Hace unos días me escribió por watsap un antiguo alumno. Me enviaba una foto Lo reconocí . Él a mi no.
Aún le quedaban brillos de luz en la mirada. Era un chaval alegre, desenfadado, de una chispa maravillosa. Es algo a lo que uno no termina de acostumbrarse . La infancia, la adolescencia, y la primera juventud iluminan el alma de muchos chicos que han vivido unos años felices. A bastantes ese brillo , a veces fuego, fiebre de vida, se les mantiene con los años, o quedan aún en rescoldos en la mirada.
Otros, aquellos que han sufrido infancias desgraciadas, desestructuradas, complejas , difíciles, humillantes, también se percibe en sus miradas tristes, apagadas, heridas , doloridas, desconfiadas.
Nos reconocimos con una alegría desbordante
- Me he acordado tanto de ti!- me escribía.
"Hubo varios momentos en mi biografía que la vida me zarandeó, me llevó de aquí para allá como un tronco arrastrado por la corriente. Todos mis valores se pusieron patas arriba. No creía en nada. La brújula interior se volvió loca. Había perdido el norte.. Y entonces aparecíais varias personas de un modo imprevisto. Tú eras una de ellas. Venías por el recuerdo de una de tus canciones, o de aquellas excursiones que hacíamos, o de alguna tutoría que recuerdo muy bien, o de lo divertida que era la vida aquellos años con vosotros...no sé. Pusiste en nuestros corazones una manera de ver la vida que después me ha servido para no venirme abajo".
Me emocioné. ¡Si él supiera!!
"Yo también he perdido el norte - le contesté- y también la brújula se me ha vuelto como una puta cabra. No señalaba el Norte porque aparecían imanes que contrariaban todas mis creencias. No sé cuales fueron tus imanes, pero los míos tuvieron que ver con la carne, el afán de aventura, la imaginación desvariada, la vanidad. Y me perdí muchas veces. No soy el que crees que soy.
Pero también en mi vida aparecieron otros Susos, como en la tuya. Y aquí estamos, todos juntos, echándonos una mano para no perder el norte, de una manera que no terminamos de comprender del todo.
Este antiguo alumno jugó unos años en el Gimnástica Torrelavega, no?
ResponderEliminarPues no. Que yo sepa. Y sé bastante.
EliminarCómo es posible que Viaró te contratase como profesor? Tú de profesor no tenías nada. Eras un fraude y un abusón repugnante. Nada más.
ResponderEliminarEso que dices es más viejo que tu abuela Dolores,, que en el culo tiene flores. Lo he escrito en bastantes entradas. Ni yo lo entiendo. Pero así es la vida.
EliminarLos momentos que acaban definiendo nuestra vida raramente se ajustan a nuestros planes
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A mi también me contrataron como profesora (becaria primero y titular más tarde) sin serlo y sin saber lo que hacía. Solo por estar federada en el fútbol. Y de esos/as hay un montón. Fraude? A otro perro con ese hueso
EliminarEso era habitual para los/las que tenian ficha del primer equipo. Entraban como profes en oc’s y fomento sin ningun filtro previo, fueran buenos/as o malos/as.
EliminarPor no mencionar a los que “cambiaban” de ciudad. Esos entraban en los colegios sin ningun tipo de rubor, lo cual de cara al resto e incluso a los padres ajenos al futbol profesional era un muy mal ejemplo.
Sevillista
Suso, Depeibols y algunos más eran una bocanada de aire fresco en el colegio. En Viaró faltaban mas Susos y menos Doumans y Sebastianes.
ResponderEliminarD. Alcalde Barnils
Se ve que el Douman dejó una huella imborrable por donde pasó...
EliminarUn día volveré (título de una novela de Juan Marsé).
ResponderEliminarY será gracias a todos los que se acuerdan de mí con cariño.