Ley del tonto trabajador. Cuando llamas a un directivo y siempre está reunido ten por seguro que estás con un tonto trabajador. Un tarugo.
"Cuando veas una tortuga subida a un poste hay algo que sabes con toda seguridad: alguien la ha puesto allí". Eso sucede con el tarugo que tiene un cargo: alguien le ha puesto allí. Su padre, su familia, el partido, la institución".
Esta experiencia la he vivido tantas veces , varias por semana, que no tengo ninguna duda. Llames a la hora que llames “ está reunido”. Ni siquiera la que atienden el teléfono sabe cuando terminará la reunión. Ni se atreve a aconsejarte cuál es la mejor hora para que te atienda porque “probablemente esté reunido”.
El tonto trabajador es un marmolillo que es el rey de la reuniones. ¡Le chiflan las reuniones, las juntas, los comités, los seguimientos de objetivos!.
Y es así por dos razones: necesita volver a escuchar lo que ya ha escuchado mil veces , pero como es escaso, don erre que erre, señal del “tonto que sigue la linde”, vuelve a amarrar el mensaje. Es desconfiado y no sabe hacer equipos.
Y la segunda razón: no distingue lo banal, de lo urgente, de lo esencial, lo grande de lo pequeño, lo poco y lo mucho, lo temporal de lo eterno. Se pierde. Todo es urgente. El tonto trabajador, persona agotadora, se carga, literalmente, la capacidad de pensar con sosiego, de cultivar la red de talento y de afecto, de dialogar con el otro y con uno mismo, de tomar distancia, perspectiva, de vivir con un cierto silencio creativo y reparador.
El tonto currante no sabe pasar por alto nada. Y lleva de culo a su gente.
Si tienes un jefe así, te compadezco.
En compañías farmacéuticas dedicadas a hacer dinero los hay a puñados. Los de más arriba, los que menos saben de enfermedades y tratamientos.
ResponderEliminar¿Los hermanos U. eran de esa clase de jefes?
ResponderEliminarHe conocidos muchos así. Hoy de dos tipos: buena gente y auténticos hijos de puta. A los primeros se les perdona, no dan para más pero no tienen mala intención. De los segundos se ha de huir a la carrera. No aportan nada.
ResponderEliminarEn mis tiempos de futbolista profesional conocí a unos cuantos de esos. Muchos. Probablemente demasiados.
ResponderEliminarSevillista