A veces pienso que somos los libros que leímos.
Después de leer tantos libros de aventuras y de hazañas bélicas durante la niñez uno piensa ser protagonista de aquellos relatos. Lo mismo sucede con el cine. Lo he sido todo: indio, vaquero, misionero, pirata , gangster, chulo...
Pero llega un día en que la incertidumbre te pone frente a un desafío real y en lugar de portarte como el héroe que se supone que eres , te conviertes en un cobarde gallina, capitán de las sardinas.
Cuando pillaron al actor Hugh Grant con un zorrón en Hollywood se me cayó el alma a a los pies. Lo mismo me sucedió cuando supe que Cary Grant gustaba de llevar ropa interior de mujer,o que Erol Flyn era un pederasta .
Actores de Hollywood que en la pantalla salvaron la vida de miles de personas , en la vida real han sido lo pior de lo pior.
La vida no es cine, ni literatura. La mayoría a la hora de la verdad somos unos pringaos.
Descubrirse valiente o cobarde, leal o traidor suele ser una sorpresa que uno se lleva con los años.
En el colegio teníamos clase de gimnasia . Mientras unos niños corrían hacia el potro sin pensar en las consecuencias de su salto, otros gustaban de hacer ejercicios de gimnasia obedeciendo los pitidos de un pobre hombre que había hecho la guerra e impartía Formación del Espíritu Nacional.
El potro y esos ejercicios de gimnasia son dos formas de estar en el mundo que no cambian con la edad.
La carrera hacia el plinton en ocasiones terminaba con un choque fatal de tus testículos sobre la punta de madera del toro . Pero allí estabas. Correr hacia el potro es un ejercicio que le mantiene a uno siempre joven, porque permite equivocarse y meter la pata, ser libre y dejarte las pelotas.
En cambio es muy triste ver a antiguos colegas tripones y torpes , hechos una ruina, lanares y bovinos, jadeando al ritmo del silbato de los fanáticos del mundo: del dinero, de la política, de la religión.
Después de leer tantos libros de aventuras y de hazañas bélicas durante la niñez uno piensa ser protagonista de aquellos relatos. Lo mismo sucede con el cine. Lo he sido todo: indio, vaquero, misionero, pirata , gangster, chulo...
Pero llega un día en que la incertidumbre te pone frente a un desafío real y en lugar de portarte como el héroe que se supone que eres , te conviertes en un cobarde gallina, capitán de las sardinas.
Cuando pillaron al actor Hugh Grant con un zorrón en Hollywood se me cayó el alma a a los pies. Lo mismo me sucedió cuando supe que Cary Grant gustaba de llevar ropa interior de mujer,o que Erol Flyn era un pederasta .
Actores de Hollywood que en la pantalla salvaron la vida de miles de personas , en la vida real han sido lo pior de lo pior.
La vida no es cine, ni literatura. La mayoría a la hora de la verdad somos unos pringaos.
Descubrirse valiente o cobarde, leal o traidor suele ser una sorpresa que uno se lleva con los años.
En el colegio teníamos clase de gimnasia . Mientras unos niños corrían hacia el potro sin pensar en las consecuencias de su salto, otros gustaban de hacer ejercicios de gimnasia obedeciendo los pitidos de un pobre hombre que había hecho la guerra e impartía Formación del Espíritu Nacional.
El potro y esos ejercicios de gimnasia son dos formas de estar en el mundo que no cambian con la edad.
La carrera hacia el plinton en ocasiones terminaba con un choque fatal de tus testículos sobre la punta de madera del toro . Pero allí estabas. Correr hacia el potro es un ejercicio que le mantiene a uno siempre joven, porque permite equivocarse y meter la pata, ser libre y dejarte las pelotas.
En cambio es muy triste ver a antiguos colegas tripones y torpes , hechos una ruina, lanares y bovinos, jadeando al ritmo del silbato de los fanáticos del mundo: del dinero, de la política, de la religión.
Yo pienso que debemos aceptar vivir en la incertidumbre.
ResponderEliminarEl estrés es nuestro gran enemigo. Miedo, desesperación, pánico, inseguridad, esperanzas, codicia....
Uno acaba tripón porque come estresado o bebe estresado. Es fácil decir lo que hay que hacer.
Pues a mi me parece que hay algo de poesía en eso de dejarse los cataplines en el plinto.
ResponderEliminarQuién nos ha metido en la cabeza el falso concepto de éxito o fracaso.
Con el tiempo te das cuenta que el único fracaso es no haberse equivocado nunca, andar siempre por la acera de la sombra e inventarse un mundo de seguridad ficticia.
Vivir es equivocarse, aprender de cero, recomenzar, redimirse.
Y de vez en cuando, desgūevarse por una meta, sin pensar mucho.
Para qué ?
...
Al final tu destino depende principalmente de lo que has intentado, no de las vueltas que le has dado.
Llama a esa churri e invítala a bailar.
Ahora que puedes.