domingo, 23 de diciembre de 2018

UN MAL VIUDO

Hay  una  verdad  que  creo firmemente   de  nuestra Fe, y  que  también  se encuentra  en otras  religiones: la  Comunión  de  los santos.  El  famoso  hilo  rojo.

Tan  presente está  Manuela en  mi  vida  , en  otro estado,  que  la  siento muy cerca. Muy, muy cerca.No se  me  olvida  su frase en  la  plaza  de Arroyo  de  la Encomienda, "¿qué  será de ti"?. 

Ella  me  cuida. La  primera vez  que  la vi, en la terraza  de  la cafetería  Otelo, supe instintivamente que algo  iba  a  pasar  en mi vida, y para  siempre. No  tuve miedo, inquietud  alguna. Comenzamos a  hablar a  las  8  de la tarde  y terminamos  despidiéndonos  a  las  seis  de la  madrugada.

Ella  fue  una  bendición en  mi vida. Después  se  me  adelantó. Sólo eso. Y ahora  anda  por  aquí  llevándome  de  la mano, porque  sabe  muy bien  que  soy  muy  frágil,  muy  inestable.  A  esa  mujer  siempre  le  he  dado  mucha  lástima  y  ya se  encargará  de  llevar  este  barco a buen  puerto.

Cada  noche  doy  gracias a Dios  por  haber compartido  este  maravilloso  trozo de mi vida con  ella. La  gratitud es lo mejor  que  puedo expresar porque  a  través  de   ella  fluye  en nosotros  la belleza  y el amor.

¿La  echo a  faltar?, a  veces. Pero  son más  las  ocasiones  que  la  siento  cerca  de  mi. También  me sucede  con mi padre.  Desde  donde  están  ellos se  entiende  todo, se perdona todo, se  ama todo.

Su  muerte  pulverizó  todo en mi. Todo  menos  el  corazón. Ese  corazón que  tú has  ido  modelando con  tus   manos, que  sosiegas  con tu  voz  desparecida, que  iluminas  con tu  risa  desaparecida.

Mientras, aquí abajo, seguiremos  andando la vida  , y  ya  veremos  en qué  termina  todo esto.Ella lo hará  fácil: era  su  especialidad.



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