Ayer recibí un correo que me dejó muy tocado:
"¿Te has planteado el daño que hiciste a los que, como yo, teníamos algún tipo de disfunción emocional tipo TLP, bipolaridad etc..? A mí, que me pegaste con saña? Que te reíste sin piedad mientras tenías un rosario en la mano? Que ha costado AÑOS de terapia psiquiátrica y psicológica insertarnos en la sociedad? Que hemos consumido todo tipo de drogas para paliar el dolor y el sentimiento de inferioridad que llevábamos dentro? Tu y tus amiguetes tipo zutano y mengano , etc.. que nos destrozaron nuestra infancia? Que en ningún momento os preocupó?
Esto viene a cuento de una "cena" que me invitaron de las 50 años de la promoción, a la cual he renunciado por MIEDO a cómo me voy a sentir con los que me pegaban, humillaban y se reían por mi forma de ser. Esa forma que Dios me dio.
Hoy por hoy tengo una esposa maravillosa, dos hijos sensacionales y una vida profesional repleta de éxitos.. y siento paz. ¿Tu la sientes? No lo creo. Vive con ello.
Yo te perdono. En manos de Dios está su perdón.
Ahora, después de "vomitar" lo que llevaba dentro de mi corazón... me siento mucho mejor.
Piensa.. y medita sobre ello. Fuiste muy cruel. MUCHO.
Que Dios te perdone y reza por tus putos jodidos errores.
Hasta nunca más!!!!
Firmaba el correo con su nombre y dos apellidos.
Le contesté. ¡ Hay tanto dolor en esas letras!. Y con toda la razón.
No. No eres sólo el tío majete y simpático, enrollado, y que se recuerda con cariño. Puedes ser ese hijo de la gran puta que amargó la adolescencia de un buen chaval.
Llevo en mi particular mochila biografías de chavales y personas que recuerdo haberles hecho daño.Con frecuencia me ha sucedido encontrarlas ,pedirles perdón, y ellos no recordar ningún agravio.
En realidad , no sabemos nada de nada. Nos hacemos mucho daño unos a otros, a menudo sin darnos cuenta.
El que hace el mal merece aún más compasión que el que lo sufre, porque el mal le afecta más de cerca.Por esa razón una de las formas supremas de amor consiste en perdonar a ese hijo de la gran puta del mal que nos ha infringido. Ese es el perdón que pido.
Pero el perdón es una decisión, no un sentimiento.
He cometido muchas torpezas y pecados.Tal vez los peores tuvieron que ver con el orgullo, la falsa humildad, una vanidad monstruosa, una seguridad , que no es más que soberbia. Sí, uno también profanó los dones más puros, derrochó todos sus talentos echando sus margaritas a los cerdos.
Y tengo la impresión que se equivocaron conmigo al darme las margaritas. El recuerdo de las horas despilfarradas, de los tesoros derrochados - todo el secreto de mi alma: el grano de mostaza que he arrojado al barro de los caminos , en lugar de dejarlo germinar en mi soledad ,o sembrarlo en tierras que valiese la pena ...cuando estoy así, se me llena de remordimientos el alma.
Por eso agradezco al lector anónimo que me recuerde mi condición . Y se lo agradezco de corazón. Pienso que no debo olvidarme de que he traicionado y merezco el castigo del mal rico que no atesoró para sí, pero que dilapidó estúpidamente sus riquezas.
El que malgasta es tan culpable como el que no da nada.
Poco más puedo escribir: pedir perdón, y si me cruzo con él, invitar a una caña.
Es una pena, pero hay huellas que ya no puedes borrar.
He conocido a algunos igualitos al remitente. Son personas narcisistas y que echan la culpa de todo lo malo que les ha pasado al entorno, son unos resentidos. Y sobre todo unos manipuladores. No me parece que sienta mucha paz.
ResponderEliminarSi está enfermo (mezclar el trastorno límite de la personalidad con una enfermedad bipolar... son dos cosas muy distintas) y sus padres no le trataron a tiempo no es tu problema, Suso.
Lo cierto es que llega un momento en que somos responsables de nuestras vidas. No podemos ser esclavos del pasado. Si te invitan a los 50 años de tu promoción (o a los 40 años) joder ya ha pasado un tiempecito. Algo habrá sucedido entremedio además del médico y las drogas.
No hay nada como unas cuantas VollDamm o unos Jack Daniels para salir adelante. Y sobre todo leer y pensar.
Felicidades por los hijos, el trabajo y la mujer. Supongo que por los nieteceitos también...
La gran pregunta: ¿podemos felicitar a la mujer por tener un marido estupendo? ¿podemos felicitar a los hijos por tener un padre estupendo?
Yo no me preocupo de tener una mujer estupenda. Yo me preocupo de que mi mujer tenga un marido estupendo.
Sí...pero también es cierto que , en un caso así,uno debe disculparse e intentar barrer y limpiar el portal que ensució de otros.
ResponderEliminarUn abz,amigo
No hay que olvidar que aquellas personas cuyo recuerdo no es bueno, son las que nos hicieron crecer.
ResponderEliminarLa pandilla que me esperaba en la esquina para insultarme, me enseñaron a defenderme.
La novieta que se fue sin despedirse, me enseñó que el amor es una tómbola.
La empresa que me dio matarile, me enseñó a informarme previamente.
El director del Colegio que intentó tocarme el culo, me enseñó a respetar sólo a quien se lo merece.
Perdonar está bien, pero reconocer la verdad y aprender de ella, está mucho mejor.
Suso yo no se las particularidades de este caso pero cuando uno por oficio trata a muchas personas es imposible hacerlo bien con todas. A veces se hiere a alguien por desconocimiento de su situación. Y conocer la situación de todos no es responsabilidad solo tuya sino también de los padres que a veces ocultan información sensible por error.
ResponderEliminarHace tiempo que no comento por aqui, pero es cierto que en el Betis se tendía a ensalzar al "triunfator" entre los chavales (buena familia, buenas notas, buen chaval, aspirante a pitable aunque solo tuviera 9 años...) y a no contar demasiado con el resto, especialmente con algunos "difíciles", con taras de carácter o personalidad. Lo de que "de 100 almas nos interesan las 100" nunca fue del todo cierto, o "interesaban, pero de otra manera". De qué otra manera? En mis añs béticos no lo supe nunca. Ni tampoco pregunté...
ResponderEliminarFdo. ex bético, ahora sevillista.
Creo que el caso de la entrada tiene que ver con el colegio ...me da que lo conoces )
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