sábado, 7 de diciembre de 2019

Y QUE VALIÓ LA PENA.

Un día entiendes  que querer también es  soltar. Que cuando sales del sitio por un bolazo de la petanca no es fácil volver a encontrarlo. Que basta un minuto para borrar un día, una palabra para callar un alma y un silencio para gritar bien alto.

Verás que , como el murciélago con la boca ensangrentada que al leer en  la pared  " se traspasa" no se traspasa. Que hay corazones de lana  y lo que se descuida mata. Que basta cerrar los ojos para ver, confiar para sentir y creer para volver.

Sentirás que lo que tuviste duele, que si es amor no aprieta y que si es de verdad, salva. Que cada persona es única, que lo que se quiere se cuida y lo que se cuida crece.

Comprobarás qué maravilloso  es aquello que no vale dinero, cuánto pesa un suspiro, cómo se clava  una mirada. Que quien te quiere te hace parecer muy importante , inventa tiempo quien te necesita y hace que no te quepa ninguna duda.

Te dolerá por qué no lo hiciste, no se lo dijiste, cerraste la puerta o no te atreviste. Si fue lo mejor, si pudo haber sido, si era el final o lo precipitaste al olvido.

Recordarás lo que tuviste, lo que se fue, aquellas alegrías que provocaste y lo que no dejaste volver.

 Las canciones  a cada instante, ese hombre que te amó, ¡ y de qué modo!,  aquellas ganas de ser santo.

Eso es lo que queda en el tiempo, lo que vives, lo que quisiste ser. Lo que deja huella pero no mancha, lo que deja marca pero no duele. Las manchas de ir viviendo, las ventanas que abriste para airear el corazón, lo que hace que mires atrás, sonrías y sepas que sí, que todo a valido la pena.




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