jueves, 27 de diciembre de 2018

UN RECUERDO

Sobreviene  derepenete, depronoto un recuerdo de mi infancia: mi madre sacándome  del bolsillo un pañuelo arrugado, escuchimizado  y pringado , y me lo pone en la nariz:

- ¡Sopla  fuerte!- me dice

Y con todas  mis fuerzas , aspiro mirando al techo,  echo  un bufido nasal cerrando y apretando  los ojos con violencia.

Y ella , simultáneamente,  me  dice "¡muy bien!" , sacude  la nariz, me da un meneo, e  introduce el pañuelo en el bolsillo.

Y ese  recuerdo  me hace feliz por un instante. Casi me hace bueno.

2 comentarios:

  1. Benditas las madres que sabían hacer eso con tanta naturalidad, tanta soltura y tanto cariño.

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  2. Es el ejemplo perfecto de la sana despreocupación del que sabe que nada malo puede pasarle si su madre está cerca. Qué felicidad. Qué tiempos. Qué nostalgia. Qué pena no tenerla ya.

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