He vivido con gente que para mi eran un misterio insondable de vida contradictoria.
Me refiero a personas de un nivel académico muy alto, prestigiosísimos en lo suyo, tanto de ciencias como de letras. Conviví con investigadores que aspiraban al premio Nóbel. En fin, lo que se dice "unos ciencias": puros dieces .
Bueno,pues ese mismo tío , que andaba en el microscopio estudiando el infinito diminuto, me lleva a visitar a la Virgen del Rocío , y saliendo me pregunta:
- ¿Te ha dicho algo la Virgen?.
Su mirada estaba ansiosa, expectante...como diciendo "¿hein, hein?".
- ¿La Virgen?...pues no,la verdad.
Al hombre se la cayó la mundo encima.
Uno puede creer en la Virgen , pero de allí a que la Señora te hable...
Para este hombre, y otros que conocí como él, no hay contradicción alguna entre investigar las células madres, o un nuevo método quirúrgico de trasplantar orejas de soplillo,o ser experto en biología molecular en los astros, y pertenecer a la cofradía del Cristo de las Mil Agujetas Todas, ponerse un capirote, una túnica morada de nazareno,y azotarse con unas disciplinas dale que te pego por la calle Angustias.
O levantarse a a toda pastilla a encender las velas en un oratorio...y cada vez que se apaga una , ya sea por un vientecillo atravesado, o por lo que sea, allí lo tienes, a encender la velica. Que parece que sin eso no hay sacramento.
Esta gente en un congreso de su especialidad se comporta como expertos, pacíficos y racionales, tolerantes con el adversario científico...¡pero, ay, como te tomes a broma la Patrona de su pueblo, te cachondees de su fundadora,o te cisques en su club de fúmbol...
No toques el toro enmaromado de Benavente, la romería de su pueblo a santa Veteacascala, las sopas de ajo que hacía su madre porque, entonces, ese científico que está investigando en el laboratorio los límites de las estrellas , donde se precipitan en el infinito en millones de agujeros negros, se convierte en el ser humano más idiota y violento de la tierra.
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