco después.
Es curiosa la diferencia de criterios en entender sus amores. Eloísa escribe " Dios lo sabe, jamás he buscado en ti a nadie más que a ti mismo". Y Abelardo reconocía que “intercambiaban más besos que ideas sabias". Una se centra en lo espiritual. Y Abelardo se la come a besos.
Así somos. La mujer necesita sentirse enamorada. El hombre, no tanto. Él quiere carne hasta llegar al hueso. Pero se quieren.
Tras encontrarlos, el canónigo Fulbert se vengó de Abelardo haciendo que uno de sus esbirros lo castrara. Después de aquello, tuvieron que separarse. Él dedicó el resto de su vida a la enseñanza en distintos centros religiosos. Eloísa se retiró al convento de Paraclet, del que llegaría a convertirse en abadesa.
Pero siguieron escribiéndose. Su vida fue poesía- al menos yo la veo así. ¿Qué es la poesía sino un canto a todo aquello que no debería acabarse nunca? Casi la esperanza misma de que todo pueda siempre renovarse, poniéndose al servicio de la frágil belleza del mundo. A través de sus cartas, los antiguos amantes reanimaron la llama de una pasión que nunca llegó a extinguirse a pesar del tiempo y la distancia.
¿Por qué simpatizo con estas dos cuando nos separan siglos ? Lo expliqué ayer. Entiendo muy bien ese apego y ese cariño, y esos quereres , tantos años después:
" A mi me sucede que no consigo cortar con alguien que quise. Incluso gente que he terminado poniendo tierra por medio y las he mandado a freír espárragos - y ellas a mi- la sigo queriendo y a su familia y a sus amigos. ¡ Joder!, aunque no quiera , soy así. Y me pasa con amigos y enemigos, con mujeres...hasta con Dios". Me pasa también con esa cajera del Primark enamorada de su novio , auxiliar de Farmacia en paro.
Escribió Machado: Hoy es siempre todavía. ¡Vaya si lo es!