Si estás atento y pones el oído, y le das a la hebra a lo que te rodea, oirás el tictac de la Naturaleza. También ella tiene sus tiempos.
Si pasas las manos por sus páginas verás que hay vida que se repliega a tu paso como si fuera un libro. Si te concedes el homenaje de leer este final del invierno , verás que todo es vida, luz, colores, viento.
Es asistir con amor a un bocaboca a las horas que vives , darte un jeringuillazo, un pelotazo de algo fuerte que no deja resaca.
Hay paisajes , y personas - ¡ el mejor paisaje! - que son una bella confesión de amor, una botella arrojada al mar de tu aburrimiento , un demarraje, un dejar el pelotón de tu particular vuelta ciclista y escapar a la cima solo.
Porque esta vida es eso: es la pastilla que echamos en el vaso y vemos consumirse , disolverse ...y al tomarla se nos va ese malestar que a veces nos produce este no hacer nada, esa gente que nos defrauda, ese desgaste monótono de las horas.
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