domingo, 3 de febrero de 2019

DEJARSE AYUDAR

No estoy acostumbrado a pedir ayuda. Me cuesta mucho. Hay un poso del pasado, un algo de orgullo paleto, que se resiste a esa sinceridad.

También tiene que ver  con esa idea  sembrada de “mejor que yo, ¿quién me va a conocer?”. Como que ya sé yo lo que necesito.

Además, no me fío de nadie. Soy gato escaldado por experiencias viejas.

Pero sí, necesito  consejo para saber acompañarte.

Lo ideal, pienso, sería solicitar ayuda a alguien que me merezca confianza, que esté dispuesto a escucharme... sin juzgarme. Esta es la clave: sin que me sienta juzgado. Alguien que me permita expresar todo lo que pienso, todo lo que siento (mis temores, mis fantasías, lo que creo que son mis límites) sin sentirme amenazado por su reacción, por su rechazo, por su burla...

Tengo  miedo, otra vez, a que alguien me juzgue y me diga “esto no está bien, esto sí, cuidado donde te metes...”. De la biografía que Weigel escribió sobre Juan Pablo II  lo que más me llamó la atención fue que ese hombre ponía en la dirección espiritual frente  a los  problemas que le planteaban la responsabilidad personal de cada cual. No aconsejaba, no juzgaba. Dejaba obrar la gracia en el tiempo de cada uno.

Necesito ayuda.

Marcel Proust dijo en cierta ocasión: «Nada ha cambiado, sólo yo he cambiado; por lo tanto, todo ha cambiado»

2 comentarios:

  1. Todos necesitamos ayuda.
    Todos necesitamos escuchar palabras que mis atemperen el alma sin juicios ni prejuicios.
    Todos queremos oír frases como "tú tira para adelante y haz lo que tu corazón te manifieste", o " mira, no tengo ni zorra idea, pero tal vez hay que hacer cosas nuevas cuando las cosas de siempre no funcionan", o más a lo bestia " no pienso darte ningún consejo porque soy una calamidad, y te puedes equivocar con mis palabras de bocazas".
    Puedes elegir entre estas frases y muchas más muy parecidas.
    Pero tal vez lo mejor es que te las construyas tú mismo, que te sigas equivocando tú mismo, y que al final hagas lo que creas en este momento sin darle muchas vueltas.
    Arriésgate.
    Sin riesgo no hay recompensa.

    ResponderEliminar
  2. Animo!!! Mucho ánimo y valor!!! Mí cariño y oración van por ti.

    ResponderEliminar