jueves, 5 de diciembre de 2019

EL ÚNICO ESPECTADOR.

Muchas veces veo la vida desde fuera. Como si estuviese sentado en una butaca  en una cine viendo mi propia película.

Observando una pantalla en la que pasan cosas. Mis cosas. La verdad es que el guión es un poco , no sé...un caos , un puzle absurdo a veces, otras patético, ridículo en ocasiones, y siempre muy loco. 

Verme así, desde la distancia, me ha inoculado contra la locura. Era como si me ocurriera a mí pero, realmente, no iba conmigo.

No… más bien era yo viviendo una vida que no era la mía. ¡ Y con tantos papeles, y tan distintos! 

Todos somos actores de nuestra propia película y simultáneamente, secundarios y extras de otras muchas películas, de guiones escritos por cada uno, sin posibilidad de repetir escenas, ni de ensayos.

Hasta que un día…un día entendí que si hubiese un espectador que viese nuestra película - quizás lo hay -  ...¿ qué sucedería?. ¿ Se comportaría como nosotros cuando vemos las películas de otros, que decimos " ¡pero qué vas a hacer, coño!", o lloramos, con él, nos emocionamos., reímos y, siempre, entendemos y comprendemos.

Entendí que la vida no tiene que ver con el tiempo. Que en cualquier momento se vive, que en cualquier momento se muere. Que no se puede retomarla, que ella no espera aunque no la hayamos valorado lo suficiente.

Entendí que el amor está en todas partes. Que se puede recordar lo amado  y sonreír. Entendí que se puede amar sin miedo, con libertad, que hay amores que nos hacen descubrirnos, que nos sorprenden, que nos mejoran, que pueden amarnos sin ahogar. Entendí que “amor” es una palabra con tantos significados y tan grandes. 

Entendí que , simultáneamente puedo ser santo, pecador, héroe o villano, cuerdo y loco, sensato y gilipollas, honrado y corrupto, puro e impuro, valiente y cobarde.

Entendí que en esa película hay música y letra.  Que me he callado por cobardía, y he gritado por insensatez.  Entendí que puedo elegir, dejar de poner excusas, dejar de lado lo que no quiero y decidir con quién comparto.

Y entendí, por fin, que no me importa si gusta o no mi película. Incluso si me gusta a mi, o no. . Que pasó el tiempo de dar importancia a otros quitándomela a mí. Que se acabó vivir como se supone, tratar de agradar o no molestar. Que siempre nos queda vida…siempre que queramos vivirla. 

Porque un día me di cuenta de que no quería que la muerte me encontrara ya muerto. Y que cuando llegue ese fundido a negro, se levante ese Espectador, aplauda, y diga " joder, que película más rara!".


No hay comentarios:

Publicar un comentario