Estaba en el balcón de casa en Valladolid. Me gustaba asomarme desde el ático al Paseo Zorrilla y ver desde las alturas el guirigai de la gente paseando.
En frente está la plaza de toros . Desde la terraza de casa se veía casi tres cuartos de plaza , y era habitual que se invitaran taurinos a sentarse con nosotros y comentar las corridas.
Aquella tarde , en la cola de entrada a la plaza , se formó un tumulto de gente, gritos pidiendo auxilio , y un bulle bulle de ansiedad. Un hombre que estaba sentado en la terraza de un bar al lado de la fila que esperaba a entrar en la plaza había caído fulminado por un infarto. La parva le visitó leyendo el periódico a primera hora de la tarde. Era primavera. De pronto le sobrevino la muerte,En medio de la vida y de las noticias de siempre.
Aquel hombre tendría sus planes. Tal vez estaba esperando a su mujer que salía del Corte Inglés, o a su amante , aprovechando que su mujer pasaba la tarde en el Corte Inglés.
Poco después llegó una ambulancia. Llegó,intentaron reanimarle, le cubrieron con una sábana y se volvieron.
La vida siguió . El camarero continuó su trabajo. La gente entró en la plaza . Nosotros vimos morir seis toros .
Al día siguiente, en la silla que ocupaba aquel hombre vi un ramo de margaritas.
Siempre hay alguien te recuerda.
Somos parte de la humanidad. Me gusta le expresión 'el río de la vida'.
ResponderEliminarNos portaríamos mejor si fuesemos conscientes de cómo terminaremos!!! Non habemus hic manentem civitatem.
Me pasó lo mismo en el gimnasio, pero no hubo ramo de flores al día siguiente. Un día la hoja caída seré yo. A veces me imagino la fecha: 15 / 20 /2023 (la acabo de escribir a boleo). Guárdate la entrada y si eso me entronizas como profeta y visionario.