domingo, 3 de junio de 2018

DESTIERRO

"No creo en Dios", me escribe un lector.

"Yo , en ese Dios que buscas , tampoco creo. Probablemente no exista".

A Dios no lo ha visto nadie. Y el que diga que lo ha visto, miente, o se chuta con gominolas.

Dios es invisible, lo que no quiere decir que no exista. Está en todas partes, en esa hoja agitada por el viento, en esa estrella que atraviesa el espesor de la noche. Está en los campos, en el templo, en la carne y en el espíritu.

En Dios nos movemos, existimos y somos. Ningún límite le contiene.

Nuestro error consiste en encerrarlo en algún límite, y no darnos cuenta que la Tierra es nuestro destierro - porque sentir el destierro es sentir también la patria.

Pero si no sientes ese destierro aquí, ¡joder!: ¡qué frío hace!

 

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