No sabe cuándo ni cómo le dio por allí. "Pasó, y pasó".
No quería que le hiciera preguntas sobre esos oscuros pozos de inmundicia que anidaban en su corazón. Llevaba una doble vida que despreciaba , escindida, desde hace años, y era tiempo de abrir balcones y ventanas y tirar todos sus secretos a la calle.
Tenía escondidas en el armario de su despacho en el estudio de arquitecto una extensa colección de películas porno gay.
- No soy marica - me dijo. pero necesito que alguien las tire todas al contenedor. Tú eres la única persona de la que me fío.
Tampoco le iba a preguntar su condición sexual a estas alturas. Estaba casado, con hijos. Le habían diagnosticado una enfermedad terminal. En principio aguantó , a ver cómo se desarrollaba ese cáncer, pero la vergüenza pudo más que su sensatez. Y ahora debía desprenderse de todas esas películas para ahorrar a su esposa e hijos el disgusto póstumo de encontrar en los siempre bien ordenados armarios de su despacho,además de los tomos de Aranzadi, el conocimiento del carácter obsesivo y lúbrico de su padre.
Me llevó a su despacho y me dio la llave del mismo, y la de los armarios del Remordimiento: una abigarrada, inmensa y explícita colección de películas ordenadas en baldas.
- Me las devuelves , por favor, cuando hayas tirado todas al contenedor. Yo no me veo capaz.
No me acostumbro. Otra vez la triste y sorprendente experiencia de abrir el armario y caer un cadáver a plomo sobre la alfombra.
Me han comunicado que falleció hace unos días. Descanse en paz.
No quería que le hiciera preguntas sobre esos oscuros pozos de inmundicia que anidaban en su corazón. Llevaba una doble vida que despreciaba , escindida, desde hace años, y era tiempo de abrir balcones y ventanas y tirar todos sus secretos a la calle.
Tenía escondidas en el armario de su despacho en el estudio de arquitecto una extensa colección de películas porno gay.
- No soy marica - me dijo. pero necesito que alguien las tire todas al contenedor. Tú eres la única persona de la que me fío.
Tampoco le iba a preguntar su condición sexual a estas alturas. Estaba casado, con hijos. Le habían diagnosticado una enfermedad terminal. En principio aguantó , a ver cómo se desarrollaba ese cáncer, pero la vergüenza pudo más que su sensatez. Y ahora debía desprenderse de todas esas películas para ahorrar a su esposa e hijos el disgusto póstumo de encontrar en los siempre bien ordenados armarios de su despacho,además de los tomos de Aranzadi, el conocimiento del carácter obsesivo y lúbrico de su padre.
Me llevó a su despacho y me dio la llave del mismo, y la de los armarios del Remordimiento: una abigarrada, inmensa y explícita colección de películas ordenadas en baldas.
- Me las devuelves , por favor, cuando hayas tirado todas al contenedor. Yo no me veo capaz.
No me acostumbro. Otra vez la triste y sorprendente experiencia de abrir el armario y caer un cadáver a plomo sobre la alfombra.
Me han comunicado que falleció hace unos días. Descanse en paz.
A mí me apasionan las dobles vidas. No sé si es un sentimiento morboso.
ResponderEliminarPor mi carácter me infravaloro ante los demás, los americanos lo llaman "tener un perfil bajo". Pero no hablamos del curriculum sino de las intimidades.
En el Betis lo teníamos que decir todo. Así que ahora confundo lo que pertenece a mi intimidad a lo que oculto a mi mujer o a mis amigos.
Leyendo la entrada pienso que al protagonista el estrés le salía por allí. Parece una persona bastante razonable y empática. Creo que nos hemos metido en un mundo que nos presiona mucho y cada uno tiene que salir por algún sitio. Lo de la cleptomanía de Cifuentes es lo mismo. Claro, otra cosa es que seas cleptómano y robes millardos.
Un poco de comprensión por favor.
PS: una vez me pasó algo parecido pero con revistas porno. Las tiramos a un río y luego fuimos a celebrarlo bien regado. Son temperamentos extremos, como nuestro Fundador, pero reconocen sus faltas e intentan corregirse.