miércoles, 25 de diciembre de 2019

25 DE DICIEMBRE

Cumplo  62  años. Me cuesta  creerlo, pero son los demás los que  dan fe  del paso del  tiempo  en uno.



Reencuentro personas que hace años no veo: antiguos alumnos, o viejos compañeros de los años del ayer. Y ves que te  miran con ojos extraños. No  logran reconocerte.

Y  entonces  descubres  en ese  espejo  tu auténtico rostro.

Hoy  es un día  para  preguntarse " ¡Dios mío!, ¿ qué he hecho estos años?". Mucha  gente no se avergüenza  de  su vida.  Yo  sí me  avergüenzo de  muchas cosas . Soy un desastre: me gusta vivir   la vida  de verdad, beber de verdad, besar de verdad, hablar de verdad, reírme  de verdad, cantar de verdad, llorar de verdad , enamorarme de verdad, rezar de   verdad, y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices.

Uno es  así y no hay que darle  más vueltas.

Al final  todo son pruebas de que has vivido. Son como las cornadas de los toreros que las llevan como una medalla. De todos modos el  volver  a  empezar, el abandono, el desamor, todas esas cosas que hacen sufrir tanto en   nuestras vidas  son  un terreno donde florecen las mejores cosas que nos han sucedido. Los versos más hermosos  son los más tristes.

Hay  personas  que  no les gusta sentirse  culpables. Yo sí. la  culpa, con su toxicidad, implica al menos que queda algo, un camino de vuelta  y nos mantiene unidos a los demás. Pero ¿qué pasa cuando hasta la culpa desaparece y no queda nada?

Hablando  de  los  demás...

Hay un antigua historia china  sobre el Hilo Rojo del Destino. Dice que los dioses ataron un hilo rojo alrededor de nuestros tobillos,y unieron a todas las personas cuyas vidas estamos destinados a relacionarnos, a  compartir una parte del camino de  nuestras vidas Son tu familia, tus  amigos, las  novias  o novios que tuviste, los  amores que por lo  que sea  desaparecieron  , también los profesores, o aquel portero de la casa  que viviste  unos  años...

Este hilo puede estirarse o enredarse. Pero jamás se romperá.

Desde  ese  punto de vista , todas  esas personas  estamos , aunque sea de un modo misterioso, unidos por ese hilo. Todos  los que nos han querido, quieren, y querrán. Si sabes  buscarlo   estás  en todas  las  personas que has amado, las que amas, y las que amarás. Y yo  las   encuentro  también en las que pasaron, son, y vendrán.

Es  cuestión de descubrir ese  hilo que nos une. Este camino nos hará eternos.Mucha  gente   no  entiende  esta  maravillosa  y  misteriosa  comunión - yo me reía de esto que hoy creo- pero todos, absolutamente todos, estamos unidos. Te  recomiendo  que  te  lleves bien  con  toda  esa gente  que  ha formado  parte  de tu  biografía.

Cada uno es como es . Yo soy  un hombre  que ha vivido  de una forma tan atormentada , tan aturullada, tan en el presente: ¡ cuántas veces he vivido con el cuerpo aquí y la cabeza en otra parte! ¡Qué  cantidad de tiempo y de energía perdidos en tonterías!

¡Podría escribir  tantas  cosas!. La del hilo  que nos une  me parece  un hallazgo  que  quiero compartir  contigo, que llevas  tanto  tiempo  leyendo a  este chiflado.

Y  otra  gran  verdad: nunca serás tan joven  como hoy y la vida se conquista día a día.

Y  la  última: si  te  piden  perdón, perdona. Lo hagas  o no, el hilo  no se rompe...pero,¡ coño!, lo  lías.













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