sábado, 13 de octubre de 2018

LA PARTITURA

Hace miles  de  años  unos seres  privilegiados fueron capaces de entrever la  armonía  de  las esferas.  El universo está gobernado según proporciones numéricas armoniosas y  el movimiento de los cuerpos celestes según la representación geocéntrica del universo — el Sol, la Luna y los planetas — se rige según  criterios  armónicos . Las distancias entre planetas corresponderían, según esta teoría, a los intervalos musicales.

Y tú  y  yo  somos  parte de esa  inmensa ,  maravillosa, y misteriosa  partitura .  Claro, eso  sí, que  tú  quieras participar  de ella. Este misterio  tiene  que ver con el dogma  de  la Comunión de  los Santos. Todo  es música. 

La infinita armonía de ese sonido del espacio puede que estuviera inserta en los  cantos  de amor  y   guerra   del hombre de Altamira, en los  golpes  que crearon la Venus Calipígica, en el sonido  de la pluma que rasgaba el papiro  de un verso de  san Juan de la
Cruz, en las  escaleras que  ascendían al Templo de Tikal, en la respiración enamorada de  aquella pareja que se amó en la Tundra siberiana, en la mirada de  la Maja desnuda , en la inspiración de  Bach al componer la Pasión según san Mateo , en la garganta de Tom Waits.

El alucinante cataclismo que produjeron en un punto del universo dos galaxias al devorarse, después de miles de millones de años luz,  ha terminado vibrando en las cuerdas del  violín con que un  viejo músico con impecable  chaqué  ameniza la  cena de un porcino millonario  que acaricia  una  jovencita que  brilla  como una estrella caída del cielo.

En todos esos sonidos estamos. Las  lágrimas que lloraste, los besos que diste y te dieron, las risas, las oraciones. Y  en medio de  toda esa infinita  Sinfonía, el Nacimiento de Dios  en un portal, donde  un coro de ángeles  canta alborazado "¡paz  en la Tierra a  los hombres de buena voluntad!"·

Puede que algún día la física cuántica demuestre que el alma de las personas y de los animales también obedece a una  fórmula como resultado de aquella explosión. ¡Somos  tan maravillosamente misteriosos!. Las almas que pueblan esta mota de polvo cósmico que es la Tierra formamos  un solo cuerpo místico, cuya materia  es  algo más  que  neutrones, y genera en nuestra alma el bien y el mal, el paraíso y el infierno, la inteligencia clara y el fanatismo. 

Y el amor, que es  la clave para  interpretar esta partitura.

De aquella inmensa bola de fuego se ha derivado la sabiduría de Platón, la serenidad de Buda, la lámpara de Aladino, el éxtasis de los místicos, , el sudor de todos los esclavos, la Cruz  donde colgaron a Jesús, los  gritos de guerra  de todas  las batallas, los aullidos de Charlie Rivel y su silla . 

Todos estamos sin saberlo más  conectados de lo que pensamos en   este agujero  negro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario