domingo, 22 de mayo de 2016

LA VIDA CANTADA

Cuentan del abad Virila que decidió dar un paseo por los bosques cercanos al monasterio       de Leyre mientras meditaba sobre el gozo de la eternidad. En una  fuente encontró un ruiseñor que  le distrajo y  se quedó dormido. Al despertar, encontró el camino de vuelta al monasterio tras una larga búsqueda, pero quedó contrariado al ver que el tamaño de la iglesia y otras dependencias era mayor a las que él había abandonado esa tarde. 

Cuando entró en él, nadie supo reconocerlo ni él pudo identificar a ninguno de los monjes que ahora ocupaban Leyre, así que decidieron buscar en el archivo del cenobio y descubrieron que se trataba del abad Virila, desaparecido en el bosque trescientos años antes.

Estos días me despiertan nantes del amanecer  los gorjeos de unos  pájaros. Me  gusta quedarme  en la cama sumido en una suave somnolencia mirando el techo sin pensar en nada. Por la ventana entran los cánticos de estas aves que me llenan de alegría el oído derecho. Simultáneamente el vecino  escucha  la radio  y oigo  la voz persistente de un locutor que habla de las miserias  del mundo. 

Tendido  en la cama  recibo dos mensajes:  Tanto los pájaros  que se hallan en el tejado de casa como el locutor del informativo que habla son pájaros, aunque de distinta clase. Uno canta y el otro está que trina. 

La  naturaleza y la información. Si me dejo llevar por el canto  de las aves ellas me conducen hacia la  fuente de Virila  donde toda la gente se encuentra a salvo. Si me dejo embaucar  por la voz del locutor me sumerjo  en las simas  de la corrupción,, crímenes, guerras, escándalos, calumnias, injurias, insultos, caídas y fragilidades humanas. 

Ese estado de   esta primera hora de la mañana forma parte aún de mi inconsciente y no sé distinguir muy bien qué es sueño o qué es vida . Estos días, además, me debato en un mar de dudas , pues me encuentro en una encrucijada  personal que me  agobia: no sé  qué camino tendré que seguir para salvarme cuando despierte del todo. ¿Salvarme?...sí, salvarme,  redimirme. 

Durante el transcurrir del  el día otros pájaros en los árboles se van incorporando al concierto de la naturaleza con un sonido muy optimista y al mismo tiempo en los transistores de la vida  otras voces me darán  una maraña de opiniones, denuestos, denuncias, improperios y presagios llenos de pesimismo. 

Así es la vida, canto y ruido. La elección no es tan sencilla. 

 La vida mancha, piensan muchos, y creen que esto es un infierno. La otra opción consiste en reconstruir nuestra  maravillosa y pequeña vida , esta de ahora, ¡tan hermosa!,  desde una flor y el canto de un pájaro.


1 comentario:

  1. Redención, capitulo décimo, párrafo décimo quinto.

    Entonces se cruzaron las miradas.
    El y ella.
    Peones de carga y limpieza en la obra de restauración de aquella catedral gótica.
    Dos mindunguis.
    ...
    Se miraron y se dieron cuenta que allí hacia falta un par de mindunguis, dos perdedores.
    Tan solo les hacía falta tener una buena idea para salvar esa obra que se iba al carajo por momentos.
    ...
    Se miraron los dos y comprendieron que estaban en condiciones de aportar esa idea tan necesaria.

    Así que decidieron redimirse a ellos mismos.
    Su mejor opción.

    ResponderEliminar