lunes, 14 de octubre de 2019

EL UNO.

"Yo  no  te  lo  hubiera  perdonado  jamás",  me  dice.

- Yo  tampoco  me  hubiese  perdonado- contesté.

El perdón  es  una decisión , no un  sentimiento. Uno  pide  perdón  sinceramente,o con toda  la sinceridad de la  que  uno es  capaz, y  depende  del otro que  seas  perdonado. En realidad ,  perdona quien más ama.

- Ama  mucho  porque  se  le  ha perdonado  mucho  .

Ser  perdonado  me fascina. De  bien  canijo he  tenido  que pedir  perdón, y  de  muchas  maneras.  Me  fascina , y   también  me  conmueve: siempre  que  he sentido  el perdón en cualquiera de sus formas,  signos, manifestaciones, he  palpado el latido de   mi  pequeñez, y la  grandeza  del  que  perdona.

Todas  las parábolas  son "del  uno":  un pastor  pierde  una oveja, una  señora  pierde un dracma,   , el  hijo  pródigo  trata  de   uno  que se   pierde, el buen samaritano se cruza con uno que  le  han asaltado,  uno  encuentra  una  perla de gran valor, un fariseo y  un publicano, un grano  de  mostaza, el  rico  tonto, el dueño  de  la  casa  y el  ladrón...

Dios, dicen, sólo  sabe  contar  hasta  uno. Y, del   mismo  modo que   "no  te  hubiera  perdonado  jamás", ese  Dios  lo  perdona todo. Todo es todo.



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