viernes, 31 de agosto de 2018

MÍO

Son poquísimas las cosas que hacemos que valen la pena guardar. Pasa el tiempo, miramos hacia atrás, y nos damos cuenta que el 99,99 % de todo lo que hemos admirado, hecho, amado, es una mierda.

Ni más ni menos.

La mujer que nos hizo perder la cabeza, o el hombre, aquellas poesías, aquellos logros personales, la empresa que llevaste a cabo, las oposiciones que ganaste, el blog que escribes...

Tu  futuro deja  de existir   el día  que  tu colección de  cromos está  repleta de  "repes".

- Repe, repe, repe...- dices  mientras  otro niño  te muestra  uno tras  otro  los  cromos  de la  colección de  tu  vida.

Cuando  yo era  un crío esas  colecciones , recuerdo con cariño "Vida  y  Color" ,  de la Naturaleza, iba pasando con rapidez   los cromos  mientras  otro niño repetía   "tengui", "tengui", "tengui"...  

Cuando   repites  mucho a  tu gente "tengui", "tengui", "tengui"...¡malo!. 

No se me olvida la anécdota que la madre de un niño que se llamaba (se llama, supongo) Miguel Ángel, me contó divertida...

Dejó un momento en la bañera al niño y a su hermana de 5 años jugando. De repente la madre oyó a la niña gritar: «¡Mamá, mamá, ven...! ¡Qué asco!». La madre fue corriendo asustada y se encontró entre los juguetes que flotaban en el agua un «zurullo» enorme. Un cagarro. Entonces, la madre,en voz alta y enfadada, dijo: «¡Miguel Ángel...¿y esto?!». El niño cogió la mierda, la aplastó contra su cuerpo y respondió: «¡¡Mío!!».




Pues eso.

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