Necesitamos gente cabreada. Si no nos provocan desde la radio, la televisión, en forma de insulto, de basura infame , toda esa excrecencia humana está irremisiblemente condenada al éxito.
La gente de Podemos se ha apuntado a esa manga riega de mierda . Cualquier insulto que lances en público en un momento de cabreo siempre encontrará un número de oyentes o lectores que estén de acuerdo, y si eres conocido te abordarán por la calle para felicitarte.
- ¡Sí, señor!; ¡ de puta madre!
Lo que importa hoy es la resonancia. Nada más fácil. Antes se decía " la centralita echa humo", como prueba del impacto de un suceso; ahora, el nivel de un agravio solo se mide por su capacidad de incendiar las redes sociales.
La cultura y la política española están pobladas de gente muy cabreada , da lo mismo edad , ideología, y se compite por ocupar el lugar de héroe del día a cambio de exhibir las vísceras. O de cabrear al personal.
Conozco unas cuantas personas mayores, muy mayores, que han entrado al tema y reenvían unos virales a su grupo de watsap que pone los pelos de punuta, inclusamente los de las piernas. La ira es una corona que sienta muy bien en la cabeza de los jóvenes, pero nada hay más patético que un viejo cabreado , o una anciana , que entra al trapo del podemita de turno, y la watsap se vuelve un corral infecto de cacas. .
Que cada un@ haga lo que quiera.
A una edad, la única resonancia interesante es la magnética, que se utiliza para detectar alguna falla dentro del cuerpo.
A veces sucede que lo que uno cree que es cólera contra la injusticia en el fondo solo es odio enfrascado contra uno mismo al verse tan viejo en el espejo. La propia imagen deteriorada te obliga a recordar la seducción, los sueños y el humor perdidos. O no, lo bien que escribías, pintabas, ligabas cuando eras joven . Podrías creer que con asaltos coléricos vas a recuperar protagonismo y resonancia en la Red, pero, lo dicho, un viejo solo debe buscar la resonancia magnética para descubrir si es odio o frustración lo que arrastra uno por dentro.
A veces sucede que lo que uno cree que es cólera contra la injusticia en el fondo solo es odio enfrascado contra uno mismo al verse tan viejo en el espejo. La propia imagen deteriorada te obliga a recordar la seducción, los sueños y el humor perdidos. O no, lo bien que escribías, pintabas, ligabas cuando eras joven . Podrías creer que con asaltos coléricos vas a recuperar protagonismo y resonancia en la Red, pero, lo dicho, un viejo solo debe buscar la resonancia magnética para descubrir si es odio o frustración lo que arrastra uno por dentro.
La jubilación está sobrevalorada. Si no has sido feliz durante tu vida no te salvará la jubilación, esa es mi experiencia. La pensión es lo que menos contribuye a la felicidad en la jubilación: o lo llevas dentro, o no lo llevas.
ResponderEliminarAyer me hablaban de un señor que tenía una casa con playa privada de varios kilómetros en la República Dominicana. Menudo enfermo.
Un día estaba muy cabreado y me fui a un fotomatón para hacerme unas fotos de lo feo que estaba. Cada vez que me iba a cabrear sacaba las fotos para que se me pasase ¿Recuerdas la anécdota? Y el chavo se pasó el resto de su vida de cabreo en cabreo!
Cola en la cafetería de un PIP (Polígono Industrial Pijo).
ResponderEliminarLos clientes,todos con máster e idiomas, toman café mientras compiten entre ellos a ver quien la tiene más grande.
Con ademanes elitistas tratan que les sirvan los primeros, por sus cojones.
Entro con mis albañiles a almorzar. Llevamos barro hasta en las pelotas. La mayoría somos desechos de tienta empresarial recién rescatados del paro.
Señora, sería tan amable de ponernos unos cafeses, que tenemos hormigón y nos pilla el toro y la vaca.
Por cierto, enhorabuena.
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La señora trae una criatura en el vientre, y los del máster no son capaces de felicitarla. No viene en su manual.
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A la señora se le iluminan los ojos y nos sirve los primeros.
Albañiles 1, pijos 0
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Pagamos y nos vamos a echar hormigón.
Me cruzo con un máster en relaciones internacionales que en realidad no tiene ni puta idea de la vida.
Ęl está cabreado.
Nosotros no.
Nosotros tenemos frío del carajo.
Pero no estamos cabreados.