lunes, 26 de marzo de 2018

UNOS DÍAS EN GALICIA

Hay  días  que  pesa  el alma  y  los  recuerdos. Te sientes solo.

Repasas  la  vida  y  sientes  que eres  el monstruo  del doctor  Frankestein: un ser  incompleto, lleno de cicatrices, mal hecho de serie , que  no acabas  de entender  a  tu creador, ni de  qué  pasta  estás  hecho.

Esos días ando  por  Galicia. 

Estuve en  la cascada  do Toxa , en   Ézaro,  Finisterre,  y   Muxia..

En realidad, más que a andar  salí a capturar el milagro del agua  y  de  paisajes de  ensueño. Mi padre  me  enseñó  que uno será siempre joven mientras nunca deje de sorprenderse ante la nueva luz del sol, como si fuera la primera y última vez. Eso es  lo  que hago.

A este gran acontecimiento se añade luego la sensación de que llueva, o haga  mucho  viento, o suceda  algo  extraño, que siempre sucede  si  lo sabes  buscar. ¡La  Naturaleza  tiene  tantas sorpresas!. 

A mitad  de  camino  como en una pequeña taberna en Fisterre .  Me  reconcilio  conmigo mismo mientras  disfruto  del aroma del café , el sabor de unas  salchichas, o una  buena  tostada  con aceite y  unas anchoas.  

En este espacio  de Tierra  Media  este mar doméstico de bosques maravillosos,  puede ser cualquier otro  espacio natural , porque  todos  los  caminos y  todos  los paisajes  se parecen a otros,  si así los deseas. 

Para mí todo será  una aventura. El recuerdo  de quien fui, el malo, y el bueno. El  corto, y el espabilado. El  tímido, y el pasado de vueltas.  El  monstruo del doctor  Frankestein, y el hijo de un Dios  que  parece  que aquí  me acaricia el pelo. 

Placeres sencillos, valores universales, un marzo  más que se irá hacia el fondo de la memoria.
La imagen puede contener: océano, cielo, nubes, exterior, naturaleza y agua

La imagen puede contener: cielo, exterior y naturaleza

La imagen puede contener: una persona, sonriendo, de pie, exterior, agua y naturaleza

2 comentarios:

  1. Nuestro ser es un acontecer, nos vamos haciendo en el tiempo. Siempre nos acompaña la finitud y nuestro horizonte, limitado por el lugar del camino en que nos encontremos.
    Afortunadamente, la conciencia también se va haciendo y nos damos cuenta de cosas que hicimos cuando deberíamos haber actuado de otra manera, aunque ahora no podamos juzgar correctamente porque esas situaciones están detrás del horizonte y no las vemos.
    Kant dijo que lo único absolutamente bueno es una buena voluntad; otro dijo que el camino al infierno está empedrado de buenas voluntades.
    Yo pienso que la bondad y el buscar siempre lo correcto es los que nos ayuda a mejorar interiormente, que es lo más importante.

    ResponderEliminar
  2. Un chorro de aire fresco en la cara, un atardecer pintado al óleo, la arboleda que te enseña las leyes de la paciencia.
    Y un clamoroso silencio polifónico.
    Rotundo.
    Como si la Naturaleza fuese la Orquesta Sinfónica de Berlín pegando trompetazos.

    ResponderEliminar